Los responsables del informe, presentado por el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, insistieron en que los resultados son todavía provisionales. Sin embargo, los representantes delGobierno que asistieron a esta presentación reconocieron que se trata de unos números que generan preocupación.
"No es un dato para alarmar ni alertar a la población", aseguró la máxima responsable del estudio, Argelia Castaño, jefa del Área de Toxicología Ambiental del Instituto de Salud Carlos III. No obstante, reconoció que los resultados sí que deberían preocupar en el caso de las mujeres embarazadas españolas. "En su caso, habría que tomar medidas", señaló la investigadora del Instituto de Salud Carlos III. Castaño señaló que aunque durante muchos años se pensó que la placenta protegía de los agentes tóxicos a los fetos, ahora ya se sabe "que no es tal barrera".
La primera en mostrar su preocupación tras conocer los resultados fue la secretaria de Estado de Cambio Climático, Teresa Ribera, quien consideró que cuando se confirmen por completo se deberían "requerir políticas más agresivas" frente a las sustancias químicas contaminantes que pueden afectar a la salud de los ciudadanos.
EJEMPLO DEL TABACO
"Es necesario reducir la presencia de mercurio", admitió Ribera, aunque no quiso ser más concreta a la hora de señalar las actuaciones necesarias para alcanzar esa meta. En ese sentido, puso como ejemplo la Ley del Tabaco, ya que otros elementos contaminantes analizados en el estudio, como el cadmio o la cotinina, tienen como principales víctimas a los fumadores. Para Ribera, es "absolutamente crítico acelerar" la transformación a sistemas industriales que no usen mercurio.
Castaño recordó durante su exposición que el elemento que más contribuye al aumento de mercurio en el organismo de las personas es la ingesta de pescado, sobre todo el de gran tamaño, como asegura la literatura científica mayoritaria. Los resultados de su trabajo lo corroboran: buena parte de las zonas costeras españolas registraron unos índices más altos que las zonas interiores.
En concreto, las comunidades autónomas con mayor nivel de mercurio en el cuerpo de sus habitantes son Andalucía, Murcia, Valencia, Galicia, Asturias y Cantabria. En el extremo contrario se sitúa Castilla y León, una de las regiones donde menos pescado se consume en España.
SEMEJANTES A JAPÓN
A pesar de que la comparación entre Alemania y España es muy llamativa, Castaño quiso enviar un mensaje de tranquilidad al asegurar que el mercurio encontrado en la sangre de los españoles se encuentra a niveles "semejantes" a los de otros grandes consumidores de animales marinos, como Japón y algunos países mediterráneos.
Los datos del estudio, realizado a 1.936 personas de 18 a 66 años de 12 autonomías distintas, también muestran que, lógicamente, el contenido de mercurio en el cuerpo de los mayores es más alto que en el de los jóvenes, puesto que se acumula en el organismo con el tiempo. Además, el nivel medio es ligeramente superior en hombres que en mujeres.
Tras la presentación de la investigadora del Instituto de Salud Carlos III, el director general de Calidad y Evaluación Ambiental, Jesús Huertas, reconoció el valor del estudio para dar "un paso importante en el conocimiento" de un área que "preocupa" al Gobierno. Junto a él, la directora de Salud Pública de laOrganización Mundial de la Salud, María Neira, aseguró que su organismo se disponía a incorporar estos hallazgos porque "ponen a España en el mapa" de la investigación de contaminantes. Neira recordó que la Unión Europea acaba de retirar todo material médico que incluya mercurio.
España ha realizado este informe, que será publicado en verano, para cumplir con las exigencias de la Unión Europea sobre contaminantes orgánicos persistentes y sustancias químicas. Alemania realiza estas investigaciones desde 1986, mientras que Estados Unidos trabaja en la materia desde 1976. El estudio español, encargado por el Ministerio de Medio Ambiente y realizado con la ayuda del de Ciencia e Innovación, también comparaba los niveles españoles de otros elementos químicos con países desarrollados. Los niveles españoles de cadmio y plomo en el organismo son similares a los de otras naciones desarrolladas.
DE LA FÁBRICA AL PLATO
El problema del consumo de pescado con mercurio es conocido. Este metal pesado llega al mar desde las industrias químicas, como las fábricas de cloro, y se introduce rápidamente en la cadena alimenticia de los animales marinos. Allí se incorpora al organismo de los grandes peces tras comerse a los más pequeños, que lo consumen en el plancton. El atún y el pez espada son los pescados con más mercurio en su cuerpo.
"A los adultos no les va a pasar nada con los niveles detectados en España", indica el científico delCSIC Eduard Rodríguez Farré, miembro del Comité Científico de la UE sobre Riesgos Emergentes para la Salud Pública. Sin embargo, Farré explica cómo el daño se le puede producir al feto cuando la madre ha consumido mucho pescado durante el embarazo. "Demasiado mercurio puede tener un impacto negativo en el neurodesarrollo fetal. No serán patologías graves, pero sí pueden darse alteraciones neurocognitivas que afecten al aprendizaje", advierte.
Farré recuerda que, más allá del pescado, las bombillas de bajo consumo han surgido como una nueva fuente de mercurio inorgánico que puede suponer una amenaza a la larga. Al romperse, estas bombillas emiten vapor de mercurio, por lo que el experto cree que debería regularse mejor su gestión como residuo y advertir a los consumidores sobre su manejo.
La responsable de Residuos de Ecologistas en Acción, Leticia Baselga, considera "gravísimo" que un informe ministerial admita públicamente que el origen de los altos niveles de mercurio en la población española se debe al pescado. "Siempre lo han negado, para evitar problemas de alarma social", asegura Baselga. Según esta portavoz ecologista, para atajar el problema debe acudirse al origen industrial del mercurio, restringiendo al mínimo su uso.
Baselga recuerda que la Unión Europea pretende etiquetar el atún con una advertencia para que mujeres embarazadas y lactantes moderen su consumo. "Los japoneses, además, controlan el nivel de mercurio de los atunes en el propio barco de pesca", sugiere.
UN RIESGO PARA LA MITAD DE LOS BEBÉS
¿CUÁNTOS NIÑOS ESPAÑOLES TIENEN UN EXCESO DE MERCURIO?
Más de la mitad de los españoles nace con niveles excesivos de mercurio en sangre, según desveló en enero el mayor estudio realizado hasta la fecha en nuestro país. El trabajo, que analizó la sangre del cordón umbilical de casi dos millares de mujeres, mostró que el 64% de los bebés está expuesto a niveles considerados inseguros por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos.
¿EL METAL REPRESENTA UN RIESGO PARA LOS RECIÉN NACIDOS?
Los autores del estudio, del Consorcio de Investigación Biomédica de Epidemiología y Salud Pública de España, pidieron calma tras publicar su trabajo, ya que no habían detectado "efectos graves" asociados a los niveles altos de mercurio en los niños, de momento. El metilmercurio, la forma más tóxica del metal, es neurotóxico y puede provocar problemas en el habla y en el desarrollo motor.
¿QUÉ SE PUEDE HACER PARA EVITAR LA EXPOSICIÓN AL TÓXICO?
En 2008, la Comisión Europea pidió a "las mujeres que puedan estar embarazadas, las que estén embarazadas o las mujeres lactantes" que redujeran a una mínima ración, menor de 100 gramos, su consumo de pez espada, lucio o tiburones por semana. La Comisión también recomendaba a estas mujeres no comer atún más de dos veces por semana, para evitar que el mercurio almacenado en la carne del pescado pase al feto o al recién nacido. En España, los tiburones más consumidos son el cazón, preparado en adobo en Andalucía, y la tintorera, que se vende congelada.
Autor: Javier Salas |
|
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario