jueves, 28 de julio de 2011

Ejecutivos... Es sólo una cuestión de actitud


No hay título en Perú al momento que avale la actitud y la capacidad de gestionar recursos humanos. Y en el campo de la salud la cosa puede ser peor como se vió en el video del Johns Hopkins.
Jul. 27 , 2011
Hace unos años en la revista brasileña Exame apareció una estadística muy reveladora: el 80% de los ejecutivos despedidos lo era por sus actitudes, por su capacidad de relacionarse. Esto lo comenté en muchos auditorios pero la experiencia de otros países nos es, en general, ajena.

Este mes fue despedido un ejecutivo de primera línea de Cencosud. El Gerente Corporativo de Administración y Finanzas no supo relacionarse con sus pares y a pesar de agregar valor y haber hecho desarrollos importantes durante dos años para la empresa ya no puede seguir. Antes había sido parte de la multinacional Arcor y tiene un par de posgrados a su haber.

Los problemas de los ejecutivos relacionándose con sus pares y dirigiendo sus equipos es conocido. Muchas encuestas de clima organizacional muestran los problemas que generan los “líderes”, directivos, ejecutivos, jefaturas y supervisores. “Muchas veces más que ser facilitadores son obstaculizadores del trabajo”, decía un ejecutivo minero. El tema es que ahora las organizaciones y el mercado están reaccionando y tomando acciones correctivas. Ejecutivos que no saben relacionarse generan ineficiencias, ineficacias y mal ambiente laboral y esto afecta la rentabilidad de las empresas en el mediano y largo plazo. Esto ya lo sabemos.

Sin embargo, al conversar con muchos de estos ejecutivos “complicados” se descubren personas muchas veces brillantes, con buenas intenciones e incluso ganas de hacerlo bien, pero que no tienen las habilidades y las actitudes para liderar, cultivar relaciones de trabajo y generar trabajo en equipo. Y su “inteligencia”, muy comprobada durante su vida estudiantil y laboral, les impide ver que son ciegos (incapaces de ver las dificultades que tienen) o ignorantes (que se dan cuenta pero no saben) en el territorio de la construcción de relaciones. Esto hace que muchas veces ni siquiera vean que tienen un problema y que no se den cuenta que están haciendo daño a su organización. Si a esto sumamos que vivimos en una cultura con muy baja capacidad de dar feedback en forma descendente y nula en forma ascendente estamos en un problema, que en algún momento se corta con un despido.

Hoy tenemos claridad que el capital social de una organización o una comunidad es central en la sustentabilidad y productividad. Y para ello son importantes sus personas, sus vínculos y la capacidad de construir relaciones y confianza.

La solución natural para muchos ejecutivos es ir pasando de una organización a otra, como en general muestran mucho valor agregado no se ven estos problemas más “subjetivos”. Pero esto no es sostenible, necesitamos algo más profundo.

Afortunadamente las universidades ya se han ido dando cuenta de esta grave falencia en la formación de profesionales y cada vez se ve con mayor frecuencia se realizan cursos de habilidades blandas. Debe notarse que hasta hace una década era un insulto o a lo menos una descalificación decir que alguien era bueno en las habilidades blandas. Un docente dedicado a desarrollar esas habilidades era menospreciado por sus pares que trabajaban los temas “realmente” importantes. Pero esto ha cambiado y hoy están pasando a ser el centro del proceso formativo, los futuros profesionales si serán formados integralmente.

En el mundo de los profesionales y ejecutivos en general que ya están en el mercado han buscado soluciones vía Coaching o programas de desarrollo de habilidades. Muchos aceptan su debilidad y tienen la suficiente garra para enfrentarla y hacer algo con ella. 

Estamos frente a un cambio cultural mayor, que si bien está comenzando ya está dando frutos. Muchas de las nuevas empresas y nuevos emprendimientos (que aportan la gran mayoría de los nuevos puestos de trabajo) están siendo liderados por jóvenes que sí tienen estas capacidades o al menos las valoran como relevantes.

Para dar un salto cuántico en la calidad de nuestras organizaciones necesitamos que muchos de nuestros ejecutivos se declaren ciegos e ignorantes en el dominio del liderazgo de personas, en la capacidad de construir relaciones de confianza y construir equipos de trabajo. Y a partir de eso abrir un nuevo espacio de aprendizaje y desarrollo personal.


http://blog.latercera.com/blog/eolguin/entry/ejecutivos_es_solo_una_cuestion

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