El diccionario está dirigido especialmente a los estudiantes de Ingeniería Informática con esta discapacidad que necesitan habitualmente intérpretes en las aulas. Zato, profesor de esta licenciatura en la Politécnica, aseguró que se producen con frecuencia malentendidos cuando el intérprete utiliza el mismo signo para explicar conceptos distintos. "La palabra 'herencia' es un término en esta asignatura que nada tiene que ver con el dinero que deja un padre a sus hijos", indicó Zato durante una pausa del curso que imparte esta semana en Santander sobre la inclusión social de personas sordas y sordo-ciegas.
El ingeniero destacó que la población sorda, a pesar de la exclusión social en la que se encuentra, ha empezado a acceder "poco a poco" a la universidad y a profesiones de alta cualificación. Sin embargo, a su juicio, si no se plantean este tipo de iniciativas "novedosas", el estudiante sordo "se ve obligado al fracaso, al no disponer de unos conocimientos mínimos". Zato indicó que hasta ahora ningún estudiante de Ingeniería con esta discapacidad ha conseguido licenciarse en la Politécnica. "Tan solo hay uno o dos sordos en mi clase, el filtro es muy escaso y suspenden de una manera bestial", según el profesor.
"La lengua de signos reduce la variedad de tiempos verbales a presente, pasado y futuro, y nada más", añadió el profesor, para quien este diccionario es "un intento de aproximación" a la cultura de aquellas personas que utilizan la lengua de signos, "uniendo el rigor de los conceptos científicos con los modos y la sintaxis particular de la lengua de signos española".
El diccionario, que estará disponible también en formato electrónico, ha necesitado la colaboración de psicólogos, informáticos, lingüistas y otros especialistas para crear un trabajo "serio" que, según el profesor, necesita estar actualizándose para ser fiel al lenguaje cambiante de las nuevas tecnologías.
Autor: Laura Contreras
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