martes, 22 de marzo de 2011

El ecosistema de la información científica: estructura y niveles de agregación


El ecosistema de la información científica: estructura y niveles de agregación

1. La información académica
LA INFORMACIÓN académica o científica difunde los resultados de la investigación a través de artículos de revista, contribuciones a congresos, tesis, patentes, etc.
Constituye un sector económico específico que dispone de una industria editorial ?conReed-Elsevier y Thomson Reuters a la cabeza? que se ha visto afectada en los últimos años por los procesos de digitalización y por la irrupción del acceso abierto.
El número de contenidos generados es altísimoy esto explica que se hayan desarrollado diversos productos y servicios pensados específicamente para ayudar a los científicos a localizar y consultar los documentos que pueden ser de su interés. Durante muchos años, las bases de datos bibliográficas fueron los únicos instrumentos que facilitaban a los investigadores la localización de referencias científicas. Treinta años después (a principios de 2000) aparecieron los motores de búsqueda académicos, que incluyen toda clase de documentos publicados en sitios web relacionados con la actividad investigadora (conScirus y Google Scholar al frente) y, a partir de aquí, otros productos y servicios han hecho acto de presencia.
Nuestro objetivo es presentar una tipología del conjunto de sistemas de acceso a la información científica que actualmente forman un ecosistema con nichos bien separados, pero también con elementos en competencia que se solapan.
2. Tipología de productos para acceder a la información científica
En la tabla 1 presentamos una propuesta de caracterización de los distintos productos de acceso a la información científica existentes actualmente, junto con una descripción de sus rasgos esenciales.
ProductoContenidos analizadosTecnologíaResultadosIniciosCosteEjemplos
Bases de datos bibliográficasFuentes primarias: artículos de revista, congresos, etc.Asignación de metadatos (registros bibliográficos)Registros bibliográficos + acceso a un sistema de resolución de enlacesFinales 1970ComercialesScopus, ISI WoK,Chemical AbstractsEric, etc.
Portales de revistasFuentes primarias: artículos de revistasAsignación de metadatos (registros bibliográficos); Indización del texto completoRegistros bibliográficos + acceso al documento originalFinales 1990Comerciales y gratuitosEmeraldScielo,ScienceDirect, etc.
RepositoriosFuentes primarias: artículos de revista, tesis, congresos, etc.Asignación de metadatos (registros bibliográficos); Indización del texto completoRegistros bibliográficos + acceso al documento originalFinales 1990GratuitosE-LIS, DDD (UAB), MITDspace,Repositorium, etc.
Motores de búsqueda académicosPortales de revistas; Repositorios; Sedes web académicasIndización del texto completoLista de enlaces2000GratuitosGoogle Scholar,Scirus, etc.
RecolectoresPortales de revistas; RepositoriosRecolección de metadatosRegistros bibliográficos + acceso al documento originalMediados 2000GratuitosOAIster,Recolecta,Arrow, etc.
Metabuscadores académicosPortales de revistas; Repositorios; Motores de búsqueda académicosBúsqueda federadaLista de enlacesPrincipios 2000Gratuitos y comercialesScienceResearch,Biznar, etc.
Metabuscadores de bibliotecasRepositorios; Portales de revistas suscritas; Catálogo de la bibliotecaBúsqueda federadaRegistros bibliográficos + acceso al documento originalPrincipios 2000ComercialesMetalibEncore, etc.
Tabla 1. Productos principales para el acceso a la información científica
2.1. Los contenidos analizados
Una primera diferenciación de los productos de la tabla la podríamos establecer en función de cuáles son los contenidos analizados. De esta manera se pueden establecer dos niveles de agregación, según se almacene y se indice directamente la fuente original de la información científica (artículos revista, congresos, tesis, etc.) o se llegue a ellos de forma indirecta, a través de algún otro producto agregador como portales de revista o repositorios.
En el primer nivel de agregación encontramos aquellos sistemas de recuperación que se nutren directamente de la fuente original de la información científica, es decir, que toman como referencia los artículos de revista, las contribuciones a congresos, las tesis, etc. Estos productos son las bases de datos bibliográficas, los portales de revistas, ya sean comerciales o de acceso abierto, y los repositorios.
En el segundo nivel se encuentran aquellos servicios que se nutren directamente del primer nivel, es decir, que incluyen contenidos que proceden de portales de revistas y de repositorios. Estos sistemas no van a buscar directamente las fuentes (las revistas, las tesis o los congresos) en su lugar de origen, sino que llegan a ellas por medio de los agregadores de primer nivel. De esta forma les basta con acudir a unos pocos miles de sedes web para nutrirse con millones de contenidos. Aquí estarían los motores de búsqueda académicos, los recolectores, los metabuscadores académicos y los metabuscadores de biblioteca.
2.2. La tecnología
Los fundamentos tecnológicos utilizados por los productos analizados son fundamentalmente cuatro:
-Asignación de metadatos:
Se trata del proceso intelectual (no automático) que consiste en elaborar un registro bibliográfico para cada una de las fuentes originales analizadas. Puede ser realizado por el mismo autor que crea los contenidos (artículos de revista, etc.) o por el analista de la base de datos, portal de revistas o repositorio.
-Indización automática del texto completo:
Consiste en extraer los términos de los contenidos seleccionados, que pueden estar más o menos dispersos en servidores, y generar un índice global como resultado.
-Recolección de metadatos:
Consiste en crear un índice común recolectando metadatos de los repositorios que cumplen un protocolo común (OAI-PMH). El usuario recibe una lista única de resultados.
-Búsqueda federada:
Consiste en enviar la misma consulta a cientos de fuentes (agregadores de primer nivel) que indizan las fuentes primarias, en lugar de volverlas a indizar directamente. Como en el caso anterior, el usuario también recibe una lista única de resultados.
2.3. Lista de resultados
Las páginas de resultados que ofrecen estos productos pueden ser de tres tipos:
a) Registros bibliográficos + acceso al documento original (portales de revista, repositorios, recolectores).
b) Registros bibliográficos + acceso a un sistema de resolución de enlaces (bases de datos bibliográficas).
c) Lista de enlaces (motores académicos, metabuscadores).
En el primer caso (a), el usuario tiene solucionado siempre de forma directa el paso siguiente a cualquier búsqueda: la obtención del documento. En el segundo caso (b), lo tiene solucionado de forma parcial, es decir, en ocasiones el sistema de resolución de enlaces lo conducirá al documento completo, pero a veces no y, además, deberá hacerlo en varios pasos. En el tercer caso (c), se ofrece una lista de enlaces a otros sitios web de modo que el acceso en principio es directo, pero lleno de casuística: enlaces rotos, servidores que requieren suscripción, etc.
3. Consideraciones finales
De la estructura y niveles de agregación antes descritos se desprenden diversos comentarios para algunos de los principales agentes de la comunicación científica:
Para los científicos como usuarios de información
Es frecuente que los investigadores estén suscritos a las alertas de las revistas de su máximo interés. De todas formas, para las búsquedas sistemáticas y exhaustivas acostumbran a utilizar mayoritariamente, y de forma intensiva, los recursos de segundo nivel (especialmente los motores de búsqueda académicos) y también las bases de datos, que les aseguran el acceso a un mayor número de fuentes primarias. Esto es lógico ya que no es práctico tener que ir recorriendo los centenares de portales de revistas o de repositorios.
Para los editores de las revistas
Dado que los científicos consultan fundamentalmente agregadores de segundo nivel, es importante para una revista estar presente en portales de revistas o en repositorios, ya que son el paso esencial e imprescindible para poder ser incluidas en motores de búsqueda y metabuscadores. Es muy difícil estar en el segundo nivel sin pasar por el primero.
Para los repositorios
Los contenidos incluidos en repositorios tienen asegurada la presencia en el segundo nivel. Esto es muy importante para los contenidos que están depositados en ellos. El mayor número de consultas a los repositorios procede de agregadores de segundo nivel y no tanto de consultas directas.
Para los científicos en cuanto que autores
Si quieren asegurar una máxima difusión a sus obras tienen que publicar en revistas incluidas en portales y, si no son de acceso abierto, depositar sus textos en repositorios. De esta forma tienen asegurada su inclusión en motores de búsqueda y metabuscadores académicos y una fácil localización por parte de sus colegas.
Notas
1. Para tener una referencia hay que tener en cuenta que las revistas académicas activas tan sólo son unas 78.000 (según Ulrich’s), cada una de las cuales publica un número variado de artículos anualmente.
Cómo citar este artículo:
AbadalErnestCodinaLluís . “El ecosistema de la información científica: estructura y niveles de agregación”. Anuario ThinkEPI, 2011, v. 5, pp. ¿¿-??.

Profesionales de la información y compromiso con el desarrollo


Profesionales de la información y compromiso con el desarrollo

SI EN UNA SITUACIÓN como la actual hemos de dar credibilidad al axioma de que quien tiene el poder es quien custodia la información, ya que puede imponer el uso que le satisfaga y actuar -en consecuencia- como gestor de los contenidos que maneja, se hace más lamentable la falta de acceso a la información e incluso la ausencia de posesión, hasta de documentos impresos, que acucia a gran parte de los centros de información de los países menos desarrollados.
Cada profesión tiene un compromiso social en el sector que ocupa y que, en el nuestro, bien puede estar simbolizado por las actividades que abordan organizaciones comoArchiveros o bibliotecarios sin fronterasCooperación para el desarrollo y bibliotecas,Desarrollo de las bibliotecas africanas lusófonas, o aquellas que se alcanzan a través de la participación creciente en las convocatorias de proyectos PCI de muchas Oficinas de cooperación universitaria al desarrollo, o en otras hechas por las Comunidades Autónomas o por sus propias universidades.
Se constata así el compromiso creciente con la cooperación al desarrollo de las asociaciones profesionales y de las universidades que imparten titulaciones de nuestra área.
Se trata de cumplir una labor social mediante la colaboración en aquellos lugares donde son escasos los recursos o en donde los conflictos bélicos o las catástrofes naturales ponen en peligro el patrimonio documental. Los países donde esto sucede difícilmente pueden defender sus valores identitarios, conservar su memoria histórica o apostar por el derecho a la información y la transparencia administrativa cuando no disponen de profesionales convenientemente formados o no cuentan con las infraestructuras necesarias mínimas.
Bien cerca del sur de Europa tenemos realidades que precisan de ayuda urgente y del trasvase de nuestro sector, que se obliga a ello por la madurez alcanzada en las últimas décadas, pues realmente no es nada fácil trabajar con pocos recursos o intentar poner en marcha instituciones que carecen incluso de elementos estructurales fundamentales para cumplir su misión principal.
Parece indudable la función social que cabe cumplir a las unidades de información, especialmente a las bibliotecas, en el desarrollo sostenible y en la cultura de esos países próximos. Sin embargo, es el nuestro un campo cuya acción va más allá de las intervenciones técnicas profesionales, al estar vinculado también a la formación permanente y a la educación superior. Esto además le obliga en responsabilidades para mejorar el acceso a la educación o para apoyar la formación universitaria de los profesionales de esos países.
Como parte indudable del sistema educativo, las bibliotecas protagonizan un papel fundamental en su mejora. El analfabetismo es uno de los mayores problemas en los países con menos recursos, pues les da una proyección muy pesimista. De ahí que el establecimiento de pequeñas bibliotecas busque promover el urgente desarrollo educativo y cultural.
Respecto a la formación universitaria, es obligatorio el compromiso de pasarles nuestra experiencia, de ayudarles a organizar titulaciones y, lo más sangrante, de dotar a esas titulaciones de bibliotecas con fondos actualizados y de acceso a la red. Sin ellas no se puede hablar hoy de una formación superior, ni siquiera de una formación profesional válida.
La formación del personal de la información-documentación no sólo tendría, pues, como mayor reconocimiento que se aplicasen prácticamente los conocimientos adquiridos en su formación, con el consiguiente aumento en la calidad de los servicios, sino que se dotaría a estos países de unas plataformas de aprendizaje y servicio intelectual cuyos beneficios les acercarían paulatinamente al nivel que injustamente se les ha negado hasta ahora. Y se les daría así la opción cierta de ser responsables de su futuro. Desde luego volvería a corroborarse en este caso la sentencia de Kuan-tzu cuando evidenciaba que es mejor enseñar a pescar a alguien que darle el pescado.
En los últimos años se han ido generando espacios de encuentro e intercambio que han servido para promover actividades educativas, formativas y de desarrollo en las que va adquiriendo progresiva presencia el mundo de la información-documentación. Es especialmente llamativo, por lo vacío del panorama hace tan solo diez años, el crecimiento de la cooperación con África. Son ya tres los encuentros internacionales de universidades con África que han servido para mejorar el conocimiento mutuo entre España y los países africanos. No ha sido ajeno el esfuerzo entregado desde Casa África para dar a conocer el potencial del continente africano a través de actividades en todos los ámbitos. Pues bien, en esas actividades, intercambios y proyectos la aparición de nuestro sector se va afianzando. Se ha debido, de una parte, a la concienciación progresiva del colectivo profesional y académico, pero también a la seguridad de que está valiendo la pena el esfuerzo hecho, pues la realización de estas acciones exige mucha tenacidad.
Las posibles acciones de cooperación comienzan por establecer un diálogo que posibilite el conocimiento mutuo que, desde la experiencia de trabajo, permita analizar la situación de cada centro y las prioridades de atención, para posteriormente identificar el conjunto de actividades a emprender. Creo que es una auténtica alegría y aliciente para la acción que las técnicas docentes y profesionales de las que disponemos sirvan para mejorar las competencias profesionales de quienes afrontarán la responsabilidad de enfrentarse al procesamiento y al resto de rutinas en la gestión de la información.
Su enriquecimiento profesional ha de ser paralelo al crecimiento que sus países tienen que experimentar. Nuestra colaboración puede plasmarse en acciones técnicas, de capacitación o de apoyo a la puesta en marcha, mejora y actualización de sistemas. Incluso en la formación de colecciones, muchas veces imposible de hacer por carencias fundamentales.
Es cierto que cuanto se relaciona con la alimentación y con la medicina son los objetivos fundamentales, pero de alimentar y de cuidar se trata también aquí. Como bien muestra el compromiso de las universidades que imparten nuestras titulaciones. Lo que saben hacer es enseñar. Y en esa línea se espera su participación bajo diferentes formas, como diseñar un plan de estudios, revisarlo, traspasar técnicas de enseñanza a distancia, actualizar a los profesores o facilitar el ingreso en masters y doctorados.
Si empezamos a reconocer este empeño estamos en la vía para  que muchos proyectos de cooperación se concreten en nuestra área. Comprometerse con estas ideas supone una tarea de enorme responsabilidad, principalmente en años de vacas flacas en que los presupuestos no ofrecen mucho margen de actuación. Estaremos obligados a hacer tortillas con pocos huevos. Sin olvidarnos de que una participación más activa servirá para transferir el conocimiento a quienes más lo necesitan. Vale la pena, ¿no?
Cómo citar este artículo:
MoreiroJosé-Antonio . “Profesionales de la información y compromiso con el desarrollo”.Anuario ThinkEPI, 2011, v. 5, pp. ¿¿-??.

EL SACRAMENTO DE LA SONRISA




SÁBADO 19 DE MARZO DE 2011

EL SACRAMENTO DE LA SONRISA: Por Martín Descalzo


Si yo tuviera que pedirle a Dios un don, un solo don, un regalo celeste, le pediría, creo que sin dudarlo, que me concediera el supremo arte de la sonrisa. Es lo que más envidio en algunas personas. Es, me parece, la cima de las expresiones humanas.

Hay, ya lo sé, sonrisas mentirosas, irónicas, despectivas y hasta ésas que en el teatro romántico llamaban «risas sardónicas». Son ésas de las que Shakespeare decía en una de sus comedias que «se puede matar con una sonrisa». Pero no es de ellas de las que estoy hablando. Es triste que hasta la sonrisa pueda pudrirse. Pero no vale la pena detenerse a hablar de la podredumbre.

Hablo más bien de las que surgen de un alma iluminada, ésas que son como la crestería de un relámpago en la noche, como lo que sentimos al ver correr a un corzo, como lo que produce en los oídos el correr del agua de una fuente en un bosque solitario, ésas que milagrosamente vemos surgir en el rostro de un niño de ocho meses y que algunos humanos -¡poquísimos!- consiguen conservar a lo largo de toda su vida.

Me parece que esa sonrisa es una de las pocas cosas que Adán y Eva lograron sacar del paraíso cuando les expulsaron y por eso cuando vemos un rostro que sabe sonreír tenemos la impresión de haber retornado por unos segundos al paraíso. Lo dice estupendamente Rosales cuando escribe que «es cierto que te puedes perder en alguna sonrisa como dentro de un bosque y es cierto que, tal vez, puedas vivir años y años sin regresar de una sonrisa». Debe de ser, por ello, muy fácil enamorarse de gentes o personas que posean una buena sonrisa. Y ¡qué afortunados quienes tienen un ser amado en cuyo rostro aparece con frecuencia ese fulgor maravilloso!

Pero la gran pregunta es, me parece, cómo se consigue una sonrisa. ¿Es un puro don del cielo? ¿O se construye como una casa? Yo supongo que una mezcla de las dos cosas, pero con un predominio de la segunda. Una persona hermosa, un rostro limpio y puro tiene ya andado un buen camino para lograr una sonrisa fulgente. Pero todos conocemos viejitos y viejitas con sonrisas fuera de serie. Tal vez las sonrisas mejores que yo haya conocido jamás las encontré precisamente en rostros de monjas ancianas: la madre Teresa de Calcuta y otras muchas menos conocidas.

Por eso yo diría que una buena sonrisa es más un arte que una herencia. Que es algo que hay que construir, pacientemente, laboriosamente.

¿Con qué? Con equilibrio interior, con paz en el alma, con un amor sin fronteras. La gente que ama mucho sonríe fácilmente. Porque la sonrisa es, ante todo, una gran fidelidad interior a sí mismos. Un amargado jamás sabrá sonreír. Menos un orgulloso.

Un arte que hay que practicar terca y constantemente. No haciendo muecas ante un espejo, porque el fruto de ese tipo de ensayos es la máscara y no la sonrisa. Aprender en la vida, dejando que la alegría interior vaya iluminando todo Cuanto a diario nos ocurre e imponiendo a cada una de nuestras palabras la obligación de no llegar a la boca sin haberse chapuzado antes en la sonrisa, lo mismo que obligamos a los niños a ducharse antes de salir de casa por la mañana.

Esto lo aprendí yo de un viejo profesor mío de oratoria. Un día nos dio la mejor de sus lecciones: fue cuando explicó que si teníamos que decir en un sermón o una conferencia algo desagradable para los oyentes, que no dejáramos de hacerlo, pero que nos obligáramos a nosotros mismos a decir todo lo desagradable sonriendo.

Aquel día aprendí yo algo que me ha sido infinitamente útil: todo puede decirse. No hay verdades prohibidas. Lo que debe estar prohibido es decir la verdad con amargura, con afanes de herir. Cuando una sola de nuestras frases molesta a los oyentes (o lectores) no es porque ellos sean egoístas y no les guste oír la verdad, sino porque nosotros no hemos sabido decirla, porque no hemos tenido el amor suficiente a nuestro público como para pensar siete veces en la manera en la que les diríamos esa agria verdad, tal y como pensamos la manera de decir a un amigo que ha muerto su madre. La receta de poner a todos nuestros cócteles de palabras unas gotitas de humor sonriente suele ser infalible.

Y es que en toda sonrisa hay algo de transparencia de Dios, de la gran paz. Por eso me he atrevido a titular este comentario hablando de la sonrisa como de un sacramento. Porque es el signo visible de que nuestra alma está abierta de par en par.

Hagamos este año el propósito de sonreír.

Tomado de:  www.valoresyvirtudes.com.ar el día 17 de marzo del 2011

Laissez Faire, creatividad y aprendizaje


Posted: 22 Mar 2011 12:19 AM PDT
Tal y como se desprende del título, nuevas investigaciones demuestran que la enseñanza precoz puede ser contraproducente. Actualmente no dejamos que los niños más pequeños exploren, investiguen, jueguen y descubran. En su lugar, les ofrecemos instrucción directa, lo que ayuda a que aprendan hechos y habilidades específicas, pero ¿qué pasa con la curiosidad y la creatividad, habilidades aún más importantes para el aprendizaje a largo plazo?
Mientras que la enseñanza de un maestro puede ayudar a los niños a que encuentren una respuesta específica más rápidamente, también hace menos probable que descubran información nueva acerca de un problema, que aprendan a crear una solución nueva e inesperada. Lo veíamos en un antiguo artículo sobre ensayo error y flexibilidad, en el que un grupo de preescolares tuvieron un mejor desempeño en una prueba que requería la puesta en marcha de habilidades complejas que los graduados en una escuela de negocios.
¿Qué es lo que sabemos acerca de cómo afecta la enseñanza en el aprendizaje? Además, ¿cómo medimos el aprendizaje? Si utilizamos pruebas estandarizadas, la curiosidad y la creatividad son más difíciles de medir.
La investigación
Los estudios, uno en un laboratorio del MIT y el otro en la Universidad de California – Berkeley aportan información sobre la forma de aprender de los alumnos preescolares.
En el primero la profesora Laura Schulz y cols. estudiaron la forma en que niños de 4 años aprendían acerca de un nuevo juguete con cuatro tubos. Con cada tubo se podía hacer algo diferente: un tubo hacía ruido, con otro si se miraba dentro se descubría un espejo oculto, etc.
Se plantearon dos situaciones:
a) El experimentador dijo “Acabo de encontrar este juguete” y al sacarlo, fingió que se le caía por accidente, de manera que al caer el tubo éste hizo ruido. Fingió sorpresa y lo volvió a tirar para que pitara otra vez.
b) El experimentador actuó más como profesor: “Voy a mostrar cómo funciona mi juguete, mirad esto”, e hizo que el tubo emitiera el ruido.
Luego, dejó a ambos grupos jugar con el juguete.
Los niños tienden a buscar información nueva
La pregunta era si los niños descubrirían otras cosas que el juguete podía hacer. Los niños del primer grupo jugaron más y descubrieron más funciones “ocultas” que los del segundo. Es decir, la instrucción directa hizo que los niños fueran menos curiosos y que tuvieran menos probabilidades de descubrir información nueva.
La enseñanza directa hace que los niños sean menos creativos
O dicho de otro modo, la enseñanza directa también hace que los niños tengan menos posibilidades de llegar a conclusiones nuevas. Para responder a estas preguntas Daphna Buchsbaum, Tom Griffiths, Patrick Fuente y Quintin trabajaron también con niños de 4 años. Se mostró a los niños que un juguete producía música solamente con una secuencia de acciones determinada, mientras que otras no la producían.
La experimentadora, presentó varias secuencias con música, intercaladas entre otras que no la producían. Sin embargo, era posible producir música con sólo una secuencia de dos acciones clave, pero esto no se los enseñó. Les dejó el juguete y les dijo “haced que funcione”.
En un grupo, actuó como si no tuviera idea sobre el funcionamiento del juguete (“Uauh, mirad este juguete, como funcionará? Vamos a probar”). Con el otro grupo, actuó como un maestro (“Así es como funciona mi juguete”).
En el primer grupo, muchos de los niños descubrieron la manera de conseguir que el juguete produjera música de la manera más inteligente (sólo 2 acciones). En el segundo grupo, los niños imitaban exactamente lo que se les había mostrado, sin descubrir la solución alternativa.

Conclusiones, ¿Por qué los niños se comportan de esta manera?
Estos dos estudios llegaron a conclusiones similares, aportando apoyo científico a las intuiciones de los maestros: la instrucción directa puede limitar el aprendizaje de los niños pequeños.
Los adultos asumimos que la mayoría del aprendizaje es el resultado de la enseñanza, y el aprendizaje exploratorio, espontáneo es inusual, cuando en realidad resulta fundamental.
Cuando el maestro en el experimento del tubo de juguete no busca las características ocultas, el alumno inconscientemente piensa: “ella es la maestra, si hubiera algo interesante allí, me lo habría mostrado”. Estos supuestos llevan a los niños a reducir sus posibilidades de descubrir por si solos, quedándose sólo con la información específica que proporciona el maestro.
Sabiendo esto, es más importante que nunca, para dar a los niños capacidades notables, dejar emerger y desarrollarse al aprendizaje espontáneo. El mejor ambiente de aprendizaje será un mundo rico, estable y seguro, con afecto y apoyo de los adultos y un montón de oportunidades para la exploración y el juego.
¿No os suena a Internet? Es probable, así, que de lo que estemos hablando no sea de educación infantil sino, una vez más, decaracterísticas del aprendizaje en la era web.

ResearchBlogging.org
Bonawitz E, Shafto P, Gweon H, Goodman ND, Spelke E, & Schulz L (2011). The double-edged sword of pedagogy: Instruction limits spontaneous exploration and discovery. Cognition PMID: 21216395