De: Jose C. Pomalaza jcpomalaza@gmail.com
Amigos:
Espero que esta sucinta historia conteste en gran medida vuestros comentarios sobre el Bosón de Higgs.
Desde el principio de nuestros tiempos, el hombre vivió maravillado por el cielo nocturno y aquellos con curiosidad científica observaron y tomaron medidas con toscos instrumentos que fueron perfeccionando poco a poco; y de pronto hizo su aparición un visionario llamado Newton, que utilizó todo el conocimiento alcanzado para producir la teoría de la gravedad universal, que pudo explicar tanto la caída de una manzana como el movimiento de los planetas y de los astros. Durante los siglos que nos han precedido esta historia se ha repetido una y otra vez. Tenemos, por ejemplo a Maxwell que demostró la naturaleza electro-magnética de la luz y que su velocidad era independiente del punto de observación, con él descubrimos el espectro electromagnético que involucra tanto a las ondas de radio que conocemos en la tierra hasta las ondas que nos llegan del cosmos. Después de Newton y Maxwell, el conocimiento de la gravedad y el electromagnetismo permitieron una visión nunca antes lograda del mundo en que vivimos y del universo que nos rodea. Luego llegó Einstein, otro gigante, que con su teoría de la relatividad explicó la relación entre energía y la materia, y la interacción entre la gravedad y el electromagnetismo. Mientras tanto otros espíritus inquietos como los esposos Curie, descubrieron la radioactividad, y con sus experimentos nos introdujeron al fascinante mundo de lo subatómico. Más tarde; gracias a Max Planck, Thomson, Rutherford, Heisenberg, Schrödinger y otros extraordinarios personajes; se logró superar las dificultades de la teoría de Einsten para explicar el mundo subatómico y fuimos llevados al misterioso mundo probabilístico de las partículas, donde no existe la certeza ni la negación absoluta, y como en la canción de Facundo Carral, las partículas no están aquí ni están allá César Castromonte comenta correctamente, que las observaciones del CERN solo detectaron la partícula de Dios con alta probabilidad y que siempre existe una pequeña probabilidad de que no se le descubrió realmente. Si esta segunda posibilidad es cierta, dice César que estaríamos ante una nueva realidad, una física nueva.
La supernova SN1987A
Antes de la explosión Después de la explosión El 23 de Febrero de 1987, a las 7.35 AM GMT, para nosotros los humanos, el mundo de las galaxias gigantescas y el mundo microscópico de las partículas subatómicas quedaron ligados para siempre. Esa mañana Ian Shelton, un astrónomo Canadiense, en la cumbre de una montaña chilena observó a simple vista la explosión de una supernova ubicada a 170,000 años luz de la tierra. Shelton de inmediato comunicó a la comunidad científica su observación. Con esto se inició una febril actividad en el mundo científico. De acuerdo a una teoría no probada todavía, una supernova debería producir una lluvia de neutrinos; partículas muy raras, diminutas, sin carga positiva o negativa, que viajan a velocidades cercanas a la luz y tiene un gran poder de penetración; estas partículas deberían llegar a la tierra casi junto con la luz de la explosión. Dicho y hecho; dos sistemas para detectar neutrinos que 20 años atrás habían sido instaladas a una gran profundidad; en antiguas minas de sal llenadas con aguas cristalinas; en Estados Unidos y Japón registraron la llegada de los neutrinos. Es interesante recordar que los neutrinos fueron descubiertos a consecuencia de una aparente violación de la Ley de la Energía, la energía no se crea ni se destruye, solo se transforma, mencionada por José Sosa y Víctor Villavicencio para argumentar que antes del Big Bang debió de existir energía, concluyendo ellos que esto presupone la existencia de Dios. La detección de los neutrinos, también demostró fehacientemente que las teorías sobre partículas y el universo, propuestas por nuestros científicos, están basadas en cimientos lógicos muy sólidos. Cuando otro gran científico, Hubble, descubrió que las galaxias y todos los cuerpos celestes se estaban alejando, esto llevó a la conclusión de que el universo estaba expandiéndose y por lo tanto alguna vez fue mucho más pequeño. El universo actual tiene una temperatura promedio de -270 grados centígrados. Considerando el Big Bang como tiempo cero; los científicos han estimado que si se retrocediera en el tiempo hasta poco después del Big Bang se encontraría que la temperatura del universo sería asombrosamente alta, del orden de 10e32, 10 con 32 ceros, grados centígrados y su tamaño sería infinitesimal. A esta temperatura lo único que podría existir serían partículas sin materia, ¡el universo sería entonces energía pura! No existiría ni la gravedad ni la fuerza electromagnética, solo las fuerzas del mundo subatómico. Entre las partículas que debían existir está el Bosón de Higgs. Para verificar esto fue necesario llevar a cabo experimentos recreando las condiciones energéticas cercanas al Big Bang. El Colisionador del CERN, permite alcanzar energías que existían 10e-12 segundos, un millonésimo de microsegundo, después del Big Bang. Y gracias a esta fantástica herramienta se pudo detectar al Bosón de Higgs. De acuerdo a la teoría, el Bosón de Higgs actúa para crear materia a partir de la energía pura existente. Víctor Villavicencio pregunta ¿quién creó a los bosones, más aun las leyes que lo rigen? , en diferente forma José Sosa expresa su incredulidad de que de la nada haya surgido el universo y con lógica sugiere que el cero por más que sea manipulado siempre será cero. De igual manera Alfredo Montesinos pregunta ¿cómo se inició el Big Bang de la nada y qué implicancias tiene el Bosón de Higgs? La realidad es que ninguna de las teorías existentes da luz sobre el universo antes de la explosión; las ecuaciones de Einstein muestran la posibilidad de llegar a una singularidad, que ocurre en las matemáticas cuando una magnitud crece hasta el infinito, como cuando numéricamente se divide por cero. En la física quántica no existe esta posibilidad pero existe el principio de indeterminación de Heisenberg. También la explosión de la supernova 1987A nos muestra cómo es que al quemarse totalmente el combustible de una estrella la gravedad actúa para comprimir su tamaño y si no ocurren otros fenómenos para reiniciar el fuego la estrella se colapsa tanto que entonces explota. En la explosión, la energía no se pierde si no que nuevas formas de energía surgen de sus cenizas. ¿Indicará esto que somos el resultado de otro universo que desapareció en un gran Big Bang?. Y volviendo al Bosón de Higgs nos preguntamos ¿y la antimateria, quién la produce? pues sabemos que la partículas vienen siempre en pares, partícula y antipartícula. Como ven ustedes cada vez que intentamos una respuesta encontramos más incógnitas, esta situación es normal para la comunidad científica, es el efecto Sócrates solo sé que nada sé; o cuanto más sé, menos se�. Después de todo lo dicho, amigos, considero que nosotros, simples mortales, quedamos solos con nuestra propia lógica, conocimientos y creencias, como únicas armas para vencer la barrera del espacio-tiempo cero y con valentía imaginar cómo eran esos momentos arcanos antes del Big Bang. Finalmente, debo decir que concuerdo con ustedes en que todo el conocimiento logrado, por nuestros científicos, refuerza nuestra creencia en el ser supremo. Y creo que con humildad debemos reconocer la sabiduría de aquellos pensadores que dicen “las obras del Señor se realizan en forma misteriosa para nosotrosâ€�.
Reciban un abrazo,
Pepín
“Live as if you were to die tomorrow. Learn as if you were to live forever.” ––GandhiEdwin Villacorta Vigo MEDICO PEDIATRA |
domingo, 8 de julio de 2012
el Bosón de Higgs
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