Un consorcio público-privado formado por empresas y centros de investigación está participando en un proyecto de investigación para la detección precoz de la cirrosis hepática.
En un comunicado, la institución ha recordado que la fibrosis y cirrosis hepática son dos de las afecciones del hígado más comunes en la sociedad actual, motivo por el que se viene invirtiendo "un importante esfuerzo" tanto en la comunidad científica como en la clínica, de cara a encontrar respuestas que ayuden a paliar las consecuencias de estas enfermedades, especialmente con el propósito de adelantar el proceso de detección a través de técnicas no invasivas.
En este sentido, el consorcio desarrollará el proyecto denominado Liverbiomark, que busca identificar marcadores no invasivos para el diagnóstico y pronóstico de enfermedades hepáticas crónicas que constituyan herramientas útiles en la práctica clínica. El proyecto cuenta con una financiación del Ministerio de Ciencia e Innovación de 2,4 millones, en base a la convocatoria 2010 del Programa INNPACTO.
El proyecto Liverbiomark, con una duración de tres años, está integrado por las empresas OWL Genomics -coordinadora del proyecto- y MD Renal, el Centro de Investigación Cooperativa en Biociencias, CIC bioGUNE, y el Centro de Investigación Biomédica en el área temática de enfermedades hepáticas y digestivas CIBERehd. Las tres primeras entidades tienen sede en el Parque Tecnológico de Vizcaya.
"El proyecto se centra en la identificación de marcadores en suero que sean capaces de detectar y determinar el grado de severidad y la progresión de dichas patologías", ha explicado la directora general de OWL Genomics, Azucena Castro.
Configuración de un perfil metabólico
Este estudio pretende, a partir de la metabolómica, identificar biomarcadores que permitan configurar un perfil metabólico con dos fines principales, por un lado, conseguir el diagnóstico de la presencia e intensidad de la fibrosis en las enfermedades hepáticas crónicas producidas por el virus de la hepatitis C y, por otro lado, establecer el grado de insuficiencia hepática y el pronóstico de pacientes con enfermedades hepáticas avanzadas de diferente etiología.
En la actualidad, el virus de la hepatitis C (VHC) constituye la causa más prevalente de hepatitis crónica en los países desarrollados. En concreto, se estima que el 3% de la población mundial (170 millones de personas) sufre una infección crónica por VHC. El 80% de los pacientes infectados por VHC son portadores crónicos.
Un tercio de ellos desarrollará una cirrosis hepática en los siguientes 20 años y hasta un 7% de los pacientes con cirrosis presentarán un carcinoma hepatocelular. Sin embargo, aproximadamente dos tercios de los portadores crónicos presentarán una infección crónica clínicamente asintomática, que en ausencia de otros factores, se mantendrá estable o con una lenta evolución del grado de fibrosis hepática.