EL TABACO EN LAS CULTURAS PRIMITIVAS
De acuerdo con los investigadores, hace unos cinco mil años los indios de Sudamérica conocían los efectos de la hoja del tabaco, sobre todo sus efectos "medicinales". Por ejemplo, los jíbaros del Amazonas, los aruacos de la cuenca del Orinoco y más al norte, los aztecas, quienes lo usaron como antídoto contra el implacable veneno de las serpientes. Se estima que esta planta es originaria de la zona andina, cerca del lago Titicaca, donde se le conocía quizás desde el año 3.000 A.C. De la mano de los aruacos llegó a la isla de Cuba.
Se dice que los aborígenes preparaban la planta de cinco maneras fundamentales: en zumo, polvo, pasta, humo y en tisana. Muchas veces la “fumaban” por la nariz, auxiliándose de un artefacto parecido a una cerbatana (ver imagen). Aparte de fumarlo, el humo del tabaco fue adquiriendo para la cosmogonía aborigen una importancia significativa y su presencia en los ceremoniales y rituales religiosos fue aumentando.
Los mayas y los aztecas fueron dos de las tribus más antiguas que vivieron en Centroamerica y Mexico. Los jarros y vasijas de barro pintados por los mayas muestan gente fumando tabaco. La vasija de mayor antigüedad de la cultura maya fue encontrada en Guatemala y se calcula que tiene dos mil años. Los jeroglíficos (escritura representada por pinturas) mayas también cuentan del tabaco. Al igual que los mayas, los aztecas fumaron tabaco en sus rituales y lo usaron para intentar ahuyentar a los malos espíritus. Los aztecas hacían también sacrificios a sus dioses con tabaco.
Con la llegada de los Españoles a America se inicio un proceso de transculturación que acabo con el aislamiento de las culturas indígenas y produjo enormes cambios en todos los ordenes. La historia del tabaco se internacionalizó. Pero al mismo tiempo, otra cultura distinta de la española lo hizo suyo sin salir de America.
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