viernes, 26 de noviembre de 2010

Y la ciencia se coló en el mercado

Ciencias Naturales
 
Ciencias Agrarias

Y la ciencia se coló en el mercado

Observar a un nutrido grupo de señoras en el mercado, a las diez de la mañana, no llama la atención. Pero la situación cambia cuando comprobamos que lo que hacían no era comprar en la carnicería. Tenían concentrada toda su atención en la ciencia culinaria y, sin darse cuenta, estaban participando en la Semana de la Ciencia.
El público degustó platos típicos de cuatro continentes. Foto: Laura Chaparro.
Un numeroso grupo de personas, en su mayoría mujeres mayores, aunque también alguna chica joven y hombres, disfrutaron de la séptima edición del taller “La cocina en el hogar: placer, tradición y ciencia”, celebrado el pasado jueves 18 de noviembre en el Mercat de les Corts (Barcelona).
Organizado por la Asociación Catalana de Comunicación Científica (ACCC) y el Consejo para la Igualdad de las Mujeres de les Corts, el acto contó con la colaboración de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), el Ministerio de Ciencia e Innovación (MICINN), la Red de Unidades de Cultura Científica (UCC+i), el Mercado de Les Corts y el Ayuntamiento de Barcelona.
¿Y cómo fue posible que buena parte de el público se detuviera durante más de una hora, dejando sus compras para más tarde? Gracias a las fascinantes explicaciones de Montse Illán y Xavier Torrado, profesores de la diplomatura de Nutrición Humana y Dietética de la Universidad de Barcelona (UB).
Ambos se encargaron de acercar la gastronomía más exótica a este mercado barcelonés. Coincidiendo con el Año Internacional de Acercamiento de las Culturas, los expertos prepararon cuatro suculentos platos como fueron la polenta con tomate fresco (un plato italo-mediterráneo), el tagín (típico del norte de África), los dumplings (bocados deliciosos de Asia) y de postre, un dulce de Tapioca (procedente de América del Sur).
En la variedad está el gusto
“El tagín es el estofado marroquí”, explicaba Montse Illán, mientras Xavier Torrado se afanaba en terminar de presentar la polenta con tomate para que el público la degustara. “Hay culturas cuya comida no se entiende si no pica”, añadía Xavier Torrado.
Los dos profesores, además de cocinar delante de las atentas miradas de los asistentes, explicaron en todo momento las propiedades de los alimentos que tenían sobre la mesa. “El jengibre tiene propiedades antioxidantes y sirve para ayudarnos a tratar un resfriado”, señalaba la profesora. Nuevos conocimientos que servían para abrir la cultura mediterránea a, por ejemplo, la asiática. “Allí cocinan las hojas de las verduras y es más nutritivo que lo que hacemos nosotros”, reconocía la experta. O nuevos datos sobre la cocina sudamericana como por ejemplo que la mandioca sustituye a la patata en muchos países, por su alto contenido en carbohidratos.
Los asistentes, divididos en dos sesiones, escuchaban y observaban atentamente, y también participaban. “El perejil es la reina de las verduras porque tiene mucha vitamina C”, decía un señor que rondaba los noventa años. “Así es”, respondió Monste Illán “pero no hay que olvidar que la dieta más saludable es comer de todo, sin abusar de nada”, recalcó.
Aunque con lo que más disfrutó el público fue con la degustación de los platos. “¿Puedo coger un poco más?”, se escuchaba entre ellos. “Buenísimo”, exclamaba una señora cargada con bolsas de la compra. Al finalizar las sesiones, se sorteó una cesta de frutas y verduras cedida por el Mercat.
De postre, cine
Y si por la mañana la ciencia encontró su mejor aliado en la cocina, por la tarde se unió al cine, pero sin dejar la vertiente gastronómica. La directora Maria Ripoll presentó su película Tortilla soup en el Auditorio del Centro Cívico de Les Corts. Una divertida comedia que, con el telón de fondo de la comida, aborda las complejas relaciones personales que existen en una familia mexicana.
Los sentidos tienen un papel destacado en esta película que nos acerca a otras culturas: la estadounidense, donde vive ya arraigada la familia de origen mexicano en torno a la que gira la historia que nos narra María Ripoll; la mexicana, presente siempre en la mesa alrededor de la cual se desarrolla buena parte del film, y la brasileña, que se hace presente en el novio de una de las hijas. Maria Ripoll comentó en el debate posterior que "la otra protagonista de esta película es la cocina" y que fue muy difícil rodarla ya que "hay muchos personajes en cada escena".
Se ponía así el punto final a una intensa jornada que conseguía su objetivo: acercar la ciencia al público, en forma de manjares exquisitos y del mejor cine. El año que viene, más Setmana de la Ciéncia.
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Galería fotográfica de la jornada

jueves, 25 de noviembre de 2010

Reeducación de Maltratadores: Una Experiencia de Intervención desde la Perspectiva de Género

Reeducación de Maltratadores: Una Experiencia de
Intervención desde la Perspectiva de Género
Re-education of Perpetrators of gender Violence: An
Intervention Program with Gender Perspective
Francisca Expósito Sergio Ruiz
Universidad de Granada Hospital Psiquiátrico Penitenciario de Sevilla
Resumen. La violencia de género representa uno de los problemas más importantes a los que se enfrenta
la sociedad actual. Esta realidad ha propiciado la aprobación y desarrollo de importantes cambios legislativos
y de intervención más acordes con la especificad de este tipo de delitos. Dado el progresivo incremento
de hombres que son condenados por delito de violencia de género y teniendo en cuenta las características
generales de los mismos, en la mayoría de los casos se trata de delincuentes primarios y completamente
normalizados, la respuesta penal nos ofrece una oportunidad para intervenir con este tipo de población.
Una de las medidas más novedosas impuestas por los jueces para este tipo de hechos es la suspensión de
la ejecución de las condenas privativas de libertad, por delito de maltrato, a cambio de la realización de
programas psicológicos específicos de violencia de género, siempre y cuando se cumplan las condiciones
que la ley establece.
El artículo describe la experiencia en la aplicación de un programa de intervención psicosocial con perspectiva
de género, con un grupo de hombres condenados por delito de maltrato y en situación de suspensión
condicionada de condena. Se analiza el perfil sociodemográfico de la muestra y se emplea para la evaluación
del programa, pruebas específicas relacionadas fundamentalmente con la ideología de género, así
como con aquellas creencias relacionadas con las relaciones entre hombres y mujeres en el ámbito de la
pareja y las actitudes hacia la violencia de género. De los resultados obtenidos con esta experiencia se desprende
la necesidad de mantener y potenciar la intervención con hombres maltratadores como forma de
prevención de nuevos episodios de violencia de género sobre las mismas ó futuras mujeres víctimas de este
tipo de violencia.
Palabras clave: violencia, género, condena, intervención, maltrato.
Abstract. Gender violence is one of the major issues that society faces. During the last few years, important
legislative and interventional changes have been carried out, in order to adapt to with the specific
nature of this type of crime. Because of the increase in the number of men that have been convicted of gender
violence, and taking into account their general characteristics (in most of the cases it is their first
crime), penal law offers an opportunity for intervention. One of the most novel measures imposed by the
judges for these types of crimes is that, instead of giving jail sentences, they sentence the offenders to
attend psychological treatment programs that deal with gender violence.
This paper describes the experience with the application of a psycho-social intervention program with a
gender perspective. We analyze the sample’s sociodemographic profile, and, in order to evaluate the program,
we also use scales that measure gender ideology, beliefs about intimate relationships, and attitudes
towards gender violence. Results showed that it is important to support and promote the intervention with
this type of offender as a way to prevent new episodes of gender violence.
Key words: Violence, Gender, Sentences, Intervention, Assault and Battery.


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Reeducacion

El nuevo (y viejo) orden de la comunicación científica

Política CIentífica
 
Política científica
Austria: Scicom 2010

El nuevo (y viejo) orden de la comunicación científica

Abran juego en el mundo de la comunicación científica de riesgos. Tensiones, intereses, y manipulaciones cortan la baraja geopolítica. Más de un centenar de expertos debatieron la semana pasada en Viena las formas de comunicar hoy los temas de investigación “sensibles”. Fraude científico, salud y medicamentos, estudios genéticos, desastres medioambientales, tecnologías, redes sociales… ¿Qué importancia tiene la ética en estas cuestiones?
En su tercera edición, SCICOM 2010 ha abordado el ‘riesgo de la comunicación científica’. En la imagen, entrada de la Universidad Tecnológica de Viena (TU), sede del encuentro europeo. Foto: SINC.
Nadie hablaba todavía de comunicación de la ciencia, ni de cultura científica, ni de riesgos de la comunicación cuando en 1922 Johan Craidoff y Moritz Schlick fundaron en Austria el Círculo de Viena (Wiener Kreis) para la concepción científica del mundo.
Con una inmensa tradición científica y artística, Viena tuvo que esperar hasta 2007 para tener un foro anual de debate sobre la comunicación de la ciencia. Aquel año la agencia privada vienesaScience2public decidió poner en marcha SCICOM. Se trataba de juntar a todos los responsables de prensa de las de las 21 universidades austríacas, y a buena parte de los centros científicos, así como periodistas europeos e investigadores para poner en común nuevas y viejas formas de informar sobre ciencia.
En su tercera edición, el encuentro europeo ha destripado en la ciudad de los concilios los detalles de eso que entendemos por ‘riesgo de la comunicación científica’, así como la percepción social de los temas controvertidos y el papel de las tecnologías en el derecho a la información (en su doble vertiente, libertad de expresión y acceso a la información).
Más de 100 expertos y expertas participaron en mesas redondas y talleres de resolución de crisis de comunicación de riesgos. En su ponencia, Anastasia Parianou, editora y profesora de traducción técnica en la Universidad de Ionian (Grecia), fundamentó la efectividad de la comunicación en las emociones y en las sensaciones. A partir de las estrategias institucionales para reducir el consumo de tabaco, diferenció entre mensajes estéticos, creibles y efectivos.
Algo parecido dijo bajo un enfoque ‘fenomenalista’ el físico, psicólogo y filósofo austriaco Ernst Mach (1838-1916): “Todo conocimiento debe partir del análisis de las sensaciones”. Y ahora leamos esta frase: “Entre 1985 y 2000 los glaciares alpinos han perdido el 22% de su área, y los glaciares antárticos han doblado su rapidez de derretimiento desde 1990". ¿Qué sentimos? ¿Qué inferimos?
Algunos asistentes puntualizaron que ni en periodismo ni en ciencia podemos hablar de fe o creencia, si no de “método, veracidad y contraste de fuentes” que permitan elaborar opiniones y tomar decisiones fundamentadas, sea el campo que sea. La frase del párrafo anterior es un ejemplo periodístico de síntesis que nos cuenta de forma limpia y clara lo que ya es una evidencia científica.
Fraudes y riesgos
Además de la gripe aviar y de los efectos perniciosos del tabaco, largo y tendido se habló de la legitimidad del discurso científico y de cómo ésta se tambalea con los casos de fraude y escándalos de retirada de artículos.
“Uno de cada tres investigadores de EE UU reconoce haber falseado datos en sus trabajos”. Este fue el titular lapidatorio que en 2005 tiraría por tierra la integridad de la ciencia y generaría la imagen corrupta de la ciencia. Los medios se hicieron eco del primer estudio cuantitativo sobre conductas de fraude científico y conflicto de intereses, que realizó la Fundación Health Partners con financiación de los Institutos Nacionales de Salud de EE UU (NIH, por sus siglas en inglés).
En los pasillos del encuentro se habló de la Oficina de Política Científica y Tecnológica (OSTP) de EE UU, que en diciembre de 2000, hace ahora una década, marcó las pautas mundiales de la actividad científica, y estableció como prácticas censurables “la producción, falsificación y plagio a la hora de proponer, realizar o revisar la investigación o para dar a conocer los resultados”.
También fue recordado un trabajo publicado en The New England Journal of Medicine que denunció en mayo 2005 que la industria farmacéutica ejerce presiones en las universidades de EE UU.
O los últimos caso de la revista Science: el de Paola Sebastiani con su artículo que la comunidad de genetistas ha puesto en tela de juicio (“Firmas genéticas de longevidad excepcional en humanos”), y el del investigador del Instituto de Catálisis y Petroleoquímica Manuel Ferrer, el primero en la historia del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Este segundo artículo presentaba un chip para analizar la red metabólica de una población celular en un momento determinado. El equipo científico se retractó la semana pasada en una carta en la propiaScience.
Miedos y fobias
Durante las sesiones, cada ponente abordó de una u otra forma los miedos y las fobias que crea la desinformación en ciencia. Para Jolanta Siller-Matula, de la Universidad médica de Viena y divulgadora experimentada (participó en el ESOF 2008 de Barcelona), “las personas que están en contra de la investigación con animales (fundamental en el campo de la biomedicina) no saben que el porcentaje de ratones y chimpancés utilizados en el laboratorio es menos del 1% de lo que mueve la industria alimenticia con la carne”.
Otro tema peliagudo: el uso científico de embriones humanos y sus células en medicina regenerativa. Las religiones budistas, islámicas y judías lo aceptan para curar enfermedades, pero la doctrina oficial cristiana católica se opone a ello. En la actualidad los comités de bioética consideran que la experimentación con embriones producidos in vitro no es rechazable, y que su uso es “claramente aceptable”. La normativa legal permite iniciar estas investigaciones, aunque su prohibición en EE UU tiene ya cronología.
En este sentido, la población española y la británica son la más favorables de Europa a la investigación con células madre embrionarias. Según el último Eurobarómetro, en España, el 78% de las personas respalda este tipo de investigación por considerarla necesaria para encontrar nuevos tratamientos contra enfermedades degenerativas. En Austria sólo un 39 % de la población lo apoya.
“La ciencia se asocia en Austria a riesgo y a peligro. El 80% de la población austriaca no quiere que se realice investigación en física nuclear”, explica Florian Aigner, responsable de prensa de la Universidad Tecnológica de Viena (TU).
La vigilancia mundial sobre pruebas nucleares se lleva a cabo en Viena, en el centro de la Comisión Preparatoria de la Organización del Tratado de Prohibición Completa de Ensayos Nucleares (CTBTO) de las Naciones Unidas.
Pero investigar siempre es algo positivo, sea el objeto de estudio que sea: en organismos genéticamente modificados, física nuclear, células madre, partículas subatómicas, indicadores medioambientales... El riesgo no viene de la ciencia en sí, si no de la aplicación de la misma (por ejemplo, la investigación militar).
‘Old school’ y nuevos medios
En la actualidad la mayoría de los medios (en papel, online o audiovisuales) publican las últimas noticias después de los blogs y las redes sociales como Twitter y facebook. Hubo un aparente consenso en esta cuestión tan relevante, no sólo para los profesionales de la información.
Alexander Gerber, del centro de investigación en comunicación de la ciencia y la innovación Innocomm de Berlín, ofreció dos interesantes charlas sobre medios 2.0 y peer reviewed journalism (revisión por pares del periodismo). El experto alemán habló de la necesidad de certificar la información científica en internet: “Necesitaríamos además grupos de personas expertas o un wikiwatch para corregir la información falsa sobre ciencia que aparece en la web”.
Por su lado, Malcom Love, experiodista de la BBC y asesor de comunicación dinamizó un taller de cinco horas sobre cómo se comunicó la explosión de la plataforma petrolífera Deepwater Horizon de la British Petroleum (BP), que vertió en el Golfo de México entre 35.000 y 60.000 barriles de petróleo diarios, desde el 20 de abril de 2010 hasta al menos dos meses después. Por grupos, los participantes representaron el papel de todos los agentes implicados: el gabinete de comunicación de la Casa Blanca, el de BP, el de la Shell, los medios de comunicación y la ciudadanía afectada.
Un juego de enorme eficacia para entender las estrategias de marketing de lobbies y grupos de interés a la hora de comunicar desastres. Nadie se acordó en Viena de la catástrofe del Prestige en aguas españolas y francesas, pero Love recordó algo crucial: en Nigeria hay cada año una explosión similar o mayor que la acontecida en el Golfo de México, aunque ningún medio publica ninguna noticia.
“La gente cree que las noticias nacen y crecen como los champiñones, pero las noticias se construyen, y responden a decisiones tomadas por alguien”, afirma Love.
Ciencia y divertimento
Durante tres días también se sucedieron charlas sobre nanoproductos, plásticos, física cuántica o el papel de organizaciones no gubernamentales como la Cruz Roja. El SCICOM 2010 tuvo también sus momentos de divertimento. Además de un Science Loungeorganizado la última noche para intercambiar opiniones, comida y bebida mediante, en la primera velada dos investigadores austríacos hicieron demostraciones de lo que podría llamarse “ciencia teatralizada”.
La pareja de científicos venía del último FameLab, el concurso mundial de divulgación que organiza el Cheltenham Science Festival, British Council y este año Ciência Viva para obtener por parte del público no especializado un reconocimiento al ‘talento científico’. Cada año miles de investigadores de más de 18 años presentan una idea científica a un panel de jueces expertos; una explicación divertida y clara que no supera los tres minutos.
“En clave seria y divertida, siempre veraz y rigurosa, la comunicación científica es necesaria para toda la sociedad y debemos asegurar la pluralidad de opiniones, así como protocolos éticos y deontológicos que podamos compartir”, concluyó para SINC Susanne Schwinghammer, la organizadora del SCICOM y directora de la agencia Science2public.

El papel decisivo de la bioética

Ciencias Naturales
 
Ciencias de la Vida

El papel decisivo de la bioética

El Presidente del Comité Científico de la Sociedad Internacional de Bioética (SIBI) analiza para SINC la repercusión del trabajo que equipo de Craig Venter publicado en la revista Science, y lanza algunas preguntas de fondo. ¿Puede permitirse que el conocimiento científico y los logros tecnológicos pertenezcan y beneficien a unos pocos? ¿A quién beneficiarán estos avances y los análogos futuros?
El doctor Marcelo Palacios.
El genoma del microorganismo Mycoplasma mycoides fue copiado por síntesis, y con algunas variables, la copia se ensambló y transfirió a otra bacteria, el Micoplasma capricolum. Activado en el híbrido resultante (Mycoplasma mycoides JCVI-syn1.0) se logró el desarrollo y división posterior de éste.
Puede decirse que se trata de una transferencia de núcleo o clonación sintética, y por todo cuanto implica el procedimiento, desde el punto de vista científico es un paso de particular importancia que abre numerosas posibilidades a la biología-biotecnología sintética.
La noticia fue presentada con un cuidado marketing, incluyendo expectativas “ilusionadoras" en medicina (producción de vacunas y medicamentos), mejora de alimentos y su producción, medio ambiente (crear microorganismos para eliminar la contaminación de las aguas), y la industria en general (producir hidrocarburos a expensas del CO2 atmosférico por una alga).
Reiterando la trascendencia de lo realizado, el uso de conocimientos ligados a la biotecnología genera la necesidad ineludible de dar respuesta a cuestiones cargadas de interrogantes éticas, sociales y legales, relacionadas estrechamente con la veracidad de lo que se oferta públicamente, y en especial cuanto concierne a los derechos humanos, a las libertades fundamentales, naturaleza y medio ambiente.
Desde el punto de vista científico, se debe afirmar que no se ha creado una célula o vida artificiales. Una célula viva es una estructura extraordinaria y mucho más compleja que su propio genoma. En consecuencia, a excepción del genoma sintético todo lo que compone el Mc JCVI-syn1.0 es natural (membrana, mitocondrias, aparato de Golgi, orgánulos…), y hablar de vida artificial creada es totalmente impropio.
El bien común en ciencia
Desde la perspectiva bioética hay que plantearse varias cuestiones: ¿Puede permitirse que el conocimiento científico y los logros tecnológicos pertenezcan y beneficien a unos pocos, o deben estar a disposición y servir, ante todo, al interés al interés general?
La inclinación por la segunda posibilidad no me ofrece dudas, o en otro caso los monopolios del saber y de las estructuras genéticas o de la materia viva con ellas creada acabarían por producir consecuencias científicas, sociales y hasta evolutivas muy negativas que se deben prevenir y evitar.
En el plano social, ¿a quién beneficiarán estos avances y los análogos futuros? Me temo que una vez más “a quienes puedan pagarlos”, que serán muy pocos, aumentando la discriminación y distanciamiento en lo social entre los ciudadanos de los países pobres y los ricos (como ocurre con la alimentación, o la atención a la salud).
Por ejemplo, en la actualidad la población rica mundial -el 19 % - consume el 85% de los medicamentos, mientras que el restante 81% de la población, pobre o necesitada, sólo dispone del 15 % de las medicinas.
También temo que por los intereses económicos en juego, la industria no dirija sus objetivos a las llamadas “enfermedades huérfanas”, enfermedades monogénicas de escasa incidencia poblacional, sino a las poligénicas, debidas a varios genes y más frecuentes, como el cáncer, la diabetes, el asma o las enfermedades cardiovasculares, hipertensión, o hipercolesterinemia, y que siendo de gran importancia también lo son de mayor rentabilidad económica para los productores.
Y los tests predictivos (seguros, trabajadores, diagnóstico de enfermedades con violación de la intimidad, etc.) podrían limitar además las posibilidades de los afectados o candidatos a una enfermedad genética, y provocar desempleo masivo (como pudiera ser el caso de la agroalimentación transgénica).
¿Se contará con el control adecuado y efectivo de los organismos modificados genéticamente con genomas sintéticos para impedir daños al ser humano? Se trta de proteger los derechos a la intimidad y privacidad (recogida y archivo de datos, contratación laboral selectiva, dificultar o sobrecarga en los contratos de seguros, etc.) o la salud. Se trata de evitar mutaciones no intencionalmente buscadas, liberación de microorganismos manipulados genéticamente, mutaciones o patologías sobrevenidas, utilizaciones selectivas como la selección racial, o la manipulación mental.
Además de evitar la producción de armas químicas y bacteriológicas aniquiladoras, y daños a la biodiversidad, a los animales y a sus especies, y a los vegetales, entre otros a la agricultura tradicional y a las áreas naturales (alteraciones de microorganismos, nuevas cepas…). Evitar la contaminación y el deterioro por los residuos urbanos e industriales producidos, la deforestación, la desertización…
Un acuerdo mundial sobre el uso de las biotecnologías
Sin agotar el tema, tenemos las secuencias y los genes humanos y de otros organismos vivos a nuestro alcance, podemos localizarlos, extraerlos, copiarlos, crearlos por síntesis artificial, cortarlos, unirlos, combinarlos con otros de la misma o distinta especie, y hacerlos realizar funciones (expresión) que se van traduciendo en realidades científicas y tecnológicas aplicadas, en las que la biosíntesis puede representar un importante rol.
Algún día próximo los genes estarán completamente dominados por el ser humano, que los utilizará como servidores dóciles a pleno rendimiento. No es aventurado ni ciencia ficción asegurar que determinarán lo que la voluntad del ser humano decida. El gen dominado plenamente ya es algo más que una hipótesis.
Eliminado cualquier argumento de determinismo que no sea el que nosotros establezcamos, el ser humano que somos podría modificarse técnicamente con sus inventos en lo biológico y en lo psíquico, lo que me lleva a llamar al hombre 'antropoplasta' o 'bioplasta', pues maniobra con su propia existencia y vida hasta límites que pueden escapar a su control y perjudicar a generaciones futuras, acabando por destruirse torpemente o alterando su evolución como especie y el mundo que habitamos, del que venimos y del que dependemos.
La necesidad de llegar a un acuerdo mundial sobre el uso racional de las biotecnologías -como vengo demandando en vano desde hace una veintena de años- no puede esperar más tiempo. En biotecnología se utilizan frecuentemente recursos con asociados (de Estados, empresas privadas –por lo general multinacionales-, de universidades...) que movilizan un complejo mundo tecnológico y un poderoso mercado en campos como la industria, la medicina, la farmacia, la alimentación, y el medio ambiente en el que la competencia por las patentes es ostensible, en pos del que se menciona ya como botín biotecnológico.
En consecuencia, la biotecnología se convierte en una gigantesca empresa mercantil, en definitiva un poder que es preciso encauzar al beneficio del interés común. Venter se propone patentar sus trabajos, muy costosos en su proyecto y desarrollo, y ya anticipa contratos con una multinacional del petróleo.
En tal escenario la bioética representa un papel decisivo. Ese pacto de civilidad o capitulación mundial sobre el uso racional de las biotecnologías en el que vengo insistiendo se hace ineludible, y sin duda habrá de implicar una revisión de las condiciones de patentabilidad.
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Marcelo Palacios Alonso (Candás, Asturias, 1934) es especialista en Cirugía General y en Traumatología - Ortopedia. Profesor de Escuela Internacional de Sofrología Médica. Ex Director Médico de la Policlínica del ISM (Casa del Mar, Gijón) e Inspector Médico Provincial. Proponente y Ponente de la Convención de Asturias de Bioética (Convención sobre los Derechos Humanos y la Biomedicina del Consejo de Europa)Fundador de la Sociedad Internacional de Bioética, Presidente del Comité Científico y Director de la Revista SIBI. Miembro del Comité de Bioética de España. Ha sido convocado varias veces al Congreso, al Senado y al Parlamento andaluz para informar sobre reproducción asistida, células madre, eutanasia y uso de embriones. Formó parte del Grupo de trabajo del Ministerio de Sanidad que elaboró un informe sobre obtención y uso de células madre embrionarias, para la Ley de investigación Biomédica (2007).
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Disponible reportaje con más opiniones sobre el tema.

Expertos europeos debaten el papel de la información científica en la nueva era digital

Humanidades y Arte
 
Ciencias de la Información

Expertos europeos debaten el papel de la información científica en la nueva era digital

Media for Science, el foro europeo sobre periodismo científico organizado por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) dentro de la presidencia española de la UE, ha comenzado hoy en Madrid con el recurrente debate sobre la compleja relación entre periodistas y científicos. Casi 300 profesionales europeos de la comunicación científica debaten esta semana los retos y encrucijadas del periodismo científico en la nueva era digital.
Ambiente del congreso. Foto: SINC.
En el primer debate que ha tenido lugar esta mañana se han confrontado periodistas y científicos para hablar de los retos y límites de la información científica en la actualidad. Del lado de la prensa se encontraban Elisabeth O'Leary, periodista de Reuters y moderadora de la mesa, y Quentin Cooper, de la BBC. El equipo científico contaba con dos destacados investigadores: Juan Luis Arsuaga, director del Centro de Evolución y Comportamiento Humano (UCM-ISCIII), y Luis Serrano, subdirector del Centro de Regulación Genómica.
Expertos europeos debaten el papel de la información científica en la nueva era digital
Mesa redonda 'Periodismo científico y comunicación científica en la sociedad del conocimiento'.
Serrano y Arsuaga, tras reconocer la importancia y la necesidad de que los científicos comuniquen sus resultados y su labor, han comenzado a disparar con una serie de críticas hacia el mundo del periodismo. Frente a la pretensión de los periodistas de hacer de la ciencia algo 'divertido', Arsuaga ha declarado que "la ciencia no tiene que entretener. La ciencia tiene que ser interesante". La recompensa que la audiencia tiene que obtener tras informarse sobre ciencia no debe ser entretenerse, sino ampliar sus conocimientos. Además, los periodistas tienen que entender que hay cuestiones científicas que no se pueden resumir en un titular, y que informar simplemente de hallazgos y de estudios publicados en revistas científicas deja fuera una parte fundamental de la ciencia: la del pensamiento y la reflexión científica.
Serrano cree que la prensa se enfrenta a varios desafíos. Uno es poder hablar de todo tipo de disciplinas científicas sin tener una formación específica en cada una. Otro reto al que tienen que hacer frente los periodistas es hacer una información rigurosa que no tergiverse la realidad y que no levante falsas esperanzas a partir de los resultados científicos. Serrano considera además que los científicos sufren la presión de encajar sus resultados en un discurso que no contradiga los presupuestos de lo políticamente correcto.
Ambos, sin embargo, coinciden en que los científicos tienen que desarrollar sus habilidades comunicativas, en que la ciudadanía tiene que mejorar su formación científica para poder opinar con conocimiento de causa sobre estas cuestiones, y que la clase política tiene que valorar adecuadamente la ciencia para poder tomar decisiones en ese terreno.
Un derecho democrático
Por su parte, Quentin Cooper ha señalado de manera conciliarora que no hay que ver ciencia y periodismo como mundos enfrentados, sino como dos ámbitos que pueden entablar una comunicación muy fructífera. Frente a las críticas al periodismo por simplificar la ciencia, Cooper ha rebatido: "No quiero hacer un periodismo que sólo llegue a los científicos. Es un derecho democrático". El que un periodista no tenga una formación científica excesivamente amplia se puede ver en realidad como una oportunidad, pues así puede plantear las preguntas que se haría la audiencia. Eso sí, Cooper ha reconocido que no hay que caer en un periodismo que trate los resultados científicos como una cura o una amenaza, como señala que hacen muchos medios sensacionalistas.
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Todo el programa y las sesiones de debate, aquí.
Fuente: SINC