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Las bibliotecas universitarias, un ejemplo de adaptación al cambio tecnológico
Las bibliotecas universitarias gozan de buena salud porque han sabido anticiparse al cambio tecnológico de los últimos años, incluso antes de que se produjeran tales cambios. Así lo explica Lluís Anglada en el artículo que abre el último número de El profesional de la información, titulado Bibliotecas universitarias: cabalgando la tecnología, siguiendo al usuario, que está disponible en acceso abierto.
Muestra de esa buena salud son las áreas de innovación abiertas, no exentas de paradojas, que para Anglada son cinco:
Repositorios y acceso abierto, con todo un futuro por delante.
Espacios renovados, en los que las estanterías van cediendo espacio al usuario.
Servicios a los investigadores, con dos oportunidades claras: el depósito de datos y la incorporación del bibliotecario a los procesos de investigación.
Herramientas de descubrimiento, que persiguen el deseo de un único punto de búsqueda para todos los recursos de la biblioteca.
Libros electrónicos, con una clara tendencia a la compra basada en la demanda del usuario.
Un nuevo punto de vista sobre el futuro de las bibliotecas universitarias, que complementa perfectamente al de Anglada, lo ofrecía esta misma semanaLukas Koster en el post (Discover AND deliver) OR else. The future of the academic library as a data services hub. Koster revisa en él los actuales servicios que las bibliotecas universitarias ofrecen, desde un punto de vista crítico y en ocasiones poco convencional —como la decisión de la Biblioteca de la Universidad de Utrecht de no renovar su servicio de descubrimiento porque, según su experiencia, es cada vez menos utilizado—. ParaKoster todos estos servicios confluyen en una misma dirección: los servicios de datos.
Que disfruten de la(s) lectura(s).
Natalia Arroyo-Vázquez
Equipo de redacción de El profesional de la información
http://www.elprofesionaldelainformacion.com/
Las bibliotecas universitarias, un ejemplo de adaptación al cambio tecnológico
Las bibliotecas universitarias gozan de buena salud porque han sabido anticiparse al cambio tecnológico de los últimos años, incluso antes de que se produjeran tales cambios. Así lo explica Lluís Anglada en el artículo que abre el último número de El profesional de la información, titulado Bibliotecas universitarias: cabalgando la tecnología, siguiendo al usuario, que está disponible en acceso abierto.
Muestra de esa buena salud son las áreas de innovación abiertas, no exentas de paradojas, que para Anglada son cinco:
Repositorios y acceso abierto, con todo un futuro por delante.
Espacios renovados, en los que las estanterías van cediendo espacio al usuario.
Servicios a los investigadores, con dos oportunidades claras: el depósito de datos y la incorporación del bibliotecario a los procesos de investigación.
Herramientas de descubrimiento, que persiguen el deseo de un único punto de búsqueda para todos los recursos de la biblioteca.
Libros electrónicos, con una clara tendencia a la compra basada en la demanda del usuario.
Un nuevo punto de vista sobre el futuro de las bibliotecas universitarias, que complementa perfectamente al de Anglada, lo ofrecía esta misma semanaLukas Koster en el post (Discover AND deliver) OR else. The future of the academic library as a data services hub. Koster revisa en él los actuales servicios que las bibliotecas universitarias ofrecen, desde un punto de vista crítico y en ocasiones poco convencional —como la decisión de la Biblioteca de la Universidad de Utrecht de no renovar su servicio de descubrimiento porque, según su experiencia, es cada vez menos utilizado—. ParaKoster todos estos servicios confluyen en una misma dirección: los servicios de datos.
Que disfruten de la(s) lectura(s).
Natalia Arroyo-Vázquez
Equipo de redacción de El profesional de la información
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