Divulgación. Ida y vuelta a través de las redes sociales
El futuro de la prensa de papel y la espectacularización de la información son temas que se sumaron al planteamiento inicial de la jornada ¿Comunicar la ciencia en el siglo XXI¿, centrado en las redes sociales. La conclusión está clara: todos, científicos y comunicadores, necesitamos llegar a cuanta más gente, mejor.
Si hay gente que dice orgullosa ‘yo soy del Barça’, ¿habrá también quien diga ‘yo soy de Aragosaurus’?Aragosaurus es el nombre de un grupo de investigación en paleontología de la Universidad de Zaragoza con web, blog y perfil en Facebook. Y ese sentimiento de pertenencia puede ser una de las grandes aportaciones de las redes sociales a la comunicación de la ciencia: crear identidad.
Con filosofía 2.0, hemos empezado este artículo por los comentarios, porque esta fue una de las reflexiones del público que asistió el pasado miércoles a la III Jornada de Divulgación Científica de la Universidad de Zaragoza ‘Comunicar la ciencia en el siglo XXI: el papel de las redes sociales’.
José Ignacio Canudo, responsable principal de Aragosaurus, contó cómo las iniciativas online que han ido poniendo en marcha han generado alrededor una red de personas interesadas. Esto “nos permite relacionarnos con gente de fuera de este mundo”, dice. Y aunque no compiten por ser los más rápidos en publicar ni por tener más visitas, su vivacidad digital, con contenidos que se renuevan a diario, hace que este año ya vayan por 250.000 visitas, con un promedio de cerca de mil diarias.
Javier Pedreira, ‘Wicho’, una de las tres ‘patas’ del blog ‘Microsiervos’, considera que una gran ventaja de las redes sociales es que no son unidireccionales. “Si un bloguero se equivoca, alguien se da cuenta y lo comenta al pie del texto -señala-. Alcanzada cierta masa crítica de lectores, siempre hay alguien que sabe más que tú y aporta información”, con lo que el blog se enriquece. Y es que, comentó José Manuel de Pablos, director de la ‘Revista Latina de Comunicación Social’, “se ha pasado del mundo de la información al de la comunicación”, pues con las redes sociales “hay retorno, una ida y vuelta”.
Así que volvemos a escuchar a otro asistente a la mesa redonda: “La gente se mete en las redes sociales para buscar afectividad. ¿Qué nos mueve a ‘clicar’? Las emociones, los sentimientos e intereses personales. Y los medios de comunicación no responden a eso”. Jorge Alcalde, director de la revista‘Quo’, reconoció que los medios “perdemos capacidad de penetración porque a veces no cumplimos las expectativas emocionales, intelectuales, prácticas”. Y trajo a colación una de las conclusiones de la últimaencuesta de Percepción Social de la Ciencia realizada por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología: “Crece el interés por la ciencia pero también la decepción por la información que la gente encuentra en los medios; tal vez no se la damos en el formato adecuado”. En su opinión, “está claro que el ser humano necesita conocer; tendemos a pensar que el hecho de que la información deportiva tenga más peso que la científica es culpa del criterio de los que nos leen, pero puede que la tengamos los que comunicamos la ciencia”. Algo que marca la diferencia es que “los periodistas deportivos han convertido su tema en espectáculo”. Si no se es riguroso, puede ocurrir que un dinosaurio vea aumentar su longitud, en los medios, de los 15-17 metros a 20, el día después que su hallazgo en Peñarroya de Tastavins; 25, una semana después; y nada menos que 40, dos mesés después. Pero para Alcalde, siempre que seamos fieles a la ciencia que comunicamos, “el estímulo de un buen titular puede abrir el apetito intelectual de conocer más”. Luego, el ‘hambre’ se puede saciar de otra manera, “porque un periódico no es una universidad”.
Pero las herramientas de la web 2.0 hacen que la comunicación en general, y la comunicación de la ciencia en particular, no solo sea cosa de periodistas y medios de comunicación. “Cualquier persona puede alcanzar a una audiencia global”, destacó Wicho. Para De Pablos, la web es la gran alternativa también para los futuros periodistas -que eran mayoría entre el público de esta mesa redonda- “porque les abre la posibilidad de crear medios propios, de superar las empresas de toda la vida”.
Y, como dijo Alcalde, “también la comunidad científica tiene un camino por recorrer”. Los investigadores de Aragosaurus tienen claro por qué se “complican la vida”: “Para ofrecer información científica correcta, para divulgar nuestras investigaciones y tener visibilidad (lo que es beneficioso para conseguir fondos) y para captar nuevos estudiantes”, indicó Canudo. Porque, añadió Wicho, “si los científicos publican para científicos, no vamos a ninguna parte; hay que llegar a la gente”.
¿Y EL PAPEL?
Con filosofía 2.0, hemos empezado este artículo por los comentarios, porque esta fue una de las reflexiones del público que asistió el pasado miércoles a la III Jornada de Divulgación Científica de la Universidad de Zaragoza ‘Comunicar la ciencia en el siglo XXI: el papel de las redes sociales’.
José Ignacio Canudo, responsable principal de Aragosaurus, contó cómo las iniciativas online que han ido poniendo en marcha han generado alrededor una red de personas interesadas. Esto “nos permite relacionarnos con gente de fuera de este mundo”, dice. Y aunque no compiten por ser los más rápidos en publicar ni por tener más visitas, su vivacidad digital, con contenidos que se renuevan a diario, hace que este año ya vayan por 250.000 visitas, con un promedio de cerca de mil diarias.
Javier Pedreira, ‘Wicho’, una de las tres ‘patas’ del blog ‘Microsiervos’, considera que una gran ventaja de las redes sociales es que no son unidireccionales. “Si un bloguero se equivoca, alguien se da cuenta y lo comenta al pie del texto -señala-. Alcanzada cierta masa crítica de lectores, siempre hay alguien que sabe más que tú y aporta información”, con lo que el blog se enriquece. Y es que, comentó José Manuel de Pablos, director de la ‘Revista Latina de Comunicación Social’, “se ha pasado del mundo de la información al de la comunicación”, pues con las redes sociales “hay retorno, una ida y vuelta”.
Así que volvemos a escuchar a otro asistente a la mesa redonda: “La gente se mete en las redes sociales para buscar afectividad. ¿Qué nos mueve a ‘clicar’? Las emociones, los sentimientos e intereses personales. Y los medios de comunicación no responden a eso”. Jorge Alcalde, director de la revista‘Quo’, reconoció que los medios “perdemos capacidad de penetración porque a veces no cumplimos las expectativas emocionales, intelectuales, prácticas”. Y trajo a colación una de las conclusiones de la últimaencuesta de Percepción Social de la Ciencia realizada por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología: “Crece el interés por la ciencia pero también la decepción por la información que la gente encuentra en los medios; tal vez no se la damos en el formato adecuado”. En su opinión, “está claro que el ser humano necesita conocer; tendemos a pensar que el hecho de que la información deportiva tenga más peso que la científica es culpa del criterio de los que nos leen, pero puede que la tengamos los que comunicamos la ciencia”. Algo que marca la diferencia es que “los periodistas deportivos han convertido su tema en espectáculo”. Si no se es riguroso, puede ocurrir que un dinosaurio vea aumentar su longitud, en los medios, de los 15-17 metros a 20, el día después que su hallazgo en Peñarroya de Tastavins; 25, una semana después; y nada menos que 40, dos mesés después. Pero para Alcalde, siempre que seamos fieles a la ciencia que comunicamos, “el estímulo de un buen titular puede abrir el apetito intelectual de conocer más”. Luego, el ‘hambre’ se puede saciar de otra manera, “porque un periódico no es una universidad”.
Pero las herramientas de la web 2.0 hacen que la comunicación en general, y la comunicación de la ciencia en particular, no solo sea cosa de periodistas y medios de comunicación. “Cualquier persona puede alcanzar a una audiencia global”, destacó Wicho. Para De Pablos, la web es la gran alternativa también para los futuros periodistas -que eran mayoría entre el público de esta mesa redonda- “porque les abre la posibilidad de crear medios propios, de superar las empresas de toda la vida”.
Y, como dijo Alcalde, “también la comunidad científica tiene un camino por recorrer”. Los investigadores de Aragosaurus tienen claro por qué se “complican la vida”: “Para ofrecer información científica correcta, para divulgar nuestras investigaciones y tener visibilidad (lo que es beneficioso para conseguir fondos) y para captar nuevos estudiantes”, indicó Canudo. Porque, añadió Wicho, “si los científicos publican para científicos, no vamos a ninguna parte; hay que llegar a la gente”.
¿Y EL PAPEL?
- José Manuel de Pablos, ‘Revista Latina de Comunicación Social’: “Aunque los medios tradicionales no van a desaparecer, van a ir a menos. El papel ha perdido su papel, es un producto del siglo XV que sale en el siglo XXI. Los periódicos de papel se convertirán en un objeto de culto”.
- Jorge Alcalde, ‘Quo’: “Los medios ‘vegetales’, de papel, somos inmigrantes en el territorio de nuestros hijos. Es un error ver la edición digital como un medio de promoción o una plataforma paralela a la revista; la adaptación pasa por crear un nuevo producto, donde lo importante sea el contenido y la marca. Llegará el tiempo en que nativos e inmigrantes convivan. La prensa de papel a lo mejor tiene futuro; no le quedan dos telediarios”.
- Wicho, ‘Microsiervos’: “Hay que buscar un encaje entre medios tradicionales y nuevos medios. No son excluyentes”.
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