Las hepatitis virales, en especial la hepatitis crónica C (HCC) y la hepatitis crónica B (HCB) constituyen un gran problema de salud pública a nivel mundial. La Organización Mundial de Salud (OMS) estima que un 3% de la población mundial (170 millones de personas) presenta HCC y que 350 millones de personas tienen HCB. El diagnóstico y tratamiento precoz son fundamentales. Se trata de enfermedades con una elevada prevalencia que tienden a cronificarse. El 3-20% de los pacientes con HCC progresa a cirrosis una vez transcurridos 20 años, pero a veces la evolución se produce en 10 años. Los pacientes con cirrosis hepática tienen un riesgo anual del 1-4% de desarrollar un hepatocarcinoma; en el caso de la HCB, se puede desarrollar la HCC sin cirrosis establecida1. El tratamiento actual aprobado para la HCC consiste en interferón (IFN) pegilado (PEG-IFN) alfa más ribavirina. Se están desarrollando nuevos tratamientos asociando inhibidores de la proteasa/polimerasa del virus. En cuanto al tratamiento de la HCB, aparte del PEG-IFN, disponemos desde hace 3-4 años de entecavir (ETV), tenofovir (TDF) y telbivudina, fármacos muy potentes y con muy bajas o nulas tasas de resistencias virales
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Atte.
Dr.Máximo Cuadros Chávez
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