miércoles, 27 de octubre de 2010

La investigación es clave para ahorrar costes en Sanidad

SEGÚN JOAQUÍ CASARIEGO, DIRECTOR DEL CAIBER

"La investigación es clave para ahorrar costes en Sanidad"

Cuando los presupuestos siguen su curso en el Congreso, Joaquín Casariego, director del Caiber, manifiesta que "meter la tijera es fácil, pero se puede ahorrar haciendo las cosas bien, usando la investigación como un instrumento perfecto para el ahorro de costes en Sanidad".
Loreto Mármol - Martes, 26 de Octubre de 2010 - Actualizado a las 00:00h.
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Joaquín Casariego, director del Caiber.
Joaquín Casariego, director del Caiber.
  • Establecer estas dicotomías es artificial. En Ciencia cuadra perfectamente
El Consorcio de Apoyo a la Investigación Biomédica en Red (Caiber) se constituyó en noviembre de 2008 y ha tenido su puesta de largo hace dos semanas (ver DM del 7-X-2010). El médico Joaquín Casariego, que llegó a la dirección en septiembre del año pasado, transmite entusiasmo cuando habla de este proyecto que pretende arropar y dar soporte a los investigadores. Su filosofía es "avanzar destruyendo los paradigmas, ser ambicioso y estar siempre inquieto; los médicos tenemos el problema -o la virtud- de la motivación trascendente, y es que realmente nos creemos que estamos aquí para hacer algo por los demás".
¿Cuáles son los objetivos del Caiber?
-El paciente está en el centro de todo; estamos para contribuir a aliviar el sufrimiento, y es el vínculo que hay que establecer con la investigación, puesto que ésta no es un fin en sí mismo. La evidencia se tiene que trasladar a la práctica de los profesionales para que los pacientes sientan los resultados en sus carnes.
¿Qué aporta al profesional sanitario?
-El profesional sanitario que hace asistencia es el receptor de todas nuestras acciones y al que hay que nutrir, mientras que el Caiber arropa y da soporte al profesional sanitario que realiza investigación clínica. Viene a cubrir ese hueco que existe para poder investigar, puesto que aún no están disponibles las herramientas necesarias. Ahora mismo para comenzar una investigación no basta con ser un buen médico y tener buenas ideas, y eso no es operativo ni justo. Nuestro objetivo es ayudarle en todas las fases de la investigación. Hay que motivarle y reducir su carga de trabajo para que vea que el fruto de su esfuerzo ocurre. No hay nada más frustrante que tener una gran idea y tener que ir mendigando para hacerla posible. El Caiber es una corporación con entidad jurídica propia que late como un único ventrículo, y no como una fibrilación ventricular.
  • El Caiber no puede depender siempre de la ubre del Estado; una organización de este tipo es algo que hay que apoyar esté quien esté en el Gobierno
¿Disminuirá la carga burocrática que rodea a los ensayos clínicos?
-La carga será la misma, pero la distribuimos para que el investigador no tenga que asumirla. Agilizamos los trámites, de tal forma que es una gran oportunidad de reducir el tiempo para poner en marcha un ensayo.
¿Qué acciones se emprenderán para que los ciudadanos participen más en los ensayos clínicos?
-El principal cuello de botella en Europa es la reclutación de los pacientes en los ensayos. Queremos llegar al grado de madurez que tiene la cultura de donación de órganos, que ha sido una labor sorda pero muy constante. En este sentido, hay que asignar un mérito indudable a los profesionales sanitarios. Lamentablemente en la investigación clínica la comunicación científica ha sido deficiente y nada orquestada. En nuestro plan de 2011 iniciaremos una campaña de concienciación.
¿Con qué obstáculos puede toparse el Caiber?
-Conseguir sincronizar a más de 800 investigadores, 40 centros y distintas comunidades, así como transmitir una cultura de colaboración capaz de involucrarse en un ámbito más cooperativo y en grupos muy consolidados.
Tampoco ayudan los recortes presupuestarios (un 15,2 por ciento menos en investigación sanitaria). El secretario de Estado dice que la situación es crítica y el presidente del CSIC habla de asfixia. ¿El director del Caiber qué dice?
-Hasta 2012 disponemos de 10 millones de euros al año. Es muy buen principio, pero el Caiber no puede depender de la ubre del Estado permanentemente. La inversión en investigación tiene un impacto brutal en las políticas sanitarias y las instituciones. Meter un tijeretazo es fácil, pero al final puedes ahorrar haciendo las cosas bien, utilizando herramientas que no son las tijeras, como la investigación clínica, que es un instrumento perfecto para el ahorro de costes en Sanidad. Los 10 millones no podemos enterrarlos en el suelo y esperar el brote verde y esas cosas tan divertidas. Una organización como el Caiber es algo que hay que apoyar esté quien esté en el Gobierno. No es una cuestión cañí, sino una realidad en toda Europa. Es una herramienta fundamental para la estabilidad de los estados y el saneamiento de las cuentas.
Para eso hay que dar resultados...
-No somos la República de San Marino; tenemos un sistema sanitario bestial. El acceso a los pacientes y a la tecnología está casi garantizada, y eso no ocurre muchas veces ni en Estados Unidos. El sistema sanitario tiene un impacto claro en la investigación; no podemos desaprovechar ese diamante en bruto.
Entre tanto, aún se cuestiona que el Carlos III pertenezca a Ciencia e incluso se critica que la reestructuración del Gobierno no se haya aprovechado para devolverlo a Sanidad.
-El Carlos III lo haría bien en cualquier ministerio. Establecer estas dicotomías es artificial. En Ciencia cuadra perfectamente, pero lo que cuadra más aún es que, independientemente de dónde se encuentre, a nivel interministerial no funcione como entidades estancas, sino que exista una comunicación clara y permanente.El Instituto de Salud Carlos III lo haría bien en cualquier ministerio.

martes, 26 de octubre de 2010

La falta de sueño altera gravemente la parte 'emocional' del cerebro


La falta de sueño altera gravemente la parte 'emocional' del cerebro
La falta de sueño afecta muy seriamente a la parte 'emocional' del cerebro y nos hace más propensos a las depresiones y a las enfermedades mentales. Según un reciente estudio del neurólogo de la Universidad de Berkeley Matthew Walker, publicado en el último número de 'Current Biology', dormir menos horas de las necesarias (de siete a ocho diarias) altera la capacidad de respuesta del lóbulo prefontal, la parte del cerebro que regula las emociones, y conduce a comportamientos 'irracionales y primarios'.
FUENTE | El Mundo Digital29/10/2007
A tiempo para el cambio horario, y en declaraciones a Live Science, Matthew Walker asegura haber encontrado una nueva y poderosa razón para dormir: "El sueño restaura los circuitos emocionales, y haciendo esto nos prepara para los retos y las interacciones sociales del día siguiente. La falta de sueño, por el contrario, rompe los mecanismos que nos protegen de las enfermedades mentales".

El estudio de Walker, con el auspicio de la Harvard Medical School, se llevó a cabo entre 26 pacientes sanos, entre los 18 y los 30 años, que fueron divididos en dos grupo: los que durmieron lo suficiente y de una forma controlada, y los que fueron privados de sueño o incluso mantenidos despiertos durante 35 horas seguidas. Con la ayuda de un dispositivo de resonancia magnética (MRI), Walker visualizó las alteraciones en las conexiones del cerebro causadas por la falta de sueño.

"Normalmente se ha asociado el sueño insuficiente con un estado letárgico y poco reactivo", añade Walker. "Lo que hemos descubierto, sin embargo, es que la amígdala (el resorte del cerebro que mantiene las emociones bajo control) se vuelve hasta el 60% más reactiva. De alguna manera, es como si se produjera una reversión en el estado evolutivo del cerebro, que adopta un patrón de conducta más irracional, más primitivo".

El neurólogo de Berkeley afirma que su estudio ha probado que puede existir una conexión en la creciente falta de sueño entre la población y el aumento de las enfermedades mentales. "La cuestión de fondo es que el sueño no es lujo, sino una necesidad biológica para mantenernos emocionalmente sanos", agrega Walker.

Diversas investigaciones habían demostrado hasta ahora que la falta de sueño disminuye nuestra capacidad inmunológica, afecta al metabolismo y afecta gravemente a las capacidades de aprendizaje, de la atención a la memoria. El nuevo estudio pone por fin sobre el tapete la vertiente emocional, relegada hasta ahora a segundo plano.

Mary Carskadon, una psiquiatra de la Universidad de Brown que lleva tiempo estudiando la endémica falta de sueño entre los niños y adolescentes norteamericanos, apunta que puede haber una estrecha relación entre el aumento de las depresiones y el comportamiento errático de la adolescencia y las insuficientes horas de descanso. "Lo que aún no sabemos", admite, "es si este problema tiene una incidencia directa en enfermedades mentales más graves como el desorden bipolar".

Autor:   Carlos Fresneda

Tres siestas al día como terapia


Tres siestas al día como terapia
La vida de David Franco depende de las alarmas de su móvil. Ellas le marcan la hora en que tiene que tomar la medicación (a las 3.00, las 15.00 y las 23.00) y le sugieren cuándo debe hacer un receso y echarse una siesta. Sólo así ha conseguido controlar la narcolepsia que padece, una enfermedad que le diagnosticaron hace ocho años después de que sufriera un accidente de tráfico porque se quedó literalmente dormido al volante. "Casi me mato", dice este hombre de 40 años en la consulta de Juan Pareja, el médico de la unidad de trastornos del sueño del Hospital Fundación de Alcorcón que le atiende.
FUENTE | El País Digital16/03/2010
"Pasó varios años casi en hibernación", añade Pareja, quien también es miembro de la Sociedad Española de Neurología. "Ahora estoy muy bien. Mi mujer dice que empiezo a ser el que era", añade Franco.

Sara Breñas, de 31 años, asiste a la conversación casi con incredulidad. Ella también tiene narcolepsia, pero en un estado mucho menos avanzado. "Me lo diagnosticaron a los 19 años, aunque los síntomas empezaron tres años antes". "Te angustia, sobre todo al principio. Me dormía en clase, y no pude acabar los estudios. Me llamaban vaga. Lo peor es cómo lo lleva la gente. Intento trabajar, pero madrugar me mata. Simplemente, no puedo", dice Breñas, quien esta semana se quedará en el paro.

Breñas y Franco son dos casos de un amplio abanico que pasa por la consulta de Pareja. "Algunos no necesitan medicación; les basta con tomar café", dice el médico. Aunque la enfermedad es fácil de diagnosticar, no hay datos sobre su incidencia. La SEN calcula que serán unos 30.000 en España. "Tienen sueño durante el día, ataques de cataplejia (pérdida súbita del tono muscular), parálisis del sueño, alucinaciones antes de dormirse", explica el médico.

También se conoce la causa: el deterioro de unas neuronas del hipotálamo que secretan un neurotransmisor, las hipocretinas, que regulan la actividad motora y el sueño. En esta sustancia están las esperanzas de los médicos y los pacientes. "El problema es que no se puede dar por boca ni pincharla en sangre porque son muy lábiles", explica Pareja. Pero su esperanza es que se consiga una vía de administración "como la insulina para la diabetes o la dopamina para el párkinson" que permita compensar el déficit de los afectados. Mientras tanto, "sólo pueden recibir tratamiento sintomático, estimulantes para el sueño, y antidepresivos para los problemas de rigidez motora".

Breñas y Franco le escuchan con incredulidad. "Siempre nos está dando esperanzas", dice la mujer. Pero, por si acaso, prefiere no hacerse muchas ilusiones. "De momento, con controlar lo mío tengo bastante", dice. Franco, más reservado, asiente.

Pero, curiosamente, si el síntoma más conocido de los afectados es que se quedan dormidos durante el día -"como idos, de golpe", expone Breñas-, uno de los aspectos que más les angustia es que por la noche duermen muy mal. "Te crea mucha ansiedad. Como no duermes, por la noche, comes", dice la mujer.

Y no es algo trivial. "Llegué a pesar 180 kilos", cuenta Franco, siempre con parsimonia. Tanto, que se ha tenido que someter a una operación de reducción de estómago. "Las hipocretinas también regulan el apetito", explica Pareja.

Aunque los dos tienen claro que quieren que se conozcan los problemas que tienen -el próximo jueves 18 se conmemora por primera vez en el mundo un día contra esta enfermedad-, no pueden permitirse exaltarse. Y es que la frialdad emocional es también parte del tratamiento. "Como la cataplejia sobreviene con las emociones, tienen que adquirir frialdad. Es casi una anestesia psíquica", indica el médico.

Así que los afectados se pasan el día controlándose. Para no dormirse cuando no deben, para no emocionarse, para asegurarse de que tienen tiempo para una siesta, para seguir las pautas de la medicación. A pesar de sus esfuerzos por hacer una vida normal, el ataque en cualquiera de sus formas puede surgir en cualquier momento. Por ejemplo, al hacerse las fotos para este reportaje. Breñas, más extrovertida, pide que no se le haga reír para que no le dé. David Franco, más reservado, está a punto de dormirse cuando se tumba en la camilla para simular un reconocimiento.

"Mis amigos ya saben cuándo me va a dar, pero para ellos es una putada", dice Breñas. Los dos han tenido que dejar radicalmente el alcohol, y que educar a su entorno. "La gente se cree que estamos borrachos, que somos torpes, que no ponemos interés", dice Breñas. Franco, después de su accidente, tiene una invalidez. La mujer, más joven, aún lucha para llevar una vida lo más normal posible. "Me decían que no podía estar en ninguna empresa".

Ahora que siente que después de 12 años empieza a controlar otra vez su vida, está empeñada en sacarse el carné de conducir. Ya ha aprobado el teórico, y le consulta al médico qué debe hacer para pasar el reconocimiento médico. "Soy muy estricta con el tratamiento y los horarios. No puedo permitirme otra cosa", afirma convencida. "Antes, para mí era muy importante beber si salía con los amigos; ahora ya no". "Me decía que no era normal. Ha sido un calvario. Al principio no podía salir a la calle porque me caía, me daban las cataplejias. Ahora ya no", dice aliviada. Franco, que se ha saltado una de sus siestas para estar en la entrevista, ha ido perdiendo fuelle. "Ahora, a comer y a dormir. O al revés", casi bromea.

Autor:   Emilio de Benito

Dormir más de nueve horas puede ser un indicador de mala salud


Dormir más de nueve horas puede ser un indicador de mala salud
Dormir poco por la noche no sólo nos asegura unas antiestéticas ojeras a la mañana siguiente y una sensación de cansancio que nos acompañará todo el día, sino que aumenta las posibilidades de morir de forma prematura. Así lo asegura un estudio de la Universidad de Warwick, en colaboración con la Facultad de Medicina de la Universidad Federico II de Nápoles (Italia).
FUENTE | ABC Periódico Electrónico S.A.09/05/2010
La investigación encontró que aquellos que dormían menos de seis horas cada noche tenían un 12 por ciento más de probabilidades de morir prematuramente que los que descansaban entre 6 y 8 horas, el tiempo recomendado por los expertos.

Pero que no canten victoria las «marmotas» a las que hay que sacar de la cama con una espátula porque el mismo estudio, publicado en la revista especializada «Sleep», ha descubierto que dormir demasiado cada noche (más de nueve horas) puede ser el primer síntoma de alguna enfermedad que aún no haya dado la cara.

Para llegar a estas conclusiones, los investigadores revisaron 16 estudios prospectivos del Reino Unido, EE.UU., Europa y países de Asia oriental. Además, se realizó un seguimiento durante 25 años a más de un millón de participantes, con más de 100.000 muertes contabilizadas. Se encontró una evidencia inequívoca de la relación directa entre la duración del sueño y una mayor probabilidad de morir prematuramente, en comparación con los que dormían una media de entre 6 y 8 horas cada la noche.

DORMIMOS POCO

«El sueño corto puede contribuir a una mala salud, mientras que el sueño largo representa más un indicador de mala salud», asegura el profesor Francesco Cappuccio, director del programa del Sueño, Salud y Sociedad de la Universidad de Warwick, que advierte que la sociedad moderna «ha experimentado una reducción gradual de la cantidad media de horas de sueño, especialmente en el caso de los trabajadores a tiempo completo». Pero, a largo plazo, el deterioro de nuestro estado de salud suele ir acompañado de una extensión de nuestro tiempo durmiendo.

«La duración del sueño debe ser considerado un factor de riesgo adicional, influenciado por el medio ambiente y, posiblemente, susceptible de cambio a través de la educación y orientación, así como a través de medidas de salud pública destinadas a modificaciones favorables de los ambientes físicos y de trabajo», afirma el profesor Cappuccio.

Autor:   Cristina Garrido

Dormir poco incrementa el riesgo de desarrollar hipertensión


Dormir poco incrementa el riesgo de desarrollar hipertensión
Además de provocar ojeras y cansancio al día siguiente, dormir pocas horas también puede afectar a su salud cardiovascular. Según los resultados de un reciente estudio, la carencia de sueño se asocia con un aumento de los niveles de tensión arterial a largo plazo.
FUENTE | El Mundo Digital14/06/2009
Los autores de este trabajo, que se publica en la revista 'Archives of Internal Medicine', realizaron un seguimiento a 578 adultos que habían participado previamente en un estudio sobre salud cardiovascular, por lo que disponían de abundantes datos sobre historial de presión arterial.

Entre 2003 y 2005, cada participante fue sometido a varias pruebas para medir la cantidad y calidad de su sueño a través de un sensor colocado en su muñeca-, entre otras variables.

Además, también evaluaron en varias ocasiones la presión arterial de estos individuos y su percepción personal sobre su descanso nocturno.

Un 43% de los participantes, cuyas edades oscilaban entre los 33 y los 45 años, manifestó dormir una media de 6 horas cada noche.

LOS BENEFICIOS DE DORMIR BIEN

Tras cinco años de haber iniciado la investigación y después de excluir a aquellos individuos que tomaban fármacos para la hipertensión, los investigadores comprobaron que quienes dormían menos de seis horas al día presentaban niveles más altos de tensión sistólica y diastólica que el resto de sus compañeros.

En estos individuos, el aumento de presión arterial entre la primera y última medición también fue más común.

"Además, la duración del sueño fue capaz de predecir un incremento en las posibilidades de inicio de una hipertensión", comentan en su trabajo los investigadores. "Cada hora que se quitaba al descanso se asoció con un aumento del 37% en las posibilidades de desarrollar hipertensión", añaden.

Los autores de este trabajo no han podido identificar los mecanismos que están detrás de esta asociación, aunque sugieren que podría deberse a que la carencia de sueño aumenta la actividad del sistema nervioso simpático, el encargado de controlar la respuesta al estrés y, por tanto, relacionado con la presión arterial.

Aunque reconocen que su trabajo tiene importantes limitaciones, como el hecho de que la calidad y cantidad de sueño se midió con un sensor de movimientos en vez de con un sistema más completo, remarcan que su investigación "ha revelado que dormir mal provoca efectos adversos en la regulación de la tensión arterial y el riesgo de hipertensión en individuos de mediana edad".

"Dadas las consecuencias de tener unos niveles altos de tensión, identificar un nuevo factor de riesgo tiene [importantes] implicaciones clínicas", subrayan estos investigadores.

El siguiente paso en su trabajo será averiguar si utilizar estrategias para mejorar la duración y la calidad del sueño es útil para reducir el riesgo de hipertensión en estos individuos.

Autor:   Cristina G. Lucio

Los madrugadores sufren antes la fatiga cerebral que los trasnochadores


Los madrugadores sufren antes la fatiga cerebral que los trasnochadores
Investigadores de la Universidad Psiquiátrica de Basilea en Suiza y de la Universidad Libre de Bruselas en Bélgica han realizado un estudio con imágenes cerebrales que podría ayudar a explicar por qué algunas personas están más alerta a primeras horas de la mañana y otras se manejan mejor por la tarde. Los resultados de su trabajo se publican esta semana en la revista 'Science'.
FUENTE | ABC Periódico Electrónico S.A.26/04/2009
Los científicos, dirigidos por Christina Schmidt, informan de que la capacidad del ser humano para mantenerse alerta y su habilidad para concentrarse se ven afectadas tanto por la cantidad de tiempo que una persona está despierta como por el momento del día, debido a que los ritmos del reloj circadiano operan según un ciclo de luz y oscuridad.

Los investigadores utilizaron imágenes de resonancia magnética funcional para controlar la actividad del cerebro de individuos madrugadores y trasnochadores que pasaron dos noches consecutivas en un laboratorio del sueño y que realizaron periódicamente una tarea que requería una atención mantenida.

Los resultados sugieren que los trasnochadores suelen exceder a los madrugadores en la duración de tiempo que pueden estar despiertos antes de rendirse ante la fatiga mental. Después de diez horas de estar despiertos, los madrugadores mostraban una menor actividad en las áreas cerebrales vinculadas a la atención en comparación con los trasnochadores. Estas personas también se sentían más somnolientas y tendían a realizar las tareas de forma más lenta.

Estas áreas cerebrales incluyen una que alberga el reloj circadiano maestro. La actividad en esta área disminuía con el mayor tiempo que los voluntarios pasaban despiertos, así, la presión del sueño aumentaba. Según los investigadores, esto sugiere que la diferencia de conducta entre madrugadores y trasnochadores se debe en parte al resultado de las interacciones entre las regiones cerebrales que controlan la presión del sueño y los ritmos circadianos.

La creatividad del cerebro dormido


La creatividad del cerebro dormido
'Yesterday', la tabla periódica, la transmisión química de los impulsos nerviosos o la estructura del anillo de benceno. Todas ellas fueron vislumbradas en sueños por sus creadores antes de convertirse en realidad.
FUENTE | El Mundo Digital09/06/2009
Paul McCartney, Dimitri Mendeleiev, Otto Loewi y Friedrich Kekulé, igual que otros muchos, resolvieron sus problemas de creatividad mientras dormían. Incluso Jack Nicklaus, el mítico jugador de golf, logró mejorar su swing gracias a Morfeo. Un trabajo publicado en 'PNAS' confirma que la fase REM potencia la creatividad a la hora de resolver problemas.

El 17 de marzo de 1869 Dimitri Mendeleiev cumplía se tercer día de encierro en su estudio de San Petesburgo trabajando con una particular baraja de cartas que disponía de distintas formas. Intentaba dar con la forma ideal de ordenar los elementos químicos conocidos hasta la fecha, cuyos nombres y propiedades había escrito en tarjetas, pero no terminaba de dar con una solución que le satisficiera. Una noche en que se quedó dormido sobre su escritorio se despertó sobresaltado. Había desarrollado en sueños la tabla periódica.

Presumiblemente, Mendeleiev había atravesado con anterioridad las fases de la solución de problemas de creatividad. En un primer momento, se producen enfrentamientos intensos y a la vez nada fructíferos con los elementos del conflicto. Ante la falta de resultados, se aparca el problema aunque poco después se entra en una etapa de trabajo inconsciente. Por último, la solución aparece de forma repentina y, con frecuencia, durante el sueño.

"Desde hace mucho tiempo se ha especulado que la solución de problemas de creatividad mejora gracias a determinados estados mentales, como el sueño o la reflexión en silencio, que favorecen el entendimiento", explican los autores en las páginas de 'Proceedings of the National Academy os Sciences' (PNAS). Sin embargo, "no se han explorado los mecanismos subyacentes".

Los investigadores, de la Universidad de California en San Diego (Estados Unidos), idearon un experimento para averiguar si el sueño mejora la capacidad de resolver problemas de forma imaginativa y si hay alguna fase que interfiera especialmente en el proceso. Para ello, utilizaron un test de asociación remota, que consiste en presentar tríadas de palabras al participante que después debe proponer una cuarta relacionada con las anteriores. Por ejemplo, para 'queso', 'cielo' y 'océano' la respuesta sería 'azul'.

Los 77 participantes se dividieron en tres grupos. Uno que dormiría una siesta con sueño profundo (fase REM), otro que tendría sólo un sueño ligero y un último que simplemente descansaría. Las pruebas se realizaban una por la mañana y otra por la tarde, después del periodo de relax. Además de estos test, los autores analizaron también la memoria de los sujetos pero no hallaron diferencia alguna entre los grupos.

Entonces, ¿cómo se puede explicar que los que no durmieron y los que lo hicieron de forma ligera no mejoraran sus resultados en el test de la tarde mientras que los que alcanzaron la fase REM lo hicieron un 40% mejor? Los autores descubrieron que, si bien el simple paso del tiempo es suficiente para dar con soluciones a problemas en los que ya se ha trabajado, "sólo la fase REM potencia la creatividad cuando se trata de conflictos nuevos", explica una de las investigadoras. La razón está aún por explicar, pero los autores sugieren que durante esta fase del sueño es cuando se forman nuevas redes de información a partir de datos que no estaban antes asociados en el cerebro. Como dijo el propio Kekulé: "Aprendamos a dormir y entonces quizá encontraremos la verdad".

Autor:   Cristina de Martos

Dormir para 'vaciar' el hipocampo... y seguir aprendiendo


Dormir para 'vaciar' el hipocampo... y seguir aprendiendo
¿Por qué después de un cierto número de horas consciente el organismo simplemente se duerme? Sigue siendo un misterio, pero hay algunas cuestiones cada vez más claras. Por ejemplo, que el sueño es necesario para aprender.
FUENTE | El País23/02/2010
Los trabajos presentados en la reunión anual de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia(AAAS) que se celebra en San Diego (California, EE.UU.) no sólo lo confirman, sino que investigan qué fases del sueño son las cruciales para el aprendizaje, qué áreas cerebrales están implicadas y si se producen cambios con la edad -como sugiere el hecho de que los bebés duermen mucho más que los ancianos-.

El trabajo de Matthew Walker, de la Universidad de California en Berkeley, refuerza la teoría de que el sueño limpia la memoria a corto plazo y deja sitio libre para más información. Los recuerdos de los hechos del día se almacenarían temporalmente en el hipocampo -área identificada hace tiempo como importante en la memoria- para después ser enviados a la corteza prefrontal, que dispone, probablemente, de más capacidad. "Es como si el buzón de correo entrante del hipocampo se llenara, y simplemente no van a entrar mensajes nuevos hasta que se vacíe", dice Walker. "Los recuerdos rebotarán hasta que duermas y los muevas a otra carpeta".

El proceso está íntimamente relacionado con el aprendizaje. En uno de sus experimentos más recientes, Walker hizo que 39 jóvenes aprendieran una tarea específica durante un tiempo determinado, a mediodía. Todos tuvieron resultados similares. Pero a las dos de la tarde la mitad de ellos durmió una siesta y la otra mitad no, y de nuevo a las seis se dedicaron a aprender. Esta vez los que no habían dormido tuvieron resultados peores, mientras que los de la siesta mejoraron.

Así que Walker repite un consejo que no sonará nuevo a los estudiantes: pasar la noche despierto estudiando antes del examen no es en absoluto una buena idea. "Una noche sin dormir reduce la capacidad de asimilar conocimientos en casi un 40%"; las regiones cerebrales implicadas "se cierran" durante la falta de sueño.

Encefalogramas a voluntarios han permitido a este experto descubrir también que la limpieza del buzón del hipocampo tiene lugar sobre todo durante una fase del sueño cuya función hasta ahora no estaba clara, la fase 2 del sueño no-REM. La mitad del tiempo de sueño transcurre en esta fase, explicó Walker, y "no podía creer que la naturaleza dedicara tanto tiempo a algo sin motivo".

Autor:   Mónica Salomone

Diez horas de sueño no bastan para compensar una semana durmiendo poco


Diez horas de sueño no bastan para compensar una semana durmiendo poco
Quedarse en la cama hasta hartarse el fin de semana puede ser muy saludable para el agotado cerebro de aquellas personas -demasiadas- que duermen poco durante los cinco días laborables.
FUENTE | El Mundo Digital02/08/2010
Sin embargo, la total recuperación de la 'deuda de sueño' que arrastran, así como de las capacidades que han ido perdiendo, requerirá más de una noche de descanso, según ha mostrado un amplio estudio realizado en la Universidad de Pensilvania (EE.UU).

Tras dormir sólo cuatro horas -de cuatro a ocho de la mañana- durante cinco días, los voluntarios mostraron en diversas pruebas daños neuroconductuales, tales como pérdida de atención o lentitud en las reacciones.

La sexta noche, a algunos se les permitió dormir hasta 10 horas, mientras que otros tuvieron menos tiempo de descanso y un tercer grupo no durmió nada.

Como cabía esperar, la recuperación de las capacidades fue acorde al tiempo de descanso: los que mejores resultados obtuvieron en las pruebas fueron los que más habían dormido. Pero lo más llamativo es que ni siquiera éstos habían reparado sus habilidades por completo, por culpa del cansancio acumulado de los días anteriores.

Estos resultados indican, según señalan los autores del estudio, que el "deterioro mental" provocado por un mal descanso continuado "depende de la dosis de sueño, puede ser tan grave como el resultante de una privación total de descanso, y que la 'deuda del sueño' (...) se extiende en el tiempo durante más de un día".

DEUDA RESIDUAL

"La restricción del sueño es lo suficientemente severa para que recuperar la vigilia no se consiga directamente después de una única noche de dormir más horas, lo que indica que se mantiene una deuda de sueño residual", aclara el experto en Psiquiatría Experimental David Dinges, principal autor del estudio, que publica la revista 'Sleep'.

El problema radica en que, si bien dormir más de la cuenta (una o dos horas por encima de las ocho recomendadas) resulta reparador cuando se ha perdido sueño durante las noches anteriores, no es posible recuperar toda la 'deuda' de una sola vez, pues los ritmos biológicos hacen difícil que se descanse más de 10 horas seguidas.

La investigación se llevó a cabo con 159 adultos sanos de edades comprendidas entre los 22 y los 45 años, con una media de 30. Ninguno de ellos había tenido antes problemas de sueño y pasaron 12 días en el laboratorio. En total, sumaron el equivalente a casi 2.000 días de experimentación, lo que convierte al estudio en el más grande de su clase realizado hasta la fecha.

Autor:   Ángel Díaz

La calidad del sueño, fundamental para vivir sano muchos año


La calidad del sueño, fundamental para vivir sano muchos años
Dormir a pierna suelta podría ser un factor clave para vivir muchos años con buena salud. Ésta es la conclusión a la que ha llegado un estudio realizado en China, la nación con mayor número de ancianos del mundo, y que ha sido publicado en la revista 'Sleep'.
FUENTE | El Mundo Digital03/05/2010
Dado que la mayoría de estudios realizados con anterioridad sobre longevidad y descanso habían revelado que en la ancianidad se sufren mayores problemas de sueño y se dedican periodos de tiempo más cortos al mismo, los autores de este trabajo decidieron averiguar si llegar a una edad avanzada en buen estado de salud guarda relación con disfrutar de un descanso de calidad. Para ello decidieron centrar su investigación en China, el país del mundo con mayor número de habitantes (más de 1.300 millones) de los que cerca de 40,5 millones podrían superar los 75 años de edad.

El estudio, realizado con datos de la Encuesta Longitudinal China de Longevidad Sana de 2005, contó con una muestra de 15.638 personas mayores de 65 años de las cuales 3.927 tenían entre 90 y 99 años de edad y 2.794 contaban con 100 años o más. Los participantes declararon disfrutar de una media de 7,5 horas diarias de sueño incluyendo siestas y cerca del 65% calificó su calidad del sueño como buena o muy buena.

Curiosamente, las personas que habían sobrepasado los 100 años de edad manifestaron gozar de un mejor descanso que quienes contaban con edades comprendidas entre los 65 y los 79 años y fueron tres veces más proclives a dormir 10 horas o más que los ancianos más jóvenes.

Por otra parte, los hombres fueron un 23% más dados a disfrutar de un buen sueño que las mujeres. Así mismo, los encuestados que vivían con su pareja o con un familiar también relataron tener una mejor calidad de sueño que quienes lo hacían solos o en una residencia, al tiempo que quienes habitaban en áreas urbanas dormían peor que los residentes en zonas rurales.

Una buena salud ayuda a dormir mejor A la vista de los datos extraídos por la investigación y tal y como explica Dannan Gu, director de la investigación y docente en la Escuela de Estudios Urbanos y Planificación Nohad A. Toulan, de la Universidad Estatal de Portland en Oregón (EE.UU.), "la edad y las condiciones de salud son dos de los factores más importantes asociados a la calidad y duración del sueño percibidos por uno mismo".

Así, los problemas de salud estuvieron directamente relacionados con una peor calidad del sueño, ya que aquellos participantes que manifestaron tener una salud deficiente fueron un 46% menos propensos a dormir bien. Además, quienes sufrían problemas de ansiedad, padecían una o más enfermedades crónicas o realizaban sus tareas diarias con dificultad, también declararon dormir peor.

Por otra parte, el acceso a la atención sanitaria y el estatus económico también estuvieron poderosamente relacionados con la calidad del sueño, ya que los encuestados fueron un 84% más proclives a declarar que dormía bien si disfrutaban de unos servicios médicos adecuados, mientras que quienes tenían un entorno familiar con una buena posición económica aumentaron en un 56% la tendencia a gozar de un descanso correcto.

"La mayoría de los ancianos sanos podría tener una buena calidad de sueño", prosigue Gu. "Los problemas del sueño a las edades más avanzadas son más propensos a surgir por una variedad de factores fisiológicos y sociales más que por el envejecimiento en sí mismo", concluye el autor.

Autor:   Nuria Baena

Síntomas del niño con depresión

Síntomas del niño con depresión

  • Irritabilidad elevada, ira, u hostilidad extrema que dificulta la convivencia en casa o hace que los padres tengan que "ceder" para evitar conflictos.
  • Tristeza o episodios de llanto frecuentes.
  • Sentimientos de desesperanza.
  • Disminución de interés en actividades, o dificultad para divertirse en actividades que previamente le gustaban.
  • Aburrimiento persistente.
  • Falta de energía o cansancio.
  • Aislamiento social o falta de comunicación
  • Autoestima baja o sensación de culpa o responsabilidad por cosas malas que puedan pasar.
  • Sensibilidad extrema al rechazo o sentirse criticado.
  • Quejas frecuentes sobre problemas físicos (como dolores de cabeza, o de estómago, mareos, naúseas…) en las que no se encuentra causa médica.
  • Ausencias frecuentes de colegio, o disminución del rendimineto escolar.
  • Problemas de concentración.
  • Cambio importante del apetito o sueño.
  • Hablar sobre escaparse de casa.
  • Hablar o pensar sobre la muerte o intención de suicidarse activa o pasivamente.

Las células sanas se protegen del ataque de las cancerosas


Las células sanas se protegen del ataque de las cancerosas
Una investigación realizada por el Grupo de Competición Celular del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) y que se publica en la revista Development Cell aporta nuevos datos acerca de cómo las células normales luchan por sobrevivir ante el ataque de las células tumorales.
FUENTE | CNIO - mi+d25/10/2010
Los resultados de la investigación del Grupo de Competición Celular del CNIO que dirige Eduardo Moreno se ha publicado en la revista Developmental Cell.
Lo que se ha descubierto es que las células secretan una proteína llamada SPARC que se sitúa en el exterior de la pared celular formando un escudo defensivo. Este descubrimiento podría tener utilidad en la cirugía para delimitar con suma precisión los bordes del tumor y también podría plantear una nueva forma de terapia anticancerosa.

Este hallazgo parte de otro anterior publicado en esta misma revista el pasado mes de junio, en el que se había descubierto que las células conversan entre sí y se informan unas a otras sobre su estado de salud con el fin de que las débiles sean eliminadas y prevalezcan las más fuertes. Y esto lo hacen mediante un código, al que se ha denominado Flower.

El nuevo trabajo amplía un poco más el conocimiento sobre esta lucha entre células tumorales y células sanas por prevalecer. Las primeras utilizan la espada del código Flower, mientras las otras construyen una barrera para contener el ataque de sus rivales. Las implicaciones del descubrimiento pueden ser varias. "En primer lugar", señala Eduardo Moreno, jefe del Grupo de Competición Celular del CNIO, "plantea un posible mecanismo de terapia antitumoral, ya que cabe pensar que aportando más SPARC se podría contener la expansión del tumor. Otra posible aplicación sería en la cirugía, ya que la visualización mediante tinción de la proteína SPARC marcaría claramente el contorno del tumor y facilitaría la labor de los cirujanos a la hora de extirparlo en su totalidad".

Finalmente, otra hipótesis que se baraja y que ya investiga el Grupo de Competición Celular del CNIO es la posibilidad de que la proteína SPARC sirva como marcador de la agresividad del tumor: cuanto mayor sea la presencia de SPARC, mayor será la agresividad del tumor. 

SPARC
Unas pocas células normales remanentes (marcadas en verde) muestran altos niveles de proteína SPARC (en rojo), que las protege del ataque de las células tumorales.