martes, 5 de febrero de 2013

Algunas sombras en la sociedad de la información



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Algunas sombras en la sociedad de la información
31 enero, 2013 Por Adela Alòs-Moner
en Notas ThinkEPI 2013

“En nuestra sociedad hay determinadas fuerzas muy interesadas en convertir la información en desinformación. ¡No vivimos en una sociedad de la información sino en una sociedad de la desinformación!; nuestra economía se ha convertido desde hace tiempo en una “economía de la desinformación”.

Esta frase tan contundente es de Max Otte, autor del libro “El crash de la información”. Los mecanismos de la desinformación cotidiana. Y añade… ”La supuesta ‘sociedad de la información’ es en realidad una sociedad de la desinformación en manos de los nuevos dirigentes de las grandes empresas, la política y los grupos de interés, y ése es el verdadero mensaje de la fecha ’15 de septiembre de 2008′ (fecha de la quiebra de Lehman Brothers).

El libro se centra más específicamente en las informaciones intencionadamente inexactas que se nos dan en el ámbito financiero, del que el autor es un especialista, pero contiene bastantes reflexiones que pueden fácilmente generalizarse. Por ejemplo, hace referencia a la desinformación que nos brindan las empresas telefónicas y de energía eléctrica o la que nos llega de las industrias de la alimentación.

Mientras no dejamos de hablar de la gran cantidad de información de la que disponemos nos cuestionamos pocos aspectos como los que señala este autor.

Además de la dificultad por discernir la información que es cierta de la que no –en definitiva, su fiabilidad-, muchos se preguntan también sobre las consecuencias del “exceso” de información y la complejidad por acotar la más o menos relevante.

Si algo nadie discute es que hoy la información está, más que nunca, directamente vinculada a la economía, se ha convertido en lo que podríamos llamar, una “fuerza productiva directa”; es decir, un elemento clave, crucial, para un mercado financiero global en mano de unos pocos.

Ni que decir tiene que estamos en una sociedad muy distinta a la de hace apenas 20 ó 30 años. Si bien siempre ha habido información, hoy las redes, las tecnologías que permiten trabajar con datos e información, gestionar conocimiento, la han transformado radicalmente. Por citar un ejemplo, desde que se empieza a estudiar un tratamiento farmacológico hasta que ello se traduce en un producto o medicamento para el mercado, pueden pasar semanas, meses o pocos años. Antes, desde que se empezaba a investigar sobre un tema y el resultado de la investigación se llevaba a la práctica, podían pasar muchos años. Por ejemplo, desde que Leonardo da Vinci diseñó las primeras maquetas para poder volar hasta que se elevó el primer avión, pasaron siglos.

Si hay algo que nadie discute es que hoy la información está directamente vinculada a la economía más que nunca, se ha convertido en lo que podríamos llamar una “fuerza productiva directa”; es decir, un elemento clave, crucial, para un mercado financiero global en mano de unos pocos.

Desigualdades

Por otra parte, cabe decir que estas reflexiones se realizan desde la visión del mundo occidental de la llamada sociedad de la información. En 2003, en la primera cumbre mundial sobre la sociedad de la información celebrada en Ginebra y auspiciada por lasNaciones Unidas, se constató que el 70% de los usuarios de internet vive en los 24 países más ricos, donde se concentra el 16% de la población mundial. Además, en ese momento, un 70% de los contenidos están en inglés, aunque el mandarín está creciendo con extrema rapidez.

Nueve años más tarde, persisten grandes diferencias entre los continentes: mientras en América del Norte la penetración de internet es del 78,6%, en Australia y Oceanía del 67,6% y en Europa del 63,2%, en Asia baja al 27,5% y en África al 15,6%.

Esta es una muestra de la llamada brecha digital, un término que cubre sin duda muchos más aspectos pero que tiene una estrecha relación con las desigualdades económicas, entre países y también dentro de cada país.

Neutralidad de la Red

Es otro tema crítico, íntimamente ligado a la brecha digital. internet no debe estar restringida por ningún tipo de discriminación en el acceso a contenidos ni en el uso de las herramientas necesarias para acceder a ellos. Evidentemente la neutralidad de la Red está relacionada tanto con aspectos tecnológicos –el ancho de banda, los medios de acceso-, como políticos –los contenidos-. Casos de restricciones “políticas”–o de cortes en el acceso a la Red- lo vimos recientemente en “la primavera árabe” cuando en Egipto se cortó el acceso a las redes sociales -aunque Twitter se negó a cerrar su servicio-. El caso de Wikileaks es otro claro ejemplo de ello. Nos debe preocupar también lo que algunos han llamado el “Internet kill switch”, que permitiría a los que de verdad gobiernan internet detenerla desde un sólo punto, ¿puede llegar este momento?

Hasta la fecha, el tema de la neutralidad de la Red sólo se ha visto acompañado de múltiples declaraciones de buenas intenciones de organismos como ONU, Unesco,Consejo de Europa, etc. Hoy por hoy, sólo Chile ha aprobado en 2010 una ley garantizando un acceso neutral a la Red.

Mientras las redes sociales han abierto nuevas vías de “democracia en la Red”, también los grandes lobbies empresariales están actuando –enviando, por ejemplo, sin identificarse como tales, comentarios o twits favorables a las empresas-, y se empiezan a vislumbrar los primeros intentos de incriminar a las personas que “retuitean” información, como en el Reino Unido.

Los grandes intereses económicos –hoy globalizados- conocen muy bien esta nueva forma de poder. Nos hemos preguntado ¿por qué Mark Zuckerberg –creador de Facebook- estuvo presente en la reunión del G8 del 2011 en París?

Al mismo tiempo que los lobbies de las empresas de telecomunicaciones ejercen con maestría su labor de impedir leyes para mantener y avanzar hacia la neutralidad en la Red, por otra parte es evidente que no hay una voluntad política de transparencia. Relacionado con estos dos conceptos, ha surgido el término “tecnopolítica” como un nuevo paradigma de hacer política que se entiende fácilmente en un entorno globalizado en el que decisiones económicas –y políticas- se ejercen cada vez más a través de la Red. OpenNet initiative (ONI), una iniciativa internacional fruto de la colaboración de tres organismos –University of Toronto, Harvard University y SecDev Group de Canadá- hace un estrecho seguimiento de los países que filtran y censuran los contenidos en internet.

La reciente “World conference on international telecommunications” organizada del 3 al 14 de diciembre de 2012 por la ITU (International telecommunication union) en Dubai–¡curiosamente un país que es un claro ejemplo de falta de transparencia en la Red!-, ha mostrado una opacidad preocupante porque se ha restringido el acceso a las propuestas de modificaciones al Reglamento de las Telecomunicaciones Internacionales (RTI), un reglamento vinculante que debe facilitar la interconexión e interoperatividad de los servicios de información y comunicación y cuya última modificación es de 1988. En esa fecha, evidentemente, no se hacía referencia a internet. Finalmente, el nuevo Reglamento ampliamente debatido ya que contempla aspectos clave como la seguridad en internet, el control o las posibles restricciones de acceso, fue aprobado por 89 países de los 151 participantes. Votaron en contra, o se abstuvieron, la mayoría de los países más desarrollados contrarios a que el nuevo reglamento pueda afectar el control que, de hecho, tienen sobre internet.

Cómo protegernos

Ante un panorama con oscuros horizontes, encontramos una sociedad civil que se ha movilizado y que está “inventando” nuevas estratagemas para esquivar restricciones, crear nuevas formas de organización, comunicación y plantear y llevar a cabo acciones colectivas. El #15M o “!democracia real, ya!” en España y “Occupy Wall Street”, son claros ejemplos. También la primavera árabe nos ha mostrado la potencia del uso de las tecnologías de la información y la comunicación. Aquí han tenido un rol decisivo las redes sociales que serían motivo de otro artículo. Tan sólo indicar que estas formas de organización, de trabajo colaborativo y “en abierto” tienen su origen hace algo más de 20 años en las primeras comunidades hacker, que contribuyeron decisivamente a una forma de hacer en la Red, basada en unas premisas éticas muy profundas: el intercambio de información y conocimientos, la autonomía respecto de las instituciones o empresas, el trabajo compartido, etc. Es necesario destacar la confusión, a veces por ignorancia pero en muchos casos deliberada, de identificar y asociar hackers con crackers; es decir de desprestigiar los hackers, defensores del trabajo colaborativo y del software libre, con loscrackers, violadores de datos y de los sistemas de seguridad informática.

Medios de comunicación

Pero, yendo más allá, y en otro ámbito importante, el de la comunicación: ¿qué rol están teniendo los grandes propietarios de los medios de comunicación? Es evidente que su papel es clave: o ellos directamente o, en otros casos, los intereses económicos o políticos de los partidos que gobiernan, han arrinconado un amplio abanico de profesionales y de voces críticas que había en este país. Los recientes ceses en TVE y TV3, asociados a cambios en los gobiernos respectivos, son un claro ejemplo de ello. Como también lo es la agresiva respuesta de las compañías eléctricas a lo que nos desveló Jordi Évole en el programa “Salvados” del 18 de noviembre de 2012.

Nuestra actitud

Sin duda hay muchos más aspectos relacionados con la sociedad de la información que deberíamos plantearnos y que no son objeto de este breve artículo. Si en algo me gustaría incidir es en la necesidad de cuestionarnos más esta nueva realidad en la que operamos –vivimos y trabajamos-. Creo que a menudo caemos en la “perversión tecnológica”, extasiados ante las múltiples posibilidades de búsqueda, de nuevos dispositivos, etc.

En este entorno tan complejo en el que los cambios se producen a una enorme velocidad, los profesionales de la información deberemos tener una visión crítica y reflexiva, ejercer cada vez más un activo rol de defensa de la libre circulación de la información en la Red y denunciar el uso fraudulento de ésta. Por nuestra formación, por nuestra experiencia y conocimientos podemos contribuir a evaluar y seleccionar contenidos, a formar a colectivos con menos recursos, a aportar nuestra grano de arena para que la sociedad de la información sea “para todos”, que contribuya a los intereses generales evitando su posible manipulación. En una entrevista realizada en octubre del 2000 a Manuel Castells, este decía que “hay que poner la tecnología al servicio de la sociedad y no al revés”. Algo hoy casi imposible pero, aun así, un reto, por el que no debemos dejar de luchar.

Referencias

Otte, Max. El crash de la información: los mecanismos de la desinformación cotidiana. Ariel, 2010. [NOTA: Max Otte es conocido por su profético libro ¡Que viene la crisis! (2006)].

OpenNet initiative
http://opennet.net

Internet World Stats.
http://www.internetworldstats.com/stats.htm

International Telecommunication Union (2011). WSIS Forum 2011: Outcome document
http://www.itu.int/wsis/implementation/2011/forum/inc/Documents/WSISForum2011OutcomeDocument.pdf
Cómo citar este artículo:
Alòs-Moner, Adela. “Algunas sombras en la sociedad de la información”. Anuario ThinkEPI, 2013, v. 7, pp. ¿¿-??.

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