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Ideas más potentes: Reflexión y Brainstorming para el individuo conectado (#creacap)
Escribíamos en Socionomía cómo esta nueva forma de “sociabilidad ambiental” (estar solo físicamente pero conectado a lo social a la vez, como cuando trabajamos en redes de colaboración online, léase twitter, facebook, moodle o cualquier entorno 2.0) abría posibilidades infinitas al desarrollo, no solo de la inteligencia colectiva sino también del intelecto individual de cada ser humano. Un artículo reciente apoya esta tesis mediante algunos argumentos interesantes en contra del “brainstorming” tradicional.
Recordemos los principios que Osborn, interesado en incrementar la creatividad de sus empleados, definía para la conocida técnica del “brainstorming” en los años 40. Una sesión efectiva debía en su opinión:
1. Eliminar el juicio, dejar que la gente fuese libre en cuanto a generación de ideas inusuales (en este punto existe cierta controversia y algunos estudios dicen que incorporar la crítica constructiva puede eliminar pérdidas de tiempo/esfuerzos en ideas demasiado locas)
2. Generar tantas ideas como sea posible (algo parecido a lo anterior se objetaría en este punto).
Se trata de cosas difíciles de conseguir en realidad porque juegan en contra de ellas algunas características psicológicas del ser humano:
1. Miedo al juicio por parte de superiores.
2. Los grupos tienden a rechazar las ideas demasiado nuevas. Tendemos a buscar la seguridad, la certeza, a evitar los riesgos que comportaría adoptar una nueva idea.
Ambos aspectos no se neutralizan a través de la hiperconectividad social. De hecho, “hablar en red” como lo hemos definido antes aquí, sin conocer previamente el alcance en cuanto a audiencia de lo que decimos, puede incrementar los efectos del pánico social. Sin embargo el individuo conectado podría beneficiarse de lo siguiente:
3. Los extrovertidos son más rápidos, juegan con ventaja:
En tareas grupales de este tipo los extrovertidos comparten ideas de forma más fácil y rápida, saltándose algunos de los pasos imprescindibles para los introvertidos, como la búsqueda de significado antes de contribuir a la discusión grupal. Los estudios apoyan la intuición de que no es fácil para un introvertido “expresarse sin juicio”. Como veis en la imagen, en presencia de estimulación externa los introvertidos muestran mayor actividad en las regiones cerebrales que procesan la información, crean significado y resuelven problemas, recorriendo un camino más largo.
En definitiva, cuando lo que buscamos en una sesión de brainstorming es la cantidad y no especialmente la calidad de las ideas que van apareciendo, es fácil que los extrovertidos tengan ventaja.
En estos punto creo que la conectividad, la individualidad conectada puede resultar una situación ideal para los introvertidos, que podrán tomarse su tiempo en mayor medida antes de responder. El tema está muy relacionado con el siguiente:
4. El proceso de la creatividad es más largo de lo que dura una sesión grupal habitual.
De hecho parece que las sesiones en lo presencial pueden pecar de no cumplir con las etapas definidas por teóricos de la creatividad como Graham Wallas. Para el autor la creatividad es un proceso evolutivo que puede dividirse en 5 estadios, imposibles de abarcar durante una sesión típica:
1. Preparación: estudio individual para centrarse en el problema, explorarlo con tranquilidad.
2. Incubación: el problema entra en la mente inconsciente y aunque no nos demos cuenta seguimos pensando en ello.
3. Iluminación: la idea creativa va de lo preconsciente a lo consciente.
4. Verificación: la idea se verifica de forma consciente y puede ser ejecutada.
De nuevo el individuo conectado, independientemente de sus rasgos de personalidad podría tener ventajas: una idea podría ser madurada durante horas o días antes de ser puesta a disposición del grupo, en nuestros términos de la red social correspondiente. Existe una investigación en 2008 en la Universidad de Toronto que apoyaría esta tesis: los brainstorming grupales son más efectivos cuando la gente acude a las sesiones de grupo después de haber madurado ya algunas ideas.
En definitiva si pensamos tanto en creatividad individual como en creatividad grupal, parece que el entorno digital favorece el rendimiento de ambas como nunca antes había sido posible.
Ideas más potentes: Reflexión y Brainstorming para el individuo conectado (#creacap)
Escribíamos en Socionomía cómo esta nueva forma de “sociabilidad ambiental” (estar solo físicamente pero conectado a lo social a la vez, como cuando trabajamos en redes de colaboración online, léase twitter, facebook, moodle o cualquier entorno 2.0) abría posibilidades infinitas al desarrollo, no solo de la inteligencia colectiva sino también del intelecto individual de cada ser humano. Un artículo reciente apoya esta tesis mediante algunos argumentos interesantes en contra del “brainstorming” tradicional.
Recordemos los principios que Osborn, interesado en incrementar la creatividad de sus empleados, definía para la conocida técnica del “brainstorming” en los años 40. Una sesión efectiva debía en su opinión:
1. Eliminar el juicio, dejar que la gente fuese libre en cuanto a generación de ideas inusuales (en este punto existe cierta controversia y algunos estudios dicen que incorporar la crítica constructiva puede eliminar pérdidas de tiempo/esfuerzos en ideas demasiado locas)
2. Generar tantas ideas como sea posible (algo parecido a lo anterior se objetaría en este punto).
Se trata de cosas difíciles de conseguir en realidad porque juegan en contra de ellas algunas características psicológicas del ser humano:
1. Miedo al juicio por parte de superiores.
2. Los grupos tienden a rechazar las ideas demasiado nuevas. Tendemos a buscar la seguridad, la certeza, a evitar los riesgos que comportaría adoptar una nueva idea.
Ambos aspectos no se neutralizan a través de la hiperconectividad social. De hecho, “hablar en red” como lo hemos definido antes aquí, sin conocer previamente el alcance en cuanto a audiencia de lo que decimos, puede incrementar los efectos del pánico social. Sin embargo el individuo conectado podría beneficiarse de lo siguiente:
3. Los extrovertidos son más rápidos, juegan con ventaja:
En tareas grupales de este tipo los extrovertidos comparten ideas de forma más fácil y rápida, saltándose algunos de los pasos imprescindibles para los introvertidos, como la búsqueda de significado antes de contribuir a la discusión grupal. Los estudios apoyan la intuición de que no es fácil para un introvertido “expresarse sin juicio”. Como veis en la imagen, en presencia de estimulación externa los introvertidos muestran mayor actividad en las regiones cerebrales que procesan la información, crean significado y resuelven problemas, recorriendo un camino más largo.
En definitiva, cuando lo que buscamos en una sesión de brainstorming es la cantidad y no especialmente la calidad de las ideas que van apareciendo, es fácil que los extrovertidos tengan ventaja.
En estos punto creo que la conectividad, la individualidad conectada puede resultar una situación ideal para los introvertidos, que podrán tomarse su tiempo en mayor medida antes de responder. El tema está muy relacionado con el siguiente:
4. El proceso de la creatividad es más largo de lo que dura una sesión grupal habitual.
De hecho parece que las sesiones en lo presencial pueden pecar de no cumplir con las etapas definidas por teóricos de la creatividad como Graham Wallas. Para el autor la creatividad es un proceso evolutivo que puede dividirse en 5 estadios, imposibles de abarcar durante una sesión típica:
1. Preparación: estudio individual para centrarse en el problema, explorarlo con tranquilidad.
2. Incubación: el problema entra en la mente inconsciente y aunque no nos demos cuenta seguimos pensando en ello.
3. Iluminación: la idea creativa va de lo preconsciente a lo consciente.
4. Verificación: la idea se verifica de forma consciente y puede ser ejecutada.
De nuevo el individuo conectado, independientemente de sus rasgos de personalidad podría tener ventajas: una idea podría ser madurada durante horas o días antes de ser puesta a disposición del grupo, en nuestros términos de la red social correspondiente. Existe una investigación en 2008 en la Universidad de Toronto que apoyaría esta tesis: los brainstorming grupales son más efectivos cuando la gente acude a las sesiones de grupo después de haber madurado ya algunas ideas.
En definitiva si pensamos tanto en creatividad individual como en creatividad grupal, parece que el entorno digital favorece el rendimiento de ambas como nunca antes había sido posible.
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