A pesar de los levísimos avances que se van produciendo muy poco a poco en esas estadísticas, la Ley de Igualdad no ha logrado penetrar del todo en este espacio, a pesar de que fue uno de los primeros sectores en los que se establecieron fórmulas legales -la LOU y la LOM/LOU de 2007 incluían varios artículos- para garantizar el equilibrio entre los sexos. Un ejemplo más: de los 74 rectores de las universidades españolas solo nueve son mujeres.
El panorama entre universidades y carreras es dispar. Sobre todo en los tribunales de cátedra, una de las muestras más flagrantes de la desigualdad. La Ley Orgánica de Universidades (LOU) dictamina que las comisiones que juzgarán los concursos para el personal docente universitario deben procurar "una composición equilibrada entre mujeres y hombres", siempre que no sea posible "por razones fundadas y objetivas debidamente motivadas": que no haya catedráticas, por ejemplo. Sin embargo, no todos cumplen.
Es el caso de la comisión que debía juzgar a José Miguel Rodríguez Tapia para una plaza de catedrático de Derecho Civil en la Universidad Carlos III de Madrid, en mayo pasado. Los cinco miembros de la comisión titular eran hombres. Solo había una mujer y era suplente -en España hay más de 20 mujeres en cátedras de esta especialidad-. Rodríguez Tapia, que es catedrático de Derecho Civil en laUniversidad de Málaga, alertó a la universidad madrileña y a su rector, Daniel Peña. "No recibí ninguna respuesta", cuenta.
El catedrático decidió impugnar el tribunal y exigió que las pruebas se suspendieran de manera cautelar. El juez del juzgado de lo Contencioso Administrativo número 2 de Madrid decidió no hacerlo alegando que Rodríguez Tapia "defiende un interés particular". No es el único. El abogado del otro candidato a la plaza de la Carlos III, Agustín E. de Asís Roig -que además es catedrático de esa misma universidad-, había enviado ya un escrito al juez en el que alegaba que la petición del catedrático de Málaga no tenía sentido. "El candidato a participar en el concurso no podría ser parte de la comisión juzgadora y desde luego no podría beneficiarse de la previsión (composición paritaria) por no ser del sexo femenino", dice. "No se comprende qué influencia puede tener el reparto equilibrado de género en un procedimiento en el que los dos aspirantes son varones".
¿Son los temas de igualdad solo cosa de mujeres? "Parece que creen que las mujeres están muy bien para pagar la matrícula de las facultades de Derecho, donde son más del 60% del alumnado, y para dar clases. Pero que ya no está tan bien que integren tribunales de cátedra", ironiza Rodríguez Tapia. "Esto es machismo puro y un retraso medieval", dice.
Esta descompensación se percibe en los datos. El 54,2% de los estudiantes universitarios son mujeres. Su proporción se incrementa entre los titulados: el 61% de los diplomados y licenciados del curso 2007-08 fueron mujeres, el 55,3% de los que se graduaron en un máster y el 51,9% de los que finalizaron el doctorado, según Educación. Ellas tienen una presencia mayoritaria en ramas como Ciencias de la Salud (73,6%), Artes y Humanidades (61,6%) y Ciencias Sociales y Jurídicas (62,5%); aunque en Ingeniería y Arquitectura no alcanzan el 30%. En cambio, representan el 36,4% del profesorado (el 41,2% en la privada).
Fuentes de la Carlos III sostienen que es complicado formar tribunales equilibrados porque solo el 15% de las catedráticas son mujeres. "Hay veces, sobre todo en algunas carreras, que las pocas catedráticas que hay y que cumplen los requisitos tienen que estar prácticamente de guardia para formar parte de los tribunales", dice un portavoz, que explica que esta universidad es una de las pocas en poner en marcha un plan de igualdad y en tener una vicerrectora de Igualdad. La Carlos III, donde 10 de los 118 catedráticos son mujeres, ha elaborado un plan para que las comisiones de cátedra y de tribunal sean igualitarias de manera progresiva.
Rodríguez Tapia ha recurrido la decisión del juez de no suspender cautelarmente el tribunal. Además, sigue adelante con la impugnación de esa comisión. El juicio está fijado para 2015.
A pesar del bajo número de catedráticas, el principio de equilibrio puede cumplirse, sobre todo en algunas ramas. Algunas universidades, como la UNED, la de Valladolid, León, Vigo, Barcelona o Pompeu i Fabra logran un 44% de representación femenina. Otras, como la mayoría de las politécnicas (donde apenas hay mujeres catedráticas), las universidades de Murcia y Las Palmas de Gran Canaria o la Jaume I de Castellón, apenas llegan al 30%.
"Si no incorporamos a mujeres en puestos directivos estamos desaprovechando a un porcentaje alto de la población. Una sociedad que hace esto no llegará a nada", esgrime Rodríguez Tapia.
Autor: María R. Sahuquillo |
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