Deforestaciones históricas. Nazca nunca mais…
Año 500 d.C., unas fuertes inundaciones al sur del actual Perú destruyen los últimos sistemas de riego y los últimos campos de cultivo que aún existen en aquella seca región. Con las aguas se fue lo que todavía quedaba de una de las civilizaciones más originales y enigmáticas de la historia; la cultura preincaica de Nazca, la de los gigantescos geoglifos, esos dibujos solo visibles desde el aire. Los indios nazca fueron laboriosos trabajadores con grandes conocimientos de ingeniería. Por lo tanto, ¿qué fue lo que ocurrió?
Al parecer, su propia arrogancia les condenó. El causante no fueron las inundaciones, pues forma parte del complejo fenómeno de El Niño, sino el acabar con el sostén de la vida en esa región, el huarango (Prosopis pallida). Este árbol es una autentica bendición para esta zona seca tropical. Sus hojas son capaces de captar agua al aumentar la humedad relativa del aire con la bajada nocturna de temperatura y sus sistemas de raíces retienen la tierra fértil. Sin embargo, estas virtudes no fueron apreciadas por la cultura Nazca y pagaron un alto precio por ello. Según concluyen recientes investigaciones, incluso entre las mejores revistas científicas, los antiguos pobladores de esta región talaron bosques de huarango para convertirlos en campos de cultivos rompiendo el frágil ecosistema de forma casi irrecuperable.
Y Nazca no fue la única. A 3.500 km de la costa de Suramérica, la isla de Pascua, y la civilización de los famosos cabezones moais supuso también uno de los más tristes ejemplos dedestrucción forestal y extinción de numerosas especies animales.
Y mientras tanto, seguimos hablando del fracaso de la reciente Cumbre de Copenhaguen. No aprenderemos.
Éstas y otras historias interesantes de extinción y esperanza en América se mostrarán el sábado próximo a las 12:00 de la mañana, en el Museo de América de Madrid por el Dr. Miguel Herrero Uceda… Seguro que no le deja indiferente.
Miguel Herrero Uceda
Doctor Ingeniero, divulgador científico y autor del libro “El alma de los árboles” (Elam Ed.)