miércoles, 26 de noviembre de 2014

Los derechos de los más pequeños

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Los derechos de los más pequeños

Los derechos de los más pequeños
En diversas ocasiones, los premios internacionales han reconocido la labor fundamental de quienes promueven los derechos de la infancia así como el poder de la educación básica en el desarrollo de las personas, de los pueblos y de la paz. En esta ocasión, el Nobel de la Paz ha recaído en dos personas que luchan diariamente en la frontera que separa a los niños y niñas que no tienen acceso a la educación básica de quienes sí la tienen: la joven paquistaní Malala Yousafzai y el veterano activista indio Kailash Satyarthi. Ellos, junto a miles de educadores y activistas en todo el mundo, reivindican y trabajan por el derecho de que todos los niños y niñas puedan acceder a la educación. Son todavía demasiados los que no pueden: 58 millones, entre seis y once años, según la UNESCO; algunos por prejuicios o interpretaciones extremistas de la religión, otros porque son explotados laboralmente y no pueden acudir a la escuela.
Josep Lobera
Profesor de Sociología. Universidad Autónoma de Madrid
Dos años y un día después de que un grupo de talibanes dispararan en la cabeza por haberse atrevido a hablar en favor de los derechos de una niña a recibir educación, Malala Yousafzai fue galardonada con el premio Nobel de la Paz. La noticia le sorprendió en una clase de química en la escuela a la que asiste en Inglaterra. Pese a su corta edad, 17 años, Malala lleva años luchando por el derecho de las niñas a la educación bajo peligrosas circunstancias. En 2009, cuando el Ejército paquistaní echó a los talibanes del valle del Swat, se supo que Malala era la autora de un diario que se difundía en la web de la BBC en urdu bajo el seudónimo de Gul Makai, en el que se contaba cómo era la vida bajo el control de los talibanes. En aquella época, que los talibanes habían decapitado a 13 niñas, destruido 170 escuelas y colocado bombas en otras cinco. Cuando los talibanes fueron expulsados de Swat, Malala utilizó su repentina notoriedad para promover el derecho a la educación, con especial énfasis en las niñas, dando conferencias en escuelas de todo el país. Los talibanes, tras haberla amenazado en varias ocasiones, trataron de asesinarla el 9 de octubre de 2012. Tras el atentado, Malala ha continuado con su activismo y ha recibido numerosos reconocimientos por su labor.
Kailash Satyarthi es ingeniero informático de formación. Hace casi ya treinta años que dejó su profesión para denunciar la explotación laboral infantil y el tráfico de personas, inicialmente en su entorno más cercano, denunciando los almacenes o fábricas de India donde trabajaban menores. Ello le permitió liberar a familias enteras obligadas a trabajar para devolver préstamos. Explotadas e incapaces de pagar esas deudas, esas familias son a menudo vendidas a otros patronos. La organización que fundó (Bachpan Bachao Andolan) junto con otras en las que ha participado han permitido a más de 80.000 niños de más de 160 países salir de la esclavitud y la explotación laboral. El Comité Nobel ha destacado que Kailash, siguiendo la tradición gandhiana, "ha liderado varias formas de protesta y manifestación, todas pacíficas, centrándose en la grave explotación de los niños para obtener beneficios financieros". Los informes de organizaciones internacionales apuntan que niños y niñas trabajan en las minas, en el campo, en la construcción, en talleres textiles, en joyería, en tiendas o servicio doméstico. Trabajan a menudo 12 horas diarias y están expuestos a la violencia sexual. El activismo de Kailash Satyarthi, junto con la lucha de otras personas e instituciones, han conseguido reducir la explotación laboral infantil en todo el mundo en las últimas décadas, pero todavía hay 168 millones de niños y niñas en situación de explotación laboral, según datos de la OIT. "Si un niño no recibe educación escolar, seguirá siendo pobre", afirma el recién galardonado.

El Premio Nobel de la Paz recuerda que la vulneración de los derechos infantiles es, todavía, una triste realidad para decenas de millones de niños y niñas. El galardón reconoce la labor de quienes, como Malala Yousafzai y Kailash Satyarthi, luchan cada día para que se hagan efectivos sus derechos.
   Enlaces de interés
- Premios Nobel 2014 (pdf)

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