A través de la telemedicina el servicio de salud está llegando a lugares recónditos. / 123rf
Al comenzar su gobierno el presidente Juan Manuel Santos hizo una promesa que algunos recibieron con incredulidad porque parecía imposible: aseguró que al término de su período las conexiones a banda ancha se multiplicarían por cuatro, pasando de 2,2 millones en 2010 a 8,8 millones en 2014. Recientemente, en el Foro Internacional 4G, Santos anunció que ya la cobertura llega a 5,2 millones de hogares.
Uno de los objetivos que tiene contemplado el Gobierno con esta meta es ampliar el acceso de los colombianos a servicios vitales como la salud. Precisamente a través de estrategias como la telemedicina y el uso de redes sociales, Colombia y la mayoría de naciones del mundo le están apostando a ampliar la cobertura del sistema, llevar servicios a rincones a los que antes era muy difícil acceder, agilizar los procedimientos, sortear los problemas de disponibilidad de personal y acceder a opiniones de expertos en tiempo real.
Y en el país hay una motivación más, como lo asegura Juan Pablo Uribe, director general de la Fundación Santa Fe. “La implementación de las tecnologías en la salud es aún más importante hoy, cuando el sistema y el sector están hundidos en una crisis en la que los temas económicos y los problemas de transparencia parecen agotar la agenda”.
Desde hace cinco años la Fundación ha trabajado en el concepto de telemedicina. Hoy su principal centro opera desde el municipio de Madrid, Cundinamarca. Además de ser un beneficio para los usuarios —recalca Uribe—, la telemedicina es también la posibilidad de que el personal médico fortalezca su entrenamiento y formación profesional con sus colegas que están a la distancia.
Asimismo, la Fundación está haciendo uso de las redes sociales y las consultas on-line para acercarse a los pacientes. Un ejemplo es una herramienta virtual llamada Doctor Chat, que proporciona información gratuita sobre todo tipo de enfermedades y tratamientos. También se está desarrollando un programa piloto con estudiantes de la Universidad de los Andes para comprobar si los jóvenes usarían Doctor Chat —que está disponible en móviles— como herramienta de educación sexual. Y un ejemplo más: a través de Twitter la Fundación ofrece tips de salud para sus seguidores y realiza sesiones de twitcam con sus especialistas.
El uso de redes sociales y de la telemedicina están revolucionando, también, la manera de hacer actividades de promoción y prevención de la salud. Éste es, sin duda, el momento para que Colombia aproveche la tecnología para sortear las dificultades que históricamente le han impedido expandir su cubrimiento en salud: su geografía irregular y la corrupción que hoy tiene al sistema en un colapso financiero.