viernes, 14 de diciembre de 2012

La revolución del diagnóstico en casa: Scanadu

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La revolución del diagnóstico en casa: Scanadu

14/12/2012 by meedblogs | Leave a comment


Quizá no reparemos en ello porque forma parte de nuestros objetos cotidianos. Pero hace ya tiempo que utilizamos sistemas que sirven, si no para diagnosticar, sí para saber si hay síntomas de una posible patología y acudir al médico. Desde el momento en que se inventó el termómetro de mercurio recién iniciado el siglo XIX se abrió la puerta a la era del autodiagnóstico. Ya bien entrado el siglo XX hemos sido capaces de utilizar preparados que, reactivando ante ciertas sustancias, nos indican si podemos estar ante malas, o también buenas noticias (un embarazo, sin ir más lejos). Y lo último fue sacar herramientas básicas de los centros médicos para aplicarlas en casa: un espirómetro, un tensiómetro o glucómetro, por ejemplo. Lo próximo podría ser aglutinarlo todo y sumar nuevas funciones, algo como lo que la empresa estadounidense Scanadu propone.

La visión de Scanadu intenta mezclar tres aspectos clave que pueden suponer el cambio de paradigma del que hablamos:
1- Un dispositivo preparado electrónica o químicamente (o ambas) para medir con gran exactitud parámetros concretos y comunicarse con… 2- Un teléfono inteligente que es capaz de recibir, procesar e interpretar la información del dispositivo externo que comunica… 3- Al usuario si tiene que hacer algo, y a dónde ir, utilizando el potencial social, informativo y geolocalizador de las redes sociales.



Siguiendo este marco técnico-teórico Scanadu anuncia tres dispositivos diferentes:

SCOUT: Es un chip que se adhiere a la piel y que permite registrar datos como la frecuencia cardiaca, actividad eléctrica del corazón, saturación del oxígeno o la temperatura, todo en menos de 10 segundos. Estos resultados se visualizan en el teléfono y se pueden consultar, registrar y seguir en el tiempo. Anuncian un coste de 150$ para esta aplicación.

SCANAFLO: Depositando unas gotas de orina una serie de reactivos cambian su color. La diferencia es la forma de interpretar los datos; en lugar de seguir una guía en papel, el proceso se automatiza: apuntando con la cámara del teléfono nos dará información sobre complicaciones en el embarazo, diabetes en la gestación, infecciones del tracto urinario o complicaciones para el feto o la madre.

SCANAFLU: toma una muestra de saliva que se analiza automáticamente. Escaneando el reactivo con la cámara se realiza un diagnóstico por infecciones con la gripe aviar, estreptococos, adenovirus o bronquiolitis.

La visión de Scanadu y el funcionamiento de estas aplicaciones pueden verse en este vídeo promocional:

Un aspecto clave, como se aprecia en el vídeo, es que en todos los productos la aplicación “maestra”, residente en el teléfono, informa al paciente el grado de urgencia (si es que la hay) para ir al médico y a dónde ir, en función de la posición en la que nos encontremos. La información compartida en modo anónimo puede ayudar a localizar focos o expansión de enfermedades infecciosas y elaborar un mapa de usuarios. Se aplican de este modo las potencialidades que ya se usan para cuestiones relacionadas con el comercio electrónico o el ocio social.

La empresa Sacanadu busca inversores y cuenta con una sede en un centro tecnológico de la NASA en California. Afirman que en un año aproximadamente tendrán estos dispositivos listos para salir al mercado. Entre la ignorancia absoluta de lo que sucede en el cuerpo propio o ajeno, y la máquina de autodiagnóstico y operación que aparecía en la película dePrometheus de Ridley Scott hay un amplio término medio en el que movernos en un futuro cercano, cuya validez y utilidad deberá probarse. También las implicaciones éticas y sociológicas que estas máquinas tienen, incluso el rechazo que puede generar en mucha gente el “yo cuantificado” o en los propios profesionales de la medicina.

Como poco, estos dispositivos tienen de bueno que pueden ayudar a diagnosticar de forma temprana complicaciones, con todo lo positivo que ello conlleva, así como evitar falsas alarmas. Lo negativo, como siempre, la fiabilidad del dispositivo, su exactitud, y también la capacidad de interpretación de la persona concreta que lo usa. El tiempo nos irá explicando y respondiendo a estas interesantes cuestiones.

La cabina de autooperación de la película Prometheus y algunos diseños de objetos de la secuencia

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