Uno de los primeros brotes epidémicos tuvo lugar en Granada, en el otoño de 2010. Según los informes epidemiológicos elaborados por el SSPA (Sistema Salud Pública de Andalucía), todo comenzó en el colegio de infantil y primaria Gómez Moreno, situado en el barrio del Albaicín de la capital nazarí. El 13 de octubre, el caso de una niña de 13 años que había contraído el sarampión fue notificado tras hacerle las pruebas de serología. Seis días más tarde, apareció el segundo caso, un niño de 13 meses de edad con el que la niña había coincidido días antes en un banquete nupcial. Ambos casos habían coincidido «con una niña de otra región de España que fue diagnosticada con sarampión al volver a casa», según apunta el informe, publicado en la revista de salud pública Eurosurveillance. Menos de un mes después, los casos de sarampión habían ascendido a 25, en diciembre eran ya 59 los casos confirmados. En abril de 2011, siete meses después, 250 personas (en su mayoría niños) habían contraído el sarampión.
Un mes más tarde, en mayo, aparecen varios brotes más: 20 casos en Aragón, 23 en Asturias, 25 en las Islas Canarias, 30 en Córdoba, más de mil en Sevilla. En junio de 2011 detectan un pequeño brote epidémico de sarampión en Guipúzcoa, donde no había habido ningún caso desde mediados de los noventa. Los habitantes de la comunidad de Madrid se vieron afectados en octubre por un brote que se saldó con casi 400 casos de sarampión confirmados, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Pro-MED.
PROBLEMA GLOBAL Pero el problema no afecta sólo a España. Francia igualó en solo tres meses, de enero a marzo de 2011, los casos de sarampión ocurridos durante todo el año anterior y los brotes de esta enfermedad afectaron a 33 países en Europa. Rebecca Martin, directora de la oficina que la Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene en Copenhague dedicada a las enfermedades prevenibles con vacunas, declaró que «son muchos casos, por decirlo suavemente. En los últimos años hemos tenido muy pocos casos» de sarampión.
Hasta el año pasado, los casos de sarampión eran contados, y causados habitualmente en comunidades de inmigrantes que llegaron a España sin haber sido completamente vacunados en sus países, como ocurrió en Jumilla, Murcia, en Febrero de 2010 con un brote que afectó a 65 personas, en su mayoría extranjeros, de origen búlgaro o rumano.
Algunas Consejerías de Salud, como las de Madrid o Andalucía -dos de las comunidades más afectadas por este rebrote del sarampión- han anunciado ya que adelantarán a los 12 meses la primera dosis de la vacuna triple vírica (sarampión, paperas y rubeola), que actualmente se administra a los 15 meses de vida del niño.
«Alrededor del año de edad el sistema inmune del niño tiene ya capacidad de respuesta para generar anticuerpos y poder combatir el sarampión», dice Alberto López Rocha, vocal del Colegio de Médicos de Madrid, organización que ha apoyado recientemente la medida de adelantar la vacuna. «Prácticamente, antes de los quince meses es cuando hoy en día se empiezan a escolarizar los niños, justo cuando tienen más peligro de ser contagiados».
¿POR QUÉ AUMENTAN?
«El sarampión ha estado ahí siempre», dice López Rocha. En cuanto a las causas de este repunte, Miguel García Alarilla, vicepresidente de esta sociedad científica, comenta que «se debe a un descenso de la cobertura vacunal generado en gran medida por la relajación de algunos padres por no darle la importancia que tiene y probablemente por diversos colectivos anti-vacunas que han surgido en los últimos años».
Las tesis de estos grupos anti-vacunas, surgidos en los últimos años, han tenido un cierto impacto en países anglófonos. Afirman que las vacunas no sólo no protegen adecuadamente sino que además contienen compuestos tóxicos de, por ejemplo, aluminio, empleados como coadyuvante en algunas vacunas, para aumentar la respuesta inmune.
La publicación en la revista médica The Lancet de un fraudulento artículo, escrito por el cirujano Andrew Wakefield y que relacionaba las vacunas con el autismo, ha dado alas a estos grupos en los últimos años, pese a que el artículo fuera retirado, la revista se retractara y el tribunal del Consejo General de Medicina de Reino Unido achacara a su autor más de treinta cargos, desde conflicto de intereses al abuso de 12 niños autistas, a quienes sometió a innecesarias colonoscopias o punciones lumbares.
Un reciente estudio de la Universidad de Oxford publicado en el British Medical Journal recomendaba, entre sus conclusiones, el uso de suplementos de vitamina A para prevenir la mortalidad en niños menores de 5 años. Algunos grupos anti-vacunas utilizaron este artículo para alardear de que la vacuna triple vírica no era en realidad necesaria, ya que los suplementos de vitamina A parecían garantizar una cierta inmunidad en estos niños.
En realidad, los científicos de Oxford no trataban de sustituir las vacunas, sino que recomendaban dar a niños con deficiencias en países con pocos recursos estos suplementos de vitamina A «hasta que otras fuentes estén disponibles». Para la Organización Mundial de la Salud, «los grupos con riesgo alto de sufrir complicaciones por el sarampión comprenden los lactantes, las personas que padecen enfermedades crónicas e inmunodeficiencia, o las que padecen malnutrición grave, incluida la carencia de vitamina A».
LOBBY ANTIVACUNAS Existen en España algunos libros, como los publicados por los doctores Xavier Uriarte y Juan Manuel Marín, que cuestionan la necesidad de vacunaciones sistemáticas pero, por lo general, fuera del ámbito de las redes sociales y un puñado de blogs, el lobby anti-vacunas tiene poca fuerza en nuestro país.
Un aspecto interesante del brote epidémico de Granada permite comprobar que, al igual que ha ocurrido en otros países, parte de la responsabilidad de este repunte del sarampión se debe más al bajo riesgo percibido de enfermedad que a una posición ideológica contra las vacunas. Según el informe, cuando los técnicos de la Junta de Andalucía llegaron al brote epidémico y ofrecieron a los padres inmunizar a los niños no vacunados, la respuesta fue baja. No habían vacunado a sus hijos por «objeciones ideológicas», dice el informe, que luego apunta que «ya que muchos de estos padres no tienen una posición firme contra la vacunación, hubo un posible cambio de actitud. Con estas intervenciones la cobertura de la vacunación con una dosis en este colegio fue incrementada al 95 por ciento».
POR DEBAJO DEL UMBRAL Cuando una enfermedad está a punto de extinguirse, el riesgo percibido desciende tanto que mucha gente deja de vacunarse. En epidemiología se maneja el concepto de inmunidad de rebaño: cuando la gran mayoría de una población está vacunada, la minoría sin vacunar no contrae la enfermedad al estar protegida. En estos mismos términos se expresaba Rebecca Martin, de la OMS, ante la sucesión de brotes de sarampión del año pasado: «Ha habido un aumento de niños que no han sido inmunizados a lo largo de los años. Es casi como un umbral. Cuando tienes suficiente gente que no ha sido inmunizada, los brotes pueden ocurrir».
Este umbral de vacunación está, para las autoridades sanitarias, en el 90% de los niños. En el colegio Gómez Moreno, durante el comienzo del brote, sólo un 60% de los niños habían sido inmunizados con la triple vírica. La inmunidad de rebaño se había disuelto y el sarampión se movió a sus anchas.
MAYOR CONTROL Junto con el adelanto a los doce meses de la primera dosis de la vacuna contra sarampión, rubeola y paperas, el Servicio de Salud Pública de Andalucía anunció que «la cobertura vacunal en los niños andaluces alcanza ya el 97 por ciento». Las autoridades sanitarias esperan así atajar la proliferación de una enfermedad de la que el pasado año se registraron 2.040 casos en Andalucía, el ochenta por ciento de ellos pertenecientes a un brote ocurrido en Sevilla. En 2010 solo hubo en la comunidad 89 afectados por el sarampión, todas relacionadas con el brote de Granada.
Actualmente las comunidades autónomas negocian la implantación de un único calendario de vacunas para toda España, algo que, dice López Rocha «se lleva pidiendo desde hace tiempo por las sociedades científicas. La idea es que sea único para toda España y que se repartan las mismas dosis, para que todos estén perfectamente vacunados, y para que además todo esté mejor tabulado. Esta es la filosofía que está promulgando también la Sociedad de Pediatría».
Además de la implantación del calendario vacunal único, el doctor López Rocha opina que es necesario adoptar medidas más estrictas para combatir al sarampión. «Los profesores han de participar también de estas campañas de prevención, desde las asociaciones de padres hay que promover la obligatoriedad de la vacuna como uno de los requisitos para acceder al colegio, porque a estas edades, si estos niños no están vacunados contra el sarampión se contagian fácil y rápidamente».
LA TRIPLE VÍRICA, A LOS DOCE MESES Para cortar de raíz la incidencia de estos brotes de sarampión, la Comisión de Salud Pública del Consejo Interterritorial, dependiente del Sistema Nacional de Salud, estudió la posibilidad de adelantar entre los 12 y los 14 meses la primera dosis de la vacuna. La iniciativa también la apoya la Asociación Española de Pediatría y algunas comunidades como Madrid y Andalucía ya han tomado la medida. Probablemente, en el próximo Consejo Interterritorial de Salud, donde se reúnen todas las comunidades y está a punto de celebrarse, se decida adelantar en todas las comunidades la vacunación de la triple vírica. En esta vacuna se incluye la inmunización frente al sarampión, la rubeola y la parotiditis.
Lo que se pretende con este adelanto de la vacuna es aportar al niño desde la primera dosis una inmunidad extra contra estos virus hasta la segunda dosis, que recibirán a los tres años. El sistema inmune de un niño de un año, a pesar de no estar lo suficientemente desarrollado para resistir estas agresiones por sí mismo, es ya capaz de comenzar a generar anticuerpos. Junto a la Comisión de Salud Pública, la efectividad y control de esta dosis es seguida de cerca tanto por la Comisión Asesora de Vacunas y Enfermedades Susceptibles de Vacunación como por el Sistema de Vigilancia Epidemiológica de cada comunidad autónoma.
Si las comunidades se ponen de acuerdo en la edad de vacunación de la triple vírica se habrá dado un primer paso para unificar el calendario vacunal en todo el territorio nacional. Esta es una antigua reclamación de los pediatras y una aspiración del antiguo equipo del Ministerio de Sanidad que ahora ha hecho suya la ministra Ana Mato.
DNI DE UNA INFECCIÓN VÍRICA ¿QUÉ ES?
Es una enfermedad respiratoria infecciosa y muy contagiosa causada por el virus Sarampión. Solo el ser humano puede hospedar esta enfermedad, que es especialmente virulenta con aquellos cuyo sistema inmune es más débil, como los niños de menos de 15 meses. Cuando es contraído, el virus tiene un periodo de incubación de menos de dos semanas. En las etapas iniciales de la enfermedad aparecen en el interior de la boca unos puntitos blancos llamados manchas de Koplik. Alrededor del decimotercer día, surge una erupción cutánea, primero en la cara. Después, el sarpullido se extiende durante unos 4 días más. No hay tratamiento.
¿POR QUÉ ES PELIGROSO?
Los profesionales de la salud están en situación de alerta ante este rebrote, explica el doctor López Rocha, «porque el virus del sarampión, contraído como grave enfermedad, tiene más facilidades de tener complicaciones posteriores cuando una persona no está vacunada. Hay niños que han pasado el sarampión con secuelas a nivel del cerebro, meningitis por ejemplo, o encefalitis. Todo esto se podía haber prevenido con la vacuna».
¿ES OBLIGATORIA LA VACUNACIÓN? En España no es obligatorio estar vacunado contra el sarampión, simplemente se recomienda. El Colegio de Médicos de Madrid insiste en que, para erradicar la enfermedad se debería seguir el modelo norteamericano. «En Estados Unidos, donde se tiene un auténtico pánico al sarampión, para toda persona que viaje allí, especialmente en los periodos infantil, adolescencia y juvenil, hasta los veintitantos años, uno de los requisitos que te piden en la frontera es que estés vacunado del virus. Si no la tienes, no puedes entrar al país» explica López Rocha. «En nuestro país en ese sentido, todavía no es obligatorio sino que lo tienen como una recomendación, y efectivamente, no es sólo que descienda el número de vacunas y aumente la enfermedad sino sobre todo el coste social que eso implica».
¿POR QUÉ NO SE VACUNA? «Hay que mentalizar otra vez a esos padres para que tomen cartas en el asunto», opina López Rocha, para quien el problema se aproxima más al rechazo a este tipo de inmunización por parte de «algunos padres, que piensan que al meter un agente externo en el organismo vas a causar un daño, cuando la vacuna causa siempre más beneficio que perjuicio. No es por dejadez, es peor es porque no quieren vacunarse».
Autor: A. Villareal
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