ABC
Sorprendida y feliz. Así estaba ayer Paloma, una madrileña de 43 años, poco después de sufrir un insólito parto, porque, para empezar,desconocía que estaba embarazada. Sí. Como lo leen.
La mujer se encontraba como todos los días en su lugar de trabajo, la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), situada en la calle de Obispo Trejo, en la que ejerce desde hace años como administrativa.
Inopinadamente, mediada la jornada comenzó a sentirse mal y, como no mejoraba, decidió ir al cuarto de baño. Tenía intensos dolores abdominales. Incluso decidió acudir al médico y llamó a una prima suya para que la acompañara a la consulta horas después.
Entretanto, los fortísimos dolores de barriga y de riñones que padecía lejos de remitir, iban a más, hasta el punto de hacerse insoportables. Encerrada en el aseo, muy pronto Paloma, que es madre de tres hijos, se dio cuenta de que sus padeceres tenían un nombre: estaba de parto. ¡¡¡Ella!!!
Perpleja, pidió ayuda a sus compañeros de departamento y llamó corriendo a su marido, quien, al igual que ella, no salía tampoco de su asombro: «¡¡¡Embarazada!!!». Le resultaba increíble.
Nació casi sola
El Teléfono de Emergencias 112 recibió el aviso a las once de la mañana.Por suerte, ni Paloma ni su hija necesitaron a nadie. «Prácticamente, nació casi casi sola, sin que ella tuviera que empujar ni nada», «ha sido visto y no visto», exclamaban la afectada y quienes la acompañaron.
Así fue, porque, mientras los sanitarios del Summa se desplazaban hacia el lugar, los voluntarios colaboradores de la Facultad de Derecho de la UNED, «in situ». se limitaban a seguir atentamente sus instrucciones para pinzar de manera correcta el cordón umbilical a la neófita y a su, aún, atónita madre.
Eso fue lo único que les tocó hacer, porque, desde luego, el alumbramiento fue casi espontáneo. Ello, y abrigar convenientemente al bebé, que fue colocado al calor de su madre. Como debe ser.
Cuando llegó la ambulancia del Samur-Protección Civil, los sanitarios solamente lo tuvieron que cortar el cordón umbilical y tomar las constantes vitales de ambas, en perfecto estado. Como si tal cosa.
«Perfecta»
Las dos, madre e hija, fueron trasladadas hasta la Maternidad de O'Donnell en donde permanecerán ingresadas unos días. La «niña por sorpresa», que pesó 1.960 gramos, es perfecta, a decir de quienes la vieron. Con todo, se desconocen los meses de gestación de la madre por los desajustes hormonales que sufría, lo que hizo que ignorara su estado. Ello, unido a su corpulencia, y a la ausencia de síntomas, hicieron el resto. La mamá que no salía ayer de su asombro se mostraba feliz mientras iba recibiendo a todos sus familiares, todos igual de encantados y atónitos que ella.