jueves, 4 de noviembre de 2010

México lidera investigacion y producción de antivenenos a nivel mundial


México lidera investigacion y producción de 

antivenenos a nivel mundial

Gracias al uso de faboterápicos se ha reducido en el país la mortalidad por ataques de animales ponzoñosos
PONZOÑA. El antiveneno Aracmynplus se utiliza con eficacia contra la mordedura de las arañas (Foto: ARCHIVO EL UNIVERSAL )
Lunes 01 de noviembre de 2010Guillermo Cárdenas Guzmán | El Universalguicardenas@hotmail.com

Aunque el envenenamiento por picadura o mordedura de animales ponzoñosos constituye aún un serio problema de salud pública en México y en muchos otros países en vías de desarrollo, el uso de antídotos de nueva generación ha contribuido a reducir localmente los niveles de mortalidad que están asociados con esos casos hasta en 90% en las dos últimas décadas.
Cada año se contabilizan a nivel mundial 6 mil 500 millones de accidentes ocasionados por bichos venenosos, y en territorio nacional, donde sucede la mayor parte de esos casos, la picadura por alacrán o escorpión encabeza la lista por su frecuencia, con poco más de 280 mil víctimas anualmente. Sin embargo, sólo tres de cada 100 de estos últimos casos llegan a recibir atención sanitaria, según los datos de la Secretaría de Salud.
Parte de ese declive en los índices de mortalidad es resultado de la paulatina incorporación de medidas de prevención y atención a la población pero, sobre todo, de la extensión en el uso de antivenenos de tercera generación (conocidos como faboterápicos), que ya integran el cuadro básico de los servicios comunitarios de salud en nuestro país.
Tal fue una de las principales conclusiones de la 9a Reunión Internacional de expertos en envenenamiento por animales ponzoñosos, celebrada a finales de octubre pasado en Cuernavaca, Morelos, y que durante tres días reunió, con patrocinio del Instituto Bioclón y el apoyo de la UNAM y el Conacyt, a más de 200 expertos de 30 países con el objetivo de intercambiar sus experiencias académicas.
“En los años 70 y 80 el número de muertes por alacranes cada año era entre 700 y 800 personas, porque los médicos tenían miedo de aplicar los antivenenos (esperaban efectos secundarios en los pacientes); pero a partir de 1985 hicimos una campaña a nivel nacional para el uso clínico de los mismos y desde entonces comenzaron a reducirse los niveles de mortalidad hasta cerca de un 90%”, argumentó Lourival Possani, del Instituto de Botecnología (IBT) de la UNAM.
Hoy, todavía fallecen entre 30 y 60 personas anualmente en el país por picadura de escorpión, la mayoría (95%) de ellos niños menores de cinco años, debido a que no se les brinda el tratamiento oportunamente o porque viven en regiones muy apartadas, precisó el investigador emérito del IBT. Los estados más afectados son Nayarit, Colima y Morelos.
Sin esta nueva generación de antivenenos (que a diferencia de los antiguos sueros desarrollados desde 1930 no producen efectos indeseables en las personas a las que son inyectados, como alergias) morirían entre 3 mil y 4 mil de las víctimas que cada año sufren ataques de animales venenosos, comenta por su parte el doctor Alejandro Alagón Cano, investigador también del IBT y organizador del evento.

Nuevos mercados
Los faboterápicos producidos por el Instituto Bioclón con apoyo en la investigación científica del IBT y comercializados por Laboratorios Silanes ocupan un nicho de 75% del mercado nacional de antivenenos y 7% a nivel mundial. Entre ellos están, por ejemplo, Aracmyn plus, contra la mordedura de araña capulina; Alacramyn, contra la picadura de alacrán; Antivipmyn, contra el ataque de serpientes viperinas, y Coralmy, contra el veneno de serpientes coralillo.
Recientemente, y según se dio a conocer en el mencionado encuentro, el Instituto Bioclón también desarrolló en México un nuevo antiveneno único en su tipo, diseñado específicamente para contrarrestar los efectos del ataque de especies venenosas de escorpión que habitan en la zona del Magreb, en el norte de África y Medio Oriente, donde cada año se registran más de 200 mil picaduras de arácnidos.
En el mundo se conocen más de mil 500 especies de alacranes y nuestro país es el que posee la mayor biodiversidad de ellas con una cifra de al menos 221, de las cuales sólo seis, pertenecientes a la clasificación de centruroides, son tóxicas para el ser humano. En África las más peligrosas son las del género Androctonus y Buthus en el Norte y las Parabuthus en el sur.
Es precisamente en las zonas meridionales de África (al sur del desierto del Sahara) donde cada año se registran aproximadamente un millón de casos (de todos tipo de animales ponzoñosos), de los cuales 25 mil terminan en la muerte de las víctimas, según refirió el investigador beninés Jean Philippe Chippaux, asesor médico de la Organización Mundial de la Salud.

Por tal razón, y ante el escaso número de expertos en envenenamiento en aquel contienente (según Philippe sólo hay unos 50 en toda la región subsahariana, en países como Bénin, Nigeria Congo y Kenia) los investigadores africanos pretenden establecer alianzas e intercambios de información con sus colegas mexicanos.
También buscarán que próximamente Bioclón, que ya exporta a Sudamérica y Europa produzca Antivipmyn en África, pues por el clima prevaleciente en la región ecuatorial subsahariana los problemas de salud por ataque de serpientes a la población (existen unas 30 especies peligrosas para los humanos) son mucho más relevantes que las picaduras de escorpión.

Prevención y mitos
Otra parte fundamental de la lucha contra la intoxicación por ataque de animales ponzoñosos es la extensión de medidas preventivas, sobre todo en grupos de población altamente vulnerables al problema, como es el caso de las comunidades marginadas en Guerrero que habitan sitios carentes de infraestructura y servicios básicos.
En la perspectiva de Ascencio Villegas, investigador y rector de la Universidad Autónoma de Guerrero, el nivel de riesgo de sufrir una picadura de alacrán es mucho mayor entre las personas que duermen en el suelo, habitan casas hechas con materiales precarios como lámina, cartón o madera o donde abundan los escombros, que sirven como refugio a los arácnidos:
“En el municipio de Azoyú prácticamente dos de cada tres picaduras sucedieron dentro de la casa y en el campo cerca de una de cada tres (de un total de 644 casos analizados) y las personas afectadas fueron las más pobres”, aclaró el académico del Centro de Investigación en Enfermedades Tropicales de la UAG, quien participó en estudios realizados en 20 comunidades rurales de esa localidad.
Y entre las conclusiones de otro trabajo similar hecho en Guerrero, publicado en 2009 en la revista del Instituto Nacional de Salud Pública de la SS, se destaca que los trabajadores agrícolas encargados de cosechar maíz son un grupo también en alto riesgo, pues suelen ser atacados por el alacrán al manipular directamente las mazorcas en el campo o al llevar el animal a casa escondido entre las hojas o mazorcas.
Por ello, Villegas enfatizó la importancia de que los campesinos utilicen guantes industriales de carnaza para la cosecha, con los que se puede reducir hasta 90% el riesgo de sufrir el ataque de alacrán, además de que implementen medidas de limpieza en los hogares, con las cuales se evitarían 36 de cada mil picaduras.
Por su parte, Lourival Possani destacó la necesidad de erradicar los remedios populares caseros (basados en ajo machacado, café o tés de hierbas) que sólo retrasan el tratamiento oportuno que debe prodigarse a las víctimas con faboterápicos.
“Mucha gente se recupera de la picadura de alacranes güeros, que no son peligrosos, recomienda estos remedios y así se sigue perpetuando un comocimiento carente por completo de fundamentos científicos”, comentó Lourival Possani.

Utilizan los residuos del agave para eliminar colorantes tóxicos en el agua

Utilizan los residuos del agave para eliminar colorantes tóxicos en el agua
Redacción | Academia
Miércoles 3 de Nov., 2010 | Hora de creación: 22:28| Ultima modificación: 00:19
Sistema. Los cultivos de microorganismos en residuos del agave limpian de colorantes tóxicos los cuerpos de agua. Foto: Fotos: IPN

Con los residuos del Agave Tequilana Weber, luego de que la planta es usada para fabricar tequila, la científica del IPN Blanca Barragán Huerta desarrolló un novedoso método para limpiar los cuerpos de agua de colorantes textiles tóxicos, un sistema muy eficiente y económico.

La investigadora de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas (ENCB) señala que el trabajo de limpieza se realiza a través de bacterias y hongos y se comprobó que estos microorganismos seleccionados eliminan los colorantes en 98 o 99 por ciento.

“Algunos microorganismos eliminan los colorantes entre las 24 y 48 horas. Además se comprobó con estudios especiales que también desapareció la toxicidad”, señaló.

La investigadora informa que estos colorantes se vierten en ríos, lagunas y manantiales y además de contaminar el ambiente, pueden ser elementos que favorezcan la aparición de cáncer en las personas.

Explica que los colorantes textiles tienen estructuras químicas son muy complejas y por lo cual es difícil degradarlos.

TRABAJO. Desde hace ocho años, Barragán Huerta se ocupó en el diseño de distintos sistemas para eliminar estos compuestos. Señaló que su método se realiza con bacterias y hongos específicos, pero estos microorganismos requieren de sustratos y soportes para inmovilizarlos y hacerlos más eficientes. “Se probó con diversos soportes, pero el Agave Tequilana Weber tiene residuos naturales, biodegradables, económicos y muy eficientes”, afirmó.

Antes de la remoción de los colorantes en el laboratorio, las cepas de bacterias y hongos inmovilizados en el agave se ponen en contacto con distintas clases químicas de colorantes, principalmente los azocolorantes, con el propósito de seleccionar los microorganismos más aptos para eliminar estos compuestos y únicamente utilizarlos en estudios a nivel de reactor, explicó Barragán Huertase.

Añadió que durante la primera etapa del proyecto de investigación se logró degradar en el laboratorio los colorantes más utilizados en las industrias textiles. Ahora, precisó, el siguiente paso será tomar muestras directamente de los efluentes residuales de industrias ubicadas en las zonas de Vallejo, Naucalpan y Toluca, para aplicar el sistema de remoción y comprobar la eficacia del mismo.

Indicó que en la mayor parte de los estados de la República existen empresas textiles, pero las entidades con mayor número de industrias de este tipo son: Tlaxcala, Puebla, Estado de México y el Distrito Federal, y es urgente frenar esta contaminación. Alertó que estos colorantes textiles dañan los ecosistemas y sólo se requieren pequeñas cantidades de ellos para envenenar los cuerpos de agua.

Aseguró que para realizar este proyecto tiene apoyo de especialistas de las Universidades de Salamanca, en España, y la Javeriana de Colombia y de profesores de la Escuela Superior de Ingeniería Textil (ESIT) del IPN. “El objetivo es transferir esta tecnología a la industria textil”.

Su estudio ya cuenta con la publicación de un artículo científico, dos más están en proceso de edición y permitió la elaboración de una tesis de maestría, cuatro de licenciatura y una de doctorado que está en proceso.


La planta

El Agave Tequilana Weber variedad azul es diferente a las otras variedades de agaves. Es una planta carnosa en forma de roseta, fibrosa, de color azul o verde grisáceo originado por un alto contenido de ceras que impiden pierda agua. Sus hojas son rígidas, con espinas marginales y apicales; almacena inulina en el tallo y es productora de fructuosa.

Su reproducción se puede dar por semilla o bulbillo, los cuales, en razón de producciones industriales no son utilizados. En estos casos el método que se emplea es el de rizoma, que consiste en transplantar los hijuelos que brotan de la raíz de la planta.

Cuando llega a la madurez, se lleva a cabo la cosecha y durante ésta se realiza la jima, ya que en la elaboración del tequila se utiliza únicamente la parte central (corazón, piña o cabeza) de la planta, donde se concentra la mayor cantidad de azúcares.

II JORNADA NACIONAL DE INNOVACIÓN Y COMPETITIVIDAD: LA INNOVACIÓN COMO MOTOR DEL DESARROLLO REGIONAL EN MÉXICO

II JORNADA NACIONAL DE INNOVACIÓN Y COMPETITIVIDAD: LA INNOVACIÓN COMO MOTOR DEL DESARROLLO REGIONAL EN MÉXICO
¿A QUIEN VA DIRIGIDO?
A las comunidades académica y empresarial vinculadas con la ciencia, tecnología e Innovación, autoridades y funcionarios públicos vinculados a estos temas.
Lugar: Centro de Congresos y Convenciones WTC-Morelos. Cuernavaca, Morelos
Fecha:10 y 11 de noviembre de 2010
EVENTO GRATUITO:“CUPO LIMITADO”

OBJETIVO DE LA II JORNADA NACIONAL DE INNOVACIÓN Y COMPETITIVIDAD
Impulsar espacios para reflexión y vinculación en materia de innovación y competitividad, atendiendo las perspectivas académica, empresarial, financiera, científica y tecnológica, así como revalorar el papel de la innovación en las actividades empresariales y académicas como uno de los pilares de la competitividad económica.
COMITÉ ORGANIZADOR:
  • Dirección Adjunta de Desarrollo Regional y Sectorial, CONACYT
  • Secretaría de Desarrollo Económico del Gobierno del Estado de Morelos
  • Consejo de Ciencia y Tecnología del Estado de Morelos

Mejoran eficiencia de biofertilizantes para una amplia gama de cultivos

Mejoran eficiencia de biofertilizantes para una amplia gama de cultivos
Isaac Torres en León, Redacción |Academia
Miércoles 3 de Nov., 2010 | Hora de creación: 22:32| Ultima modificación: 00:20
Legado. Jesús Caballero Mellado, quien falleció recientemente, realizó las investigaciones con Azospirillum brasilensis durante décadas. Foto: UNAM

Investigadores de la UNAM en conjunto con una empresa agrícola y el INIFAP desarrollaron tres tipos de biofertilizantes, mediante bacterias y hongos, para el crecimiento de numerosos cultivos que permiten disminuir el uso de pesticidas y otros productos químicos perjudiciales a la salud y fertilidad del suelo.

Uno de los productos, que fueron presentados en el pabellón tecnológico de la Semana de la Ciencia y Tecnología del Conacyt, es el biofertilizante que utiliza la bacteria Azospirillum brasilensis, fruto del trabajo durante 30 años del investigador Jesús Caballero Mellado, del Centro de Ciencias Genómicas de la UNAM, y quien falleció el pasado 7 de octubre.

El producto llamado Azofer, comercializado por Biofábrica Siglo XXI, permite el crecimiento de maíz, sorgo, cebada, trigo, jitomate, cebolla, caña de azúcar, avena, chile, tomate, pepino y calabaza, apuntó Dalia Molina, representante de dicha empresa en el evento que se realizó en la ciudad de León. Otro de los productos, que utiliza una bacteria distinta, Rhizobium etli, hace lo propio con cultivos específicos de frijol.

Los microorganismos producen una mayor fijación de nitrógeno atmosférico, actividad que además de regenerar la tierra de cultivo disminuye el uso de químicos. De acuerdo con los expositores, las bacterias producen fitohormonas que favorecen y estimulan el crecimiento de la planta a nivel de raíz, permitiendo una mejor absorción de agua y nutrientes, con lo que aumenta el volumen de tallo, hojas y frutas.

La planta a cambio le brinda a la bacteria una  fuente de carbono para su proliferación. Es una simbiosis que incrementa la producción, acorta sus tiempos y las hace más resistentes a enfermedades.

Dalia Molina añadió que ahora hacen pruebas en árboles frutales y plantas ornamentales, como cunas de Moisés, helecho y nochebuena, “con buenos resultados”. También han comprobado su efectividad en cafetos, cítricos y nopal.

Estos productos biotecnológicos se han combinado con otro biofertilizante que utiliza hongos micorrícicos, que protegen contra patógenos. Los hongos incrementan la longevidad de los pelos de la raíz, lo que aumenta la tolerancia de las plantas a sequía, salinidad y toxinas orgánicas, entre otras.

Dichos desarrollos, asesorados por Caballero y Humberto Peralta, del centro de la UNAM, han permitido ahora trabajar en su uso para otras plantas como la alfalfa. Además, mediante un proyecto del Conacyt, el biofertilizante con Azospirillum brasilensis ha sido mejorado con el aumento de su vida de anaquel. También se ha creado una presentación líquida, lo que facilita su aplicación en grandes producciones.

“Esta es una buena muestra de cómo la vinculación entre empresa, academia y gobierno permiten desarrollar tecnologías exitosas”, mencionó Molina.

Las antiguas momias Chinchorro en las arenas del desierto de Chile

Las antiguas momias Chinchorro en las arenas del desierto de Chile

Momias_ChinchorroLas antiguas momias Chinchorro en las arenas del desierto de Chile

Por Bernardo Arriaza, Universidad de Tarapacá, Arica, Chile.

Hace 7000 años, en la quietud del desierto del norte de Chile y con la brisa constante del mar, un pueblo de personas que hoy conocemos como cultura Chinchorro, emprendió un trabajo fascinante: la preservación de sus muertos. Dos mil años antes que los egipcios, estos antepasados elaboraban las primeras momias artificiales del mundo.
Para realizar este especializado trabajo, los Chinchorro crearon varias técnicas con las cuales confeccionaron momias clasificadas en 3 tipos: Negras, Rojas y con Vendas. En el patio de sus pequeñas viviendas, construidas de palos y cubiertas de pieles de animales marinos y totoras, tenían todos los implementos usados por los expertos y aprendices que practicaban estas técnicas mortuorias: arcillas, fibras, cuchillos, pinturas, cuerdas y agua.
¿Cómo hacían las momias?
Para cada tipo de momia existía una técnica y terminaciones especiales. Las negras (5.000 a.c.) eran las más complejas, ya que los cuerpos se reconstruían como estatuas. Una vez limpio el cuerpo y esqueleto, se creaba un armazón o estructura interna muy rígida con huesos, palos y juncos, amarrados con cuerdas de fibra vegetal, reforzando la estructura al nivel de las rodillas, codos y tobillos. Luego, el preparador fúnebre moldeaba arcilla gris en todo el cuerpo, recuperando parte del volumen corporal perdido.
Con una pasta negra (óxido de manganeso), utilizando brochas de fibra vegetal, pintaban externamente todo el cuerpo con una delgada capa. Después, los preparadores fúnebres creaban una peluca con manojos cortos de cabello, atándolo en unos de sus extremos. Para modelar las características máscaras de las Momias Chinchorro, marcaban los ojos con un delgado palito, mientras que la nariz y la boca se señalaban con pequeños orificios. Posiblemente, creían que las momias contenían el espíritu del difunto, ya que las pintaban con los ojos y la boca abierta proyectando vida.
Las momias rojas (2.000 a.c.) eran un poco más sencillas que las negras y el cuerpo se intervenía menos, ya que hacían cortes a nivel del estómago y removían los órganos, aunque también se reforzaba la estructura con maderos, como en el caso de las momias negras.
Enseguida rellenaban el cuerpo con tierra y lana de camélido (como el guanaco), cerrando las incisiones una vez que lograban el volumen deseado. En la cabeza también se ponía una peluca con largos manojos de cabello, de unos 60 cm. de largo, para luego pintar todo el cuerpo con tierras rojas (óxido de fierro), exceptuando la cara que era de color gris, negra o rojiza.
Aparte de las diferencias en la confección, las momias rojas y las vendadas tienen un resultado más artístico, mientras que las negras eran más complejas en su elaboración. Los diferentes tipos se confeccionaron en diferentes épocas, comprendiendo en total un largo período de 3.500 años.
Las técnicas de conservación de los Chinchorro, la carencia de lluvias y las sales del desierto contribuyeron a la preservación de los cuerpos y de sus artefactos. Es indiscutible el cuidado que ponían en la decoración de las momias y en sus rituales, porque una vez terminado el proceso de momificación, el cuerpo podía ser venerado y mantenido en la comunidad.
Una de las características llamativas de los Chinchorro es que muchos de los cuerpos momificados corresponden a bebés y niños pequeños. Además de una forma de demostrar su amor por quienes partían prematuramente, esta práctica probablemente surgió por la larga exposición de este pueblo a un ambiente con altos niveles de arsénico, lo que provocaba alta mortalidad infantil. Al desconocer la explicación de este fenómeno, intentaron detenerlo preservando los cuerpos de sus seres queridos.
Si bien son muchas las preguntas sobre las personas de ese tiempo, este artículo pretende ayudar a comprender y desentrañar el pasado de las momias Chinchorro, las creaciones más antiguas de este tipo en el mundo.
Para saber más:
-Arriaza, B. (2003). Cultura Chinchorro. Las momias más antiguas del mundo. Editorial Universitaria, Santiago.
-Arriaza, B. (2005).  Arsenicismo, una hipótesis medioambiental para explicar el origen de la momificación más antigua del mundo (Arseniasis as an environmental hypothetical explanation for the origin of the oldest artificial mummification practice in the world).Chungara, Revista de Antropología Chilena 37(2): 255-260.
-Arriaza, B. y Standen, V. (2008). Muerte, momias y ritos ancestrales (Death, Mummies and Ancient Rites). Editorial Universitaria, Santiago.
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Foto de Octavio Lagos
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Foto de Bernardo Arriaza
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Foto de Raúl Rocha
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Foto de Raúl Rocha
Biografía Bernardo Arriaza:
Bernardo Arriaza  obtuvo su doctorado en antropología física en la Universidad Estatal de Arizona, Estados Unidos y es académico del Instituto de Alta Investigación en la Universidad de Tarapacá, Chile. Sus líneas de investigación son bioarqueología andina, prácticas mortuorias, paleopatología y osteología humana.
Se destacan sus estudios en torno a la cultura chinchorro y sus prácticas mortuorias, además de numerosas publicaciones científicas y de difusión.

Glaciares y testigos de hielo en un escenario de cambio climático

Glaciares y testigos de hielo en un escenario de cambio climático

Casassa-Gino_2Glaciares y testigos de hielo en un escenario de cambio climático
Por Gino Casassa
Los testigos más detallados de la historia reciente de la Tierra habitan en condiciones extremas en las altas montañas y en los polos de nuestro planeta. Gélidos y mudos, los glaciares registran en sus entrañas la vida y evolución terrestre, manteniendo registros que hoy son imprescindibles para entender cómo ha cambiado nuestro mundo.
Los glaciares son verdaderos ríos congelados formados a partir de la precipitación de cristales de nieve, que el físico japonés Ukichiro Nakaya llamó “Cartas del cielo”, porque, al caer, capturan la información sobre las condiciones medioambientales del momento y la conservan.
El hielo glaciar es un libro y cada capa representa una hoja de la maravillosa obra que es la historia climática y medioambiental de nuestro planeta. Los testigos de hielo, perforaciones que no exceden normalmente los 15 centímetros de diámetro, preservan información física, química y biológica presentes al momento de la depositación de la nieve, y asimismo la composición atmosférica existente en aquel entonces.
Los testigos de hielo contienen información incluso más detallada que los anillos de árboles, los sedimentos lacustres y los sedimentos marinos. El testigo más antiguo proviene de Antártica (Domo C) y tiene 800,000 años. Aunque el registro de los testigos de hielo es corto en términos geológicos, la belleza es que se puede llegar a obtener una secuencia continua de resolución anual, e incluso estacional, superior a varios miles de años.
El registro puede incluir temperatura, precipitación, composición del aire de la baja atmósfera, erupciones volcánicas, variabilidad solar, productividad de la superficie del mar, y otros indicadores climáticos y medioambientales. Poder observar todas estas propiedades es la principal fortaleza de los testigos de hielo como indicadores del clima y el medioambiente del pasado.
El impacto de las actividades humanas en el medio ambiente y en particular en el clima es uno de los temas más preocupantes de la actualidad. Desde los albores de la Revolución Industrial, que comenzó alrededor de 1750, se ha producido un aumento notable de la concentración de los gases de efecto invernadero (GEI), particularmente el dióxido de carbono (CO2), como producto de la quema de combustibles fósiles y el cambio del uso del suelo. Esto ha resultado en un calentamiento que no tiene precedentes en al menos los últimos 1000 años y que puede llevar al planeta a severos daños futuros.
¿Y cómo podemos saber hoy que el cambio climático causado por el ser humano es real? Pues bien, a partir del análisis de las burbujas de aire atrapadas y comprimidas a través del tiempo al interior del testigo de hielo Domo C del interior de Antártica, que tiene un largo de 3260 m y constituye el testigo de hielo más antiguo rescatado hasta el momento, queda en evidencia que los niveles de dióxido de carbono y de metano (CH4) son ahora los mayores de los últimos 800,000 años y que efectivamente somos nosotros los humanos los responsables de este inédito aumento de gases invernadero.
Si la emisión de GEI continúa de forma descontrolada, las temperaturas atmosféricas podrían aumentar muy por sobre los 2°C, nivel considerado peligroso por la comunidad científica. Una consecuencia de este calentamiento es el derretimiento paulatino de los glaciares de montaña y de los enormes hielos continentales de Groenlandia y de Antártica, lo que está provocando un aumento del nivel del mar. Si esto continúa, las futuras generaciones no podrán leer nuestro pasado tal como está grabado maravillosamente en los testigos de hielo.
Biografía
Gino Casassa, chileno, glaciólogo, es Ingeniero Civil Hidráulico de la Universidad de Chile, Magister en Geofísica de la Universidad de Hokkaido, Japón y Doctor en Glaciología de la Universidad de Ohio State, EE.UU.  Su pasión por el montañismo lo llevó a estudiar el agua en su estado congelado, habiendo explorado los hielos y glaciares de los Andes, el Tíbet, Escandinavia y Antártica.
Desde 2002 es Investigador de la sección de Glaciología y Cambio Climático del Centro de Estudios Científicos (CECS) de Valdivia, Chile. Su área de estudio abarca geofísica de glaciares, métodos aéreos y datos satelitales para el estudio de glaciares e interacciones de los glaciares con el clima. En 2005 obtuvo una beca de la Fundación Guggenheim. Participó como Autor Coordinador Líder del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) que fue co-galardonado con el Premio Nobel de la Paz 2007.
Foto_hielos_2
El guía de montaña suizo Beat Rufibach
perforando en el glaciar Esmeralda
(5,330 m), durante la expedición
Suizo-Chilena al cerro El Plomo,
Andes de Santiago, Chile,
12 enero 2003. Fotografía
de Gino Casassa.
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Sección final correspondiente a
los 122 metros de profundidad
del testigo de hielo del Monte
San Valentín (Campo de
Hielo Patagónico Norte)
perforado en Abril de 2007
por una expedición franco-chilena.
Se pueden observar trozos de roca
(color negro) que indican que
efectivamente el taladro alcanzó
la base rocosa del glaciar.
El diámetro del testigo es de
10 cm. Fotografía de  Patrick Ginot.
 Casassa-Gino_2
Fotografía de Gino Casassa, autor del artículo.

Chile, ventana al Cosmos

Chile, ventana al Cosmos

fotonebulosa_2Chile, ventana al Cosmos
Por María Teresa Ruiz
En el Norte de Chile hay un enorme tesoro, que está al alcance de quien quiera verlo, investigarlo y disfrutarlo: el cielo, una ventana al Cosmos.
¿Por qué este pequeño país del fin del mundo es un lugar privilegiado para la observación astronómica? Porque desde el Sur vemos una zona del Universo invisible desde el Norte, donde está la mayor cantidad de países que han cultivado la Astronomía. ¡El centro de la Vía Láctea se ve mejor desde el Sur!
Los cielos del Norte chileno tienen óptima calidad, no sólo por la cantidad de noches despejadas, que pueden llegar a ser 350 al año, sino porque también se conjugan un clima seco, cielos sin contaminación y estabilidad atmosférica, es decir, condiciones ideales para observar y capturar imágenes del Universo.
Si observamos el globo terráqueo notaremos que en el Hemisferio Sur hay casi puro océano. Por otra parte, el Universo visible desde el Sur no se puede ver desde el Hemisferio Norte. Resulta que aquí están las Nubes de Magallanes que son las dos galaxias más cercanas a la Vía Láctea cuyo estudio es el primer escalón para emprender la exploración del Universo más lejano. También en el cielo Sur, casi exactamente sobre las cabezas de los habitantes de Santiago, Buenos Aires y Montevideo, está el corazón de nuestra galaxia, la Vía Láctea.
Las buenas condiciones de observación son relevantes para los científicos, pero también para que la inversión que implica la investigación astronómica sea rentable. Operar un telescopio de ocho metros cuesta ¡unos 60 mil dólares la noche!, por lo que es muy importante poder observar muchas noches al año, y una nublada no sirve.
Esta “ventana al Cosmos” fue descubierta en la década del 50 por el mundo científico y desde entonces se han estado instalando numerosos Observatorios. Las potencias tecnológicas mundiales ubicaron sus más modernos instrumentos para estudiar el Universo en un lugar al fin del mundo.
Algunos de estos observatorios internacionales, como el de Cerro Tololo (USA), ya llevan 50 años operando en el país. Le siguieron Las Campanas (USA), La Silla (Europeo), Paranal (Europeo), Gemini (USA, Canadá, Gran Bretaña, Brasil, Argentina y Australia), SOAR (USA, Brasil) además de ALMA, que está instalando antenas de radioAstronomía.
En el altiplano, al Este de San Pedro de Atacama, a más de 5 mil metros de altura se encuentra el Llano de Chajnantor, lugar único en el mundo para realizar observaciones en radio-frecuencias. Se alzan allí varios instrumentos, el principal de ellos es el proyecto ALMA con 64 antenas de 12 metros de diámetro, repartidas en una superficie de 14 kilómetros cuadrados y financiadas por Europa, Norteamérica y Japón en partes iguales. Lo importante de este lugar es que es muy seco y a esa altura ya hay poca atmósfera (aire) y humedad que pueda absorber la luz de las estrellas.
Hoy el desafío para los y las profesionales de la Astronomía en Chile, es usar el 10% del tiempo de observación disponible, que tiene como país anfitrión en cada uno de estos observatorios, para desarrollar la investigación en Astronomía y sus tecnologías asociadas al mejor nivel mundial.
Biografía
María Teresa Ruiz. Nació en Santiago de Chile, en 1946. Es Licenciada en Astronomía por la Universidad de Chile y doctora en Astrofísica por la Universidad de Princeton, Estados Unidos. Realizó Post doctorado en el Observatorio Astronómico de Trieste, Italia y fue astrónoma visitante en el Instituto de Astronomía de la UNAM (México).

Actualmente se desempeña como académica con el grado de Profesor Titular del Departamento de Astronomía de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile y es miembro fundadora del Centro FONDAP de Astrofísica. Directora del proyecto Centro de Excelencia en Astrofisica y Tecnologias Afines (CATA).
En 1996 obtuvo la Cátedra Presidencial en Ciencias y en 1997 se hizo mundialmente famosa por descubrir desde el Observatorio La Silla, en Chile, la primera de las estrellas enanas café, objetos cuya existencia se había predicho pero que nunca habían sido vistos. Ese mismo año fue galardonada con el Premio Nacional de Ciencia Exactas.
foto3-llano_2
Llano de Chajnantor: En el Llano de Chajnantor
(“lugar de despegue o partida”, en lengua kunza),
ubicado en la zona Norte de Chile, se ubicarán
las 66 antenas de radioastronomía del proyecto
ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter
Array). En esta meseta de 5100 m de altitud
también se trabaja en el Parque Astronómico
Nacional, donde se instalarán otras iniciativas.
fotolasilla_2
Observatorio La Silla: Vista de noche
de La Silla. En la foto se aprecia la
cúpula del Telescopio suizo
Leonhard Euler, de 1,2 m.
fotonebulosa_2
Nebulosa de Orion: Mosaico de imágenes
color de parte central de la Nebulosa de Orión,
a partir de 81 imágenes obtenidas con el Very
Large Telescope (VLT) en el Observatorio
Paranal, Chile. La foto muestra un grupo
de alrededor de 1.000 estrellas.

Todas las fotos gentileza de www.eso.org