domingo, 11 de diciembre de 2011

Felicidades al Rincón del bibliotecario!!!!


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RINCON DEL BIBLIOTECARIO 300.000 visitantes!!!

RINCÓN DEL BIBLIOTECARIO La idea es crear un espacio para el comentario, la información, la reflexión, el conocimiento y la amistad entre los bibliotecarios del mundo. Se incluyen noticias y notas de actualidad relacionada con el libro, las bibliotecas, los bibliotecarios y el desarrollo per más »
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Por: Juan Carlos Fernández-Molina, Josep Vives-Gràcia, José Augusto Chaves Guimarães La  privilegiada situación de los bibliotecarios como intermediarios entre las fuentes de información y los usuarios, les convierte en los profesionales más adecuados para proporcionar, tant más »
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Si bien este decálogo de iniciativas fue realizado para fomentar a las Bibliotecas Populares algunos de sus puntos son  aplicables a cual quier tipo de bibliotecas. Ante el pedido de algunas Bibliotecas de contar con el resumen agrupado de todas las respuestas recibidas ante nuestro pedi.. más »
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Por: José Antonio Camacho Espinosa  La biblioteca escolar ofrece diferentes servicios con el objetivo de satisfacer las necesidades de la comunidad educativa. Por eso, debe mantenerse en un proceso de renovación y dinamismo constante, facilitando a sus usuarios tanto el acceso a sus inst. más »
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Por: Joaquín Rodríguez Una biblioteca escolar era (es, lo sigue siendo, pero hablaré en pasado, para intentar que la profecía se autoverifique e impulse el cambio) el lugar donde se encarnaba una pedagogía y una lógica de la lectura apegada a la compartimentación, la linealidad y el aisla más »
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Fuente: Boletín UNAM-DGCS-667)  Según una experta filóloga mexicana, los jóvenes de hoy usan entre 300 y 1500 palabras para comunicarse; en el caso de hablantescultos, suelen emplear alrededor de cinco mil vocablos, aunque su conocimiento pasivo de vo más »

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Por: Karol Assunção "En clases con episodios importantes de violencia física o verbal los educandos muestran sus peores desempeños que en clases con menor violencia?. Ésta es una de las conclusiones del estudio América Latina: violencia entre estudiantes y desempeño escolar, publica más »
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El fenómeno de una baja de asistencia de estudiantes de secundaria a las Bibliotecas, para investigar, comenzó a decrecer hace unos años. Con el programa Conectar Igualdad que permitió acceder a las tecnologías digitales con facilidad, los chicos ya no son asiduos visitantes de las bibliotecas. más »

Bibliotecas


La biblioteca, el otro gran legado de Carlos Moncaut
Lanacion.com (Argentina)
De día trabajaba como visitador médico de un laboratorio (había estudiado en La Plata); en sus horas libres visitaba bibliotecas, archivos, museos, estudiaba "lo que parece poco importante en la historia tradicional y que para mí es esencial". ...
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La biblioteca pública cuenta con 128 libros más
El Norte de Castilla
La biblioteca pública de Pedrajas de San Esteban ha incrementado sus fondos bibliográficos y audiovisuales gracias a una donación de la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas del Ministerio de Cultura. La donación, solicitada por el ...
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Ministerio de Educación dictará curso sobre bibl...
Confirmado.net
El Sistema Nacional de Bibliotecas (SINAB) del Ministerio de Educación dictará el curso “Bibliotecasdigitales & documentos electrónicos”, que se realizará del 12 al 16 de diciembre en las instalaciones de esta cartera de Estado. ...
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Colocan tradicional Nacimiento en la biblioteca nacional
La Tribuna.hn
También se pueden apreciar iglesias, oficinas de correo, centros de salud, bibliotecas, aeropuertos y estaciones policiales de diversos puntos de Honduras, sin faltar Santa Claus, sus renos y el gracioso muñeco de nieve Frosty. ...
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La Tribuna.hn
Los tesoros de archivos históricos, en el Soumaya
Informador.com.mx
La Fundación Carlos Slim y la Asociación Mexicana de Archivos y Bibliotecas, AC presentan alrededor de 500 obras entre las que destacan libros, documentos, óleos, fotografías, instrumentos musicales y objetos de 23 sedes; con la que el Soumaya celebra ...
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Informador.com.mx
Cierra encuentro de sikuris en Potrerillos con un recital
Los Andes (Argentina)
Está organizado por los grupos de Sikuris de Mendoza, la Biblioteca Armando Tejada Gómez de Potrerillos y la Colubip (Comisión Lujanina de Bibliotecas Populares) con asiento en Luján. El sikus es, más allá de un instrumento musical, una herramienta y ...
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Un total de 460 reclusos se forman en el centro de la prisión, la ...
Europa Press
De otro lado, el centro educativo cuenta además con planes específicos como el Plan de Lectura y Biblioteca escolar, que están montando y organizando varias bibliotecas en distintos módulos abiertas y no sólo para los alumnos de Ceper, a la par que se ...
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Europa Press
El arte de la mano de ciegos y disminuidos visuales
El Tribuno.com.ar
Concluyó esta semana el taller de fotografía para ciegos, Puentes de Inclusión del Proyecto Integrar 2011, en el salón auditorio Walter Adet de la Coordinación deBibliotecas. Este es el segundo año de concreción del Proyecto Integrar. ...
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El Tribuno.com.ar

 
¡¡Exijamos lo Imposible!!: Los políticos tiene bibliotecas que no leen
según asmodeo
Los políticos tiene bibliotecas que no leen. ¡¡Exijamos lo Imposible!! Libros y Poder. Juan Villoro. En los países que no leen, los libros adquieren insólito prestigio; son como talismanes que otorgan un poder desconocido. El caso de Enrique ...
¡¡Exijamos lo Imposible!!

[Identidad Bibliotecaria] Lo que importa no es el libro, sino la lectura



Cory Doctorow no podría tener más razón cuando, en el prólogo a su multipremiada novela Someone Comes to Town, Someone Leaves Town, dice que hay que ser muy poco imaginativo para conjeturar que en el futuro habrá dispositivos de lectura que simularán la experiencia del libro de papel. Unas líneas más abajo admite, con la humildad de los que saben en serio, que "el negocio y la práctica social de los e-books será mucho, pero mucho más extraña que eso (...). De hecho, creo que probablemente será demasiado extraña para que podamos imaginarla hoy".

Cory no es uno de esos gurús que con solemne religiosidad venden humo de colores. Medio millón de copias de su primera novela se distribuyeron sin cargo en forma electrónica. Medio millón. Cualquiera anticiparía que eso afectó las ventas de su libro. Pero ocurrió exactamente lo contrario. Someone Leaves Town va por la quinta reimpresión.

Ouch.
Pero no voy a hablar de cómo diseñar modelos de negocio correctos en un mundo donde todo lo que llamamos información se ha convertido en cadenas de unos y ceros. No aquí, al menos.

Hay algo más, más profundo, quizás más complejo y más perturbador, y que debería preocuparnos más que el aspecto y la forma de comercialización de los libros del futuro. Me refiero a la lectura.

Difícil, aburrido, agotador
En varias ocasiones durante los meses últimos, quizá por el debate que coordiné en agosto para LA NACION en el Malba sobre e-books, me he encontrado conversando con gente de la tecnología y de la cultura sobre el futuro del libro. Y uno de los interrogantes sobre los que insistí es: ¿Pero qué nos importa en realidad, el libro o la lectura?
Sí, ya sé. Parece una obviedad. Nos importa la lectura. Que los chicos lean y todo eso. Pero una de las cosas geniales de las obviedades es que podemos tenerlas delante de las narices durante siglos sin percatarnos de que esconden alguna clase de secreto. Por ejemplo, el Sol no sale sobre el horizonte. Es la Tierra la que se está moviendo. Ya sabe lo que este simple hallazgo causó en su momento.

La lectura, me temo, oculta una clave parecida. Queremos que los chicos lean libros, ¿no? Bueno, hasta donde recuerdo, y quizás alguien tenga una experiencia diferente, aprender a leer no es ni remotamente fácil. Respirar es fácil. Correr es fácil y divertido. Reírse es fácil, divertido y contagioso. Que te cuenten una historia es de lo más lindo que hay. Recuerdo que solían contarme cuentos antes de dormir. Esto hizo que con el tiempo empezara a imaginar mis propias historias, mientras intentaba conciliar el sueño. Así que incluso escribir es más fácil que leer. (Dicho sea de paso, los que escribimos profesionalmente pasamos mucho más tiempo trabajando en la cabeza que en el teclado; tipear es la parte sencilla del asunto.)
Así que vamos a aclarar algo de una vez. Leer es difícil y aburrido para un chico. Difícil, aburrido y agotador.
Sí, sí, es muy bueno que lean libros, pero no alcanza con predicarlo, e intentar incentivar la lectura conduce a una paradoja.
Deme solo unos minutos más.

Tarzán y el Capitán Nemo

Recuerdo que cuando la primaria ya me había aclarado qué significaban esos signos sobre el papel, mi padre decidió que era hora de que abandonara las historietas y leyera libros. Mejor intencionado que asesor literario, me abrumó primero con Tarzán de los Monos y luego con 20.000 Leguas de Viaje Submarino. Recuerdo también mi primera impresión luego de intentar con esos volúmenes: Nunca jamás voy a poder leer libros. Nunca.
Esas dos obras tenían un número de problemas para un chico, como constaté muchos años después. Primero, el número de páginas era descomunal. La letra era pequeña. Y aquella traducción de Verne podría haber arrasado con mi neocórtex, si hubiera persistido en soportarla a tan corta edad.

Por suerte, tiendo a desobedecer. Y soy un hombre afortunado. Fue así como encontré, tras la segunda mudanza que experimenté de pequeño, una caja repleta de unos libros que, calculo que por higiene cultural, habían sido erradicados de la biblioteca, que en la nueva casa pasó a ocupar su propio cuarto.
La caja, exiliada al altillo, contenía una docena de libros de ciencia ficción de la más baja estofa, con coloridas tapas que mostraban monstruos horribles y astronautas de escafandra reluciente, nave espacial inverosímil y novia rubia.
No pasaban nunca de las 120 páginas, en el más desproporcionado de los casos, y la letra era bien grande. Las historias, bueno, qué le puedo decir. Todos los clichés y un poco más.
Es decir, me encantaron.

Les debo mucho, además. Si no hubiera sido por ellos, nunca habría llegado a Flaubert, Dostoievski, Cortázar, Böll, Yourcenar, Rulfo, Salinger o Mishima. Les debo, de hecho, mi profesión, porque leer me llevó un día a preguntarle a mi madre exactamente cómo se hacían los libros. Aprendí entonces que alguien los escribía, y me puse a hacerlo. A los 10 años ya había llenado una pila de cuadernos Rivadavia de cien hojas y tapa dura con la Bic azul gruesa que a mí me gustaba.

En el nombre de la Rosa
Por supuesto, conservo esa colección de libritos descastados. Me permiten recordar algo elemental. Leer no está en nuestros genes. Oír y entender el lenguaje, sí. Leer, no.
Leer requiere un esfuerzo visual (leemos con la parte del ojo que ve detalles) y entrenar al cerebro para que use un área que se dedica a reconocer formas para extraerles significados que nada tienen que ver sus formas. Aprender a leer libros da trabajo, y a ningún chico en este planeta (y a mí menos que a ninguno) le gusta hacer esfuerzos. Todavía hoy tengo presente el día en que leí mis primeras 20 páginas. ¡Lo había logrado! ¡Veinte páginas! No lo podía creer.

Esa colección de poca monta, puesta a un lado para no infectar la mente del futuro lector con tonterías por debajo de Burroughs o Verne, me ha enseñado que la única forma de que alguien haga un esfuerzo es motivándolo.
El placer suele ser un gran motivador, anote.

Alambre de púa
Cuando terminé de leer esa sarta de lugares comunes y de blondas chicas salvadas de monstruos espantosos por héroes con armas de rayos láser me empezó a ocurrir algo muy raro.

Echaba de menos leer.
Como ahora sabía lo que era la ciencia ficción, rebusqué en la biblioteca por más libros de esa clase. Reincidí con las 20.000 Leguas -¡ay, los mandatos!-, pero el efecto fue igual de nocivo; ya dije por qué. Sin embargo, encontré otros libros más prometedores. Las tapas eran coloridas, aunque sin ilustraciones altisonantes, y la letra no requería una lupa. Los veteranos recordarán las colecciones Nebulae y Minotauro. Sus volúmenes eran más grandes que los libritos de la caja, y en general tenían más páginas, pero esto, ahora, ya no me inquietaba. Por el contrario.

Llegaron así a mi vida Asimov, Clarke, Bradbury, Sturgeon, Heinlein, van Vogt, Wyndham, Lovecraft (y buen susto me pegué) y Matheson (lo mismo).
Para entonces, estaba atrapado. Habiendo superado el entrenamiento inicial, cuando la lectura se ha vuelto una segunda naturaleza, nadie dejará esta práctica ni por todo el oro del mundo. Esa es la razón por la que los que somos lectores de libros de papel también leemos mucho en e-books. Porque lo que importa no es el libro, sino el milagro de la lectura.

Oh, sí, bueno, espere, claro que me gustan los libros de papel. Los amo. Ya lo he dicho. Y ya me han criticado por decirlo. Es más: perdemos ciertos derechos fundamentales al pasar del libro al e-book.
Seamos honestos, no obstante. Si durante los últimos 500 años la literatura hubiera venido impresa en rollos de alambre de púa, amaríamos el alambre de púa. Este amor es temporal. El otro, el de la lectura, es el que me preocupa.
Porque, ¿qué es leer?

Gracias, Harry
Sabemos qué no es leer. No es aburrido. No es difícil. No es ningún esfuerzo. No es agotador. Todo lo contrario. ¿Cuántas veces nos quedamos hasta cualquier hora para terminar esa novela de 570 páginas? ¿No le ocurre con un buen libro que no quiere que se termine, y eso que es de tamaño asteroide?
Ningún lector dejará un buen libro sobre la mesa ratona para decir: "Me siento cansado de leer, mejor pongo la tele". Quizá diga: "Me siento cansado para leer, mejor pongo la tele". Son cosas bien diferentes. Uno puede estar cansado para hacer algunas de las cosas que más le gustan en la vida.

¿Cómo es posible que algo que nos dio tanto trabajo aprender se convierta en uno de los mayores placeres de la vida y, a la vez, uno que, se dice, constituye una ventaja competitiva fundamental?

Este es uno de los grandes escollos del asunto. Estamos mezclando dos cosas y tratamos de resolver una paradoja. Cuando nos empecinamos en que los chicos lean libros argumentamos que leer es algo bueno y conveniente. Sí, está bien, pero eso no interesa para nada. Uno se enamora de la lectura, y el amor no se puede forzar. De hecho, el amor muchas veces no es conveniente.

Si aquella caja no hubiera estado escondida en el altillo, desterrada, hasta cierto punto prohibida, tal vez no le habría prestado atención.


El silencio de las bibliotecas

Me dicen a menudo que sólo Harry Potter ha logrado que una hija o un sobrino empiecen a leer. Bueno, lógico. ¿O pretendían lograrlo con Góngora?
Harry Potter es pura aventura, ocurre en la escuela, hay malos y buenos, sin medias tintas ni sutilezas psicológicas, y además está razonablemente bien escrito. ¿Es gran literatura? No. Pero es un portal que le ha permitido a millones de chicos atravesar el extenuante entrenamiento que los convierte en lectores. Parece diseñado para eso.
Leer un libro (no un título o medio párrafo) es un proceso muchísimo más extremo de lo que parece. Se puede trabajar todo el día oyendo (no escuchando) música, con la tele prendida, y hasta hablando por teléfono (si lo sabré). Pero cuando leemos no podemos hacer ninguna otra cosa. ¿Por qué cree que son tan silenciosas las bibliotecas?
Leer, lejos de lo que parece, no es un proceso pasivo. La literatura es iniciada por un escritor, pero realizada por el lector. El libro que usted lee no es el mismo que lee su vecino, aunque sea el mismo texto. Cualquier lector sabe que releer es reescribir ese libro en la conciencia.

Esta idea dislocada de que leer se parece a ver la tele o a poner música bajita de fondo es lo que lleva a tantos tropiezos a la hora de enseñar el placer de la lectura.
Leer no sólo es construir de nuevo lo que el autor, exquisita pero vanidosamente, ha plasmado; es hacerlo de un modo único. Mire a alguien leer. Notará que está casi perfectamente quieto, apenas muestra algunas expresiones faciales cada tanto y mueve los ojos de lado a lado. En ningún otro momento nos comportamos así, excepto cuando soñamos.

También sabemos que sólo hay dos instancias en las que un chico se queda quieto tanto tiempo. O está enfermo o está leyendo.
Miremos más profundamente el fenómeno de la lectura. La persona está pasando la vista por una delgada hilera de dibujitos negros sobre el papel blanco. Si hay algo desalentador de la lectura, para un chico, es la falta de ilustraciones. ¿No lo recuerda, acaso?
Leer es transformar esa maciza y en apariencia monótona masa de marcas en imágenes sublimes y emociones intensas. El milagro es doble, por lo tanto, porque el aspecto exterior del texto debe ser así de hosco para no interferir en este portento que estamos viviendo. Es decir: el texto es invisible para el lector. Este es el secreto que nos olvidamos de decirles a los chicos. Quizás, entusiasmados con la idea de ver cómo las áridas páginas se esfuman, concederían en dedicarle tiempo. No los defraudaríamos, pero sería una verdad a medias.

Las páginas no se esfuman, transmutan.
Ajá, ¿pero para qué sirve leer?
Creo que, además, tampoco tenemos muy claro por qué queremos que los chicos lean libros, que se conviertan en buenos lectores. ¿Por qué eso y no leer epígrafes o tweets? ¡Estamos en el mundo digital, éste es un suplemento de tecnología, qué es todo este jaleo con la lectura de libros! ¡YouTube rules!

Sí, pero en el fondo de nuestra conciencia sabemos que leer es independizarse. ¿Qué es leer? Leer es convertirse en una persona libre. ¿Por qué? Bueno, simple. Porque no existe ninguna otra destreza más importante en toda la formación de una persona, con la sola excepción -quizá- de la matemática. Eso sí, cualquiera puede aprender matemática leyendo libros. No al revés.

Sabemos que si nuestros hijos quieren tener un porvenir, si no feliz, al menos próspero, tienen que poder pasarse días enteros leyendo, no sólo sin cansarse, sino, por el contrario, disfrutándolo. Se llama estudiar.

No espere, sin embargo, que me ponga a hablar mal aquí de los videojuegos, las computadoras o Twitter, como parecería a estas alturas inevitable. No tiene nada que ver con esto. En el futuro, como me dijo alguna vez Antonio Ambrosini, quizá los textos puedan transferirse directamente a nuestros cerebros. Pero falta tanto para eso que ni siquiera podemos imaginar cómo será la sociedad cuando tal tecnología esté disponible. De momento, existe una única forma de transmitir conceptos complejos y profundos: la lectura. Hoy más que nunca.

¿Por qué nos empecinamos tanto en que los chicos lean libros?
PORQUE LEER ES PODER

Por Ariel Torres 

Facebook apuesta por las redes sociales en educación superior


El caparazón: Facebook apuesta por las redes sociales en educación superior

Link to El caparazon


Posted: 10 Dec 2011 10:03 AM PST
De nuevo son las apropiaciones de los usuarios las que rigen los destinos de las herramientas. Así que en parte porque ya existen muchos grupos de estudiantes complementando las aulas y por algunos motivos más que veremos a continuación, Facebook vuelve, con este lanzamiento, de algún modo a sus orígenes.
Convertirse en la red vertical de los jóvenes, así como proyectar una imagen de seguridad y comunidad exclusiva pueden ser otras motivaciones para la puesta en marcha de la nueva característica, “Groups At [University]”. El tema está en permitir a los usuarios crear grupos que son vísibles únicamente para los que poseen un mail .edu autentificado para su escuela.  Pensados para Clubs, fiestas, clases, están especialmente diseñados para compartir contenidos y debatir cosas que pueden ser privadas y que por ese motivo terminaban en listas de distribución por mail entre los alumnos.
A día de hoy los que tengan una dirección de mail autentificada podrán crear los grupos abiertos, cerrados o secretos pero siempre serán visibles solo para miembros de las universidades. Desde los grupos se puede invitar a otros estudiantes y ver sugerencias de otros grupos o un feed de la actividad reciente.
De momento solo están disponibles los grupos de la Universidad de Brown (estuve dando una charla allí hace pocas semanas) y los de Vanderbilt, pero pronto serán más los centros educativos y universidades que puedan acceder al tema.
En fin… que parece que Facebook vuelve a ver en las comunidades verticales, donde siempre me ha parecido que debería estar su foco (hablábamos ya de los grupos aquí) su principal lugar.
En cuanto a educación 2.0 y aunque el concepto no nace hoy, como popularización del uso de entornos colaborativos para las aulas, pueden resultar un paso importante. Si bien los alumnos ya usan esta y otras redes para compartir materiales, ideas, tareas, el hecho de que exista una figura específica para ello que comtemple y solucione algunas de las susceptibilidades que la herramienta genera para gestores educativos y profesores, hará que lo que el tema de la educación con ayuda de los servicios de redes sociales se normalice un poco más.
Todo ello sin llegar al extremo de algunos que ya está dando por muertas a Blackboard y otras plataformas (LMS), o incluso a las aplicaciones educativas de Google Apps.


Imagen: Sala de estudio de la Universidad de Brown

Viabilidad y seguridad de la sedación con propofol en la broncoscopía flexible


Viabilidad y seguridad de la sedación con propofol en la broncoscopía flexible
Feasibility and safety of propofol sedation in flexible bronchoscopy
Peter Grendelmeier, Gabriel Kurer, Eric Pflimlin, Michael Tamm, Daiana Stolz
Clinic of Pulmonary Medicine and Respiratory Cell Research, University Hospital Basel, Switzerland
Swiss Med Wkly. 2011;141:w13248.  doi:10.4414/smw.2011.13248 
BACKGROUND: Propofol is a sedative-hypnotic with a rapid onset of action. There are only limited data evaluating propofol for flexible bronchoscopy. We analysed the feasibility and safety of propofol for bronchoscopy in a high output tertiary care centre. METHODS: Prospective data on patients undergoing flexible bronchoscopy at the University Hospital Basel, Switzerland, were analysed. Patient demographics, ASA class, Mallampati class, indication for bronchoscopy, bronchoscopic procedures, duration of examination, medication requirements, minor and major adverse events, haemodynamic parameters, as well as cough scores during the procedure were documented. Patients were followed up to discharge from the bronchoscopy suite. RESULTS: Data from 440 patients with a mean age 60 years (±15.5, 260 male) were analysed. The main indication for bronchoscopy was a suspicion of malignancy. The most common diagnostic procedures were bronchoalveolar lavage in 253 cases (31.5%) and bronchial washing in 174 cases (21.7%). The mean duration of the procedure was 19.6 min (±12.08). The mean propofol dose was 200 mg (±107.5) corresponding to 2.89 mg/kg (±1.70). Minor adverse events included oxygen desaturation in 72 (16.4%), hypotension in 68 (15.4%) and minor bleeding in 11 (2.5%) patients. No major adverse events were recorded. The median decline in systolic blood pressure after initiation of sedation was 14 mm Hg (3-28). A drop in systolic blood pressure greater than 20 mm Hg was observed in 166 of the 440 patients (37%).
CONCLUSION: Propofol sedation for flexible bronchoscopy is feasible and safe.
Key words: endoscopy; medication; risk, procedure; respiratory

 
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