El problema del tabaquismo es que todos permanecemos indolentes, pareciera que todos estamos atrapados en alguna medida por el aroma adictivo de la nicotina y de la veintena de porquerías que le adicionen para que muchos de nuestros jóvenes y niños queden enganchados a esta droga hecha ya sobre diseño. Ojala y tuviéramos el poder de detener este poderoso humo con nuestras manos y evitar que entrará en nuestros cuerpos, pero no es así y mientras los no fumadores no convenzamos a los adictos en cualquier nivel y lugar, todos estamos en peligro de sufrir los efectos de esta devastadora droga.
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