lunes, 17 de enero de 2011

El que tiene los datos, tiene el poder

El que tiene los datos, tiene el poder

EN UN MOMENTO tecnológico en el cual los usuarios tienden a identificar la interfaz que utilizan con el sistema o aplicación que está por debajo de la misma, en el cual las aplicaciones se simplifican hasta extremos insospechados hace pocos años, existe una peligrosa tendencia a olvidar un principio básico y fundamental, aceptado y aplicado en el diseño de aplicaciones informáticas desde hace más de treinta años, y que de una cuestión técnica se está transformando en una cuestión social, política y económica.
1. El principio de independencia de los datos
El principio de independencia de los datos establece que los datos deben ser independientes de las aplicaciones que los manejan. Este principio viene del campo del diseño de bases de datos relacionales, y ya fue incluido por Codd en su famosas doce reglas.
De una manera más cercana y coloquial, es la independencia entre las aplicaciones y los ficheros que contienen los datos (la información) la que hace posible acciones tan sencillas como hacer copias de seguridad, intercambiar ficheros o exportar e importar entre diferentes formatos, y permite acciones más complejas, como reutilizar información entre aplicaciones y servicios web de diferentes proveedores.
Estas tareas tan necesarias y comunes han fortalecido además el papel de los estándares para el tratamiento de información, ya que el acceso libre a la información almacenada demanda la existencia de estándares que establezcan las características lógicos y físicas de los ficheros que almacenan la información, como es el caso de OpenDocument o Acrobatpdf.
2. Internet y los silos de datos
Un silo de datos es un gran depósito de información estructurada o semi-estructurada. Hasta el advenimiento de internet, la mayoría de los silos de datos eran privados y de difícil acceso. Con la popularización de la Red, cada vez una mayor cantidad de información de los silos comenzó a estar disponible para los usuarios, mucha de ella gratuitamente, otra mediante pago. La proliferación de las tecnologías y aplicaciones del web social a comienzos de la década del 2000 hizo que comenzaran a crearse nuevos silos, cuyo contenido se ha ido formando con información proveniente de dos fuentes principales:
a) La que se ha captado de los comportamientos y acciones que los usuarios llevan a cabo en la Red.
b) La proveniente de los contenidos e información que los usuarios han aportado a la propia Red.
Puede imaginarse la gran cantidad de información de ambos tipos que atesoran servicios como FacebookTwitterSlideshare o Flickr, por citar unos pocos. El interés de servicios como los citados no radica en las funcionalidades que ofrecen, sino en la base de datos a la que dan acceso. Facebook vale lo que vale no por sus funcionalidades de comunicación, que realmente son básicas, comunes y conocidas de antes, sino por la red de datos de usuarios a la que se puede tener acceso. En realidad, por los datos y la información de otros usuarios a los que ofrece acceso con la metáfora de red social.
3. El que tiene los datos, tiene el poder
En un contexto como el actual, en el cual el desarrollo de aplicaciones se ha abaratado y acelerado, la riqueza no está en las propias aplicaciones. Quien tiene el poder es quien tiene el silo de datos, que es el que puede imponer políticas de usos permisibles y no permisibles de los datos contenidos en el mismo.
Muchas de las aplicaciones innovadoras que alcanzan la cima del efímero éxito “2.0” se fundamentan en una capa de funcionalidad que aprovecha o explota los silos de datos que ofrecen otros. Google, siempre tan avizor, se ha posicionado antes que la competencia en el campo de la explotación de los silos de datos comprando Metaweb y su producto estrella Freebase.
En el campo de la gestión de información un modelo parecido ya se vivió durante las décadas de los 80 y 90, cuando los hosts de bases de datos campaban a sus anchas con sus tarifas y servicios. Esos tiempos pasaron, evidentemente, pero no hay que descartar que, a medio plazo, muchos silos de datos gratuitos vayan pasando a modelos mixtos para rentabilizar sus costes de mantenimiento y explotación.
No son muchos los usuarios que se toman la molestia, necesaria molestia, de leer los términos de uso de los servicios que contratan. Deberían hacerlo. Es necesario aclarar que cuando se habla de “propiedad de los datos”, los usuarios tienden a pensar que los datos son suyos, y pueden hacer con ellos lo que quieran, y es cierto… hasta cierto punto.
Por ejemplo, las condiciones de uso de Facebook establecen en su Declaración de derechos y responsabilidades, punto 2, “eres el propietario de todo el contenido y la información que publicas en Facebook, y puedes controlar cómo se comparte…” hasta que se llega al punto 2.1: “…nos concedes una licencia no exclusiva, transferible, con posibilidad de ser sub-otorgada, sin royalties, aplicable globalmente, para utilizar cualquier contenido de PI que publiques en Facebook o en conexión con Facebook”.
La propiedad es del usuario, pero se cede el uso sin control y la obtención de beneficios aFacebook sin contraprestación. Twitter también muerde la manzana envenenada, parece que incluso con más ahínco: “El usuario se reserva los derechos de cualquier contenido enviado, publicado o presentado a través de los servicios…. el usuario otorga a Twitterlicencia mundial, no exclusiva, libre de regalías (con derecho a la concesión de la licencia a terceros) para utilizar, copiar, reproducir, procesar, adaptar, modificar, publicar, transmitir, mostrar y distribuir dicho contenido cualquier medio de comunicación o método de distribución (actual o desarrollado en un futuro)… Twitter, otras compañías, organizaciones o personas asociadas con Twitter podrán llevar a cabo tales usos adicionales sin compensar de ninguna manera al usuario que ha enviado, publicado, transmitido o puesto a disposición Contenido a través de los Servicios”.
4. El “señor” de los datos
Esta avaricia de datos no es exclusiva de los servicios del web 2.0. En los dos últimos años hemos visto como el uso de los silos de datos se ha vuelto motivo de fricción entre proveedores y usuarios de mundo de la información. En 2009, Zotero fue amenazada judicialmente por Thomson Reuters, que intentaba evitar que los usuarios exportasen e importasen información entre las diferentes aplicaciones, llegando incluso a intentar arrogarse la propiedad intelectual de los ficheros de estilos que creaban los usuarios.
A mi juicio, se trataba de un movimiento para intentar controlar los silos personales de datos bibliográficos, dado que su gestor bibliográfico de referencias estaba siendo superado por otros más avanzados, en un movimiento defensivo evidentemente condenado al fracaso, como han demostrado posteriormente CiteuLike2collab oMendeley.
Las bibliotecas tampoco han quedado al margen de estas tensiones. Oclc intentó evitar queSkyriver (que le estaba ganando contratos de servicios), utilizase los datos contenidos enWordlCat. Para ello cambió unilateralmente los términos de uso de su producto sin avisar, y llegó a enfrentarse incluso a sus propios socios. El asunto llegó a los tribunales en julio de 2010.
Los problemas del catálogo colectivo C17, cuyo acceso es financiado todavía por elInstituto de Salud Carlos III, son un indicador de la inocencia con la que se han ido firmando contratos en los cuales no se había previsto la propiedad y explotación de los silos de datos creados con las aplicaciones. La web del Catálogo Colectivo de Rebiun no contiene ni una mención de la propiedad de los datos del catálogo, ni de cuáles son los usos permitidos de los mismos a terceras partes. En el caso de Rebeca, se establece la necesidad de solicitar una cuenta de usuario, al parecer restringida a bibliotecas públicas, pero tampoco se ofrece mayor información. Más curioso es el caso de Dialnet, que específicamente indica, al pie de su interfaz, “todos los derechos reservados”, sin mayor aclaración, pero que en sus páginas de ayuda publica su política de Acceso abierto.
Todas estas cuestiones no deberían llevar a una reflexión sobre cuáles deberían ser las políticas de propiedad y uso de los datos generados por las unidades de información en el marco de su trabajo diario. Para mí, evidentemente, mis datos son míos, y la compra de licencias de uso de una aplicación dada no debe suponer que los datos sean cedidos al proveedor, ni que tenga derechos sobre los mismos, y menos cuando son fruto de mi trabajo y, además, puedan ser resultado de actividades financiadas con fondos públicos.
La Ley de Propiedad Intelectual contempla en su artículo 12.2., una definición “amplia” de lo que se considera base de datos, y añade en el 12.3 “La protección reconocida a las bases de datos en virtud del presente artículo no se aplicará a los programas de ordenador utilizados en la fabricación o en el funcionamiento de bases de datos accesibles por medios electrónicos”, reconociendo que no es lo mismo la base de datos que la aplicación usada para gestionarla.
El artículo 133.3a establece como “fabricante” de la base de datos -y poseedor de sus derechos-, a “la persona natural o jurídica que toma la iniciativa y asume el riesgo de efectuar las inversiones sustanciales orientadas a la obtención, verificación o presentación de su contenido”.
El dueño de los datos de un blog o de un web dinámico es su autor o creador de contenidos, no la empresa que instaló un cms y cobra por su mantenimiento. Por si acaso, que no se olvide hacerlo constar de manera expresa en el contrato correspondiente.
En realidad, las Administraciones Públicas españolas ya están entendiendo la importancia de los silos de datos abiertos en cuanto han empezado a dar acceso a datos a través de iniciativas de apertura de datos (Open Data), para que puedan ser usados por terceros. Será interesante ver cómo se van conjugando las iniciativas privadas en busca de rentabilidad con la utilización sensata de los datos de las Administraciones públicas que, no debe olvidarse, se sufragan con el dinero de los ciudadanos.
Cómo citar este artículo:
TramullasJesús. “El que tiene los datos, tiene el poder”. Anuario ThinkEPI, 2011, v. 5, pp. ¿¿-??.

Norma ISO 30300-Management systems for records

Norma ISO 30300-Management systems for records

Introducción
El Comité técnico de ISO encargado de producir las normas de gestión de documentos (TC46/SC11 Archives/Records management), lleva desde mayo de 2007 embarcado en la tarea de publicar unas normas ISO que eleven la gestión de documentos al plano estratégico del “management” de las organizaciones. Este tipo de normas en ISO tienen una consideración especial, son los MSS (Management Systems Standards), a cuya cabeza de ventas se encuentra la ISO 9000.
Cuando la delegación española (durante mucho tiempo se ha conocido el proyecto como la “Spanish proposal”) presentó, en la reunión de Santiago de Compostela de mayo de 2007, la propuesta de intentar seguir el ejemplo de las normas ISO 27000-Sistemas de gestión para la seguridad de la información, no habíamos analizado todas las consecuencias de nuestra propuesta. En aquel momento se presentó como una posibilidad para desatascar las discusiones para revisión de la ISO 15489, encalladas desde hacía tres años. Luego se empezó a vislumbrar como el instrumento para alcanzar uno de los objetivos siempre expresados pero nunca alcanzados de poner la gestión de los documentos y las evidencias en un plano estratégico y convencer a la alta de dirección de incluirla en la hoja de ruta para la modernización de las organizaciones.
Desde hace más de 3 años el TC46/SC11 ha trabajado muy intensamente en la definición y redacción de los dos primeros productos de la familia de normas ISO 30300. Estos dos primeros productos (ISO 30300. Management systems for records- Fundamentals and vocabulary e ISO 30301. Management systems for records.Requirements), están en su fase final de aprobación, lo que en la jerga ISO se denomina Final Draft International Standard, y se publicarán a mediados de 2011.
Principales características
Las principales características de la familia de normas ISO 30300 podrían resumirse en los siguientes puntos:
- Son el compendio de los requisitos necesarios para la puesta en marcha del sistema de gestión de la organización desde el punto de vista de la gestión de los documentos y las evidencias. El sistema de gestión es de la organización, y está sólidamente basado en la gestión de riesgos y las acciones preventivas, lo que lo hace compatible e integrable con cualquier otro aspecto como la calidad (9000), la gestión medioambiental (14000) o la seguridad de la información (27000). El sistema de gestión está basado en la mejora continua, que obliga a la evaluación de los resultados, la gestión de las no conformidades y la puesta en marcha de acciones correctivas, todo ello de forma verificable por terceras partes.
- Específicamente, la parte operativa del sistema de gestión desde el punto de vista de los documentos y las evidencias se centra en los procesos documentales que, como no podía ser menos, están basados en toda la experiencia adquirida y las buenas prácticas surgidas de la archivística, el records management y el record keeping. Todos ellos recogidos en laISO 15489 y otras normas técnicas, que de momento seguirán existiendo, siendo compatibles con las 30300.
- Por definición, todos los MSS son normas que pueden ser certificadas por terceras partes, por lo que la publicación de las mismas abre la posibilidad de que las entidades certificadoras las incluyan en su portfolio de servicios.
El proceso de integración con otros MSS
Una de las cosas más importantes que han sucedido en el proceso de redacción de las ISO 30300 ha sido la coincidencia en el tiempo con un importante movimiento en ISO, promovido por las más altas instancias, para la integración de los distintos MSS.
Desde septiembre del 2008, el TC46/SC11 fue admitido como miembro de pleno derecho en el grupo de ISO que se había establecido para la coordinación de todos los MSS (JTCG-Joint Technical Coordination Group for MSS). Este grupo ha tenido como misión el establecimiento de una estructura única, unos requerimientos y textos comunes y una terminología de base para todos los MSS. Se prevé que la adaptación de estos instrumentos se haga de forma progresiva en los próximos dos años para todos los MSS. Para el proyecto ISO 30300 ha sido una oportunidad única en dos sentidos:
- El desarrollo paralelo ha permitido ir utilizando los resultados del JTCG en las distintas fases de redacción de las 30300, lo que nos ha permitido convertirnos en uno de los “early adopters”, siendo en este sentido nuestra aportación muy apreciada.
- El trato directo con los grupos más poderosos de ISO nos ha permitido diseminar nuestro mensaje de la importancia de la gestión de las evidencias y los documentos en las organizaciones. El grado de entendimiento ha sido notable y se reflejará en el distinto tratamiento de las secciones de documentación de los otros MSS. Nuestra consideración en el universo ISO se ha elevado varios peldaños debido a esta labor. Aun suponiendo que las ISO 30300 no obtengan el éxito esperado, sólo por este logro el trabajo habría valido la pena.
Lecciones aprendidas en el proceso de redacción
El movimiento emprendido por la ISO 30300 no ha sido bien entendido por algunos sectores profesionales, que siguen visualizando la gestión de documentos como algo con una entidad propia casi al margen de las organizaciones donde se implanta y terreno sólo permitido a unos determinados profesionales llámense archiveros, gestores de documentos o records managers.
El intento de integración con otros exitosos sistemas de gestión y por lo tanto la adaptación a los sistemas del management y los requerimientos comunes nunca debe visualizarse como una renuncia, sino todo lo contrario, como una gran conquista, que nos permite situar nuestro quehacer profesional en las líneas estratégicas de la organización.
Sin embargo aunque el aprendizaje, el convencimiento y el apoyo es cada vez más profundo en los grupos de trabajo internacionales que han llevado a cabo el trabajo de redacción de las normas ISO, ha sido necesario emprender varias acciones de difusión para los propios profesionales de la gestión de documentos. De hecho como preparación de la última votación se escribieron e hicieron públicas unas FAQ, que pretendían dar respuesta a los interrogantes habituales de los profesionales que se acercaban por primera vez a las normas.
Por el contrario, algunos profesionales han visto en las normas 30300 una oportunidad increíble para el desarrollo profesional y se han comprometido desde ya con el proyecto. A pesar de que el interés despertado varía con respecto a los países, es de destacar la iniciativa de un grupo de profesionales españoles que han publicado un blogespecíficamente para este tema.
La implantación práctica
Nadie puede prever el éxito de estas normas en su implantación en las organizaciones, pero sí podemos explicar posibles escenarios en la práctica.
Una organización que quiera gestionar adecuadamente sus documentos y evidencias no tiene que implantar necesariamente la ISO 30300. Puede que incluso siguiendo la ISO 15489 como referencia, la organización obtenga un grado de excelencia importante en la gestión de documentos.
Sólo las organizaciones que apuesten decididamente por la implantación de un sistema de gestión auditable para los documentos y evidencias (y en los que exista el respaldo de la alta dirección) son candidatas a la verdadera implantación de las ISO 30300. Como en otros casos, las normas 30300 también pueden influir en las organizaciones, que bien sin implantar todos los controles necesarios de un verdadero sistema de gestión o sin necesidad de buscar la certificación por terceras partes, se inspiran en las mismas para ir implantando las buenas prácticas en las organizaciones.
Imaginando posibles escenarios en un seminario en La Haya el pasado mes de octubre, incluimos un par de posibles ejemplos: una implantación integrada con la ISO 9000 y una implantación en una organización con alta carga informacional.
Y ahora la traducción
A nivel nacional nos queda un importante camino que recorrer, especialmente en lo que se refiere a la traducción de las normas. Como si no fueran bastantes los quebraderos de cabeza que nos ha dado y sigue dando la traducción de la palabra “records”, ahora tenemos que traducir “management systems for records”.
A primera vista pudiera parecer fácil “sistemas de gestión de documentos”, pero esta expresión está totalmente copada por otras realidades como la del software para la gestión de documentos o cuando se utiliza en el sentido más amplio por los sistemas de creación y control de documentos a nivel operativo.
Realmente, en inglés también se ha utilizado una triquiñuela lingüística para evitar llamar a las normas “records management systems”, y por lo tanto situarlo en el nivel operativo y en una determinada tradición de “records management”, a la que nuestros colegas australianos intentan superar con su concepto de “record keeping”.
No es fácil de explicar, ni para propios ni para extraños, pero esperemos poder encontrar una fórmula que al menos se parezca lo más posible a lo que se quiere decir.
Cómo citar este artículo:
Bustelo-RuestaCarlota. “Norma ISO 30300-Management systems for records”. Anuario ThinkEPI, 2011, v. 5, pp. ¿¿-??.

¿Los ricos son felices?


¿Los ricos son felices?

dinero-y-negocio.jpgMe gustaría leer un libro en el que se investigara la vida de todas las personas que algún día se hicieron ricos de forma inesperada (con una lotería, una herencia o cualquier otro golpe de suerte fortuito). Bucear en sus biografías más íntimas a fin de clarificar de una vez por todas aquello de que “los ricos también lloran.
Hasta que alguien se anime a escribir un libro así, podemos recurrir a algunos datos para saber si realmente los ricos son felices. O, al menos, son más felices que los no ricos.
Diversas investigaciones han sugerido que el dinero no la felicidad (¿acaso hay algo que da LA felicidad?), sino subidones de euforia que duran poco tiempo: a la larga, quienes han ganado mucho dinero, acaban regresando al nivel de felicidad que ya tenían de partida (hasta cierto punto, la felicidad general viene impuesta por los genes).
Así pues, ¿no importa si tenemos dinero? Importa hasta cierto punto. Si la falta de dinero no nos permite alcanzar los niveles mínimos de supervivencia (alimentación, vivienda, etc.), entonces la falta de dinero nos hace infelices. Pero una vez tenemos determinada suma de dinero para sobrevivir y tener las necesidades básicas cubiertas, tener más dinero no incrementa nuestro grado de felicidad: una persona que gana 3.000 euros al mes es tan feliz, en principio, como una persona que gana 30.000 euros al mes. 
En psicología, se entiende por “adaptación” el proceso de habituarse a algo de tal manera que acaba siéndonos familiar. Nuestras circunstancias son importantes, pero a menudo, gracias a la adaptación psicológica, importan menos de lo que cabría esperar.
dinero.jpgTodo lo he leído, por ejemplo, acerca de ganar la lotería está encaminado hacia una misma dirección: no cambia realmente la vida de las personas.
No sólo tendría que ahuyentar a los “amigos” perdidos hace tiempo que de pronto saldrían vete a saber de dónde, sino que además tendría que hacer frente al inevitable hecho de la adaptación: el arrebato inicial no duraría porque el cerebro no lo permitiría.
Por ejemplo, un estudio reciente ha sugerido que la gente que gana más de 90.000 dólares al año no es más feliz que la que está en la franja entre los 50.000 y los 89.999 dólares. Un reciente artículo de The New York Times describía un grupo de apoyo para multimillonarios.
Otro estudio informaba de que si bien la renta familiar media en Japón se incrementó por un factor de cinco entre 1958 y 1987, el nivel de felicidad manifestado por la población no cambió en absoluto; pese a toda esa renta de más, no hubo más felicidad. (…) A menudo los nuevos bienes materiales aportan un enorme placer inicial, pero pronto nos acostumbramos a ellos; al principio, puede que sea una experiencia extraordinaria conducir ese Audi nuevo, pero al final, como ocurre con cualquier otro vehículo, será un simple medio de transporte.
Esto tiene mucho sentido desde el punto de vista de la evolución: si nuestros antepasados hubieran alcanzado una felicidad absoluta o un nirvana con alguno de sus logros (un cueva confortable, una casa de adobe caliente, una plantación de cereales suficiente, etc.), sencillamente la humanidad se hubiera quedado estancada en ese punto, porque, si ya estamos bien, ¿para qué seguir buscando nuevos horizontes?
A todo esto, además, hay que sumar otro factor: cuantas más cosas son las que podemos conseguir (normalmente porque las tienen los demás), mayor es nuestra ansiedad (y por tanto infelicidad) por conseguirlas. En otras palabras, no importa la riqueza absoluta, sino la renta relativa.
La mayoría de la gente preferiría ganar 70.000 dólares en un empleo donde el ingreso medio de sus compañeros de trabajo fuera de 60.000 dólares, a ganar 80.000 dólares en un empleo donde el ingreso medio de sus compañeros de trabajo fuera de 90.000. Conforme aumenta la riqueza total de una comunidad, se incrementan las expectativas individuales.
Podéis leer más sobre la felicidad y cómo influyen los bienes materiales en ella en otros artículos que escribí hace tiempo: La felicidad es elástica y La infelicidad de quererlo todo.
Vía | Kluge de Gary Marcus

¿Los ricos son felices?


¿Los ricos son felices?

dinero-y-negocio.jpgMe gustaría leer un libro en el que se investigara la vida de todas las personas que algún día se hicieron ricos de forma inesperada (con una lotería, una herencia o cualquier otro golpe de suerte fortuito). Bucear en sus biografías más íntimas a fin de clarificar de una vez por todas aquello de que “los ricos también lloran.
Hasta que alguien se anime a escribir un libro así, podemos recurrir a algunos datos para saber si realmente los ricos son felices. O, al menos, son más felices que los no ricos.
Diversas investigaciones han sugerido que el dinero no la felicidad (¿acaso hay algo que da LA felicidad?), sino subidones de euforia que duran poco tiempo: a la larga, quienes han ganado mucho dinero, acaban regresando al nivel de felicidad que ya tenían de partida (hasta cierto punto, la felicidad general viene impuesta por los genes).
Así pues, ¿no importa si tenemos dinero? Importa hasta cierto punto. Si la falta de dinero no nos permite alcanzar los niveles mínimos de supervivencia (alimentación, vivienda, etc.), entonces la falta de dinero nos hace infelices. Pero una vez tenemos determinada suma de dinero para sobrevivir y tener las necesidades básicas cubiertas, tener más dinero no incrementa nuestro grado de felicidad: una persona que gana 3.000 euros al mes es tan feliz, en principio, como una persona que gana 30.000 euros al mes. 
En psicología, se entiende por “adaptación” el proceso de habituarse a algo de tal manera que acaba siéndonos familiar. Nuestras circunstancias son importantes, pero a menudo, gracias a la adaptación psicológica, importan menos de lo que cabría esperar.
dinero.jpgTodo lo he leído, por ejemplo, acerca de ganar la lotería está encaminado hacia una misma dirección: no cambia realmente la vida de las personas.
No sólo tendría que ahuyentar a los “amigos” perdidos hace tiempo que de pronto saldrían vete a saber de dónde, sino que además tendría que hacer frente al inevitable hecho de la adaptación: el arrebato inicial no duraría porque el cerebro no lo permitiría.
Por ejemplo, un estudio reciente ha sugerido que la gente que gana más de 90.000 dólares al año no es más feliz que la que está en la franja entre los 50.000 y los 89.999 dólares. Un reciente artículo de The New York Times describía un grupo de apoyo para multimillonarios.
Otro estudio informaba de que si bien la renta familiar media en Japón se incrementó por un factor de cinco entre 1958 y 1987, el nivel de felicidad manifestado por la población no cambió en absoluto; pese a toda esa renta de más, no hubo más felicidad. (…) A menudo los nuevos bienes materiales aportan un enorme placer inicial, pero pronto nos acostumbramos a ellos; al principio, puede que sea una experiencia extraordinaria conducir ese Audi nuevo, pero al final, como ocurre con cualquier otro vehículo, será un simple medio de transporte.
Esto tiene mucho sentido desde el punto de vista de la evolución: si nuestros antepasados hubieran alcanzado una felicidad absoluta o un nirvana con alguno de sus logros (un cueva confortable, una casa de adobe caliente, una plantación de cereales suficiente, etc.), sencillamente la humanidad se hubiera quedado estancada en ese punto, porque, si ya estamos bien, ¿para qué seguir buscando nuevos horizontes?
A todo esto, además, hay que sumar otro factor: cuantas más cosas son las que podemos conseguir (normalmente porque las tienen los demás), mayor es nuestra ansiedad (y por tanto infelicidad) por conseguirlas. En otras palabras, no importa la riqueza absoluta, sino la renta relativa.
La mayoría de la gente preferiría ganar 70.000 dólares en un empleo donde el ingreso medio de sus compañeros de trabajo fuera de 60.000 dólares, a ganar 80.000 dólares en un empleo donde el ingreso medio de sus compañeros de trabajo fuera de 90.000. Conforme aumenta la riqueza total de una comunidad, se incrementan las expectativas individuales.
Podéis leer más sobre la felicidad y cómo influyen los bienes materiales en ella en otros artículos que escribí hace tiempo: La felicidad es elástica y La infelicidad de quererlo todo.
Vía | Kluge de Gary Marcus

Sex Differences in Wisconsin Schizotypy Scales: A Meta-analysis

14/ene/2011 Schizophrenia Bulletin. 2010 Mar;36(2):347-358.

Diferencias entre sexos en las Wisconsin Schizotypy Scales: Un metanálisis.

(Sex Differences in Wisconsin Schizotypy Scales: A Meta-analysis.)
Autor-es: Jouko Miettunen; Erika Jääskeläinen.
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Resumen

Estudios aislados previos han encontrado resultados inconstantes sobre las diferencias entre sexos en la esquizotipia positiva, de modo que las mujeres tienen en general puntuaciones mayores que los varones, mientras que en estudios de esquizotipia negativa con frecuencia se ha encontrado que los varones tienen mayores puntuaciones que las mujeres. Sin embargo, se desconoce la información sobre el efecto global.

En este estudio se utilizaron métodos metanalíticos para estimar las diferencias entre sexos en las Wisconsin Schizotypy Scales desarrolladas para medir los rasgos esquizotípicos y la propensión a la psicosis. También estudiamos el efecto de las características de la muestra sobre las posibles diferencias. Se obtuvieron muchos estudios sobre poblaciones sanas; el tamaño muestral mínimo necesario era 50.

De acuerdo con los resultados, los varones tuvieron mayores puntuaciones en las escalas de esquizotipia negativa, es decir, las escalas de anhedonia física (n = 23 estudios, tamaño del efecto, d de Cohen = 0,59, prueba de la z: p < 0,001) y de anhedonia social (n = 14, d = 0,44, p < 0,001). Las diferencias eran prácticamente inexistentes en las mediciones de esquizotipia positiva, es decir, las escala de ideación mágica (n = 29, d = - 0,01, p = 0,74) y de aberración perceptual (n = 22, d = - 0,08, p = 0,05). La diferencia entre sexos fue mayor en la escala de aberración perceptual (d = - 0,19 frente a d = - 0,03, p < 0,05) en estudios con muestras no formadas por estudiantes y formadas por personas de mayor edad.

Este estudio ha sido el primero que ha combinado estudios sobre diferencias entre sexos en estas escalas. Las diferencias entre sexos en la anhedonia social, tanto en muestras no clínicas como en la esquizofrenia, pueden relacionarse con un aspecto más amplio de los déficit sociales e interpersonales. Se deben tener consideración esos resultados cuando se utilicen estos instrumentos.

Acceso gratuito al texto completo.




Abstract

Previous single studies have found inconsistent results on sex differences in positive schizotypy, women scoring mainly higher than men, whereas in negative schizotypy studies have often found that men score higher than women. However, information on the overall effect is unknown.

In this study, meta-analytic methods were used to estimate sex differences in Wisconsin Schizotypy Scales developed to measure schizotypal traits and psychosis proneness. We also studied the effect of the sample characteristics on possible differences.

Studies on healthy populations were extensively collected; the required minimum sample size was 50. According to the results, men scored higher on the scales of negative schizotypy, ie, in the Physical Anhedonia Scale (n = 23 studies, effect size, Cohen d = 0.59, z test P < .001) and Social Anhedonia Scale (n = 14, d = 0.44, P < .001). Differences were virtually nonexistent in the measurements of the positive schizotypy, ie, the Magical Ideation Scale (n = 29, d = −0.01, P = .74) and Perceptual Aberration Scale (n = 22, d = −0.08, P = .05). The sex difference was larger in studies with nonstudent and older samples on the Perceptual Aberration Scale (d = −0.19 vs d = −0.03, P < .05).

This study was the first one to pool studies on sex differences in these scales. The gender differences in social anhedonia both in nonclinical samples and in schizophrenia may relate to a broader aspect of social and interpersonal deficits. The results should be taken into account in studies using these instruments.

Logran metales y plásticos más eficientes para captar energía

Logran metales y plásticos más eficientes para captar energía del sol

Científicos españoles trabajan en la elaboración de nuevas propiedades aplicables a la obtención de absorbedores solares con alta eficiencia en la captación solar. Los materiales cuya funcionalización se proponen son tanto metales como plásticos. Por el momento han obtenido resultados parciales, como el empleo de un tipo de material denominado cermet, compuesto por cerámica y metal.
El objetivo global del proyecto es diseñar y fabricar un colector con un absorbedor de superficie selectiva solar. Imagen: OLW
El objetivo global del proyecto es diseñar y fabricar un colector con un absorbedor de superficie selectiva solar, con una eficiencia térmica elevada, resistente a la corrosión ambiental, de fácil industrialización y de bajo coste, utilizando como sustrato metales o plásticos.
Un colector solar es cualquier dispositivo diseñado para recoger la energía irradiada por el sol y convertirla en energía térmica. El proyecto está enfocado a colectores de uso doméstico y se centra en el absorbedor, uno de los elementos de los captadores o colectores solares.
"El absorbedor absorbe la energía solar que llega, de manera que se calienta a una temperatura mayor que la ambiental y emite radiación térmica, lo que impide que su temperatura siga aumentando", señala el profesor José Ramos Barrado. Por eso se recubre con una capa que tiene como propiedad absorber mucho calor y emitir poco. La emitencia se puede reducir hasta un 6 o un 7%. Esto sería funcionalizar el absorbedor, que constituye una de las metas de estos investigadores.
Grupo de investigación del profesor de la Universidad de Málaga José Ramos Barrado. Foto: Sciencepics.
"Ya existen en el mercado dispositivos con estas características", señala el responsable del estudio, "pero la capa que recubre los absorbedores se fabrica fuera de España". El equipo pretende fabricar las capas por procedimientos que no requieran una fuerte inversión por parte de la industria, que sean económicamente rentables.
Los científicos están actuando sobre absorbedores de metal y de plástico, para lo cuál emplean diferentes técnicas en función del material a tratar. Para el metal utilizarán un procedimiento de bajo coste, el spray pirolisis (romper por calor), por el que se obtiene la capa deseada a partir de la pirolisis química de un precursor que es depositado sobre el metal mediante el spray de soluciones acuosas de dicho precursor. "Se trata de un método económico, fácil de hacer sobre cobre o aluminio e industrialmente barato", señala Ramos Barrado.
El grupo tiene una larga experiencia en el empleo del spray pirolisis, que en este proyecto está a medio camino entre una técnica industrial y una de laboratorio, porque lo han utilizado sobre superficies grandes, de un metro o metro y medio, casi escalado a nivel industrial.
Por otra parte, para los absorbedores de plástico se emplea un método llamado magnetron sputtering. Una máquina hace un vacío elevado y por evaporación física se evapora la sustancia que se quiere poner encima del plástico (varias capas). La técnica es cara, pero permite la funcionalización de plásticos al no requerir elevadas temperaturas para la formación de las capas.
Beneficios de la tecnología
Una de las pretensiones de los científicos al desarrollar este estudio es conseguir un método transferible directamente a la industria andaluza, un sistema industrialmente viable y patentar su tecnología.
Las consecuencias para el medio ambiente de la aplicación de esta tecnología serían positivas, ya que los colectores potencian el empleo de energía solar térmica y fotovoltaica, con lo que harían disminuir el consumo de otro tipo de energía más contaminante. Y los métodos de spray pirolisis y magnetron sputtering tampoco son contaminantes.
"Además, el beneficio para la industria solar y de módulos o elementos de fachada es indudable, ya que se pondrían a disposición nuevos absorbedores solares que pueden actuar como elementos constructivos con nuevos fines estéticos", señala Ramos Barrado. Esto tendría su impacto positivo en la sociedad por posibilitar nuevos dispositivos solares que a su vez podrían ser económicamente muy competitivos.
Fuente: AI