SÁBADO 2 DE JULIO DE 2011
La insoportable normalización del consumo de cannabis entre los jóvenes españoles
La sociedad española, desde hace bastantes años, está aceptando de una forma natural el consumo habitual de cannabis por sus jóvenes. En un reciente artículo de la revista Atención Primaria: Manejo del consumo de cannabis en población joven en Atención Primaria, nos ofrecen datos actualizados: el consumo se concentra principalmente entre los 15 y 34 años, alcanzándose un pico máximo a los 18 años (46.9% han consumido en el último año, casi un tercio en los últimos 30 días).
La facilidad para su compra es pasmosa. Sería interesante saber, aproximadamente, cuanta gente vive del tráfico de drogas a pequeña escala. No es nada difícil encontrar en las ciudades y pueblos grandes, un punto de venta, casi normalizado, muy poco clandestino. Para alcanzar esa extensión de consumo, deben entrar toneladas de hachís a través de redes de transporte, casi industriales. No se leen u oyen noticias frecuentemente sobre decomisos de cannabis. Parece que todo el mundo, ha aceptado esta "droga social" y "menos importante" como algo "normal" y por ello, no se dedican más recursos a perseguir su tráfico. De Marruecos a cualquier punto de España, con facilidad y en grandes cantidades.
Hoy en día, están cada vez más claras, las implicaciones sanitarias y sociales del consumo de cannabis. El cannabis produce tolerancia, abstinencia y dependencia en menor grado que otras drogas ilegales, pero lo produce. El consumo intensivo, un inicio precoz y su uso repetido, favorecen su dependencia. El consumo de cannabis duplica el riesgo de desarrollar psicosis y adelanta el inicio de la esquizofrenia en personas predispuestas. La afectación neuropsicológica condiciona el rendimiento intelectual del consumidor y favorece el desarrollo del síndrome amotivacional. Evidentemente, estas consecuencias determinarán el futuro del joven consumidor, relacionándose su consumo con el 17% del fracaso escolar. El consumo de cannabis se asocia a irritabilidad, cambios de carácter, así como a crisis de ansiedad y rasgos depresivos con claros componentes de apatía, embotamiento o desmotivación. En todo joven con una clínica psicótica, hay que descartar el consumo de sustancias ilegales, incluido el cannabis.
El abordaje, por parte del médico de familia, será posible a través de la identificación del problema y la intervención mediante técnicas de entrevista motivacional. El artículo nos muestra una buena guía para su desarrollo.
La sociedad española debe tomar en cuenta que una gran parte de nuestros jóvenes están consumiendo cannabis con absoluta normalidad y que los traficantes se mueven, casi, en la más absoluta permisividad. Es una situación intolerable. Las consecuencias no son banales ni graciosas, pueden ser trágicas para la vida de muchas personas.
Y esto, no tiene nada que ver con el posible uso del cannabis en terapéutica, algo que se debe evaluar de una forma rigurosa.
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