martes, 21 de diciembre de 2010

Se nos acaban los antibióticos?

¿Se nos acaban los antibióticos?

El 12 del pasado mes de junio, en una lluviosa tarde de sábado me dirigí a la Gran Vía madrileña para participar en un programa de radio en el que se comentaba el futuro visto desde la óptica de varios científicos y periodistas. Creo que no me hicieron mucho caso, porque mientras los demás presentaban un mundo feliz, repleto de inmortalidad, ciudades fantásticas y ordenadores que nos leerán el pensamiento, mi corta intervención quiso llamar la atención sobre lo que puede ser un mundo en el que curar las infecciones no tenga garantías de éxito.
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Resistencias ganan, antibióticos pierden. Esta gráfica muestra cómo hay varios microbios patógenos en los que sus variantes resistentes a los antibióticos son cada vez más frecuentes. Por el contrario, cada vez se descubren menos antibióticos. MRSA (Staphylococcus aureusresistente a meticilina). PRSP (Streptococcus pneumoniae resistente a penicilina). VRE(Enterococcus resistente a vancomicina).
Me permití además aventurar que si algún día el género humano conseguía la inmortalidad, además de ser aburrido, sería a costa de que las personas fuesen muy diferentes a lo que ahora somos. En fin, que no creo que a juicio de los organizadores me ganase ni siquiera la carrera del taxi que me llevó. Si quisiera ser divulgador o científico popular debería estar ahora escribiendo sobre si es posible la vida dentro del arsénico o narrando la carrera por construir órganos artificiales a partir de matrices sintéticas repobladas por células madre. De hecho, en el mismo número de Newsweek en el que se publica el artículo sobre los problemas que nos esperan si no encontramos nuevos antibióticos para curar las infecciones que me ha dado pie para escribir este comentario, también se publica otro sobre la carrera para ser los primeros en obtener órganos artificiales, casi para ser inmortales. Pero ya lo dije en el programa de radio, todos esos avances quizás nos permitirán estar en un estado de salud casi perfecto para morir a causa de una infección. Por eso voy a comentar algunos puntos que me evoca el artículo sobre los antibióticos, que además ocupa el triple de páginas precediendo al que trata de órganos artificiales.
No es que el público no tema a las enfermedades infecciosas, pero a la mayoría les parece que son ya historia. Gracias al estado de bienestar, en el que afortunadamente vivimos los países ricos, no es previsible, salvo en situaciones catastróficas, que de la noche a la mañana retrocedamos en el tiempo para volver a la época en la que la medicina no disponía de antibióticos. La buena alimentación, el confort y la higiene son excelentes medicamentos que mantienen nuestras defensas naturales con la suficiente potencia para evitarnos las infecciones. Pero no siempre estamos en condiciones óptimas y muchas veces el preservar la salud nos impone someternos a procedimientos drásticos o pruebas diagnósticas comprometidas. Antes de los antibióticos cualquier cirugía rutinaria se podía complicar porque bacterias como Staphylococcus, que comúnmente habitan sobre nuestra piel sin ser dañinas, dejan de ser inofensivas para convertirse en peligrosas infecciones cuando por las heridas e incisiones quirúrgicas pasan al interior del cuerpo.
Ya he comentado en otras ocasiones cómo las bacterias acumulan resistencias frente a los antibióticos que hay en la actualidad y también las razones por las que cada vez se encuentran menos antibióticos nuevos. Hay razones prácticas, encontrar nuevos antibióticos es cada vez más difícil porque ya hemos explotado casi todos que se podían encontrar examinando muestras del suelo y de las aguas, ahora hay que buscar otras fuentes y sobre todo buscar compuestos que actúen de otra forma. Para eso es imprescindible conocer mejor y en más detalle cómo funcionan las bacterias. Pero también hay razones sociales y económicas.
Cada vez es más difícil conseguir los resultados clínicos que se precisan para que un nuevo medicamento sea autorizado para ser usado en los enfermos. Un nuevo medicamento tiene que ser mejor que los ya existentes, y probar esto en el caso de los antibióticos resulta complicado. Los antibióticos en uso se introdujeron cuando los controles no estaban tan bien definidos. Posiblemente incluso el uso de la penicilina tendría ahora pocas probabilidades de ser autorizado, en cuanto se viese que una pequeña parte de las personas pueden ser alérgicas a ella. Tampoco es fácil encontrar voluntarios para probar la eficacia de nuevos antibióticos, las infecciones por lo general tienen, al contrario que otras enfermedades como el cáncer, un desenlace muy rápido en uno u otro sentido.
A estas dificultades se une el escaso incentivo económico que el desarrollo de un nuevo antibiótico tiene para las grandes farmacéuticas. Empieza por producir unos beneficios que como mucho son la décima parte de los que generan las medicinas que han de tomarse en los tratamientos prolongados. Además un antibiótico nuevo se debe reservar para los casos en los que los usados normalmente no sean eficaces por tratarse de una infección causada por bacterias resistentes. Esto merma aún más el beneficio que producen. No es así extraño que de quince grandes farmacéuticas tan solo cinco tengan un programa de investigación para descubrir nuevos antibióticos.
Para complicar aún más el tema, tras el 11 de septiembre de 2001, los fondos públicos que dedican las agencias financiadoras de investigación en los Estados Unidos han estado canalizados en su mayor parte a estudiar los patógenos que los gobernantes han identificado como posible amenaza bioterrorista. En 2009 para investigar el carbunco y la peste se invirtieron en los Estados Unidos 94 millones de dólares, para los patógenos resistentes a los antibióticos solo 16. No parece muy razonable si se considera que a lo largo de la historia tan solo una veintena de personas han fallecido víctimas de ataques terroristas por carbunco, mientras que en el mundo mueren mas de tres mil quinientas personas cada día por tuberculosis.
El problema con los antibióticos ha sido, y en parte sigue siendo, que se han usado demasiado y de forma no muy acertada. Si bien hay avances recientes, como la espectrometría de masas y la pirosecuenciación, que permiten mayor rapidez en la identificación de patógenos sin necesidad de cultivarlos, los métodos de diagnóstico de patógenos no son aún tan rápidos ni son tan accesibles como para permitir al facultativo una prescripción inmediata ajustada al tipo de patógeno y a su resistencia a los antibióticos. Por eso muchas veces se necesita prescribir de inmediato tratamientos de amplio espectro que el médico razonablemente espera que salven al enfermo. El problema se presenta cuando el antibiótico prescrito no es eficaz y tan solo contribuye a seleccionar cepas resistentes del patógeno, lo mismo que hacen las prescripciones innecesarias que muchas veces se hacen como medida de precaución.
Como corolario, el artículo que comento acaba con una nota de moderado, y puede que infundado, optimismo: “El futuro casi es seguro que será diferente. Los antibióticos serán más caros y menos eficaces. No habrá curas rápidas ni gratuitas, y tampoco se recetarán “por si acaso”. Pero si se actúa rápidamente, y si tenemos suerte, todavía es posible que no tengamos que conocer un mundo sin ellos”.
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El poder reparador de la sangre


El poder reparador de la sangre
"Medicina de vanguardia para el cerebro del Barcelona". "Nadal halla el alivio para sus rodillas"... Estos son algunos de los titulares que han protagonizado los factores de crecimiento, una técnica cuyo uso se va extendiendo por todo el mundo y cuya popularidad va creciendo con casos como los del tenista Rafa Nadal o el futbolista Xavi Hernández.
FUENTE | El Mundo Digital21/12/2010
Retirados definitivamente de la lista de sustancias prohibidas de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) a finales del mes de septiembre, y con el consenso del Comité Olímpico Internacional acerca de su uso en la medicina deportiva, ratificado en las páginas del 'British Journal of Sports Medicine' este mismo mes, los factores de crecimiento han sido la solución para varios deportistas que arrastraban incómodas lesiones. "Es uno de los grandes avances en cirugía regenerativa y se logra con nuestras propias proteínas", explica a ELMUNDO.es Eduardo Anitua, director científico del Instituto de Biotecnología (BTI) de Vitoria y pionero en nuestro país del uso de este plasma rico en plaquetas (PRP), como también se conoce a esta terapia.

Pero sus aplicaciones van más allá. La idea cuajó en el laboratorio de este especialista en estomatología gracias a sus trabajos con implantes, que perseguían mejorar la calidad del hueso en personas que sufrían una degeneración del maxilar. Y del sillón de los dentistas, los primeros en usarlo, saltó a las consultas de estética, dermatología, traumatología... "Es una aventura en la que nos hemos ido embarcando", explica Víctor García, presidente de la Sociedad Española de Medicina y Cirugía Cosmética (SEMCC). Además de eficaz -aunque algunos expertos se muestren cautelosos y pidan más estudios-, la técnica es sencilla y "está funcionando muy bien", asegura García.

IMITACIÓN DEL ORGANISMO

Las bondades del plasma rico en plaquetas empezaron a estudiarse en la década de los 80. La idea es simple: cuando nuestro cuerpo sufre una lesión, se ponen en marcha varios mecanismos encaminados a repararla. La activación de estos procesos depende de los factores de crecimiento, que "actúan como señales que les indican a las distintas células lo que deben hacer: acudir al lugar de la herida, aumentar su número, etc.", explica Anitua. De ahí que esos factores, fabricados por las plaquetas, tengan propiedades antiinflamatorias, angiogénicas (formación de vasos sanguíneos) y regenerativas, entre otras. Lo que se propuso hace ya varias décadas es que un concentrado de estas células, obtenido y aplicado de la forma correcta, podría acelerar los procesos de reparación del cuerpo. Con este propósito en mente, empezaron los ensayos y muchos vieron que funcionaba.

El PRP se ha hecho muy popular a raíz de casos sonados como el de Nadal, cuya "lesión crónica se ha curado gracias a esta técnica", asegura el médico que lo trató, Mikel Sánchez, traumatólogo de la USP Clínica La Esperanza (Vitoria). Pero no es oro todo lo que reluce y "las pequeñas variaciones en la técnica pueden ser muy determinantes", advierte Lluis Orozco, del Centro Médico Teknon en Barcelona.

Al no ser considerada un medicamento, la práctica se admite sin controles estrictos "aunque no haya demostraciones científicas como los ensayos en fase III", explica este experto. Y se ha extendido mucho, provocando que algunos médicos no la usen de la forma adecuada.

"El error más frecuente es que utilizan sólo una inyección, como si fuera mágico -indica Mikel Sánchez-, pero así no funciona". Por ese motivo, se suma Orozco, "algunos estudios han dado resultados negativos". Ése es el caso de uno de los trabajos más difundidos, que apareció en la revista 'The Journal of the American Medical Association' (JAMA) a principios de año, que concluía que el tratamiento con PRP de la tendinitis crónica del tendón de Aquiles no era efectivo. Sin embargo, "sólo se administró una dosis, que es insuficiente", aclara Orozco. De hecho, el medio centro del Barcelona, Xavi Hernández, ha mejorado mucho de sus molestias en este tendón gracias al plasma. La diferencia: cómo se aplicó.

En general, los especialistas consultados por ELMUNDO.es, que utilizan el PRP de forma rutinaria en sus consultas, realizan más de una aplicación. Varias inyecciones en distintas sesiones que potencian el efecto de los factores de crecimiento. Para tener las máximas opciones de éxito, además de la dosis "hay que tener en cuenta las cualidades", señala el experto catalán. La diferencia fundamental está en la presencia o no de leucocitos en la solución que se infiltra. Para algunos, como Orozco, que tratan sobre todo patologías inflamatorias, su presencia es contraproducente. Para otros, como Víctor García, no es determinante. Por último, hay que tener en cuenta cómo se elabora.

En esencia, se realiza una pequeña extracción de sangre al paciente y de ella se extraen las plaquetas. Pero la forma mediante la cual se separan las distintas fracciones puede dar lugar a productos diferentes. Muchos médicos utilizan el protocolo diseñado por Anitua. Pero dentro de los estándares de calidad que se han ido extrayendo de la experiencia, pueden darse variaciones en función del tratamiento y del paciente.

Hay ciencia detrás, sí. Pero no es tan sencillo como dar una aspirina. La gran ventaja que tiene el PRP es que es un producto que proviene del propio paciente (es autólogo) y, por tanto, no hay riesgo de reacciones de rechazo.

"El único problema que puede aparecer es una infección", indica Sánchez, que se minimiza llevando un control muy estricto de la esterilidad. Y "la eficacia es superior al 80%", según la experiencia de Orozco, que trata a alrededor de 15 pacientes al día de lesiones musculares, tendinosas, ligamentosas o articulares.

Si los resultados, cuando lleguen -en Teknon esperan tenerlos a finales de 2011-, son tan positivos como esperan los médicos que están acostumbrados a utilizar esta técnica, es muy probable que prolifere aún más. Para Mikel Sánchez no hay ninguna duda: "Este tratamiento, tal y como se hace ahora, va a ser muy habitual en todas las especialidades porque sólo imitamos lo que hace la naturaleza".

Autor:   Cristina de Martos

lunes, 20 de diciembre de 2010

Si abuelo....

Rosa transgénica

Quieres llegar a viejo...

a donde te gustaría.....

Bienaventurados los pobres

El Humo Ambiental de Tabaco también perjudica la salud

Fumadores pasivosEl Humo Ambiental de Tabaco también perjudica la salud

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Aunque las leyes han estrechado el cerco sobre el tabaco, aún se registra un número excesivo de fumadores pasivos en sus propios hogares
Un fumador pasivo es aquél que está expuesto a los efectos del aire contaminado por el humo de un tabaco que fuma otra persona, aunque sea por poco tiempo. El principal problema, además del evidente daño que causa en la salud, es que se desconoce el umbral de exposición a partir del cual el humo de un cigarrillo se considera nocivo y convierte a una persona en fumadora pasiva. La Ley 28/2005, de 26 de diciembre, denominada Ley de Medidas sanitarias frente al tabaquismo y regulación de la venta, el suministro, el consumo y la publicidad de los productos del tabaco, no determina límites, aunque ha estrechado el cerco al consumo de tabaco. Fumar está prohibido en centros de trabajo, y en los locales de restauración se han fijado límites que dependen de sus dimensiones. No obstante, pese a estos avances a favor de los no fumadores siempre hay resquicios por los que el Humo Ambiental de Tabaco (HAT) se cuela.
Uno de ellos es la propia ley, que no ha establecido la prohibición total de fumar en bares y restaurantes, lo que discrimina a los empleados que deben respirar el aire contaminado durante su jornada laboral. El otro coladero de humo es el domicilio particular, donde el miembro de la familia que fuma expone al resto ante el humo tóxico.

Población afectada

Se hallan dos tipos de fumadores pasivos, los adultos -que deben ser conscientes de sus riesgos, conocer sus derechos y reclamarlos- y los niños -que no pueden defenderse y por cuya salud deben velar sus padres y cuidadores-. Pero, ¿cuál es la dimensión del problema? ¿Qué proporción de población fuma sin querer? En España, se calcula que un 35% de la población es fumadora, mientras que el 65% está expuesta al humo del tabaco en un lugar u otro, según el último estudio del Instituto Catalán de Oncología (ICO), efectuado sobre 2.500 personas adultas de toda España.
Los fumadores pasivos a menudo no son conscientes de estar expuestos al humo tabáquico. No obstante, cuando se efectúa una medición de la cotinina (metabolito de la nicotina que se encuentra en saliva y sangre), se comprueba que muchas personas son fumadoras sin saberlo, en especial niños. Más del 50% de los niños españoles son fumadores pasivos, según datos de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC).

Mortalidad en España

El tabaquismo pasivo no sólo favorece el desarrollo de enfermedades, sino que también mata. La exposición involuntaria al humo del tabaco, en el hogar y en los centros de trabajo, causa un mínimo de 1.228 muertes al año en España por enfermedades cardiovasculares y cáncer de pulmón. Aunque ésta es una estimación a la baja, ya que se calcula que podrían llegar a las 3.237 defunciones anuales si se analizaran otros factores y los fallecimientos ocasionados por el tabaquismo pasivo en los lugares de ocio.

El reto en el domicilio

Con independencia de que cada vez se conozcan mejor cuáles son las graves consecuencias del tabaco para los fumadores pasivos, la única medida eficaz para eliminar sus riesgos es evitar exponerse al HAT. Y como no se dispone de ningún chequeo efectivo para fumadores pasivos que detecte de forma precoz un posible cáncer de pulmón u otras enfermedades, la regla de oro es evitar la exposición a un ambiente contaminado.
En la Unión Europea, donde cada año mueren más de 19.000 personas debido al tabaquismo involuntario, la protección de los derechos de los fumadores pasivos es una prioridad, una cuestión de salud pública. Y, con esta finalidad, ha impulsado la iniciativa 'Help, por una vida sin tabaco'. En la misma línea, CONSUMER EROSKI ha elaborado la escuela del consumidor para DEJAR DE FUMAR.
Tal y como se refleja en esta escuela, ventilar la habitación en la que haya permanecido un fumador ni siquiera sirve para limpiar el aire. Sí se disminuye el olor originado por el humo, pero sus componentes químicos tóxicos sólo se eliminan de manera parcial. El aire de la estancia permanece viciado incluso mucho tiempo después de que el fumador la haya abandonado y, con ello, sus potenciales efectos perniciosos para las personas que la ocupen.
Numerosos países han aprobado leyes mucho más restrictivas que la española. Así, prohíben fumar en los espacios públicos, incluyendo los locales de hostelería, como Irlanda e Italia, entre otros. Algunos países como EEUU, Australia y Nueva Zelanda, conscientes de estos peligros del tabaco en el hogar, han invitado, a través de campañas publicitarias, a la autorregulación del hábito tabáquico en los hogares. Aunque no lo prohíben, sí animan a que se acuerden ciertos límites en los domicilios. En España, esta invitación a la autorregulación en el ámbito privado aún no está muy trabajada. El reto de los fumadores pasivos es consensuar ciertas normas -su propia ley- en casa.

Humo y cáncer

La etiqueta de ser un fumador pasivo implica mayores efectos, y más graves, que los derivados del mal olor que se extiende por el hogar o la ropa. La aprobación de leyes para proteger a la población no fumadora y preservar los espacios comunes libres de humo se apoya en numerosos y poderosos fundamentos que tienen que ver con consecuencias nocivas para la salud.
El 85% del humo de los cigarrillos se produce entre calada y calada. El humo que emana el cigarrillo depositado en el cenicero o sostenido entre los dedos produce incluso más sustancias tóxicas que las que inhala el propio fumador, según un documento de la iniciativa HELP, por una vida sin tabaco, de la Unión Europea. Como ejemplo, se calcula que un camarero expuesto al HAT en su horario laboral registra unos niveles de nicotina equivalentes a la persona que fuma entre tres y cinco cigarrillos al día y, por lo tanto, también se contagia de los riesgos correspondientes a la inhalación de estas dosis de tabaco. La nicotina que contiene el HAT actúa sobre el sistema nervioso central como una droga, creando adicción, lo que explica la dificultad de abandonar el hábito.
Pero la nicotina no es la sustancia responsable de la acción más perjudicial. El humo que desprende un cigarrillo contiene 4.000 componentes tóxicos, de los que alrededor de unos 20 se han identificado como carcinógenos tóxicos para el ser humano (otros 20 son perjudiciales para los animales), de acuerdo a la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC), que depende de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Entre los carcinógenos presentes en el HAT figuran las nitrosaminas, el alquitrán o los benzopirenos. A esta lista hay que añadir otros como 2-Naftalina, 4-Aminobifenil, arsénico, cadmio, cloruro de vinilo y cromo, tal y como detalla la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC).
Debido a la extensa lista de tóxicos, el HAT no sólo puede generar cáncer de pulmón sino también de boca, laringe, faringe, esófago e, incluso, de otros órganos alejados del tracto respiratorio como páncreas o vejiga urinaria. Los componentes del tabaco viajan a través de la sangre y son capaces de alcanzar órganos más distantes. Además, está en discusión si el HAT también podría estar implicado como factor de riesgo en parte del cáncer de estómago y de colon en población general, y cáncer de mama en mujeres jóvenes. Se acaba de demostrar que los fumadores pasivos tienen un 80% más de riesgo, respecto a los no fumadores, de desarrollar cáncer de pulmón y de sufrir infartos.

Más enfermedades

Pero el cáncer no es la única consecuencia negativa del tabaco para la salud. Éste puede dañar a los pulmones y causar patologías respiratorias no tumorales como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), que se manifiesta entre los cincuenta y sesenta años, de forma progresiva, irreversible y que genera grandes limitaciones en quienes la padecen.
Otro importante grupo de enfermedades que pueden estar provocadas por el tabaco son las cardiovasculares y cerebrovasculares: angina de pecho, infarto agudo de miocardio o infarto cerebral. El tabaco ejerce una acción inflamatoria directa que daña las paredes (endotelio) de los vasos sanguíneos y favorece la arterioesclerosis (estrechamiento de las arterias), de modo que actúa de manera conjunta con varios de los componentes nocivos para el sistema cardiovascular, como alcohol o hipertensión, y propicia el incremento del riesgo de accidentes cardiovasculares y cerebrovasculares.
Siempre que una persona deja de fumar o de estar expuesta al humo del tabaco, el riesgo sobre el sistema cardiovascular se reduce y vuelve a los niveles de los no fumadores. Sin embargo, no sucede lo mismo con el cáncer de pulmón: una persona ex fumadora de años puede presentar enfermedad oncológica diez o más años después, ya que su periodo de inducción es más largo.

Lactantes, niños y embarazadas

Algunos sectores de la población son especialmente vulnerables al humo del tabaco, como lactantes, niños y las embarazadas. El impacto sobre su salud puede ser grave e, incluso, letal. En el caso de los lactantes hay estudios que demuestran que el tabaquismo de los padres es uno de los factores que puede desencadenar la llamada muerte súbita del lactante.
En niños de más edad expuestos al humo del tabaco de sus cuidadores (padres, canguros, abuelos y otros familiares), la prevalencia de otitis y de enfermedades respiratorias es mayor (los niños asmáticos pueden sufrir más episodios que el resto). En cuanto a las mujeres embarazadas y, al mismo tiempo, fumadoras pasivas, se enfrentan al mismo riesgo que las gestantes fumadoras de alumbrar bebés prematuros, con malformaciones y con bajo peso debido a la exposición involuntaria al humo del tabaco.

Consejos para los fumadores pasivos

  1. Tomar conciencia de los perjuicios que el tabaco ocasiona a la salud.
  2. La norma de oro es evitar la exposición al humo del tabaco siempre que se pueda.
  3. Siempre que se intuya que un fumador vaya a encender un cigarrillo se le puede pedir educadamente que no lo haga.
  4. En los lugares donde está prohibido fumar, según la ley, es necesario reclamar que no se fume.
  5. En caso de que los fumadores no respeten sus derechos, hay que denunciar el incumplimiento de la ley al organismo pertinente: el Ayuntamiento o las autoridades sanitarias.
  6. Acordar normas en casa, como delimitar las zonas para fumar al balcón o una ventana y/o la cocina y/o permitir fumar sólo en ciertas horas, para proteger así a los menores.

Tablets, Compared

Tablets, Compared

2010 was supposed to be the Year of the Tablet. That did not really happen — the flood of product was reduced to a trickle, as many manufacturers awaited a more tablet-friendly operating system from Google. So, once more, with feeling: 2011 will be the Year of the Tablet. Several new models have either been released, or are in a very advanced state of preview. This interactive guide can help sort through the latest offerings. Use the checkbox at the top of each listing to select it for comparison. And check back frequently — this page will be updated as new information or models are released.

La evolución es una teoría o es un hecho?


¿La evolución es una teoría o es un hecho? (I)

Thomas Malthus tuvo una serie de ideas que fueron codificadas con manchas de tinta en las páginas de un libro, Ensayo sobre el principio de la población.Charles Darwin posó sus ojos en estas manchas, seleccionó visualmente algunas de ellas y las copió en su cerebro, donde se unieron a otras ideas ya presentes en la mente de Darwin, combinándose hasta crear un complejo único: la teoría de la evolución. (El mismo complejo se iluminó en otro cerebro, el de Alfred Russel Wallace, después de leer a Malthus unos años más tarde).
Hasta aquí, todo está bastante claro. Pero este complejo de ideas, avanzadas para su época, parcialmente comprendidas incluso en nuestra época, finalmente ¿qué son? ¿Una creencia? ¿Una hipótesis? ¿Una teoría? ¿Un hecho?
En definitiva, ¿cabe dudar de la teoría de la evolución e, incluso, advertir esta duda en las escuelas donde se enseña biología a los niños, tal y como se impone en Estados Unidos desde asociaciones de padres y religiones organizadas?
Echemos un vistazo al aviso incluido en todos los libros de texto de biología por el Consejo de Educación del Estado de Alabama, 1996-2001
Además, ¿quién es Darwin y sus seguidores para asegurar que la vida se desarrolló así y no de otra manera? ¿Acaso el aviso de los libros de texto de Alabama no tienen razón?
La tiene. Sin embargo, con esos avisos ocurre lo mismo que con los avisos de los mecheros BIC y las Pop Tarts de Kellog´s. Me explico. En la caja de Pop-tarts de Kellog´s podemos leer: “Cuidado: el relleno puede estar caliente cuando se calienta”. En el aviso que hay en los mecheros Bic estadounidenses: “No encender cerca de la cara”.
Es decir, obviedades, perogrulladas para ahuyentar querellas por un mal uso.

El aviso de los libros de texto a propósito de la evolución también es obviedad, pero con intenciones aviesas. Es obvio que no podemos estar COMPLETAMENTE seguros de que la evolución sea un hecho. Pero no podemos estar completamente seguros de eso ni de absolutamente nada. ¿Cómo podemos estar seguros de que, en realidad, no estamos conectados a Matrix? ¿Y si tal vez somos duendes que soñamos que somos seres humanos? ¿Y si somos juguetes de un alienígena?
Sin embargo, en los libros de texto no se indica que todo lo expuesto en el libro no se sabe con certeza. Se puntualiza exclusivamente la evolución, por motivos políticos y religiosos, además de poner de manifiesto una profunda ignorancia en epistemología y biología.
Cuando en ciencia se propone una teoría en realidad se está afirmando que poseemos abrumadoras evidencias para creer que en esa teoría, al menos eventualmente. Por ejemplo, Claudi Alsinarefiere sólo uno de ellos, cuando se completó el Proyecto Genoma Humano. Lio Patcher y Bern Sturmfels estudiaron la secuencia concreta de 42 componentes, descubriendo que esta misma secuencia se encuentra en algún lugar del ADN del ser humano, el chimpancé, el ratón, la rata, la rana, el pollo, el perro y los peces.
Si el tema fuese de puro azar la probabilidad de que una secuencia así de 42 componentes fuese tan omnipresente sería cero. (…) cabe concluir que todos estos vertebrados que se citan pudieron tener algún ancestro común.
Lo que llamamos “hechos” no son certezas blindadas, sino creencias no expuestas a dudas razonables o abrumadoramente probables. Aunque persisten las dudas sobre el funcionamiento exacto de la evolución, la afirmación de que la vida ha evolucionado sobre la Tierra es tan cierta como puede serlo cualquier afirmación científica.
Tal y como zanja brillantemente el filósofo Julian Baggini:
La gente parece creer que la incertidumbre siempre exige encogerse de hombros. De hecho, la certeza es una cuestión de grado. Allí donde hay menos, no siempre es preciso suspender el juicio. Con frecuencia basta con permanecer abierto al improbable pero posible descubrimiento de que estamos equivocados. Pensar bien requiere no otorgar excesiva importancia a la incertidumbre inherente a nuestras creencias ni instalarse en una falsa sensación de seguridad.
Vía | El meme eléctrico de Robert Aunger / ¿Se creen que somos tontos? de Julian Baggini /Vitaminas matemáticas de Claudi Alsina

Día Mundial del Escepticismo

Día Mundial del Escepticismo

Aportación de este blog a la iniciativa de “Proyecto Sandía“: “Día mundial del escepticismo y contra el avance de las pseudociencias“.
Día mundial del escepticismo
Un día como hoy, 20 de diciembre, pero de 1996, falleció Carl Sagan. Es posible que los más jóvenes no sepan de quién hablo, pero los que ya tenemos unos años nos acordamos de aquella fantástica serie de televisión titulada “Cosmos: un viaje personal“, de la que él era el guionista principal y presentador. Muchos amigos y compañeros recuerdan, como yo, que toda la familia se reunía enfrente del televisor a disfrutarla. Y aunque es cierto que la serie se emitió en una época en la que sólo había dos canales de TVE (la primera y la “uachefe”), eso no quita que su éxito fuera mérito propio, tanto por contenido como por presentación.
Vi todos los capítulos asombrado de las imágenes y las historias tan increíbles que contaba, e hipnotizado por la música de Vangelis (”Heaven and hell“, “Alpha” y “Pulstar“). De él escuché por primera vez las palabras googol y googolplex; supe de la vida de astrónomos y astrónomas como EratóstenesHipatiaPtolomeoBrahe (y su nariz de mirra y plata) o Kepler; conocí la historia de los cangrejos que por evolución artificial parecen samuráis; descubrí que hay planetas “cerca” de nosotros y, lo que era más fascinante para mi imaginación, ¡que somos capaces de mandar naves para explorarlos! Recuerdo a Carl Sagan hablando de los átomos, de los elementos de la tabla periódica y cómo las estrellas los crean; que la estrellas nacen y mueren; que en el Universo hay multitud de objetos y fenómenos maravillosos (¡y aterradores!):gigantes rojasenanas blancasagujeros negrossupernovaspúlsarescuásaresestrellas de neutrones…; que el Universo tuvo un inicio al que le habían puesto el curioso nombre de Big Bang; que vivimos en un espacio-tiempo con 4 dimensiones (¡que grande la historia de “Flatland“!); que tal vez no estemos solos en el Universo, como la ecuación de Drake sugiere; y sobre todo recuerdo el colofón, añadido unos años después, titulado en inglés “A pale blue dot“… una emocionante reflexión sobre la condición humana y el Universo.
Pero Carl Sagan no solo habla de Ciencia a lo largo de los diferentes capítulos de la serie. Cuando habla de la destrucción de la antigua biblioteca de Alejandría, es también una crítica a la intolerancia, al fanatismo dispuesto a matar y destruir por una idea. Desde un punto de vista histórico, no está claro ni cómo, ni cuándo, ni quiénes la destruyeron, y por eso motivo la afirmación de Carl Sagan de que fue la comunidad cristiana la responsable creó cierta polémica y provocó el rechazo de los historiadores. Pero “se non è vero, è ben trovato” pues el relato es un pretexto perfecto para denunciar cualquier forma de pensamiento cerril, tan falto de argumentos y tan incapaz de convencer que tiene que callar por la fuerza a todos aquellos que dudan y muestran su escepticismo.
La vida de Kepler se convierte en las manos de Carl Sagan en un llamamiento al pensamiento sincero y valiente. Cuenta la historia de un hombre que, a pesar de estar guiado por prejuicios sobre cómo deberían ser los cielos, acaba descubriendo la verdad y, cuando eso sucede, no duda en abrazarla, renunciando a sus propias creencias.
When he found that his long cherish beliefs did not agree with the most precise observations, he accepted the unconfortable facts. He prefered the hard truth to his dearest delusions. That is the heart of science.
Tampoco vacila Carl Sagan en criticar abiertamente las pseudociencias, en particular, laastrología: el convencimiento irracional y anticientífico de que nuestro destino está determinado (total o parcialmente) por la posición de los astros al nacer. Pero no lo hace de forma visceral, no quiere caer en el autoritarismo fanático que él rechaza, lo hace desde el pensamiento crítico y científico.
También denuncia la falta de credibilidad del fenómeno OVNI. Presenta el caso Hill, supuestamente uno de los mejor documentados, en el que una pareja afirmaba haber sidoabducida por extraterrestres, y lo examina con escepticismo. Y de nuevo, no lo hace con prepotencia ni desprecio, sino con la actitud honesta de quien está dispuesto a creer pero los hechos se lo impiden. Carl Sagan creía que existe vida inteligente en otros lugares del Universo pero no podía aceptar las historias sobre OVNIS. Quizás su libro “Contact” fuera una forma de consuelo y escribió en él lo que le habría gustado que pasara, como hizo su admirado Kepler enSomnium.
Es precisamente esta integridad intelectual, basada en la crítica y la razón, la que hoy, 20 de diciembre, se quiere destacar. Resulta sorprendente que, a pesar de la facilidad con que hoy día se puede acceder a información sobre casi cualquier tema, sigamos viviendo en un mundo donde la superstición, la pseudociencia, los falsos misterios y el dogmatismo son habituales. Mucha gente (y por desgracia, muchos de ellos jóvenes) cree en la astrología, numerología, ufología, homeopatía, espiritismo, grafología, parapsicología y otras muchas locuras que sólo sirven para que algunos charlatanes ganen dinero a costa de la desidia intelectual de otros.
La soledad, la incertidumbre o el miedo nos llevan a todos nosotros a buscar respuestas, soluciones, remedios, lo que sea con tal de eliminarlos o mitigarlos. Por eso me parece una iniciativa muy positiva la de hoy: un llamamiento a la búsqueda valiente de la verdad, sin sucedáneos, sin atajos… y a tener, como Carl Sagan, un viaje personal por el cosmos.
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