jueves, 9 de diciembre de 2010

oxigenoterapia hiperbarica

Indicaciones actuales de la oxigenoterapia hiperbárica
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Estado actual del tratamiento con oxígeno hiperbárico de las enfermedades del aparato locomotor en medicina del deporte
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Gangrena de Fournier: de urgencia urológica hasta el departamento de cirugía plástica
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NEUMOLOGIA_2

Combinación de fibrosis pulmonar y enfisema
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Diagnóstico y tratamiento del derrame pleural
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Hemorragias alveolares difusas pulmonares
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Normativa sobre el diagnóstico y tratamiento del neumotórax espontáneo
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La clínica vista a través de Archivos: las notas clínicas del 2009
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Ecografía torácica
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Utilidad de la ecografía torácica en una unidad de técnicas respiratorias
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Guías éticas de investigación en biomedicina

"Guías éticas de investigación en biomedicina"
Autor: Comité de Ética del Instituto de Investigación de Enfermedades Raras
Edición: Comité de Ética del Instituto de Investigación de Enfermedades Raras, 2010.
Esta obra contiene las directrices éticas sobre la creación y uso de registros con fines de investigación biomédica y las recomendaciones sobre los aspectos éticos de las colecciones de muestras y bancos de materiales humanos con fines de investigación biomédica.

El Sol lanza ataques furtivos


El Sol lanza ataques furtivos
El Sol puede convertirse en una terrible amenaza cuando envía enormes chorros de plasma hacia la Tierra. Una tormenta solar muy potente, que, en el peor de los escenarios, podría acabar con nuestros sistemas energéticos y de comunicaciones, se espera para 2012, según un informe de la NASA.
FUENTE | ABC Periódico Electrónico S.A.09/12/2010
Los astrónomos trabajan para poder predecir esos arrebatos cósmicos con unas seis horas de antelación, pero quizás no sea posible en todos los casos. Una nueva investigación señala que un tercio de las explosiones del astro rey son «ataques furtivos» que pueden ocurrir sin previo aviso. El inquietante estudio aparece publicado en la revista Astrophysical Journal.

«Si los 'hombres del tiempo espacial' se fijan en algunos de los signos tradicionales de peligro, se perderán una importante parte de las erupciones solares», asegura Suli Ma, investigador del Centro Harvard-Smithsoniano para Astrofísica (CfA, por sus siglas en inglés). Para llegar a esta conclusión, Ma y sus colegas analizaron 34 erupciones solares durante ocho meses con la ayuda de las naves espaciales gemelas STEREO (Solar Terrestrial Relations Observatory), lanzadas en 2006 por la NASA y que permiten estudiar el Sol desde dos ángulos diferentes al mismo tiempo. Una de las sondas idénticas está situada delante de la Tierra, y la otra, detrás, lo que proporciona una «visión en estéreo» de nuestra estrella.

Este sistema es perfecto para estudiar las eyecciones de masa coronal, grandes explosiones de mil millones de toneladas de partículas hacia el espacio lanzadas a una velocidad superior a un millón de millas por hora. Cuando las partículas cargadas llegan a la Tierra, interactúan con el campo magnético de nuestro planeta, lo que podría crear una tormenta geomagnética. Este fenómeno puede interferir con las comunicaciones por satélite e interrumpir las redes de energía, o incluso bloquear nuestros satélites en órbita.

Antes de utilizar el sistema STEREO, los científicos pensaban que estas eyecciones iban acompañadas de señales de advertencia como erupciones (pequeñas explosiones acompañadas por la radiación de alta energía), el oscurecimiento de la corona solar o la aparición de filamentos (largos lazos de plasma que surgen violentamente de la superficie del Sol). De esta forma, creían que al observar estas señales podrían predecir una erupción inminente.

COMO PREDECIR UN TORNADO

Sin embargo, no parece tan fácil. La nueva investigación ha descubierto que once de las 34 erupciones solares observadas por las sondas gemelas son «furtivas», es decir, que no pudieron ser identificadas con antelación. Por lo tanto, cualquier sistema diseñado para anticiparse a las tormentas solares podría fallar una de cada tres veces.

«Los meteorólogos pueden advertir de la llegada de un huracán con días de antelación, pero sólo tienen unos minutos para predecir un tornado», explica el astrónomo Leon Golub, del CfA. «En la actualidad, la previsión del clima espacial se parece más a las advertencias de un tornado. Podemos saber que una erupción es inminente, pero no podemos decir exactamente cuándo va a suceder. Y a veces nos cogen por sorpresa».

El equipo trabaja ahora por encontrar nuevas pistas que hayan pasado inadvertidas y que puedan avisarnos de que esta amenaza se nos viene encima. Prepararnos para afrontarla puede ser una cuestión de supervivencia. 

Más allá de la genética


Más allá de la genética
La genética por sí sola no basta para dar explicación a determinadas preguntas. ¿Por qué el ADN de una persona, al cabo de los años y, al margen de mutaciones, deja de funcionar correctamente y determinados genes comienzan a fallar? ¿Por qué dos gemelos idénticos tienen la misma carga genética pero distinta reacción a las mismas enfermedades?
FUENTE | El País Digital09/12/2010
La respuesta está en la epigenética, un conjunto de señales bioquímicas que, a modo de interruptores, activan o apagan la función de los genes y que se han convertido en uno de los campos que mayores expectativas han producido en la biomedicina. La investigación oncológica es, de momento, la más beneficiada por este nuevo enfoque, especialmente en el tratamiento de leucemias y linfomas. Pero existen trabajos en otras parcelas, como las enfermedades raras o la comprensión del envejecimiento.

Pese a que queda mucho aún por conocer de estos mecanismos, cada vez son más las publicaciones en las revistas especializadas que analizan estos procesos, hasta el punto que a imagen del Proyecto Genoma Humano, que en 2001 acabó con la secuenciación del ADN, existe el Proyecto Epigenoma Humano, un consorcio científico para poner en común los hallazgos de los distintos grupos de trabajo.

Thomas Jenuwein, investigador de epigenética del Instituto de Inmunología Max Planck de Alemania, compara la genética con un libro. Una vez escrito, el texto (la secuencia de bases que forman los genes: agctaggtc... y que representa la información genética de un organismo) será el mismo en todas las copias que se distribuyan entre los lectores. Pero cada lector los interpretará de forma distinta y sentirá diferentes emociones. De la misma forma, la epigenética permitiría distintas interpretaciones del mismo molde (texto) en función, por ejemplo, de las diferentes condiciones de vida de la persona.

Manel Esteller, director del grupo de epigenética y biología del cáncer del Institut d'Investigació Biomèdica de Bellvitge y uno de los referentes mundiales del estudio epigenético, prefiere el símil de una partida de cartas. "Los naipes que recibe el jugador cuando nace sería la genética, que se hereda el 50% del padre y el 50% de la madre, más o menos", comenta. "Recibir buenas cartas es importante, pero también lo es cómo cada jugador hace uso de ellas. Esto es la epigenética, y tiene que ver con los estilos de vida". Igual que se puede tener una buena mano y echarla a perder por ser demasiado agresivo, poco inteligente o calcular mal las fuerzas, lo mismo puede suceder con la genética si, pese a ser buena, se desperdicia por tener malos hábitos de vida. Al contrario, se puede contar con malas cartas pero jugar bien las bazas y ganar la partida: una vida más larga y con mejor salud.

"La genética nos da una tendencia a ser y a desarrollar determinadas enfermedades, pero todo ello es modulable por el ambiente", aclara el investigador, que recibió el premio Carmen y Severo Ochoa 2009. ¿Cómo se traduce esta influencia del entorno en el ADN? "Añadiendo marcas químicas al genoma, que no varía, y que se traduce en un cambio de comportamiento de los genes".

Una de las principales marcas químicas es la metilación. "Hasta hace poco se creía que nuestro ADN era una combinación de cuatro piezas: a, c, g, t", comenta. "Ahora sabemos que existe una quinta que es la metil-c". Esta pieza, como la llama Esteller, es un grupo químico metilo (un átomo de carbono y tres de hidrógeno) que se asocia con el silenciamiento de los genes. Al unirse a un gen (a la c, la citosina), funciona como un interruptor y lo apaga sin alterar el orden de las bases, por lo que evita que se exprese.

Otro elemento clave en la regulación epigenética está relacionado no con los genes, sino con unas proteínas encargadas de empaquetarlos para que quepan en el núcleo celular. La representación gráfica convencional del ADN suele ser la de una doble hélice desplegada. De esta forma, el material genético ocuparía tres metros en línea recta. Para envasarlo en el núcleo de una célula, de un diámetro medio de 1,7 micras, este material genético necesita estar comprimido para formar un ovillo y encajar en las minúsculas dimensiones del núcleo. De ello se ocupan unas proteínas llamadas histonas. Hasta hace poco, se creía que tenían una función pasiva y solo servían para embalar los genes. Pero son mucho más importantes. Si hay alteraciones en estos empaquetadores de ADN (metilaciones) los genes estarán demasiado comprimidos (y no se expresarán) o muy relajados (y sí lo harán).

Todos estos mecanismos son básicos para el funcionamiento normal de las células. Por ejemplo, para evitar la expresión de secuencias de ADN parasitarias adquiridas tras millones de años de evolución o para ayudar a que en cada tejido se activen los genes que corresponden. El problema llega cuando se producen alteraciones en este engranaje y se trastorna el comportamiento de los genes, lo que puede desembocar en el desarrollo de enfermedades.

En el cáncer, por ejemplo, hay metilaciones en determinados genes y en histonas, lo que se traduce en que genes con capacidad de proteger frente a tumores se silencien. "Uno de los aspectos más interesantes y útiles de estos hallazgos es que son procesos reversibles", apunta Esteller. "Se puede quitar las marcas químicas añadidas, como los metilos, que silencian al gen, para que vuelva a expresarse y nos siga protegiendo contra la aparición de un tumor".

Ya hay cinco fármacos aprobados para tratar ciertas formas de leucemias y linfomas basados en esta filosofía. Blindan los genes para impedir que los grupos metilo se unan a ellos y los silencien, y protegen las histonas para que los empaquetadores de genes funcionen de forma adecuada. Esteller destaca el éxito que han tenido estos medicamentos. "En los linfomas cutáneos, no solo se ha logrado aumentar la esperanza de vida de los pacientes, sino también su calidad de vida", apunta el investigador catalán. Esteller pone el ejemplo del síndrome mielodisplásico (la médula no fabrica suficientes glóbulos rojos sanos) para el que están indicados y que antes de estos compuestos carecían de otro tratamiento que no fueran los cuidados paliativos.

Esta es la parte positiva. La negativa es que, de momento, la ciencia se encuentra dando los primeros pasos en el uso de medicamentos epigenéticos y, en cierta medida, lo hace dando pasos de ciego. "Aún son tratamientos muy poco específicos", apunta Oskar Fernández-Capetillo, del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), quien junto a Esteller participó en junio pasado en un simposio internacional de epigenética organizado por la Universidad de València, la Fundación del hospital Clínico de Valencia y el Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Raras (Ciberer).

Fernández-Capetillo comenta que un problema epigenético se puede limitar a un gen en concreto (el que está trabajando más o menos de lo que debería). Sin embargo, para corregir este problema, las medicaciones actuales alteran todo el genoma. "Por ejemplo, se inhibe la metilación en los 30.000 genes además del que nos interesa, por lo que estaríamos matando moscas a cañonazos". Este investigador insiste en que se está comenzando a entender cómo funcionan estos mecanismos, algo en lo que coinciden todos los investigadores.

Se sabe que existen estas huellas químicas (metilación de genes, acetilación, metilación o fosforilación de histonas, entre otras) pero no cuántas hay y cómo influyen en el comportamiento de los genes, lo que resulta muy importante para poder buscarlas y relacionarlas con la manifestación de enfermedades. También se desconoce, en lo que se refiere al cáncer, si este tipo de alteraciones son específicas de determinados tumores, o si son más frecuentes en unos u otros (colon, mama, próstata).

De lo que sí hay evidencias es de que "factores externos que provocan alteraciones genéticas también provocan alteraciones epigenéticas", según Esteller. El tabaco, que está detrás del 30% de los tumores, altera la metilación del ADN, como también la radiación solar excesiva. ¿Y el estrés? ¿Altera el equilibrio epigenético de un cuerpo sano? "No hay pruebas concluyentes en los factores emocionales o psicológicos. Hay datos que sugieren que podría ser así, pero faltan estudios científicos que lo demuestren", sostiene. "Lo que está demostrado es que sí influyen los estilos de vida relacionados con la alimentación; por ejemplo con el abuso de alcohol". Esteller comenta que los alcohólicos tienen un genoma hipometilado, es decir, menos de lo que debieran. Mientras que los grandes fumadores, "incluso sin cáncer de pulmón presentan una metilación aberrante, el doble que la gente normal. Lo mismo sucede con los mineros de uranio".

El campo de la oncología es donde más se ha avanzado en el conocimiento epigenético del cuerpo humano. Además, de las leucemias y los linfomas, en el 90% de los casos de cáncer de próstata se ha detectado que un conocido gen supresor de este tipo de tumores, el GSTP1, estaba desactivado (metilado).

Pero los investigadores también trabajan en otras áreas del conocimiento relacionadas con la epigenética, como el envejecimiento o las enfermedades raras. En el primer caso, estudios con modelos animales en los que se ha inducido envejecimiento prematuro han roto algunos de los esquemas preconcebidos sobre este proceso. Existe el concepto extendido de que el envejecimiento está relacionado con daños acumulados en el ADN a lo largo de los años y la incapacidad de las células madre de regenerar lesiones. Sin embargo, en ratones manipulados, el equipo de Fernández-Capetillo no encontró lesiones en el ADN. "Era un hallazgo contraintuitivo", comenta. Lo más sorprendente es que sí se detectaron lesiones en el ADN de los tejidos embrionarios. "Ligando estas dos ideas, solo se explicarían si en el útero se hubieran producido marcas epigenéticas que hayan hecho envejecer a los ratones", comenta. Este trabajo le valió a Fernández-Capetillo el premio Eppendorf-Nature al Joven Investigador Europeo 2009.

Otros grupos, como el de José Luís García Giménez, liderado por el catedrático de Medicina Federico Pallardó, del Ciberer de Valencia, estudian cómo afectan los mecanismos epigenéticos en enfermedades raras como la disqueratosis congénita o el síndrome de Werner, que cursan con envejecimiento prematuro. Estos investigadores se han centrado en unas modificaciones químicas de las histonas poco conocidas. Y confían en que su comprensión permita entender mejor los mecanismos que dan lugar no solo a estas enfermedades, el envejecimiento o el cáncer, sino nuevas estrategias terapéuticas en enfermedades con fuerte componente epigenético.

Hace una década de la secuenciación del genoma humano. El hombre pudo leer por vez primera "el plan de la creación divina", como lo definió el ex presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton. Pero a este libro de la vida la faltaban la gramática y la ortografía para comprenderlo, como ha comentado Esteller en alguna ocasión: "Era un inmenso telegrama sin signos de puntuación". La misión de la epigenética es dar sentido a estas palabras y poner en valor la influencia del ambiente en la genética. En ello trabaja el Proyecto del Epigenoma Humano, para ofrecer una interpretación real del ADN.

Autor:   Jaime Prats

Una nueva bacteria de vida extrema, en el casco del 'Titanic'


Una nueva bacteria de vida extrema, en el casco del 'Titanic'
Antonio Ventosa es el padre y máximo experto mundial en el grupo de bacterias al que pertenece el organismo capaz de vivir del arsénico descubierto la semana pasada. Se trata del género 'Halomonas', un conjunto de especies capaces de vivir en condiciones de alta salinidad.
FUENTE | El Mundo Digital09/12/2010
Ventosa lleva más de 30 años dedicado al estudio y clasificación de estas bacterias y en ese tiempo se ha convertido en la primera referencia mundial para este grupo. Desde que se descubrieron por primera vez en las Antillas Holandesas en 1980, él y su equipo han identificado y descrito la gran mayoría de las 66 especies pertenecientes a este género.

Por ese motivo ha tenido la gran oportunidad de realizar el trabajo que acaba de publicar, junto a su colaboradora Cristina Sánchez-Porro, en el número de diciembre de la revista 'International Journal of Systematic and Evolutionary Microbiology', "el Science de la taxonomía de bacterias", como él mismo la describe a ELMUNDO.es. Se trata del descubrimiento de una especie nueva, llamada 'Halomonas titanicae' y que supone el número 66 del grupo, en el casco del pecio más famoso de la Historia, el del siniestrado y archiconocido 'Titanic'.

BIOCORROSIÓN

Desde hace tiempo, un grupo científico de la Universidad de Halifax (Canadá), situada cerca del lugar donde descansan los restos del mayor barco de pasajeros de principios del siglo XX, estudia el efecto que pueden tener las bacterias sobre el acero en el proceso de corrosión. En una de las inmersiones de un submarino ruso hasta el pecio los investigadores canadienses lograron que se tomasen muestras de una de las estructuras esponjosas creadas en el proceso de corrosión sobre el casco del barco hundido en 1912.

Cuando los investigadores canadienses se pusieron manos a la obra a identificar organismos vivos en ese pedazo de metal arruinado por la biocorrosión, se dieron cuenta de que allí había seres vivos que podían estar relacionados con las 'Halomonas'. De forma que enviaron las muestras a Sevilla, al laboratorio que dirige Antonio Ventosa en la Facultad de Farmacia de la Universidad de Sevilla.

"Efectivamente allí había 'Halomonas', pero cuando nos pusimos a identificarla nos dimos cuenta de que se trataba de una especie nueva que nadie había encontrado hasta ahora", explica Ventosa. «Le pusimos el nombre de 'titanicae' en honor al curioso sitio donde se había encontrado».

Al margen de la anécdota del 'Titanic', las condiciones ambientales en las que fue encontrada la bacteria eran especialmente duras. El pecio del mítico barco fue encontrado en el océano Atlántico a casi 3.800 metros de profundidad, con las condiciones de presión, salinidad y ausencia de luz que esto conlleva.

Estas características convierten a la nueva bacteria en un organismo extremófilo, es decir, que es capaz de vivir en condiciones extremas bajo las cuales la mayoría de los seres vivos no podrían vivir. Este tipo de formas de vida son utilizadas por los científicos como modelo de la vida que podría haber en otros planetas o satélites del sistema solar.

Autor:   Miguel G. Corral

Encuentran patrones matemáticos para predecir terremotos


Encuentran patrones matemáticos para predecir terremotos
Investigadores de la Universidad Pablo de Olavide (UPO) y la de Sevilla (US) han encontrado patrones de comportamiento que se producen antes de un terremoto. La investigación, que publica la revista Expert Systems with Applications, podría permitir descubrir patrones que ayuden a predecir terremotos. No obstante, los autores reconocen la imposibilidad de predecir un terremoto con un 100% de acierto.
FUENTE | CORDIS: Servicio de Información en I+D Comunitario09/12/2010
La investigación parte de los datos recogidos por el Instituto Geográfico Nacional sobre 4.017 terremotos, de magnitudes entre 3 y 7 en la escala Richter, ocurridos en la Península Ibérica y mares que la rodean entre 1978 y 2007. El equipo ha utilizado técnicas matemáticas de agrupamiento (clustering) para predecir movimientos sísmicos de magnitud media o alta cuando confluyen determinadas circunstancias.

«Mediante técnicas matemáticas hemos encontrado patrones para la ocurrencia de terremotos de magnitud media-alta, es decir, superiores a 4,4 en la escala Richter», revela Francisco Martínez Álvarez, coautor del estudio y profesor de la UPO.

Los científicos aplicaron sobre los registros técnicas matemáticas de agrupamiento, lo que permite encontrar similitudes entre ellos y descubrir indicios que ayuden a predecir seísmos.

El equipo se centró en las dos zonas sismogénicas con más datos, el Mar de Alborán y el área Azores Occidental-Falla de Gibraltar, y analizó tres atributos fundamentales: la magnitud del seísmo, el tiempo transcurrido desde el último terremoto y lo que varía de un movimiento sísmico a otro un parámetro denominado «b-value».

Éste refleja la tectónica de la región analizada. Un valor alto del «b-value» significa que predomina el número de terremotos de pequeña magnitud y, por tanto, el terreno tiene una baja resistencia. Por el contrario, un valor bajo indica que el número relativo de seísmos grandes y pequeños es similar, lo que implica una mayor resistencia del suelo.

«Hemos descubierto la fuerte relación que existe entre los seísmos y el parámetro "b-value", llegando a alcanzar tasas de acierto superiores al 80%», destaca Antonio Morales Esteban, uno de los autores y profesor en la Universidad de Sevilla. «Una vez realizados los cálculos, si se dan las circunstancias y secuencias que hemos determinado como patrones precursores, la probabilidad de acierto que obtenemos es significativa.»

La técnica sintetiza las predicciones en dos factores: sensibilidad y especificidad. La sensibilidad es la probabilidad de que ocurra un terremoto tras suceder los patrones detectados, mientras que la especificidad es la probabilidad de que, no habiendo ocurrido el patrón, no haya terremoto.

Los resultados reflejan una sensibilidad del 90% y una especificidad de 82,56% para la zona del Mar de Alborán, y del 79,31% y 90,38% respectivamente para el área sismogénica Azores Occidental-Falla de Gibraltar. Es decir, en estas regiones los terremotos suceden justo después de los patrones descubiertos con una gran probabilidad (sensibilidad alta) y, además, la mayoría de las veces que ocurren, lo hacen sólo después de los patrones descubiertos (especificidad también alta).

El equipo está analizando los mismos datos mediante algoritmos propios basados en «reglas de asociación», otras técnicas matemáticas que se usan para descubrir sucesos comunes o que cumplen condiciones concretas dentro de un conjunto de registros.

«Los resultados están siendo prometedores, si bien creo que nunca podremos afirmar que somos capaces de predecir un terremoto con un 100% de acierto», reconoce el Dr. Martínez Álvarez.

El genoma del feto en la sangre de la madre


El genoma del feto en la sangre de la madre
Una nueva técnica, cuya viabilidad acaba de probarse en China, podría servir en el futuro para realizar diagnósticos genéticos de un feto sin necesidad de emplear métodos invasivos, a partir de sólo una muestra de sangre de la madre.
FUENTE | El Mundo Digital09/12/2010
El estudio, dirigido desde la Universidad de Hong Kong (China) y publicado en 'Science Translational Medicine', fue capaz de determinar, a partir de un análisis de la sangre de la madre, que el futuro bebé tendrá talasemia menor, es decir, será portador de la enfermedad pero probablemente no desarrollará sus síntomas.

Hasta el momento, los análisis genéticos de los no nacidos se llevan a cabo mediante amniocentesis -o extracción de líquido amniótico del saco que rodea al feto- o bien con una técnica denominada MVC (muestra de vellosidades coriónicas). Ambas son invasivas y requieren la extracción de pequeñas muestras internas: si bien no suelen presentar problemas, tienen cierto riesgo de causar lesiones al feto.

El nuevo método parte de un hallazgo que se produjo hace más de una década: el ADN del feto se encuentra flotando, en pequeños fragmentos, en el plasma sanguíneo de la madre. "El descubrimiento, en 1997, de ADN fetal libre de células en el plasma maternal ha abierto nuevas posibilidades para el diagnóstico prenatal no invasivo", indican los autores, liderados por el doctor Dennis Lo desde la citada institución.

Desde entonces, se había mostrado en estudios que el ADN flotante del feto puede emplearse para buscar enfermedades hereditarias concretas, como el síndrome de Down. Pero la nueva investigación ha multiplicado potencialmente las posibilidades de estas pruebas, al ofrecer, por primera vez, un mapa completo de los genes del feto.

GENOMA COMPLETO

"Antes del presente trabajo, no estaba claro si el genoma fetal completo está representado en el plasma materno, ni si las proporciones relativas del ADN fetal y maternal son constantes", añaden los científicos. Su investigación ha zanjado ambas cuestiones de manera afirmativa: aunque muy fragmentado, el genoma del no nacido puede encontrarse entero en la sangre de la madre, la cual presenta siempre la misma proporción: el 90% del ADN que contiene es de la madre, y el 10% restante, del hijo.

La labor de separar el ADN del feto ha sido, según los expertos, como encontrar "una aguja en un pajar". Para ello, se han analizado 400.000 millones de moléculas de ADN contenidas en la muestra de sangre, mediante una técnica de secuenciación masiva en paralelo. Además, hubo que contar con datos genéticos tanto del padre como de la madre, y sólo a partir de toda esa información fue posible discernir el genoma del hijo.

En este caso, tanto el padre como la madre eran portadores de los genes de la talasemia, en concreto de su variante 'beta'. Sólo si el hijo hereda tanto la mutación de la madre como la del padre, desarrollará la forma mayor de la enfermedad. Lu y sus colegas pudieron determinar que el feto portaba en sus genes la mutación del padre, pero no así la de la madre, que era una variable diferente.

"Aunque todavía en fase de prueba de concepto, este estudio muestra que secuenciar el ADN del plasma maternal facilita una forma no invasiva de escanear todo el genoma en busca de problemas genéticos", aventuran los autores del estudio.

Autor:   Ángel Díaz

Complicaciones en obstetricia

Manejo de la hemorragia postparto
El manejo de hemorragia post-parto (HPP) implica el tratamiento de la atonía uterina, la evacuación de la placenta retenida o fragmentos de placenta, la cirugía debido a un traumatismo del canal uterino o el parto, el taponamiento con balón, el reemplazo de volumen efectivo y la terapia de transfusión, y en ocasiones, la embolización arterial selectiva. Este artículo tiene como objetivo la introducción de la hemorragia del embarazo y los cambios inducidos en la coagulación y la fibrinólisis y sus mecanismos de compensación pertinentes, la terapia de reemplazo de volumen, transfusión óptima de los productos sanguíneos, y concentrados de factores de coagulación, y, brevemente rescate celular, el manejo de la atonía uterina, las intervenciones quirúrgicas y la embolización arterial selectiva. Se prestará especial, la gestión respectiva, y el seguimiento se requieren en las mujeres con trastornos de la coagulación, tales como la enfermedad de von Willebrand, portadoras de hemofilia A o B, y deficiencias raras de factores de coagulación. También ofrecemos una propuesta de instrucciones prácticas en el tratamiento de la hemorragia postparto.

Management of post-partum haemorrhage
J. AHONEN, V. STEFANOVIC, R. LASSILA
Acta Anaesthesiol Scand 2010; 54: 1164-1178
Management of post-partum haemorrhage (PPH) involves the treatment of uterine atony, evacuation of retained placenta or placental fragments, surgery due to uterine or birth canal trauma, balloon tamponade, effective volume replacement and transfusion therapy, and occasionally, selective arterial embolization. This article aims at introducing pregnancy- and haemorrhage-induced changes in coagulation and fibrinolysis and their relevant compensatory mechanisms, volume replacement therapy, optimal transfusion of blood products, and coagulation factor concentrates, and briefly cell salvage, management of uterine atony, surgical interventions, and selective arterial embolization. Special attention, respective management, and follow-up are required in women with bleeding disorders, such as von Willebrand disease, carriers of haemophilia A or B, and rare coagulation factor deficiencies. We also provide a proposal for practical instructions in the treatment of PPH.

Enlace para leer todo el artículo en PDF:
La cesárea sin indicación médica se asocia con alto riesgo de evolución adversa a corto plazo de las madres: Encuesta mundial 2004-2008 de la OMS sobre salud materna y perinatal
Caesarean section without medical indications is associated with an increased risk of adverse short-term maternal outcomes: the 2004-2008 WHO Global Survey on Maternal and Perinatal Health
J P Souza, A M Gulmezoglu, P Lumbiganon, M Laopaiboon, G Carroli, B Fawole, P Ruyan and WHO Global Survey on Maternal and Perinatal Health Research Group
BMC Medicine 2010, 8:71doi:10.1186/1741-7015-8-71

Abstract (provisional)
Background. There is worldwide debate about the appropriateness of caesarean sections performed without medical indications. In this analysis, we aim to further investigate the relationship between caesarean section without medical indication and severe maternal outcomes. Methods. This is a multicountry, facility-based survey that used a stratified multistage cluster sampling design to obtain a sample of countries and health institutions worldwide. A total of 24 countries and 373 health facilities participated in this study. Data collection took place during 2004 and 2005 in Africa and the Americas and during 2007 and 2008 in Asia. All women giving birth at the facility during the study period were included and had their medical records reviewed before discharge from the hospital. Univariate and multilevel analysis were performed to study the association between each group's mode of delivery and the severe maternal and perinatal outcome. Results. A total of 286,565 deliveries were analysed. The overall caesarean section rate was 25.7% and a total of 1.0 percent of all deliveries were caesarean sections without medical indications, either due to maternal request or in the absence of other recorded indications. Compared to spontaneous vaginal delivery, all other modes of delivery presented an association with the increased risk of death, admission to ICU, blood transfusion and hysterectomy, including antepartum caesarean section without medical indications (Adjusted Odds Ratio (Adj OR), 5.93, 95% Confidence Interval (95% CI), 3.88 to 9.05) and intrapartum caesarean section without medical indications (Adj OR, 14.29, 95% CI, 10.91 to 18.72). In addition, this association is stronger in Africa, compared to Asia and Latin America.
Conclusions. Caesarean sections were associated with an intrinsic risk of increased severe maternal outcomes. We conclude that caesarean sections should be performed when a clear benefit is anticipated, a benefit that might compensate for the higher costs and additional risks associated with this operation.

 

Atentamente
Anestesiología y Medicina del Dolor

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Me reconocerás

Me quiere ....

La vida en 5 botellas

Armas de destrucción masiva

Al servicio del planeta

Banca