Revisiones bibliográficas. Documentación científica en Ortopedia y Traumatología, medicina deportiva, artroscopia, artroplastia y de todas las patologías del sistema Músculo-Esquelético
El tratamiento quirúrgico de las lesiones
del anillo pélvico por compresión lateral tipo 1 (LC1) mínimamente
desplazadas sigue siendo controvertido. Nuestro objetivo fue evaluar la
proporción de fracturas pélvicas LC1 que se desplazaron después del
tratamiento no quirúrgico en función de patrones de fractura de anillo
específicos, y cuantificamos la magnitud de este desplazamiento.
Conclusiones: Nuestro estudio sugiere que
las características de las fracturas se pueden utilizar para predecir
la probabilidad de desplazamiento de las fracturas LC1 que se tratan sin
cirugía. Hasta donde sabemos, el presente estudio es el primero en
describir la magnitud del desplazamiento que puede ocurrir en asociación
con las lesiones del anillo pélvico LC1 que se tratan de forma no
quirúrgica; sin embargo, se necesitan más estudios para determinar el
impacto clínico de este desplazamiento.
Fuerza del músculo
cuádriceps más débil con un injerto de tendón del cuádriceps en
comparación con un injerto de tendón rotuliano o de tendón de la corva 7
meses después de la reconstrucción del ligamento cruzado anterior
La reconstrucción del ligamento cruzado anterior (LCA) (LACR) se
puede realizar con diferentes tipos de autoinjertos. Históricamente, los
cirujanos han utilizado principalmente injertos de tendón isquiotibial
(HT) y hueso-tendón rotuliano-hueso (BPTB), pero el injerto de tendón
del cuádriceps (QT) se ha vuelto más popular en los últimos años.19,24
Aunque los resultados funcionales y el rendimiento muscular después de
ACLR con autoinjertos HT y BPTB se han investigado ampliamente,10,16,32
se sabe menos sobre los resultados después de ACLR con injertos QT.
Los pacientes y los especialistas en rehabilitación enfrentan
desafíos específicos de los injertos durante la rehabilitación. El
injerto HT se asocia con menos complicaciones en el lugar de extracción
que el injerto BPTB 19, pero puede tener mayores tasas de fracaso7,23 y
provocar una mayor laxitud de la rodilla en comparación con los injertos
QT y BPTB.4,6 Los injertos BPTB se han relacionado con dolor anterior
persistente de la rodilla18, 19 y dificultad para arrodillarse.18,19 Los
pacientes con injertos QT reportan mejores resultados (Comité
Internacional de Documentación de Rodilla y puntuaciones de Lysholm) en
comparación con los pacientes con injertos HT 19 y pueden tener menos
dolor anterior de rodilla que los pacientes reconstruidos con injertos
BPTB. 19 Se han informado deficiencias persistentes en la fuerza
muscular, específicas del sitio de extracción, para todos los
injertos.11,13,16,32 Aunque la debilidad persistente del cuádriceps
parece ser más frecuente con los injertos QT y BPTB, también existe un
desafío de rehabilitación con el injerto HT.2,12
La fuerza restaurada del cuádriceps después de la ACLR es de gran
importancia porque tendrá efectos positivos tanto en el rendimiento
funcional presente como en el futuro y en la función de la rodilla
autoinformada.5,20 Además, si la debilidad del cuádriceps persiste, los
pacientes enfrentarán un mayor riesgo de osteoartritis de rodilla 21 y
una segunda lesión del ligamento cruzado anterior. 8 Por lo tanto,
superar la debilidad del cuádriceps debe ser una de las principales
prioridades para todos los pacientes y sus terapeutas durante todo el
proceso de rehabilitación después de la ACLR.
Se recomienda encarecidamente a los médicos involucrados en la
rehabilitación después de ACLR que midan objetivamente la fuerza de los
músculos del muslo para evaluar la progresión del tratamiento y
facilitar la rehabilitación específica. 5 La prueba de fuerza muscular
isocinética se considera el “estándar de oro” para medir la fuerza
muscular después de ACLR. 29 Los diferentes aspectos de la fuerza
muscular a menudo se presentan en comparación con la extremidad no
afectada para determinar el índice de simetría de la extremidad (LSI).
Los médicos utilizan el LSI para evaluar la preparación de los pacientes
para regresar al deporte (RTS),14,15 el riesgo de nuevas
lesiones8,14,15 y la función de la rodilla a largo plazo. 5 La fuerza
isocinética se ha descrito e informado extensamente para pacientes con
injertos HT y BPTB,10,16,17,33 pero se ha informado escasamente para
pacientes con injertos QT.9,13 Una comparación integral de la fuerza
isocinética del cuádriceps en pacientes con QT , HT y BPTB pueden ayudar
a los médicos y pacientes a encontrar el injerto adecuado y adaptar su
rehabilitación.
El propósito de este estudio fue describir y comparar la fuerza
isocinética del cuádriceps (incluido el torque máximo, el trabajo total,
el torque máximo a 30° de flexión de la rodilla y el tiempo hasta el
torque máximo) en pacientes sometidos a ACLR con un autoinjerto QT, HT o
BPTB.
La fuerza deteriorada del músculo cuádriceps después de la
reconstrucción del ligamento cruzado anterior (ACLR) se asocia con
peores resultados clínicos y riesgo de nuevas lesiones. Sin embargo,
sabemos poco sobre la fuerza del músculo cuádriceps en pacientes
reconstruidos con un injerto de tendón del cuádriceps (QT), cuya
popularidad está aumentando en todo el mundo.
Objetivo: Describir y comparar la fuerza isocinética del
cuádriceps en pacientes sometidos a ACLR con un autoinjerto de QT,
tendón isquiotibial (HT) o hueso-tendón rotuliano-hueso (BPTB).
Conclusión: 7 meses después de la ACLR, los pacientes con injertos
de QT tenían una fuerza isocinética del cuádriceps significativamente
peor que los pacientes con injertos de HT y BPTB. Ninguno de los 3
grupos de injertos alcanzó un LSI medio >90% en la fuerza del
cuádriceps.
Holmgren D,
Noory S, Moström E, Grindem H, Stålman A, Wörner T. Weaker Quadriceps
Muscle Strength With a Quadriceps Tendon Graft Compared With a Patellar
or Hamstring Tendon Graft at 7 Months After Anterior Cruciate Ligament
Reconstruction. Am J Sports Med. 2024 Jan;52(1):69-76. doi:
10.1177/03635465231209442. PMID: 38164665; PMCID: PMC10762885.
Introducción: El artículo trata sobre la
inestabilidad de la articulación patelofemoral (PFJ) y los desafíos para
su diagnóstico y tratamiento. Los autores revisan los factores
anatómicos y biomecánicos que influyen en la estabilidad de la PFJ y las
controversias sobre las medidas radiológicas y las técnicas
quirúrgicas.
Factores de estabilidad de la PFJ: La estabilidad
de la PFJ depende de un equilibrio entre factores locales y distantes,
estáticos y dinámicos. Los factores locales incluyen la morfología ósea y
cartilaginosa, y los ligamentos que ofrecen soporte pasivo. Los
factores distantes incluyen la anteversión femoral, la rotación de la
rodilla, la torsión tibial externa, los músculos extensores, la banda
iliotibial, los abductores y rotadores externos de la cadera, y la
pronación de la articulación subastragalina¹[1].
Criterios diagnósticos de la inestabilidad patelar:
Los criterios diagnósticos de la inestabilidad patelar son poco claros.
Los intentos de cuantificar la inestabilidad y adoptar un enfoque a la
carta han sido difíciles y propensos a la mala interpretación. Las
variaciones anatómicas pueden no correlacionarse con las presentaciones
sintomáticas, y se desconoce el impacto a largo plazo de la disfunción
en el desarrollo de la artrosis. Se recomienda usar una variedad de
pruebas clínicas y evaluaciones radiológicas, y evitar la dependencia
excesiva de valores numéricos específicos y algoritmos abstractos.
Tratamiento quirúrgico de la inestabilidad de la PFJ:
El tratamiento quirúrgico de la inestabilidad de la PFJ ha evolucionado
desde los principios iniciales descritos por la escuela de Lyon. Las
formas principales de tratamiento quirúrgico incluyen la reconstrucción
del ligamento patelofemoral medial (MPFL), la osteotomía de la
tuberosidad tibial y la trocleoplastia. La mayoría de los pacientes con
inestabilidad sin malalineación ósea significativa o displasia troclear
severa pueden ser tratados con una reconstrucción aislada del MPFL. Sin
embargo, existen inconsistencias y controversias sobre las indicaciones,
las técnicas y los resultados de las diferentes opciones quirúrgicas.
Conclusiones: El manejo de la inestabilidad de la
PFJ es un delicado equilibrio entre arte y ciencia²[2]. Implica
sintetizar información de un espectro de pruebas clínicas y evaluaciones
radiológicas, combinadas con las expectativas del paciente y la
experiencia quirúrgica. Para progresar, debemos acordar la terminología
básica, la estratificación de los factores de riesgo y nuestras
descripciones de los puntos de referencia anatómicos. La estandarización
de los protocolos de evaluación minimizará la subjetividad. El avance
de las técnicas de imagen dinámicas también puede ayudar a detectar
formas sutiles de inestabilidad y ofrecer una visión más profunda de la
compleja interacción de los factores de riesgo que conducen a la
dislocación.
Kader DF, Jones S, Haddad FS. Towards a
better understanding of patellofemoral instability. Bone Joint J. 2023
Dec 1;105-B(12):1235-1238. doi: 10.1302/0301-620X.105B12.BJJ-2023-1026.
PMID: 38035592.
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Resultados del
tratamiento de tumores óseos primarios, benignos, agresivos o malignos
alrededor del codo mediante cirugía de salvación de la extremidad
Los tumores óseos alrededor del codo son una entidad rara, con
una incidencia de aproximadamente el 1% de todos los tumores óseos [27].
Los tumores malignos más frecuentes del codo son el sarcoma de Ewing,
el osteosarcoma y el condrosarcoma, y afectan con mayor frecuencia al
húmero distal en pacientes de edad avanzada [4].
Para un diagnóstico adecuado, son fundamentales una anamnesis
detallada, un examen físico exhaustivo y unas imágenes radiológicas. Los
síntomas de malignidad generalmente incluyen dolor inexplicable e
incesante en reposo, hinchazón o fractura [6, 7, 13]. Las modalidades de
diagnóstico por imágenes incluyen radiografías simples, tomografía
computarizada y resonancia magnética, además de tomografía computarizada
de tórax y gammagrafía ósea para la detección de metástasis a distancia
[9]. Además, se debe obtener una biopsia con aguja gruesa o abierta con
una muestra histopatológica para confirmar el diagnóstico antes de
proceder con el tratamiento definitivo [25, 30].
Debido a la limitada envoltura de tejido blando y la proximidad de
las estructuras neurovasculares, el tratamiento de tumores óseos
primarios, benignos, agresivos o malignos alrededor del codo puede ser
más desafiante que en otras áreas del cuerpo. Como resultado de estas
consideraciones anatómicas, la amputación fue tradicionalmente el
tratamiento de elección [27].
Los avances en la quimioterapia adyuvante combinada con la resección
tumoral en bloque han mejorado el tratamiento y el pronóstico de los
pacientes con tumores malignos, como el sarcoma de Ewing y el
osteosarcoma [2, 3, 11].
Se encuentran disponibles varios procedimientos de reconstrucción y
salvamento de extremidades, incluidos autoinjertos, aloinjertos,
megaprótesis, compuestos protésicos de aloinjerto y artrodesis [5, 13,
22]. El tratamiento quirúrgico requiere una cuidadosa planificación
preoperatoria y la consideración de diversas técnicas posibles de
resección y reconstrucción basadas en el tamaño y la ubicación del tumor
[5].
La reconstrucción del codo es exigente y las opciones de
reconstrucción pueden ser limitadas dado que la articulación del codo es
una interacción compleja entre varias articulaciones que deben
estabilizarse para una función óptima de la muñeca y la mano. Además,
lograr márgenes oncológicos seguros puede resultar un desafío [13].
La literatura existente sobre los tumores óseos primarios del codo es
bastante escasa [4, 15]. El presente estudio buscó evaluar los
resultados funcionales y oncológicos de la cirugía de rescate de
extremidades para tumores óseos primarios benignos, agresivos o malignos
alrededor del codo.
Los tumores óseos alrededor del codo son raros y con frecuencia
su diagnóstico se retrasa. El presente estudio tuvo como objetivo
evaluar los resultados funcionales y oncológicos de la cirugía de
salvamento de extremidades para tumores óseos primarios benignos,
agresivos o malignos alrededor del codo.
Conclusión La cirugía de rescate de extremidades con diferentes
opciones reconstructivas para tumores óseos benignos, agresivos y
malignos alrededor del codo puede lograr buenos resultados funcionales y
oncológicos.
Ebeid WA, Badr IT, Mesregah MK, Hasan BZ.
Outcomes of management of primary benign aggressive or malignant bone
tumors around the elbow by limb-salvage surgery. J Exp Orthop. 2023 Oct
23;10(1):105. doi: 10.1186/s40634-023-00675-z. PMID: 37870629; PMCID:
PMC10593692.
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Los tumores glómicos de la mano son tumores
raros que ocurren predominantemente en la región subungueal. Aunque se
han informado tumores glómicos multicéntricos en la región subungueal
que afecta el lecho ungueal, hasta ahora no se han informado tumores
glómicos intraóseos múltiples monostóticos. Presentamos el caso de una
mujer de 36 años que presentó dolor intermitente en el pulgar de 5 años
de evolución, agravado con la exposición al frío o la presión. Se
extirpó un tumor glómico del pulgar, pero los síntomas regresaron 3
meses después. Finalmente se sometió a un legrado con injerto óseo de un
tumor glómico recurrente en el mismo sitio y ha estado libre de
síntomas durante un año y medio.
Conclusión: Los tumores del glomus
intraóseo pueden presentarse como múltiples lesiones sincrónicas. Este,
hasta donde sabemos, es el primer informe de caso de tumores glómicos
intraóseos múltiples monostóticos.
Joyson Dr K, Prabhu AJ, Pallapati SCR. En
Bloc Excision and Bone Grafting for Monostotic Multiple Intraosseous
Glomus Tumors of the Distal Phalanx: A Case Report. JBJS Case Connect.
2024 Jan 11;14(1). doi: 10.2106/JBJS.CC.23.00379. PMID: 38207083.
La
articulación de la cadera generalmente se considera una articulación
inherentemente constreñida debido al alto grado de congruencia ósea
entre la cabeza femoral y el acetábulo [6]. Estudios recientes se
centraron en la inestabilidad dinámica de la articulación de la cadera
como causa de trastornos de la cadera [3, 14]. La inestabilidad dinámica
de la articulación de la cadera se caracteriza por una traslación
excesiva de la cabeza femoral dentro del acetábulo [16], que está
determinada por la morfología ósea y la integridad y laxitud de los
tejidos blandos circundantes, incluido el labrum, el complejo
capsular-ligamentoso y el ligamento redondo. Muchas investigaciones
previas han debatido las características morfológicas para diagnosticar
la inestabilidad de la cadera; sin embargo, el método de evaluación
óptimo de la inestabilidad dinámica de la cadera aún no está claro [2,
4, 17, 20, 22, 23].
La displasia del
desarrollo de la cadera (DDH) es una anomalía de toda la hemipelvis, que
implica una cobertura anterior o lateral insuficiente de la cabeza
femoral. La concentración de estrés en la superficie articular limitada
para soportar peso y la inestabilidad articular dinámica se consideran
factores biomecánicos importantes que causan la degeneración articular
en pacientes más jóvenes [9]. Las concentraciones de tensión en la
superficie articular a menudo causan daño al labrum y al cartílago. Este
daño, junto con la falta de cobertura ósea acetabular y la laxitud
inherente de los tejidos blandos, puede contribuir a diversos grados de
inestabilidad dinámica de la articulación de la cadera y causar cambios
osteoartríticos progresivos [8, 12, 19]. Sin embargo, pocos estudios han
evaluado la inestabilidad dinámica in vivo en DDH durante el soporte de
peso [1, 18].
Algunos pacientes
jóvenes con DDH límite presentan dolor en la ingle; No está claro si se
debe realizar una reparación artroscópica del labrum o una osteotomía
de reorientación debido a la falta de información sobre la etiología del
daño del labrum y condral y la inestabilidad dinámica en la DDH límite.
El propósito de
este estudio fue 1) evaluar la traslación de la cabeza femoral durante
la carga de peso en la DDH sintomática y 2) compararla entre la DDH
límite y la DDH definitiva.
Los objetivos
de este estudio fueron 1) evaluar la traslación de la cabeza femoral
durante la carga de peso en la displasia del desarrollo sintomática de
la cadera (DDH) y 2) compararla entre la DDH límite y la DDH definitiva.
Conclusiones La
DDH sintomática mostró traslación de la cabeza femoral en las
direcciones anterior, lateral y superior durante la carga de peso. En
DDH definida, la cantidad de traslación de la cabeza femoral se
correlacionó negativamente con el ángulo CE. La cantidad de traducción
3D en pacientes con DDH límite fue mayor que la de los pacientes con DDH
definido. Se observó inestabilidad articular dinámica durante la carga
de peso tanto en DDH límite como en DDH definido. En ambos casos es
importante el tratamiento para mejorar la estabilidad articular durante
la carga de peso.
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Las fracturas y luxaciones de tobillo son
lesiones graves del tobillo y generalmente resultan de un traumatismo de
alta energía. La osteonecrosis de la tibia distal es una de las
complicaciones reportadas, especialmente en casos de fractura abierta
con lesión grave de tejidos blandos [1-4]. La mayoría de los casos
conducen a un empeoramiento del colapso del pilón tibial y comprometen
la función articular. Por tanto, identificar los factores de riesgo es
fundamental para la identificación temprana de la osteonecrosis seguida
de un tratamiento adecuado. Los pacientes con osteonecrosis de la tibia
distal tendrán dolor persistente e hinchazón del tobillo después de la
osteosíntesis. La detección tardía de osteonecrosis de la tibia distal
provocará deformidad del tobillo y daño articular, lo que requerirá una
cirugía de fusión o reemplazo de tobillo [2].
La patogénesis de la osteonecrosis aún no está
clara, y podría deberse a un daño al vulnerable suministro de sangre en
la tibia distal después de una lesión de alta energía, junto con un daño
grave de los tejidos blandos en casos de fracturas abiertas [5]. En la
osteonecrosis atraumática, la cabeza femoral, la rodilla y el hombro se
ven afectados con mayor frecuencia que la tibia distal. La causa más
común de osteonecrosis atraumática es el uso crónico de
corticosteroides, seguido del abuso de alcohol y el tabaquismo [6]. Se
han descrito varios métodos para el tratamiento de la osteonecrosis del
tobillo, ya sea procedimientos de preservación de la articulación, como
descompresión central e injertos óseos (vascularizados y no
vascularizados) o procedimientos de sacrificio de la articulación, como
talectomía, artrodesis y reemplazo de tobillo [6,7]. El informe destaca
un caso de osteonecrosis de la tibia distal tras una luxación por
fractura abierta del tobillo, tratada con legrado óseo e injerto óseo
autólogo. Este artículo se presentó previamente como póster en el
Congreso EFAS 2022 el 27 de octubre de 2022.
Figure 2. T1-weighted sagittal and coronal view (A). MRI
image at one-year post-injury showed abnormal serpiginous signal
intensity in the distal tibial metaphysis consistent with bony
infarction. Repeated MRI study after six months post bone grafting
revealed some area of bone healing (B). Radiograph of the ankle at six
months post-surgery (D) showing healing of the bone window as compared
to immediate postoperative radiograph (C).
La osteonecrosis es una interrupción del
suministro de sangre al hueso que provoca la muerte de las células
óseas. La osteonecrosis postraumática de la tibia distal rara vez ocurre
en comparación con la osteonecrosis que afecta a otras partes del
sistema musculoesquelético. Divulgamos un caso de osteonecrosis de la
tibia distal en un varón adulto después de una luxación por fractura
abierta del tobillo derecho. Se realizó una cirugía inicial de
desbridamiento de la herida con un fijador externo temporal para
estabilizar el tobillo. El paciente fue sometido a fijación interna una
vez que se consideró adecuado el tejido subcutáneo. Un año después, el
dolor en el tobillo empeoró y afectó sus actividades diarias. La
resonancia magnética mostró osteonecrosis de la tibia distal, lesión
osteocondral del pilón tibial medial y astrágalo medial con lesiones del
complejo ligamentario lateral. Se aplicó un injerto óseo ilíaco
autólogo a la tibia distal y se utilizó un andamio a base de ácido
hialurónico libre de células (Hyalofast®) para abordar la osteonecrosis
ósea y la lesión osteocondral, respectivamente. La puntuación visual
analógica (EVA), la puntuación AOFAS del retropié y el rango de
movimiento del tobillo mejoraron a los tres meses y aumentaron
significativamente después de seis meses y un año después de la
operación.
Mazli N, Bajuri MY, Nik Abdullah NA.
Treatment of Post-traumatic Osteonecrosis in the Distal Tibia With
Autologous Bone Grafting: A Case Report. Cureus. 2023 Nov
3;15(11):e48214. doi: 10.7759/cureus.48214. PMID: 38050520; PMCID:
PMC10693789.
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La sensibilidad al dolor
preoperatorio predice la gravedad del dolor posoperatorio y la
necesidad de analgésicos en la cirugía de fusión lumbar: un estudio
observacional prospectivo
Contenido básico: El objetivo del
tratamiento del dolor posoperatorio es facilitar el regreso del paciente
a la actividad normal y disminuir los efectos perjudiciales del dolor
posquirúrgico agudo. Para brindar un tratamiento del dolor más
personalizado y exitoso, es necesario identificar a las personas que
tienen un alto riesgo de experimentar dolor posoperatorio intenso. La
forma más precisa de evaluar la sensibilidad al dolor es determinando el
umbral de dolor por presión y el umbral de dolor por calor mediante
métodos objetivos utilizando un algómetro digital y neurotouch
respectivamente.
Propósito: El objetivo principal del estudio es
evaluar el umbral del dolor preoperatorio y su influencia en la
intensidad del dolor posoperatorio y los requisitos de analgésicos en
pacientes sometidos a cirugías de fusión lumbar.
Conclusión: La evaluación preoperatoria de la
sensibilidad al dolor puede predecir los requerimientos analgésicos
posoperatorios y ayudar en la recuperación. Los pacientes con un umbral
de dolor más bajo deben recibir asesoramiento preoperatorio y también
recibir una mejor titulación de analgésicos perioperatoriamente.
Objetivo: Las fracturas de odontoides son
la fractura más común de la columna cervical en adultos mayores de 65
años. El tratamiento de las fracturas sigue siendo controvertido, dado
el aumento inherente de los riesgos quirúrgicos en los pacientes de edad
avanzada. El objetivo de este estudio fue comparar las tasas de fusión y
los resultados entre los tratamientos quirúrgicos y no quirúrgicos de
las fracturas de odontoides tipo II en la población de mayor edad.
Conclusiones: Los pacientes mayores de 65
años con fracturas de odontoides tipo II tuvieron tasas de fusión más
altas cuando se trataron con cirugía y tasas de pseudoartrosis estable
más altas cuando se trataron de forma no quirúrgica. Las complicaciones y
la duración de la estancia hospitalaria fueron mayores en la cohorte
quirúrgica. Las tasas de mortalidad fueron menores en los pacientes
tratados con cirugía, pero este fenómeno podría estar relacionado con un
sesgo de selección quirúrgica. Menos del 5% de los pacientes sometidos a
tratamiento conservador requirieron cirugía de revisión debido al
fracaso del tratamiento, lo que sugiere que la pseudoartrosis estable es
un objetivo de tratamiento aceptable.
Las fracturas trocantéreas con conminución
posteromedial o pérdida de la integridad de la pared lateral se
consideran inestables,1 y siguen siendo un desafío tanto para los
cirujanos como para los pacientes con altas tasas de fracaso y deterioro
funcional.2,3 Los implantes con un tornillo de tracción que permite la
compresión de la fractura durante la curación parecen ser favorable en
comparación con los dispositivos de ángulo fijo en las fracturas
trocantéreas.4,5 Sin embargo, particularmente en patrones de fractura
inestables, esto dará como resultado un hundimiento de la fractura hasta
cierto punto. Se ha informado una correlación entre el acortamiento y
la alteración de la marcha en pacientes con fracturas trocantéreas
tratadas quirúrgicamente.3,6 En consecuencia, cualquier medida que pueda
mejorar la curación de la fractura y reducir el desplazamiento
secundario de la fractura sería beneficiosa.
Intentamos explorar si la placa estabilizadora
trocantérea (TSP) reduciría el movimiento de la fractura posoperatoria
en comparación con el tornillo deslizante de cadera (SHS) solo. La
evidencia clínica que respalda el TSP es escasa.7 No se encontraron
diferencias significativas entre el humo de tabaco ajeno con o sin TSP
en el único ensayo controlado aleatorio (ECA) publicado.8 Aun así, el
TSP se utiliza con frecuencia en varias partes del mundo.9 -12
Anteriormente se ha demostrado que el modo de
falla de las fracturas trocantéreas es multidireccional,13,14 y a menudo
incluye un desplazamiento secundario sustancial en la rotación. Si bien
la evaluación y cuantificación de la rotación es difícil utilizando
radiografías convencionales, el análisis radioestereométrico (RSA)
realizado a lo largo del tiempo permite un análisis preciso del
movimiento tanto en traslación como en rotación. Esto lo hace factible
al comparar el curso de la curación, los modos de falla y las
propiedades mecánicas de diferentes métodos de fijación o implantes15-17
El objetivo de este estudio fue evaluar el
efecto del TSP en un ECA que compara el desplazamiento secundario de la
fractura, medido por RSA, en fracturas trocantéreas inestables (AO/OTA
31-A2)18 operadas con SHS con o sin una placa estabilizadora
trocantérica adicional.
A pesar del respaldo científico clínico
limitado, se ha recomendado una placa estabilizadora trocantérea (TSP)
adicional cuando se tratan fracturas trocantéreas inestables con un
tornillo deslizante de cadera (SHS). Nuestro objetivo era explorar si el
TSP daría como resultado un menor movimiento posoperatorio de la
fractura, en comparación con el SHS solo.
Conclusión El TSP no influyó en el curso
de la curación ni en el movimiento posoperatorio de la fractura en
comparación con el SHS solo. Según nuestros resultados, no se puede
recomendar el uso rutinario del TSP en fracturas trocantéricas AO/OTA
31-A2. En estudios biomecánicos se ha demostrado que el TSP aumenta la
estabilidad en las construcciones de tornillos deslizantes de cadera en
fracturas trocantéreas tanto inestables como intermediamente estables,
pero la evidencia clínica es limitada. Este estudio no mostró ninguna
ventaja del TSP en fracturas inestables (AO 31-A2) en pacientes de edad
avanzada cuando se evaluó el movimiento de la fractura con análisis
radioestereométrico.
Llevar el mensaje a casa Sólo se
encontraron diferencias menores, no significativas, en el movimiento
posoperatorio de la fractura al comparar el tornillo deslizante de
cadera con y sin una placa estabilizadora trocantérica (TSP) adicional
en las fracturas AO/OTA 31-A2.
Alm CE, Karlsten A, Madsen JE,
Nordsletten L, Brattgjerd JE, Pripp AH, Frihagen F, Rörhl SM. No benefit
of the trochanteric stabilizing plate on loss of fracture reduction in
AO/OTA 31-A2 trochanteric fractures. Bone Jt Open. 2024 Jan
19;5(1):37-45. doi: 10.1302/2633-1462.51.BJO-2023-0082.R1. PMID:
38240179; PMCID: PMC10797560.
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