jueves, 27 de enero de 2011

Agua limpia más barata para las emergencias humanitarias


Agua limpia más barata para las emergencias humanitarias
La colaboración de Acción contra el Hambre con cuatro expertos de la Universidad Pública de Navarra ha dado como resultado el desarrollo de dos sistemas de filtrado de agua y entibado de pozos que pueden garantizar agua segura en los momentos posteriores a una emergencia humanitaria.
FUENTE | El Mundo Digital27/01/2011
El nuevo sistema permite eliminar del agua superficial -por ejemplo de ríos- las impurezas que no desaparecen con el simple filtrado. El innovador aparato, que además es sencillo de montar, de mantener y de transportar, e incluso más barato que los demás -3.200 frente a otros sistemas cuyo coste puede alcanzar los 50.000 euros-, es capaz de proporcionar una gran cantidad de agua de modo continuo y en menos tiempo y con una calidad similar que las que consiguen las máquinas compactas.

Una planta que use esta tecnología podría garantizar diez metros cúbicos por hora a 9.500 personas, con un coste de sólo 4.000 euros, mientras que una planta compacta, con un precio diez veces superior, sólo produciría tres metros cúbicos por hora.

Por su parte, el método de entibado que proponen estos inventores consiste en unos cilindros para revestir pozos de hasta 15 metros de profundidad durante 24 horas.

"Estos dos nuevos desarrollos pueden permitir a las organizaciones humanitarias ser más rentables y rápidas después de un desastre, cuando los puntos de agua suelen quedar anegados o destruidos, poniendo en peligro la vida de los damnificados en muy poco tiempo", explica Pablo Alcalde, responsable de Agua y Saneamiento de Acción contra el Hambre.

Javier Induráin, director de este proyecto de investigación, afirma que a la hora de desarrollar su invento ha primado la contención de costes. El objetivo era adaptar la tecnología a las necesidades de un escenario de emergencia.

El proyecto ha tenido una duración de tres años y ha sido financiado con 120.000 euros del Gobierno de Navarra.

Más memoria de forma natural


Más memoria de forma natural
¿Recuerda con detalle los artículos que acaba de leer en esta web? Sea cual sea su edad ¿quién no desearía mejorar su memoria? Una investigación, liderada por la Escuela de Medicina del Hospital Mount Sinaí de Nueva York y con participación española, ha encontrado un prometedor tratamiento -al menos, en ratas- que refuerza la memoria a largo plazo y previene el olvido.
FUENTE | ABC Periódico Electrónico S.A.27/01/2011
El tratamiento consiste en inyectar un factor de crecimiento insulínico (IGF-II), una molécula presente en el cerebro que es muy activa durante el desarrollo y se reduce con la edad. Su pérdida impacta directamente en la formación y retención de la memoria.

Los investigadores del Mount Sinaí y del Centro de Investigación Médico Aplicada de la Universidad de Navarra (CIMA) querían saber si una dosis extra de este factor podría devolver las facultades perdidas. Y la respuesta ha sido positiva. Al inyectarlo directamente en el cerebro de las ratas, se vio cómo los animales mejoraban su memoria a largo plazo. La clave está en recurrir al fármaco en una ventana de tiempo apropiada, cuando los nuevos conocimientos o las experiencias aprendidas se graban. Ese periodo de consolidación de la memoria, que dura una semana, es el que mejora con el tratamiento gracias a una mejor sinapsis (la comunicación entre neuronas).

El experimento, publicado en la revista «Nature», consistía en entrenar a los animales para cambiar su comportamiento con una experiencia desagradable. Los roedores prefieren entrar en compartimentos oscuros en lugar de iluminados, así que cambió esa tendencia natural aplicándoles una pequeña descarga cada vez que entraban en una zona oscura. Uno o dos días después de ese entrenamiento se les inyectó en el cerebro de las ratas el factor de crecimiento y se comprobó su comportamiento frente a otros animales sin tratar con IGF-II. La retención de la experiencia fue mejor en los animales tratados, 24 horas después de aprenderla.

PARA PERSONAS SANAS Y ENFERMAS

Si los efectos positivos de este trabajo se demuestran en posteriores estudios se abriría un campo esperanzador para tratar todo tipo de enfermedades relacionadas con la pérdida de memoria. Desde el alzhéimer, las secuelas de los infartos cerebrales, o el declive cognitivo propio del envejecimiento. Tendría ventajas frente a otras terapias puramente farmacológicas, «porque la IGF-II es una molécula inocua que se produce fisiológicamente en el cerebro. Sería como aplicar otra hormona, una insulina a personas con diabetes», describe Ana García Osta, investigadora del CIMA que ha participado en el estudio.

Y, aún más, podría pensarse en un tratamiento específico para reforzar la memoria de personas sanas. Aunque el tratamiento se aplicó con una inyección directa al cerebro, en pacientes no sería necesario. «Un estudiante que necesitara puntualmente tener una mayor memoria porque se va a examinar debería tomarlo después de estudiar los textos. No tendría efecto si lo hiciera tres días después. Si pensamos en una persona con alzhéimer, el tratamiento sería diario, pero esto último debemos aún demostrarlo», comenta García Osta. Tras esta primera investigación, García-Osta trabajará en el CIMA en un proyecto de investigación que estudia si la administración de IGF-II es capaz de reducir la demencia en un modelo animal de la enfermedad de Alzheimer.

En un artículo de opinión que acompaña al estudio, se aplaude el éxito de este «candidato prometedor» a mejorar la memoria y también se advierte de sus posibles efectos secundarios. Johannes Gräff y Li -Huei recuerdan que antes será importante determinar la dosis de seguridad. «Varios tipos de cáncer han sido asociados con niveles elevados de IGF-II». 

Autor:   N. Ramírez de Castro

Casi un tercio de la humanidad navega en Internet


Casi un tercio de la humanidad navega en Internet
En la tierra viven 6.896 millones de personas. De ellas, más de 2.000 millones son internautas, según un informe de la ONU, es decir, un 29% de la población mundial o uno de cada tres humanos. Un gran dato que se empequeñece si se compara con la penetración de la telefonía móvil, que cubre a 7 de cada diez personas.
FUENTE | El País Digital27/01/2011
"A principios de 2.000 había solo 500 millones de suscripciones móviles en todo el mundo y 250 millones de usuarios de Internet", explica el secretario general de la ITU, la agencia de la ONU encargada de las telecomunicaciones, Hamadoun Toure. En una década, el dato se ha multiplicado por diez, llegando a los 5.000 millones en el caso de la telefonía móvil (en el que hay que tener en cuenta que algunos usuarios tienen varias terminales), y se ha cuadruplicado para los internautas, la mayoría de los cuales (un 57%) vive en países en desarrollo, según la ONU.

La oficina de estadísticas de la ITU asegura que en 2010, unos 82 países (de los 192 que reconoce la ONU) tienen o van a tener estrategias oficiales para el desarrollo de la banda ancha, que se centran en las oportunidades de mejora de los servicios públicos que se pueden ofrecer en línea, como los relacionados con la sanidad, la educación o la relación con las administraciones. En la mitad de estos países el acceso a la red a través de banda ancha se considera un servicio universal, como la electricidad, y en algunos es ya un derecho legal de los ciudadanos.

El número de internautas españoles también ha crecido. En el último año subió un 7,1% y superó los 22,2 millones de personas, un 47,3% de la población, según el Instituto Nacional de Estadísticas. El mismo estudio asegura que el teléfono móvil llega al 94,6% de los hogares españoles.

En el mapamundi de las líneas de banda ancha España queda sin embargo en un puesto modesto. El último informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) indica que la penetración de banda ancha fija española es de 22,2 conexiones por cada 100 habitantes, por debajo de la media de la OCDE (24,2). 

Una aplicación informática libera a los investigadores del microscopio


Una aplicación informática libera a los investigadores del microscopio
Científicos financiados con fondos comunitarios han desarrollado un sistema que evita a los investigadores pasar largas horas encorvados sobre el microscopio buscando células con características interesantes en muestras de gran tamaño. Un equipo dirigido por elLaboratorio Europeo de Biología Molecular (EMBL, Alemania) describió este sistema en la revista Nature Methods.
FUENTE | CORDIS: Servicio de Información en I+D Comunitario27/01/2011
La UE financió la investigación a través de tres proyectos: MITOCHECK («Regulación de la mitosis por fosforilación: un enfoque multidisciplinario de genómica funcional, proteómica y biología y química»),MITOSYS («Biología sistémica de la mitosis») y SYSTEMS MICROSCOPY («Microscopía de sistemas: una metodología clave para la biología de sistemas de nueva generación».)

Las técnicas radiológicas modernas permiten a los investigadores observar procesos muy complejos a nivel celular. No obstante, de entre las células de una extensa muestra, quizás sólo algunas se encuentran en el proceso objeto de estudio, lo que resulta especialmente problemático cuando se trata de procesos relativamente inusuales. Para identificar estas células, los investigadores deben pasar horas frente al microscopio, examinando las células manualmente en busca de aquellas que les interesan.

Este estudio describe una ingeniosa aplicación informática que ofrece una solución a este problema. Este eficaz sistema, denominado Micropilot, examina las muestras en busca de las células objetivo y las somete a los experimentos pertinentes.

Consta de un módulo basado en el aprendizaje automático que los investigadores pueden «adiestrar» en poco tiempo para que identifique automáticamente las células objetivo. Una vez introducida la información necesaria, Micropilot puede explorar la muestra de forma totalmente autónoma y en modo de baja resolución.

Cuando identifica una célula que se ajusta a las necesidades de los investigadores, el sistema pasa al modo de escaneado de alta resolución e inicia automáticamente experimentos más complejos. Puede tratarse de tareas bastante sencillas, como grabar secuencias de vídeo aceleradas a alta resolución, o de experimentos de mayor complejidad, como los que implican la utilización de rayos láser para manipular proteínas marcadas con un reactivo fluorescente.

El sistema requiere una serie de equipos físicos, como un microscopio con platina móvil que pueda alternar automáticamente entre objetivos o modificar el zoom del escáner láser, y cambiar el filtro de fluorescencia y las líneas de láser.

El equipo probó esta aplicación en fases del ciclo de división celular que se suceden relativamente rápido y por tanto resultan difíciles de detectar «en el acto». Gracias a la aplicación Micropilot, el equipo logró detectar el momento en que se forman las estructuras denominadas sitios de exportación del retículo endoplásmico (ERES) y recabó información sobre la contribución de dos proteínas, CBX1 y CENP-E, al proceso de condensación del material genético para formar cromosomas compactos y a la formación del huso que permite alinear los cromosomas durante la división celular.

La característica más fascinante de Micropilot es su velocidad: en tan sólo 4 noches de actividad totalmente autónoma, detectó 232 células en 2 etapas concretas de la división celular y las sometió a una serie de complejos experimentos radiológicos. A un microscopista experimentado le habría supuesto al menos un mes de trabajo a tiempo completo localizar estas células entre las miles que componen una muestra.

«Micropilot evita a los expertos en biología celular la tediosa tarea de generar manualmente datos repetitivos», explicó el equipo. «Puede adaptarse prácticamente a cualquier técnica radiológica que permita la automatización y el control en línea a partir de los resultados de la clasificación de imágenes mediante visión artificial.»

Según concluyó el equipo, «en tres iniciativas experimentales independientes, (Micropilot), nos permitió realizar un análisis estadístico pormenorizado de procesos biológicos, lo que lo convierte en una herramienta muy útil para la biología de sistemas».

Esta aplicación está llamada a convertirse en un instrumento esencial para los proyectos MITOSYS y SYSTEMS MICROSCOPY, financiados con fondos comunitarios por valor de 10,2 y 12 millones de euros respectivamente a través del Séptimo Programa Marco (7PM).

MITOCHECK, el otro proyecto que ha contribuido a este estudio, recibió 8,6 millones de euros a través del Sexto Programa Marco (6PM) de la UE. 

El ruido del tráfico, un nuevo factor de riesgo para el ictus


El ruido del tráfico, un nuevo factor de riesgo para el ictus
A nadie se le escapa que la estrecha convivencia con los coches en las ciudades no es muy saludable. Varias investigaciones han relacionado la contaminación generada por los vehículos con problemas respiratorios y un mayor riesgo para el corazón. La contaminación o el estrés de estar ante el volante no son los únicos que matan.
FUENTE | ABC Periódico Electrónico S.A.27/01/2011
Un nuevo estudio asocia por primera vez el ruido del tráfico rodado con una mayor aparición de ictus (infarto o hemorragia cerebral). Los más jóvenes no acusaron el impacto del ruido en su salud, pero el peligro se elevaba en un 27% por cada 10 decibelios de ruido de tráfico en los que tenían más de 65 años.

La investigación, que se publica en la revista «European Heart Journal», tiene todas las reservas de un estudio epidemiológico. Es decir, no demuestra una relación causa-efecto, aunque los autores del trabajo creen que sí enseña una asociación.

¿RELACIÓN CASUAL?

Para hallar este vínculo se siguió a 51.485 voluntarios, entre 50 y 64 años, durante diez años. Todos estaban enrolados en un gran estudio danés llamado «Dieta, Cáncer y Salud». Un 35% de estos participantes estaban expuestos a una contaminación acústica entre los 60 (un nivel de ruido considerado asumible, como el sonido de una oficina) y los 80 decibelios (sonidos tan elevados en el que comienza el malestar y la irritación para quien lo soporte). El 72 por ciento mantuvo su misma dirección durante el periodo del estudio.

«Si asumimos que nuestros hallazgos representan el riesgo real y la asociación entre el ruido de tráfico y el ictus es causal, entonces un 8 por ciento de todos los casos de ictus y el 19% de los mayores de 65 años podría atribuirse al ruido del tráfico», explica Mette Sorensen del Instituto de Epidemiología del Cáncer de Copenhague en Dinamarca y autor principal del trabajo.

Se desconoce el mecanismo por el que el ruido aumenta los riesgos cerebrovasculares. Aunque se apunta que pueden ser los mismos que interfieren en la relación entre ruido, sueño, hipertensión e infartos. Un mayor volumen de sonido eleva nuestro nivel de estrés, distorsiona el sueño y al mismo tiempo eleva la tensión sanguínea. A partir de los 65 años, las personas mayores tienen más problemas para dormir toda la noche de un tirón y esto también puede hacerles más susceptibles.

No solo los coches son los únicos culpables. En las ciudades, al mapa sonoro de los coches se suma el de las obras ininterrumpidas y el tráfico aéreo. Otros estudios científicos han hallado un mayor número de infartos en las zonas residenciales situadas en áreas sobre las que pasan rutas aéreas comerciales.

EL MAPA SONORO QUE NOS ENFERMA

17% de la contaminación acústica lo producen los coches. Las obras son responsables del 18% del ruido.

Una encuesta reciente afirma que Andalucía, País Vasco y Comunidad Valenciana son las más ruidosas.

Una moto con escape libre eleva en 10 decibelios la contaminación sonora. El ruido por encima de 60 molesta.

En las personas mayores el riesgo de sufrir un infarto cerebral se eleva a un 27 por ciento por cada 10 decibelios más.

Autor:   N. R. C.

Nonfiction: Nabokov Theory on Butterfly Evolution Is Vindicated


Nonfiction: Nabokov Theory on Butterfly Evolution Is Vindicated

Roger Vila
A male Acmon blue butterfly (Icaricia acmon). Vladimir Nabokov described the Icaricia genus in 1944. More Photos »
Vladimir Nabokov may be known to most people as the author of classic novels like “Lolita” and “Pale Fire.” But even as he was writing those books, Nabokov had a parallel existence as a self-taught expert on butterflies.
He was the curator of lepidoptera at the Museum of Comparative Zoology atHarvard University, and collected the insects across the United States. He published detailed descriptions of hundreds of species. And in a speculative moment in 1945, he came up with a sweeping hypothesis for the evolution of the butterflies he studied, a group known as the Polyommatus blues. He envisioned them coming to the New World from Asia over millions of years in a series of waves.
Few professional lepidopterists took these ideas seriously during Nabokov’s lifetime. But in the years since his death in 1977, his scientific reputation has grown. And over the past 10 years, a team of scientists has been applying gene-sequencing technology to his hypothesis about how Polyommatus blues evolved. On Tuesday in the Proceedings of the Royal Society of London, they reported that Nabokov was absolutely right.
“It’s really quite a marvel,” said Naomi Pierce of Harvard, a co-author of the paper.
Nabokov inherited his passion for butterflies from his parents. When his father was imprisoned by the Russian authorities for his political activities, the 8-year-old Vladimir brought a butterfly to his cell as a gift. As a teenager, Nabokov went on butterfly-hunting expeditions and carefully described the specimens he caught, imitating the scientific journals he read in his spare time. Had it not been for the Russian Revolution, which forced his family into exile in 1919, Nabokov said that he might have become a full-time lepidopterist.
In his European exile, Nabokov visited butterfly collections in museums. He used the proceeds of his second novel, “King, Queen, Knave,” to finance an expedition to the Pyrenees, where he and his wife, Vera, netted over a hundred species. The rise of the Nazis drove Nabokov into exile once more in 1940, this time to the United States. It was there that Nabokov found his greatest fame as a novelist. It was also there that he delved deepest into the science of butterflies.
Nabokov spent much of the 1940s dissecting a confusing group of species called Polyommatus blues. He developed forward-thinking ways to classify the butterflies based on differences in their genitalia. He argued that what were thought to be closely related species were actually only distantly related.
At the end of a 1945 paper on the group, he mused on how they had evolved. He speculated that they originated in Asia, moved over the Bering Strait, and moved south all the way to Chile.
Allowing himself a few literary flourishes, Nabokov invited his readers to imagine “a modern taxonomist straddling a Wellsian time machine.” Going back millions of years, he would end up at a time when only Asian forms of the butterflies existed. Then, moving forward again, the taxonomist would see five waves of butterflies arriving in the New World.
Nabokov conceded that the thought of butterflies making a trip from Siberia to Alaska and then all the way down into South America might sound far-fetched. But it made more sense to him than an unknown land bridge spanning the Pacific. “I find it easier to give a friendly little push to some of the forms and hang my distributional horseshoes on the nail of Nome rather than postulate transoceanic land-bridges in other parts of the world,” he wrote.
When “Lolita” made Nabokov a star in 1958, journalists were delighted to discover his hidden life as a butterfly expert. A famous photograph of Nabokov that appeared in The Saturday Evening Post when he was 66 is from a butterfly’s perspective. The looming Russian author swings a net with rapt concentration. But despite the fact that he was the best-known butterfly expert of his day and a Harvard museum curator, other lepidopterists considered Nabokov a dutiful but undistinguished researcher. He could describe details well, they granted, but did not produce scientifically important ideas.
Only in the 1990s did a team of scientists systematically review his work and recognize the strength of his classifications. Dr. Pierce, who became a Harvard biology professor and curator of lepidoptera in 1990, began looking closely at Nabokov’s work while preparing an exhibit to celebrate his 100th birthday in 1999. She was captivated by his idea of butterflies coming from Asia. “It was an amazing, bold hypothesis,” she said. “And I thought, ‘Oh, my God, we could test this.’ ”
To do so, she would need to reconstruct the evolutionary tree of blues, and estimate when the branches split. It would have been impossible for Nabokov to do such a study on the anatomy of butterflies alone. Dr. Pierce would need their DNA, which could provide more detail about their evolutionary history.
Working with American and European lepidopterists, Dr. Pierce organized four separate expeditions into the Andes in search of blues. Back at her lab at Harvard, she and her colleagues sequenced the genes of the butterflies and used a computer to calculate the most likely relationships between them. They also compared the number of mutations each species had acquired to determine how long ago they had diverged from one another.
There were several plausible hypotheses for how the butterflies might have evolved. They might have evolved in the Amazon, with the rising Andes fragmenting their populations. If that were true, the species would be closely related to one another.
But that is not what Dr. Pierce found. Instead, she and her colleagues found that the New World species shared a common ancestor that lived about 10 million years ago. But many New World species were more closely related to Old World butterflies than to their neighbors. Dr. Pierce and her colleagues concluded that five waves of butterflies came from Asia to the New World — just as Nabokov had speculated.
“By God, he got every one right,” Dr. Pierce said. “I couldn’t get over it — I was blown away.”
Dr. Pierce and her colleagues also investigated Nabokov’s idea that the butterflies had come over the Bering Strait. The land surrounding the strait was relatively warm 10 million years ago, and has been chilling steadily ever since. Dr. Pierce and her colleagues found that the first lineage of Polyommatus blues that made the journey could survive a temperature range that matched the Bering climate of 10 million years ago. The lineages that came later are more cold-hardy, each with a temperature range matching the falling temperatures.
Nabokov’s taxonomic horseshoes turn out to belong in Nome after all.
"What a great paper," said James Mallet, an expert on butterfly evolution at University College London. "It's a fitting tribute to the great man to see that the most modern methods that technology can deliver now largely support his systematic arrangement."
Dr. Pierce says she believes Nabokov would have been greatly pleased to be so vindicated, and points to one of his most famous poems, “On Discovering a Butterfly.” The 1943 poem begins:
I found it and I named it, being versed
in taxonomic Latin; thus became
godfather to an insect and its first
describer — and I want no other fame.
“He felt that his scientific work was standing for all time, and that he was just a player in a much bigger enterprise,” said Dr. Pierce. “He was not known as a scientist, but this certainly indicates to me that he knew what it’s all about.”

Long and Short of Calcium and Vitamin D


Long and Short of Calcium and Vitamin D

The new daily recommendations for calcium and vitamin D, issued in November by the Institute of Medicine, have left many people wondering whether they are getting enough, or perhaps too much, in their diets and supplements.
Yvetta Fedorova
The institute’s expert committee, which included bone specialists, concluded that most people don’t need supplements of these critical nutrients and warned of serious health risks from the high doses some now take — including kidney stones and heart disease linked to calcium supplements, and the very falls and fractures that vitamin D is meant to protect against.
For bone health, vitamin D and calcium go hand in hand, because the vitamin must be present for calcium to be absorbed from the digestive tract. But who, if anyone, needs supplements — and how much? Can you get enough from foods naturally rich in these nutrients or fortified with them?
These are important questions, given the steady increase in life expectancy and the already epidemic levels ofosteoporosis and fractures among older Americans, men and women alike. (Women are especially vulnerable, because estrogen loss at menopause can cause a precipitous decline in bone density.)
The answers depend on three things, not to mention which experts you happen to ask: the foods and drinks you regularly consume, your personal and family history of broken bones, and habits that influence bone health.
Dr. Robert P. Heaney, a bone specialist at Creighton University in Omaha, maintains that “at least one-third of all osteoporotic fractures have a nutritional basis.”
What you eat and drink, from childhood on, is critical to the amount of calcium in your bones. Dairy foods, especially milk, yogurt and cheese, are the primary sources of calcium in the American diet, and consumption of milk has been falling steadily for decades, especially in adolescence, when most bone development occurs. A British study concluded that frequent milk consumption before age 25 was an important determinant of bone strength among middle-aged and elderly women.
Other foods are not nearly as rich in absorbable calcium, or the amounts normally eaten do not come close to the calcium content of dairy products: 300 milligrams in a glass of milk, 400 milligrams in eight ounces of yogurt.
Sardines and canned salmon eaten with the bones are good sources, and almonds are a fair source if you eat enough of them. And calcium-fortified foods like orange juice, soy milk, breakfast cereals and tofu are now widely available.
Too Much of a Good Thing
But some other desirable foods are problematic, at least when it comes to calcium: you’d have to eat so much broccoli to approach the level in milk that it could be toxic to your thyroid gland. Other vegetables with calcium, like spinach, collards, kale and beans, contain oxalates that block calcium absorption.
For daily calcium intake, the institute now recommends 1,000 milligrams for children 4 to 8, women and men 19 to 50, and men 51 to 70; 1,300 milligrams for children 9 to 18; and 1,200 milligrams for women 51 and older and men 71 and older. The upper limit of safety, the institute said, is 2,000 milligrams a day for men and women over 51.
Thus, if you are a postmenopausal woman who typically consumes only one or two servings a day of dairy, you may be hard put to get 1,200 milligrams of calcium from the rest of your diet unless you take a supplement. Dr. Ethel Siris, director of the osteoporosis clinic at Columbia University Medical Center in New York, said such women could benefit from a supplement of calcium carbonate (600 milligrams a day) or calcium citrate (500 milligrams a day).
Be sure to read the product label carefully — a usual “serving” is two tablets. Calcium carbonate should be taken with meals to assure absorption, but calcium citrate can be taken at any time and may cause fewer digestive problems.
Most calcium supplements now also contain vitamin D (usually as cholecalciferol, or D3), supplying about 250 to 300 international units in two tablets. The Institute of Medicine recommends 600 units a day for everyone from age 1 to 70 and 800 units for men and women 71 and older, with a safe upper limit for everyone over the age of 9 of 4,000 units.
Vitamin D has one advantage over calcium: It is fat-soluble and can be stored in the body for later use. But getting enough of it can be tricky.
The body gets most of its vitamin D not from diet but from skin exposed to the ultraviolet B radiation in sunlight. Unprotected skin on the arms and legs may need about 15 minutes of sun exposure a day in spring, summer and fall to make enough of the vitamin.
Alas, this production is effectively blocked if you follow current advice to prevent skin cancer and wrinkles by always covering up or using ample amounts of sunscreen. Used properly, sunscreens with an SPF of 8 or higher completely block UVB radiation and prevent synthesis of vitamin D.
Also, people who are dark-skinned or housebound or who live in far northern latitudes may fail to make enough vitamin D. And as people age, their bodies are less able to convert the vitamin into the hormone that is its biologically active form.
Milk is fortified with vitamin D at a level of 400 units per quart, and some yogurts have it as well (check the label). Many breakfast cereals are also now fortified. The only naturally rich dietary sources are oily fish from the sea like salmon and mackerel, egg yolks, liver and fish liver oil.
Testing and Maintaining
An increasing number of physicians now routinely test vitamin D levels in the blood of their female patients, and if it is below 30 nanograms per milliliter, will suggest they take a supplement. The Institute of Medicine maintains that a level of 20 nanograms is adequate, but other experts say it should be higher to assure maximum calcium absorption and bone health.
In any event, unless you are a year-round sun worshiper, a daily supplement of calcium with D, or even a separate supplement of 1,000 units of D, is likely to keep you well below the institute’s upper safe limit. Based on current evidence, unless you have a severe deficiency requiring temporary megadoses to correct, there is no reason to go any higher.
At the same time, you’d be wise to get sufficient weight-bearing exercise and avoid several bone-robbing habits: smoking; eating a lot of salty foods; drinking more than two alcoholic drinks a day; consuming more than the caffeine equivalent of two cups of coffee a day (about 300 milligrams); and eating too little protein. As for soft drinks, Dr. Siris advises a daily limit of two 12-ounce cans, and she’d prefer that soda be only an occasional treat.