http://www.dreig.eu/caparazon/2012/09/08/vejez-y-fraud/
CREDULIDAD Y FRAUDE: ES CUESTIÓN DE EDAD
CREDULIDAD Y FRAUDE: ES CUESTIÓN DE EDAD
Dolors Reig (dreig) | Saturday, September 8th, 2012 | 6 Comentarios / Referencias »
Dos veces ya, con las prisas que a todos nos empujan en esta época de abundantes estímulos informativos, he pinchado un enlace de phishing que me llevaba a un falso Linkedin. Seguro que el click impulsivo es uno de los resortes que utilizan pero seguro que os habéis preguntado alguna vez cómo es que seguimos “picando”, cómo en esta época de inteligencia individual y colectiva aumentadas, como habitualmente decimos, el negocio del timo sigue funcionando.
De acuerdo con los números de la Federal Trade Commission Norteamericana, incluso, los fraudes y denuncias sobre robo de identidad han aumentado. Concretamente os timos, off y online (aunque presumiblemente sean estos últimos los que más han aumentado) se producen en un un 24,2% más de ocasiones desde 2010.
El motivo puede estar en la reducción de la brecha digital relacionada con la edad, teniendo en cuenta los hallazgos de los investigadores de la Universidad de Iowa:
Uno de los modelos sobre la confianza, sobre cómo llegamos a la conclusión de que debemos creer o no en alguna información es la denominada Teoría del falso etiquetado, que postula (en la línea Rousseauniana del hombre como ser bondadoso por naturaleza) que en principio todas las ideas nos parecen ciertas. De entrada partimos de la confianza, por lo menos hasta que un área del córtex prefrontal específica etiqueta algo como falso. Se trata del córtex ventromedial prefrontal y cuando este está dañado desaparece la duda y nuestra bondad se convierte en candidez, abriendo el paso a todo tipo de engaños.
Así, parece que la edad lo destruye, hacéndonos por ello más crédulos, más susceptibles de confiar en nuestros congéneres, de profesar afiliaciones y creencias ciegas y basadas en la fe más que en la razón.
El tema explicaría que haya tantos fraudes que tienen a gente mayor como víctima y destacaría la importancia de la formación en competencias adecuadas para evitarlos en los colectivos más vulnerables, presumiblemente también los niños y jóvenes cuya maduración no ha finalizado.
No olvidemos al fin y al cabo que la ausencia de duda, la inocencia, el juicio sin prejuicio, la apertura mental son también cosas muy positivas en nuestra especie, merecedoras de toda protección.
Dos veces ya, con las prisas que a todos nos empujan en esta época de abundantes estímulos informativos, he pinchado un enlace de phishing que me llevaba a un falso Linkedin. Seguro que el click impulsivo es uno de los resortes que utilizan pero seguro que os habéis preguntado alguna vez cómo es que seguimos “picando”, cómo en esta época de inteligencia individual y colectiva aumentadas, como habitualmente decimos, el negocio del timo sigue funcionando.
De acuerdo con los números de la Federal Trade Commission Norteamericana, incluso, los fraudes y denuncias sobre robo de identidad han aumentado. Concretamente os timos, off y online (aunque presumiblemente sean estos últimos los que más han aumentado) se producen en un un 24,2% más de ocasiones desde 2010.
El motivo puede estar en la reducción de la brecha digital relacionada con la edad, teniendo en cuenta los hallazgos de los investigadores de la Universidad de Iowa:
Uno de los modelos sobre la confianza, sobre cómo llegamos a la conclusión de que debemos creer o no en alguna información es la denominada Teoría del falso etiquetado, que postula (en la línea Rousseauniana del hombre como ser bondadoso por naturaleza) que en principio todas las ideas nos parecen ciertas. De entrada partimos de la confianza, por lo menos hasta que un área del córtex prefrontal específica etiqueta algo como falso. Se trata del córtex ventromedial prefrontal y cuando este está dañado desaparece la duda y nuestra bondad se convierte en candidez, abriendo el paso a todo tipo de engaños.
Así, parece que la edad lo destruye, hacéndonos por ello más crédulos, más susceptibles de confiar en nuestros congéneres, de profesar afiliaciones y creencias ciegas y basadas en la fe más que en la razón.
El tema explicaría que haya tantos fraudes que tienen a gente mayor como víctima y destacaría la importancia de la formación en competencias adecuadas para evitarlos en los colectivos más vulnerables, presumiblemente también los niños y jóvenes cuya maduración no ha finalizado.
No olvidemos al fin y al cabo que la ausencia de duda, la inocencia, el juicio sin prejuicio, la apertura mental son también cosas muy positivas en nuestra especie, merecedoras de toda protección.
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