«La generación actual está emotivamente vinculada al libro en papel»
Luis González dice que las bibliotecas pueden formar para leer en Internet
Luis González Director Fundación Sánchez Ruipérez
- M.M.
- 11/11/2011
? Luis González, director general de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, que está dedicada a la promoción del libro y las bibliotecas para contribuir, por medio de la lectura, a la formación de una sociedad democrática.
-¿Cómo afectan las nuevas tecnologías a las biblioteca escolares?
-Desde la puesta en marcha de las bibliotecas se ha defendido la necesidad de que sean una pieza básica de la alfabetización e información de los niños y, cuando se ha logrado o casi está superado este reto, llega Internet y lo dinamita todo, porque plantea un nuevo modo de lectura, que no es lineal, sino hipertextual y una lectura con capacidad ilimitada para acceder a las fuentes.
-¿Algo peligroso?
-Es muy interesante, pero efectivamente plantea problemas, porque los niños y los chicos ignoran la solvencia de una fuente u otra. No saben si lo que están leyendo está escrito por un loco, un ignorante o un sectario.
-¿Las bibliotecas escolares pueden poner orden en este caos?
-La biblioteca escolar vuelve a ser una pieza fundamental, porque es el lugar en el que se debe formar a los alumnos en el acceso crítico e inteligente a la información.
-¿Las nuevas tecnologías pueden perjudicar a la lectura tradicional?
-Hay que cambiar el concepto. Lo importante es el lector, no el libro en papel. Lo importante es el hecho lector y, por eso, vemos con esperanza la entrada de lo digital en el mundo de la lectura.
-¿Se abandonará la lectura en papel?
-La lectura en papel es una lectura más lujosa, más placentera. Cuando el niño aprende a leer, ahora en el 2011, no sé lo que ocurrirá en el 2016, el niño tiene una relación emotiva con el libro en papel. Hicimos un estudio con niños de 8 a 13 años y de 13 a 18 años, y cuando les preguntamos después de tres meses sobre la experiencia de lectura en ipad, hablaban maravillas de la tableta. Pero cuando les preguntabas por la lectura por la noche en la cama, decían «que no me quiten el libro en papel». Aún es una generación emotivamente vinculada al libro en papel.