miércoles, 25 de mayo de 2011

Un tinte verde para detectar la grasa acumulada en las arterias


CORAZÓN | Ensayo experimental con conejos

Un tinte verde para detectar la grasa acumulada en las arterias

Science Translational Medicine
Science Translational Medicine
  • El nuevo método podría permitir la detección precoz de la aterosclerosis
  • La indocianina hace fluorescentes los vasos sanguíneos con colesterol
  • Expertos alertan de que este problema surge desde la adolescencia
Un tinte verde denominado indocianina podría permitir en un futuro detectar de forma precoz la aterosclerosis, o placas de grasa que se acumulan en las arterias. Un estudio preliminar con conejos ha mostrado que esta sustancia tiende a depositarse sobre las zonas de los vasos sanguíneos con colesterol y, especialmente, en los lugares donde hay inflamación. De esta forma, podría usarse como contraste para identificar los lugares donde puede haber peligro.
La aterosclerosis, cuyo nombre proviene del griego 'ateros' (pulpa, papilla), se origina cuando la grasa, el colesterol y otras sustancias se almacenan en las arterias y forman una placa endurecida que puede llegar a bloquearlas. Puede causar hipertensión y afecciones graves, como ataques cardiacos o derrames cerebrales.
El nuevo método, que estaría listo para humanos en un plazo no inferior a cinco años, permitiría detectar esta afección en sus formas más tempranas, cuando los vasos sanguíneos apenas han empezado a endurecerse. El doctor Farouc Jaffer, del Hospital General de Massachusetts, en Boston (EEUU), y su equipo han presentado los resultados de su experimento con conejos vivos en el último número de la revista 'Science Translational Medicine'.
El tinte, aprobado por las autoridades sanitarias de EEUU para uso médico, se suele emplear en Oftalmología para observar vasos sanguíneos del ojo. Según muestra el nuevo estudio, este compuesto "localiza ateromas [placas de grasa] en 20 minutos y proporciona suficiente aumento de la señal para la detección en vivo" de estos problemas.
Los investigadores usaron un catéter para tomar imágenes de infrarrojos cercanos -un tipo de luz en el que la indocianina verde es fácilmente detectable-. Así observaron la acumulación de placas y comprobaron la eficacia del sistema, que después se confirmaría con técnicas de imagen ya establecidas, como la angiografía o los ultrasonidos.
Los conejos del experimento fueron alimentados durante ocho semanas con alimentos ricos en colesterol, con el fin de provocarles aterosclerosis. Las moléculas de colesterol absorbieron con rapidez el contraste, de forma que, tal y como se esperaba, los vasos sanguíneos de los animales mal alimentados se iluminaron en verde de forma mucho más nítida que los de aquellos que habían seguido una dieta normal. El efecto es mayor, además, en zonas inflamadas.
Expertos consultados por ELMUNDO.es han advertido que, en cualquier caso, lo más importante para el paciente es prevenir la aterosclerosis mediante la adopción de hábitos saludables, independientemente de las técnicas de detección que puedan venir en el futuro. Generalmente, se puede decir si una persona va a desarrolar esta afección o no en función de su estilo de vida, por lo que el diagnóstico temprano no sería tan importante como la propia concienciación del público.
"Es interesante trabajar en la detección precoz de la aterosclerosis, pero desde el punto de vista clínico no aportará nada a lo que ya conocemos: se sabe por necropsias que gente joven y sana tiene aterosclerosis en fase inicial. Empieza a los 15 ó 20 años, y en pacientes hipertensos, fumadores u obesos es muy probable que se dé, sin necesidad de observarlo con ninguna técnica", explica el cardiólogo Alfredo Bardají, del Hospital Universitario Juan XXIII, en Tarragona.

¿Cansado para operar?


RIESGOS | Ante la falta de sueño

¿Cansado para operar?

Cirujanos, en un quirófano. | El Mundo
Cirujanos, en un quirófano. | El Mundo
  • Cuando el médico duerme menos de seis horas, las complicaciones se duplican
Un médico cansado en el quirófano puede pasarle factura al paciente. "Necesitamos establecer un máximo de horas de trabajo y un mínimo de sueño ininterrumpido para garantizar la seguridad de la persona" que tendrá en sus manos a la mañana siguiente. Así lo propone un editorial publicado en la revista'Canadian Medical Association Journal'.
Esta sugerencia está basada en los resultados de varios estudios previos en los que se demuestra que la falta de sueño puede incrementar el riesgo de complicaciones quirúrgicas. Hace 10 años, un grupo de científicos "observó que el peligro era notablemente mayor entre los pacientes cuyos cirujanos habían dormido menos de seis horas la noche anterior. Y esto afecta de forma especial a los médicos en prácticas y a los de más edad", argumenta uno de los autores del editorial, el doctor Noni MacDonald.
En 2009, la revista 'Journal of the American Medical Association' se hacía eco de otra investigación con las mismas evidencias. Los profesionales sanitarios en general, "son vulnerables a los efectos de la fatiga, al igual que los turnos laborales prolongados", decía Jeffrey Rotshchild, médico del Hospital Brigham and Women's de Boston (EEUU). Junto con su equipo de expertos pudo comprobar que cuando los médicos dormían menos de seis horas, el riesgo de complicaciones (infecciones, sangrado, lesiones...) aumentaba 2,7 veces. Además, para aquellos que habían trabajado más de 12 horas antes del procedimiento, el índice de complicaciones era de 6,5%, frente al 4,3% de médicos que habían trabajado menos de 12 horas.
Los autores del editorial que acaba de publicar 'Canadian Medical Association Journal' citan otro trabajo en el que se comprobaba que era "necesario dormir adecuadamente al menos las dos noches posteriores a una guardia para poder trabajar bien". Y añaden: "Los niveles de fatiga después de una guardia pueden afectar a la agudeza mental" y por lo tanto al manejo de los pacientes.
Ante tales evidencias, MacDonald y sus compañeros apuestan por establecer unos límites. "Los médicos somos parte de este problema. Tenemos que cambiar nuestra cultura profesional. No debemos aceptar largas jornadas laborales de forma rutinaria y con orgullo. Tenemos que admitir que trabajar con falta de sueño ni es normal ni es aceptable". Es más, "aquellos que presumen de trabajar correctamente con menos horas de descanso deberían presentar un consentimiento informado a los pacientes en el que incluyera las condiciones del médico que les va a operar".
Aunque implique mayor coste sanitario, la estrategia política debería ser estricta. El médico, obligatoriamente, debe volver a casa después de una guardia(algo que no siempre ocurre en los hospitales españoles), debería haber más personal de refuerzo para evitar las jornadas de 12 horas. "Las autoridades tienen que examinar las condiciones actuales de los profesionales médicos y asegurar a los pacientes una asistencia de calidad".

La ciencia intenta descifrar qué lleva a un hombre a violar a una mujer


PSIQUIATRÍA | Los interrogantes del 'caso Strauss-Kahn'

El cerebro depredador

Imagen de archivo de DSK en París en 2009. | Foto: El Mundo
Imagen de archivo de DSK en París en 2009. | Foto: El Mundo
  • La ciencia intenta descifrar qué lleva a un hombre a violar a una mujer
  • Expertos dibujan un perfil narcisista, osado e incapaz de aceptar el 'no'
La detención en Nueva York del ex presidente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, acusado de agredir sexualmente a una mujer, ha despertado en la opinión pública mundial una inquietante pregunta: en el supuesto de que las acusaciones sean ciertas, ¿por qué un hombre que lo tiene todo en la vida siente –y consiente – semejante impulso criminal?
Los científicos han tratado ampliamente el problema de la violación de hombres contra mujeres, extendido en todas las culturas y todas las épocas de la historia.
No existe un acuerdo total sobre cuál es el origen de esta conducta. Unos piensan que proviene de restos evolutivos grabados en nuestra psique. Otros ponen el acento en los trastornos de personalidad o los condicionantes sociales del violador. Ninguna de estas teorías es incompatible con la figura del agresor triunfador e influyente, en la que –siempre según la Fiscalía de Nueva York– cabría encasillar al político francés.
Más bien al contrario, las relaciones de poder sobre la víctima, el deseo de conquistar lo inalcanzable, la arrogancia y el narcisismo son rasgos característicos en la personalidad de los violadores, o al menos en algunos de ellos.
Cierto grado de osadía y determinación, sobre todo en determinados contextos y en su justa medida, son necesarios para alcanzar el éxito en numerosos oficios. Y no hace falta acudir a ejemplos de la política internacional o las altas finanzas, un ambiente en el que Strauss-Kahn se ha desenvuelto con soltura durante toda su vida. El problema aparece únicamente cuando estos rasgos se expresan de forma exagerada y, a veces, patológica.
El amor desmedido por uno mismo puede desembocar en una falta de empatía hacia los demás y en sentirse con derecho a aquello que está prohibido para el resto. Estas dos cualidades, narcisismo (amor patológico por uno mismo) y reactancia (impulso por desafiar las normas), son los que mejor explican el perfil del violador de acuerdo con un estudio realizado en 2002 por investigadores de la Universidad Case Western Reserve, en Cleveland (Estados Unidos).

Antisociales pero integrados

La psicóloga Margarita Ortiz-Tallo, profesora de la Universidad de Málaga, destaca, además, otra característica: la personalidad antisocial. Ser antisocial no quiere decir vivir marginado o estar en la cárcel, aclara esta experta.
Hay personas con rasgos antisociales muy marcados y que, sin embargo, logran adaptarse perfectamente a su entorno, incluso tener trato afable con los demás (cuando les interesa). Hitler sería el ejemplo paradigmático. Es difícil imaginarse una personalidad más antisocial, pero fue aclamado por las masas y llegó a dominar media Europa.
"El antisocial no tiene miedo a nada: es atrevido, aventurero, le gusta el riesgo... Pero no empatiza, no siente lástima por lo que le esté pasando a otra persona. En los estudios con violadores suele encontrarse este rasgo; y también en maltratadores", explica Ortiz-Tallo.
Se ha debatido mucho estos días sobre si Strauss-Khan responde o no a los rasgos típicos que se esperan de un agresor. Antiguas amantes han dicho que tendía al sadismo en sus relaciones, y una periodista le ha acusado de un intento de asalto anterior que no fue denunciado en su momento. Michael Taubmann, autor de la biografía autorizada del político, ha declarado, sin embargo, que se trata de "un seductor reconocido, pero no responde al perfil de un violador".

Definición legal

Los cargos concretos contra Strauss-Kahn no incluyen la violación, pero sí el intento, junto a un variado repertorio de agresiones sexuales. En España, el hecho delictivo que se le atribuye sí podría entrar en la categoría de violación. El artículo 179 del Código Penal considera dentro de esta definición al "acceso carnal por vía vaginal, anal o bucal, o introducción de miembros corporales u objetos por alguna de las dos primeras vías".
Las acusaciones contra el ex director del FMI reflejan varias de estas agresiones, por lo que la distinción entre violación y otras figuras penales es una cuestión jurídica, que varía de un país a otro sin afectar por ello a la definición científica del perfil del atacante.
Existe una clara diferencia, en cambio, entre el violador de niños y el de mujeres adultas. El primero emplea, habitualmente, tácticas más sutiles y engañosas para acercarse a sus víctimas. El uso de una fuerza física desatada y repentina, como el que la Fiscalía atribuye a Strauss-Kahn, es característico del violador de mujeres adultas, el cual "suele ser más presuntuoso, violento e impulsivo", según indica Ortiz-Tallo.

Deseo de control

El psicólogo social Roy Baumeister y sus colegas, autores del estudio antes mencionado, explican así su teoría de la violación, como una agresión guiada por el narcisismo y 'reactancia': "Un hombre desea sexo con una mujer particular y piensa que tener sexo con ella debería ser una opción para él. Ella rechaza sus avances, sin embargo, y por tanto elimina esa posibilidad. Él se enfrenta entonces a una decisión: aceptar la negativa o usar la fuerza para obtener sexo. La 'reactancia' provoca el impulso de reclamar la opción perdida, y el narcisismo incrementa la posibilidad de tomar el camino de la coerción".
De acuerdo con este modelo, el mecanismo que pondría en marcha la agresión en el cerebro del atacante sería un desproporcionado deseo de control sobre sus propias decisiones. La mayoría de la gente entiende que su libertad queda anulada en el momento en que colisiona con la integridad física de otra persona (si no antes). Pero el violador no es capaz de aceptar que la decisión no esté en sus manos, ni depender de la voluntad de otros.

Rechazo 'intolerable'

La ansiedad y la rabia causadas por lo que el agresor considera una "pérdida de libertad" se ven incrementadas en el caso de las personalidades narcisistas, según los autores del estudio. "Un narcisista podría encontrar especialmente intolerable que una mujer eligiera tener sexo con otro hombre al tiempo que le rechaza a él,porque él se considera a sí mismo superior a los otros hombres".
Strauss-Kahn, a quien apodan el 'Gran Seductor', ha cultivado una imagen de galán dominador y profesional aguerrido. Está –o estaba– considerado por muchos como la gran esperanza del socialismo europeo, y hasta se dice que saludó a una azafata de vuelo, minutos antes de ser detenido, a la voz de "¡bonito culo!". Le gustan los coches deportivos, viste trajes de lujo y se le atribuyen numerosas amantes.
En el supuesto de que las acusaciones se confirmaran, podría encasillarse dentro del perfil del violador narcisista, incapaz de asimilar un no por respuesta. Sin embargo, la mera presencia de estas cualidades no convierte a nadie en un violador, y aún habría hechos que no encajarían en el caso de Strauss-Kahn. "¿Cómo puede caer un hombre tan hábil en una situación tan tonta? Esa es la cuestión que desconcierta a mucha gente", interroga el doctor Luis de Rivera, director del Instituto de Psicoterapia e Investigación Psicosomática de Madrid.

Explicación psicoanalítica

Según este experto, el psicoanálisis ofrecería una posible explicación: "Se han descrito casos de personas poderosas que dedican toda la energía a dominar el mundo exterior y se olvidan de aprender a dominar sus impulsos. Son capaces de hacer grandes sacrificios para seguir su ambición, pero hay una parte de su energía que no saben controlar, y que se descarga en forma de apetito sexual. Es un sexo que no tiene que ver con el amor ni con la otra persona; es una descarga sexual primitiva", explica De Rivera.
Si este fuera el caso, el hombre poderoso que ataca de repente a una mujer podría explicarse como "un cortocircuito, una pérdida de control sobre sus impulsos". La voluntad del agresor no sería, en estas circunstancias, hacer daño a la víctima. Simplemente, hay algo que ocurre en su cabeza y que le conduce a comportarse "como un orangután", concluye este psiquiatra.

Psicología evolutiva

El ejemplo del orangután no está puesto al azar. Hay muchos animales en los que se han observado conductas equiparables a la violación. La mecoptera o mosca escorpión tiene un órgano sexual exclusivo para copular mediante coerción con las hembras de su especie. Pero las hembras de los orangutanes son las únicas que tienen suficiente desarrollo psicológico como para mostrar su rechazo, al igual que ocurriría en una agresión entre humanos.
La psicología evolutiva defiende, de hecho, que la violación de mujeres tiene su origen en una adaptación evolutiva. Nuestros antepasados se habrían beneficiado de esta práctica porque les permitía fecundar hembras jóvenes y fértiles a las que, de otro modo, no habrían tenido acceso. Eso significaría que el impulso agresor aún se conserva en nuestros genes y, potencialmente, cualquier hombre podría caer en él

Escrito en los huesos


PALEOPATOLOGÍA | La enfermedad en el pasado

Escrito en los huesos

Restos momificados, alterados por el contacto con el terreno, degradados por las condiciones atmosféricas... Huesos, tejidos blandos, esqueletos incompletos con lesiones evidentes o sin ellas. Los paleopatólogos se enfrentan al reto de identificar los males que padecieron cadáveres que tienen a veces miles de años de antigüedad. Autopsias con un gran valor histórico y que ayudan a explicar la evolución de las enfermedades.
"Establecer un diagnóstico en medicina requiere interpretar los signos y los síntomas. Esto se hace todos los días con sujetos vivos", explica a ELMUNDO.es Francisco Etxeberría, experto en Medicina Legal y Forense de la Universidad del País Vasco. "Esto y las pruebas complementarias sirven para establecer diagnósticos de presunción o de confirmación. Pero con el cadáver y el esqueleto, la cosa cambia. No podemos analizar los síntomas".
Por eso, los signos son la base de la paleopatología. Las señales que dejan las enfermedades en los restos óseos, principal objeto de estudio de esta ciencia, y otros tejidos, cuando estos no han sido destruidos por el paso del tiempo. La búsqueda y análisis de estas lesiones es lo que los expertos en la materia hacen en las autopsias.

Huesos y momias

"En los huesos, las enfermedades que se pueden diagnosticar son pocas. Sólo aquéllas que dejan rastro en ellos, como la sífilis, la tuberculosis o la brucelosis...", explica José Antonio Sánchez, director del Departamento de Toxicología y Legislación Sanitaria de la Universidad Complutense de Madrid. Pero, con frecuencia, lo único con lo que cuentan estos especialistas es con esqueletos.
"Cuando aparecen tejidos momificados, tenemos más opciones porque podemos coger cualquier muestra y estudiar las lesiones que tenga. También podemos buscar los microbios que hayan estado allí", añade Sánchez, que dirige el Museo de Antropología Forense, Paleopatología y Criminalística de la Faculta de Medicina.
Empleando técnicas similares a las que usan los forenses, los paleopatólogos deben superar las dificultades que entraña el estudio de estos restos antiguos. A primera vista, se puede establecer su estado: momificado, alterado por el contacto con el terreno, teñido por metales. Después, hay que identificarlos, establecer su sexo, edad, etnia... Es la parte más básica, que corresponde a la llamada antropología forense y "es el 98% del trabajo", asegura Sánchez.

Separar la paja del grano

La paleopatología "a veces se aparta de lo que es el diagnóstico médico clásico", explica Manuel Campo Martín, colaborador docente de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid. "Entonces hay que recurrir a 'subterfugios metodológicos' [...] como el síndrome osteoarqueológico, que va un paso más allá de la mera descripción de las lesiones con la agrupación de una serie de signos en el hueso que nos permite no llegar a un diagnóstico definitivo pero sí avanzar".
Lo que describe Campo se explica de forma clara con el ejemplo del raquitismo -un trastorno que padecen los niños cuando tienen déficit de vitamina D, calcio o fósforo-. "Es difícil que encontremos unos huesos que sólo tengan indicios de raquitismo porque probablemente ese niño sufría además malnutrición, tal vez una infección... Pero con el conjunto de signos observados podremos llegar a esa conclusión", señala este experto en la materia.
Esta complejidad hace que muchas enfermedades, que con toda seguridad existían hace cientos o miles de años, están infradiagnosticadas. En el extremo contrario, también es posible "dar por patológico algo que no lo es", asegura este internista. Como marcas de mordiscos de roedores y pequeños animales, procesos erosivos, etc.
El trabajo de estos expertos también consiste en determinar si las lesiones observadas son 'antemorten', 'postmortem' o 'perimortem' y si éstas pudieron causar la muerte del sujeto. Algo que "es casi imposible", subraya Campo. La complejidad de esta tarea se refleja en casos como el de la momia de Tutankamon, que ha sido sometida a numerosas autopsias sin que ninguna de ellas haya llegado a una conclusión que satisfaga a la mayoría de la comunidad científica.
Forenses de la antigüedad
Cráneo trepanado. | Consuelo Roca de Togores
Cráneo trepanado. | Consuelo Roca de Togores
Los paleopatólogos colaboran con otros especialistas como toxicólogos, anatomopatólogos, oncólogos... para que les ayuden a establecer un diagnóstico. Porque, aunque hay especialistas de distintas ramas que participan en esta ciencia, "el que debe determinar si se trata de algo patológico o no es un médico experto en la materia, porque son los que saben", explica Armando González, profesor de Antropología Física de la Universidad Autónoma de Madrid.
"Todas las novedades médicas enriquecen nuestra labor", explica Consuelo Roca de Togores, arqueóloga y antropóloga física en el Museo Arqueológico de Alicante. "Los escáneres, el análisis del ADN, etc. nos permiten ver muchas cosas; cada vez más", añade. Estos avances técnicos han permitido, por ejemplo, encontrar muestras de la bacteria que causa la tuberculosis en restos del 7000 a. C. o determinar la presencia de sífilis en esqueletos británicos anteriores al descubrimiento de América y concluir así que Colón no trajo esta infección al viejo continente.
A la parte clásica de la paleopatología se ha unido en las últimas décadas el análisis del ADN, que además de su importante función en el plano evolutivo de las especies o de identificación de los restos, "ofrece la esperanza de poder investigar otras patologías que no dejan esta huella, como las infecciones", explica Carlos Lalueza, del Instituto de Biología Evolutiva del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
"Es un campo científico muy atractivo" pero que está aún en pañales ya que "hay pocos estudios de calidad", matiza. Pero cuando la técnica y los estándares metodológicos mejoren, el estudio de los fragmentos de ADN hallados en restos antiguos podría ayudar a "conocer cómo eran los patógenos hace 500 o 1.000 años y estudiar así su rápida evolución", señala Lalueza.
Consuelo Roca de Togores
Consuelo Roca de Togores

Parte de nuestra historia

Los conocimientos que ofrece la paleopatología son pocos porque los testimonios que han llegado hasta nuestros días también lo son. Aunque miles de millones de personas han muerto desde que el hombre se separó de sus antepasados homínidos, sólo algunos de los que fueron inhumados o momificados (y no incinerados o tratados por otros ritos funerarios 'destructivos') han podido perdurar y algunos de ellos, por deseo de las confesiones religiosas a las que pertenecieron -en España hay ciertos conflictos con judíos y musulmanes, en EEUU con los indios-, no pueden ser estudiados.
A pesar de las dificultades, la paleopatología ha permitido averiguar que la enfermedad es un fenómeno tan antiguo como la propia especie humana, que el hombre ha tratado de combatirla y que su presencia ha influido en la evolución de las civilizaciones y pueblos.
"Cuando hay textos escritos, todo es más fácil. Pero si te vas más atrás en el tiempo, no contamos con eso. La única información sobre los estilos de vida, las enfermedades y su abordaje sólo podemos obtenerla de los restos", subraya Roca de Togores.
Y el estudio de los restos desde el punto de vista paleopatológico se ha convertido en una parte esencial de la arqueología y "cualquier estudio que no lo tenga en cuenta será cuando menos incompleto", señala Manuel Campo Martín, colaborador docente de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid."No se puede querer reconstruir el pasado de cualquier civilización sin tener en cuenta qué papel ha jugado la salud y la enfermedad".
__._,_.___

La médula espinal 'sabe' caminar


PARAPLEJIA | Comprobado en un paciente

La médula espinal 'sabe' caminar

  • Las señales del cerebro no serían necesarias para los movimientos voluntarios
  • Estimular la médula puede ayudar a las personas con paraplejia
Después de cuatro años sin mover ni siquiera un dedo del pie, Rob Summers, un estadounidense de 23 años, ha vuelto a experimentar lo que se siente al mantenerse en pie durante unos minutos. El accidente de tráfico que sufrió en 2006 le dejó parapléjico, impidiéndole cualquier movimiento desde el pecho hacia abajo. Ahora, la investigación médica ha conseguido, además, que recupere la función sexual y de la vejiga. Así lo recoge un artículo publicado en la revista 'The Lancet'.
"Es un sentimiento asombroso. Ser capaz de dar un paso [con la ayuda técnica de una especie de robot que le evita tener que sostenerse con todo su peso] es increíble. Es una inyección de optimismo", explica Summers.
Para lograrlo, el equipo de investigadores de las universidades de California y Louisville (EEUU) han sometido a este paciente a estimulación eléctrica epidural de la médula espinal (con un sistema de electrodos, colocados encima de la médula -debajo de la piel- mediante implante), una práctica que, aunque no es muy común, se utiliza para tratar algunos tipos de dolor neuropático, como el derivado de una cirugía de columna. Según explican los autores en su artículo, con estos impulsos eléctricos "se consiguen imitar las señales que el cerebro", de forma natural, envía a los músculos para ejecutar movimientos de forma voluntaria. En el caso de Rob, esta conexión se ve interrumpida por las lesiones medulares ocasionadas por del accidente.
Rob Summers en una sesión
Rob Summers en una sesión
Desgraciadamente, este experimento no supone un tratamiento para el estadounidense ni para ninguna persona que se encuentre en su misma situación, es decir, con una lesión completa de la médula espinal. Como explica Antonio Oliviero, jefe de la sección de Neurología y Neurofisiología Clínica del Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo y experto en técnicas de estimulación del sistema nervioso, por su experiencia, "de momento, este tipo de pacientes no tiene posibilidad de recuperación. Se les enseña a moverse con la silla de ruedas y a realizar transferencias con los brazos y las manos (para ir de la cama a la silla, por ejemplo)".
Lo que sí parece que podría mejorar – según el referido en el artículo- con la estimulación epidural en personas como Rob Summers, es "la función de la vejiga y la sexual, un avance enormemente importante que sería interesante seguir estudiando", añade el especialista del hospital toledano.

Generador del patrón de la marcha

La conclusión de este experimento, realizado únicamente con Rob Summers, no estriba en su aplicación terapéutica y mucho menos en pacientes como él, sino que por fin se demuestra que "sí existe un circuito locomotor espinal (o generador del patrón de la marcha) en humanos" que permitiría realizar movimientos voluntarios sin necesidad de conexión cerebral (por lesión medular). Hasta ahora, sólo se había podido comprobar en algunos animales, no en todos. Los estudios realizados con gatos ponen de manifiesto, según los investigadores estadounidenses, que "aquellos con la médula espinal desconectada por completo, conseguían caminar cuando se les situaba sobre una especie de cinta móvil". Se piensa que la razón está precisamente en la existencia de un generador de patrones de la marcha en la médula espinal.
Según Abelino Parajón, neurocirujano del Hospital Universitario Puerta del Hierro (Madrid), "este estudio es muy prometedor. Demuestra que, a pesar de lo que se pensaba, en los humanos tampoco es indispensable la conexión cerebral para poder mover los músculos de las piernas. La electroestimulación de la médula espinal, sumada al entrenamiento físico constante, lo podría lograr".
Aunque aún queda mucho por investigar sobre este circuito y demostrar su eficacia en la práctica clínica, el doctor Oliviero opina que, "en un futuro, la estimulación epidural de la médula espinal, sumada al habitual tratamiento de rehabilitación con sistemas de entrenamiento de la marcha en los pacientes con lesiones medulares incompletas podría mejorar y acelerar los resultados, que, por supuesto, dependen de cada caso".
Susan Harkema, principal autora de esta experiencia con Rob Summers, reconoce que "aunque este hallazgo supone una gran oportunidad para mejorar la rehabilitación, antes tenemos un largo camino por recorrer".
En un editorial que acompaña al artículo en la misma revista, Grégoire Courtine, del departamento de Neurología de la Universidad de Zurich (Suiza), comenta que "este nuevo método para controlar los movimientos con electrodos inspirará en el futuro nuevas estrategias para restaurar la función en individuos con funciones motoras dañadas".
The Lancet, Early Online Publication, 20 May 2011
doi:10.1016/S0140-6736(11)60547-3Cite or Link Using DOI

Effect of epidural stimulation of the lumbosacral spinal cord on voluntary movement, standing, and assisted stepping after motor complete paraplegia: a case study

Original Text
Prof Susan Harkema PhD a bYury Gerasimenko PhD c dJonathan Hodes MD aProf Joel Burdick PhD eClaudia Angeli PhD a bYangsheng Chen PhD a bChristie Ferreira BSc a bAndrea Willhite BA a bEnrico Rejc MSc fProf Robert G Grossman MD gProf V Reggie Edgerton PhD d Corresponding AuthorEmail Address

Summary

Background

Repeated periods of stimulation of the spinal cord and training increased the ability to control movement in animal models of spinal cord injury. We hypothesised that tonic epidural spinal cord stimulation can modulate spinal circuitry in human beings into a physiological state that enables sensory input from standing and stepping movements to serve as a source of neural control to undertake these tasks.

Methods

A 23-year-old man who had paraplegia from a C7—T1 subluxation as a result of a motor vehicle accident in July 2006, presented with complete loss of clinically detectable voluntary motor function and partial preservation of sensation below the T1 cord segment. After 170 locomotor training sessions over 26 months, a 16-electrode array was surgically placed on the dura (L1—S1 cord segments) in December 2009, to allow for chronic electrical stimulation. Spinal cord stimulation was done during sessions that lasted up to 250 min. We did 29 experiments and tested several stimulation combinations and parameters with the aim of the patient achieving standing and stepping.

Findings

Epidural stimulation enabled the man to achieve full weight-bearing standing with assistance provided only for balance for 4·25 min. The patient achieved this standing during stimulation using parameters identified as specific for standing while providing bilateral load-bearing proprioceptive input. We also noted locomotor-like patterns when stimulation parameters were optimised for stepping. Additionally, 7 months after implantation, the patient recovered supraspinal control of some leg movements, but only during epidural stimulation.

Interpretation

Task-specific training with epidural stimulation might reactivate previously silent spared neural circuits or promote plasticity. These interventions could be a viable clinical approach for functional recovery after severe paralysis.

Funding

National Institutes of Health and Christopher and Dana Reeve Foundation.

La Web 2.o en la labor diaria del médico


La Web 2.o en la labor diaria del médico

martes, 24 de mayo de 2011

Endoscopía del tracto gastrointestinal inferior

Farmacología Molecular del Cáncer


Farmacología Molecular del Cáncer