La causa del ritmo irregular que caracteriza este tipo de arritmia, sobre todo cuando ésta se produce de forma ocasional, suele encontrarse en los impulsos eléctricos entre las venas pulmonares y la aurícula. Por eso, los expertos suelen optar por la ablación de esta zona (anular la estructura afectada) que se realiza con calor (por radiofrecuencia) o con frío (crioablación).
Como explica Jesús Almendral, jefe de la unidad de arritmias del Grupo Hospital de Madrid, este proceso suele llevarse a cabo mediante cateterismo y, aunque todavía está más extendido el uso de calor, cada vez son más los médicos que se deciden por las temperaturas entre los 70 y 80 grados bajo cero.
SE ADHIERE AL CORAZÓN El nuevo dispositivo, un balón de frío comercializado por Medtronic, facilita esta operación ya que se adhiere y congela el área toda de una vez -en lugar de tener que trazar el perímetro con el catéter realizando sucesivas incisiones, como con la radiofrecuencia-.
Aunque todavía son pocos los centros que lo emplean, sobre todo por "el precio de la técnica y porque sólo sirve para tratar focos pequeños", y queda por valorar "los efectos a mayor largo plazo", el doctor Almendral no duda en enumerar varias de las bondades del llamado 'criobalón'.
"La lesión que crea es reversible durante un tiempo, dejamos de aplicar el frío y se restablece; se fija al corazón de una forma muy estable, evitando desplazamientos más susceptibles de ocurrir con el catéter solo; el efecto sobre el tejido está bien demarcado (bordes lisos frente a irregulares); se producen menos trombos y la zona, al cicatrizar, se retrae menos", apunta este cardiólogo.
Este dispositivo, que se hincha con un líquido frío una vez situado en la zona a eliminar, no sirve para tratar todas las clases de fibrilación auricular. Como explican sus propios fabricantes, sólo está aceptado su uso para la de tipo paroxístico (la ocasional).
"Cuanto más dura esta arritmia, más compleja se hace y mayor deterioro se produce en la estructura cardiaca. Aparecen más zonas 'calientes' y no sólo hay que actuar en el lugar en el que desembocan las venas pulmonares", aclara Almendral.
Autor: María Sainz |
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