El infarto cerebral (o ictus)
es la tercera causa de muerte en personas mayores. Sabemos de la gran dependencia del cerebro respecto al oxígeno y a la glucosa que es aportada por la sangre, razón por la que una interrupción del riego con estos elementos podría ser suficiente para causar la muerte de miles de neuronas y, con ello, un daño irreparable en la persona.
Así pues, una buena prevención podría salvar muchas vidas y sufrimiento. Una prevención que ahora parece ser posible llevando a cabo una simple prueba de habilidad mental, la llamada prueba de trazado (TMT por las siglas en inglés de Trail-Making Test), que consiste en dibujar líneas que unen números o letras en orden ascendente, lo más rápido posible..
Es lo que sugiere una investigación llevada a cabo por neurólogos suecos de la Universidad de Uppsala y publicada en la revista médica BMJ Open. La investigación consistió en evaluar a 1.000 hombres que no habían sido diagnosticados nunca de infarto cerebral, con una capacidad intelectual normal y edades comprendidas entre 65 y 75 años con el TMT.
Un seguimiento a los sujetos durante más de una década permitió demostrar que aquellos con peores resultados en el test de dibujo tenían tres veces más posibilidades de sufrir un accidente cerebrovascular. De éstos 22 murieron en el mes posterior al evento y más de 50% murieron en los 2,5 años posteriores. Y es que se sospecha que existe una asociación entre la disminución de las funciones cognitivas vinculadas al envejecimiento y el incremento en el riesgo de muerte o discapacidad tras uno de estos eventos.
Para los científicos responsables de la investigación, esta técnica predictiva ofrece mayor nivel de precisión que las pruebas que se aplican en la actualidad, con la ventaja adicional de que es de bajo costo, tal y como explica la doctora Bernice Wiberg, que lidera el equipo de la Universidad de Uppsala en Suecia:
Es una prueba simple, barata y fácilmente accesible para uso clínico, así que puede ser una herramienta valiosa, junto con los métodos tradicionales como medir la presión arterial y preguntar al paciente sobre tabaquismo, para identificar su riesgo de enfermedad cerebrovascular. Y también puede ser un importante pronosticador de mortalidad después de un evento cerebrovascular.
Por su parte, la doctora Clare Walton, de la organización Stroke Association, señala que:
Es un estudio pequeño y las causas de la baja capacidad para dibujar no se conocen. Aunque es necesario llevar a cabo más estudios, la prueba tiene el potencial de identificar a quienes están en mayor riesgo de sufrir un evento cerebrovascular severo o fatal antes de que éste ocurra para que puedan beneficiarse con los tratamientos preventivos.