Según ha anunciado la compañía Advanced Cell Technology, liderada por el doctor Robert Lanza, uno de los 'popes' en el estudio con células embrionarias, las pruebas comenzarán con sólo 12 pacientes adultos para demostrar la seguridad de este material.
La patología elegida para esta segunda prueba con humanos es la distrofia macular de Stargardt, una ceguera progresiva que suele aparecer en pacientes de entre 10 y 20 años y que está causada por la degeneración del epitelio retiniano pigmentario. La enfermedad no tiene tratamiento por el momento.
POLÉMICO MATERIAL
Las células madre que se pueden obtener de embriones humanos sobrantes de procesos de reproducción asistida llevan años sometidas a constantes idas y venidas en la legislación estadounidense. Si durante el mandato del presidente George Bush se vetó su financiación con fondos públicos, la decisión de su sucesor, Barack Obama, de levantar dicho freno tampoco ha estado exenta de polémica. De momento, la financiación pública continúa mientras los tribunales estudian el recurso interpuesto por dos científicos pro vida.
Las células madre son aquéllas que dan origen a todos los linajes celulares del cuerpo humano durante el proceso de formación del embrión. Precisamente por esta plasticidad, se estudia su uso desde hace una década para tratar de reparar diversos tejidos dañados del organismo (en este caso, el epitelio de la retina que se degenera a causa de esta enfermedad).
El uso de embriones humanos genera dudas éticas en ciertos sectores de la sociedad, por lo que algunos investigadores han tratado de reemplazar estas células con las células madre que se pueden obtener de los tejidos del organismo humano ya adulto (por ejemplo, la médula ósea o la grasa); aunque los resultados obtenidos hasta ahora demuestran que éstas poseen menos plasticidad que las procedentes de embriones.
En el caso de la compañía Advanced Cell Technology, los investigadores emplean un método pionero para obtener células madre sin necesidad de destruir el embrión. Como explica la agencia Reuters, Lanza y su equipo toman una sola célula cuando el embrión consta de sólo ocho células, igual que se hace para estudiar ciertas patologías genéticas en los procesos de fecundación 'in vitro'. De esta manera, la célula obtenida puede cultivarse en el laboratorio hasta convertirla en células retinianas (que se inyectarán posteriormente a los pacientes), mientras el embrión sigue su desarrollo normalmente.
Para obtener el permiso de la FDA, Lanza ha debido demostrar que las células embrionarias ya transformadas en retinales no ocasionarán ningún posible riesgo de tumores a los pacientes tratados, uno de los temores que aún persisten sobre el uso de este material humano. Un proceso que ha tardado un año; aunque aún puede pasar mucho más tiempo hasta que se demuestre su eficacia y cualquier tipo de tratamiento celular llegue al mercado.
Autor: María Valerio |
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