martes, 20 de diciembre de 2011

Cuidados primarios de duelo


Cuidados primarios de duelo

Fecha de la última revisión: 19/12/2011 

Índice de contenidos

  1. ¿Qué es el duelo?
  2. ¿Intervengo o no intervengo en duelo?
  3. ¿En qué consisten los Cuidados Primarios de Duelo (CPD)?
  4. Conclusiones
  5. Resumen
  6. Bibliografía Cuidados primarios de duelo

¿Qué es el duelo?

El duelo humano se define como una reacción adaptativa natural, normal y esperable ante la pérdida de un ser querido. Aunque el duelo no es una enfermedad (Poch, 2003), es un acontecimiento vital estresante de primera magnitud, que tarde o temprano hemos de afrontar, casi todos los seres humanos. La muerte del hijo/a y la del cónyuge, son consideradas las situaciones más estresantes por las que puede pasar una persona (Holmes, 1967; Dohrenwend, 1994).
Si consideramos tres años el tiempo en el que se producen las manifestaciones más severas del duelo, un tamaño medio familiar de 2,76 y una tasa bruta de mortalidad del 9%, se puede estimar una prevalencia de personas con duelo activo en la población general en torno al 5%.
1.1. El duelo y la Atención Primaria de Salud
Pensamos (García-García, 1995), junto con otros autores (Charlton, 1995; Lee, 1995; Borins, 1995; Harris, 1998; Saunderson, 1999; Prigerson, 2008), que la atención primaria es el nivel asistencial ideal para ayudar a las personas en duelo. En muchas ocasiones es el médico de familia el que ha asistido en el domicilio al familiar fallecido, estableciendo una relación especial con la familia en este periodo tan crítico para ella. En otras ocasiones, el fallecimiento se produce fuera del domicilio y el doliente acude a su médico de familia con una confianza casi natural, porque ya le conoce y está habituado a mostrarle los aspectos más vulnerables de sí mismo, sabe que puede expresar sus emociones en un ambiente seguro y, a la vez, mantener una circunstancia social normalizada, que no implica el estigma de la psiquiatría.
El médico de familia es el único especialista del ámbito sanitario al que acuden normalmente los dolientes y el único que puede atender los problemas físicos, el dolor emocional, la disfunción y la incapacidad que conlleva el proceso del duelo.
Cuando se pregunta a los dolientes sobre la ayuda que desearían recibir del personal sanitario, solicitan entrevistas más largas, consejo médico, y que siempre que acudan a la consulta se interesen por su pesar (García-García, 1996).
Pero para atender de manera competente esta nueva demanda, el médico de familia necesitará adquirir una serie de conocimientos y habilidades indispensables, por lo que parece oportuno desarrollar programas específicos de cuidados de duelo, diseñados para ser utilizados en atención primaria, pero... ¿cuál o cuáles serían los más indicados? Nosotros proponemos los Cuidados Primarios de Duelo (CPD) y los definimos por ser: integrales (biológicos, psicológicos, sociales y espirituales); accesibles (el nivel primario de atención es la puerta de entrada del sistema sanitario, es cercano al doliente y está implantado en la comunidad); coordinados (resuelve los problemas o los deriva a otros niveles asistenciales, manteniéndose como referencia); longitudinales en el tiempo (disponibles antes de la muerte del ser querido, durante, después y mucho después); y esenciales (basados en técnicas psicoemocionales básicas, fundamentalmente asesoramiento psicológico).
1.2. Características del duelo
  1. Es un proceso único e irrepetible, dinámico y cambiante momento a momento, persona a persona y entre familias, culturas y sociedades. No es un proceso que siga unas pautas universales (Poch, 2003).
  2. Se relaciona inequívocamente con la aparición de problemas de salud:
    • El riesgo de depresión en viudos/as se multiplica por cuatro durante el primer año (Zisook, 1991).
    • Casi la mitad de viudos/as presentan ansiedad generalizada o crisis de angustia en el primer año (Jacobs, 1990).
    • Aumenta el abuso de alcohol (Maddison, 1968) y fármacos; la mitad de las viudas utilizan algún psicofármaco en los 18 primeros meses de duelo (Parkes, 1964).
    • Entre un 10-20% de los dolientes desarrollan un duelo complicado (Kristjanson, 2006).
  3. Aumenta el riesgo de muerte principalmente por eventos cardiacos y suicidio (Kaprio, 1987); los viudos tienen un 50% más de probabilidades de morir prematuramente, durante el primer año (Helsing, 1981).
  4. La población en duelo demanda un mayor apoyo sanitario, incrementando el consumo de recursos (un estudio realizado en atención primaria (López, 2001) muestra un aumento del 80%, en consultas de dolientes respecto población general; otros estudios obtienen resultados similares: ascenso de un 63% de consultas de viudas en los 6 primeros meses (Parkes, 1964) y cuatro veces las de viudos durante los 20 primeros meses (Tudiver, 1995). Todo esto quizá también indique la pérdida de las redes sociales y, con ellas, muchos de los recursos clásicos para el doliente (familiares, religiosos, vecinos, amigos, compañeros de trabajo, etc.).

1.3. Cronología del duelo
La evolución del dolor causado por la pérdida de un ser querido presenta una enorme variabilidad, que va a depender de las múltiples circunstancias que rodean a esa persona y de su momento vital.
Sin embargo, y a pesar de esa gran variabilidad, se pueden describir, a grandes rasgos, distintos periodos de tiempo característicos a lo largo del proceso, que nos ayudarán a entenderlo, aunque esto suponga una fragmentación artificiosa de un "continuo único":  
Duelo anticipado (pre-muerte). Es un tiempo caracterizado por el shock inicial ante el diagnóstico de una muerte cercana y la negación, del paciente y la familia, mantenida en mayor o menor grado hasta el final; también por la ansiedad, el miedo y el centrarse en el cuidado del enfermo. Este período es una oportunidad para prepararse psicológicamente a la pérdida (Block, 2009) y deja profundas huellas en la memoria.
Duelo agudo (muerte y peri-muerte). Son momentos intensísimos y excepcionales, de verdadera catástrofe psicológica, caracterizados por bloqueo emocional, parálisis psicológica y una sensación de aturdimiento e incredulidad (Block, 2009) ante lo que se está viviendo. Es una situación de auténtica despersonalización.
 
Duelo temprano. Desde semanas hasta unos tres meses después de la muerte. Es un tiempo de negación, de búsqueda del fallecido, de estallidos de rabia, de intensas oleadas de dolor y llanto, de profundo sufrimiento. El doliente puede ser capaz de llegar a reconocer la realidad de la muerte a un nivel racional, pero no, todavía, a un nivel emocional (Block, 2009).
Duelo intermedio. Desde meses hasta años después de la muerte. Es un tiempo entre el duelo temprano y el tardío, en el que no se tiene la protección de la negación del principio, ni el alivio del paso de los años. Este período se puede definir como una "montaña rusa emocional" y cada caída después de la anterior subida, produce desesperanza ya que parece que se vuelve al principio o incluso se encuentra peor, hasta la siguiente subida. Estas subidas y bajadas con el tiempo se hacen menos pronunciadas.
Es una etapa de tormentas emocionales y vivencias contradictorias, de búsqueda, presencias, culpas y autorreproches; donde continúan las punzadas de dolor intenso que llegan en oleadas (Block, 2009). Con el reinicio de lo cotidiano se comienza a percibir progresivamente la realidad de la pérdida (Block, 2009; Bowlby, 1990), apareciendo múltiples duelos cíclicos en el primer año (aniversarios, fiestas, vacaciones, etc.) y la pérdida de los roles desarrollados por el difunto (confidente, amante, compañero, el chapuzas, etc.). Es también un tiempo de soledad y aislamiento, de pensamientos obsesivos, etc. A veces es la primera experiencia de vivir solo, y es frecuente no volver a tener contacto físico íntimo ni manifestaciones afectivas con otra persona. Se va descubriendo la necesidad de descartar patrones de conducta previos que no sirven (cambio de estatus social) y se establecen unos nuevos, que van a tener en cuenta la situación actual de pérdida. Este proceso es tan penoso como decisivo, ya que significa renunciar definitivamente a toda esperanza de recuperar a la persona perdida (Tudiver, 1995). Finalmente los períodos de normalidad son cada vez mayores. Se reanuda la actividad social y se disfruta cada vez más de situaciones que antes eran gratas, sin experimentar sentimientos de culpa. El recuerdo es cada vez menos doloroso y se asume el seguir viviendo. Varios autores sitúan en el sexto mes el comienzo de la recuperación (Block, 2009; Ott, 2003; Maciejewski, 2007; Bonanno, 2002), pero este período puede durar entre uno y cuatro años.
Duelo tardío. Transcurridos entre 1 y 4 años, el doliente puede haber establecido un nuevo modo de vida, basado en nuevos patrones de pensamiento, sentimiento y conducta (Olmeda, 1998) que puede ser tan grato como antes, pero sentimientos como el de soledad, pueden permanecer para siempre, aunque ya no son tan invalidantes como al principio. Se empieza a vivir pensando en el futuro, no en el pasado.
Duelo latente (con el tiempo...). A pesar de todo, nada vuelve a ser como antes, no se recobra la mente preduelo (Olmeda, 1998), aunque sí parece llegarse, con el tiempo, a un duelo latente, más suave y menos doloroso, que se puede reactivar en cualquier momento ante estímulos que recuerden.
1.4. Factores que dificultan y favorecen la evolución del proceso de duelo
La muerte siempre va asociada a una serie de circunstancias, que en conjunto pueden ser consideradas como normales, en el sentido de que no añaden por sí mismas dificultades a las ya propias del duelo, o por el contrario pueden complicarlo enormemente. 
Podemos considerar predictores de malos resultados o de dificultades en la elaboración del duelo, los siguientes (Block, 2009; Bowlby, 1990; Olmeda, 1998; Osterweis, 1984; Pangrazzi, 2008; Parkes, 1996; Sanders, 1989; Tizón, 1996;Worden, 2009):
  • Muertes repentinas o inesperadas.
  • Circunstancias traumáticas de la muerte (suicidio, asesinato).
  • Pérdidas múltiples.
  • Pérdidas inciertas (no aparece el cadáver).
  • Muerte de un niño, adolescente, (joven en general).
  • Doliente en edades tempranas o tardías de la vida.
  • Muerte tras una larga enfermedad terminal.
  • Muerte por SIDA.
  • Doliente demasiado dependiente.
  • Relación ambivalente o conflictiva con el fallecido.
  • Historia previa de duelos difíciles.
  • Depresiones u otras enfermedades mentales.
  • Escasos recursos personales como trabajo o aficiones.
  • Vivir solo.
  • Poco apoyo sociofamiliar real o sentido.
  • Alejamiento del sistema tradicional socio-religioso de apoyo (emigrantes).
  • Crisis concurrentes, laborales, económicas, judiciales, etc.
También hay otros factores que se pueden considerar como favorecedores del duelo (Rosenzweig, 1936; Genevro, 2003):
  • Personalidad madura e independiente.
  • Visión optimista de la vida.
  • Capacidad de comprensión de los otros, ser capaz de sentir empatía.
  • Tolerancia a las adversidades.
  • Ser capaz de expresar pensamientos, sentimientos y emociones.
  • Presencia de recursos personales, trabajo, aficiones, etc.
  • Habilidades sociales, amigos, etc.
  • Entorno familiar que permita la expresión de sentimientos.
1.5. Duelo complicado o Trastorno por Duelo Prolongado (TDP)
Aunque la mayoría de las personas en duelo se sobreponen a la pérdida e incluso se crecen en la adversidad, aproximadamente un 10%-20% de los dolientes presentan importantes dificultades para adaptarse a la muerte de un ser querido (Kristjanson, 2006). Así, el duelo se puede complicar con trastornos como ansiedad, angustia, depresión, estrés postraumático, abuso de sustancias, y/o por un trastorno por duelo prolongado (TDP); a veces, este último, es muy difícil de diferenciar de los anteriores y se solapa con ellos.
Para saber si estamos ante un TDP nos pueden servir de ayuda los siguientes criterios diagnósticos propuestos por Prigerson* et al (2009) para su inclusión en el nuevo DSM-V:
Criterio A
Evento: duelo (haberse producido la pérdida de alguien significativo).
Criterio B
Ansiedad por la separación: presentar, diariamente o de manera intensa, añoranza por el ser querido perdido (por ejemplo: anhelar su presencia, tener intensos sentimientos de dolor emocional, pena, o "punzadas" de aflicción en relación a él/ella, recordar su ausencia con una enorme y profunda tristeza, o padecer sufrimiento emocional o físico por el deseo -no satisfecho- de reunirse con él/ella).
Criterio C
Síntomas cognitivos, emocionales y conductuales; presentar a diario o intensamente al menos 5 de los siguientes síntomas:
  1. Estar confuso acerca de cuál es el papel de uno en la vida, o sentir que se ha muerto una parte de sí mismo.
  2. Dificultad para aceptar la realidad de la pérdida.
  3. Tratar de evitar todo lo que le recuerde que su ser querido ha muerto.
  4. Sentirse incapaz de confiar en los demás desde el fallecimiento.
  5. Estar amargado o enfadado en relación con el fallecimiento.
  6. Sentirse mal por seguir adelante con su vida (por ejemplo, hacer nuevas amistades o interesarse por cosas nuevas).
  7. Sentirse frío e insensible -emocionalmente plano- desde el fallecimiento.
  8. Sentirse frustrado en la vida, vacío y sinsentido desde la pérdida.
  9. Sentirse como "atontado", aturdido o conmocionado desde la pérdida.

Criterio D
Duración: el diagnóstico no debiera hacerse hasta que, por lo menos, no hubieran transcurrido 6 meses desde la pérdida.
Criterio E
Deterioro: el trastorno causa un deterioro clínicamente significativo en lo social, laboral u otras áreas importantes de la vida (por ejemplo responsabilidades domésticas).
Criterio F
Relación con otros trastornos mentales: la sintomatología no se explica por un trastorno depresivo mayor, un trastorno por ansiedad generalizada o un trastorno por estrés postraumático.  
Para poder diagnosticar a una persona de "Trastorno por Duelo Prolongado" debe cumplir los 6 criterios (A+B+C+D+E+F). En cualquier caso, estos criterios nos pueden servir para en un momento dado establecer una sospecha diagnóstica acerca de si ese doliente tiene o no un duelo patológico. En último término, este diagnóstico deberá ser establecido por un profesional especializado, quien a su vez propondrá el tratamiento más indicado. 
* Publicados con permiso de Holly Prigerson.

EDWARD DETMOLD ILUSTRADOR


LUNES 19 DE DICIEMBRE DE 2011

EDWARD DETMOLD ILUSTRADOR

Edward Julius Detmold (1883- 1957) era hermano gemelo de Charles Maurice Detmold (1883-1908). Ambos formaron parte de la Edad de Oro de la ilustración. Fueron criados en Londres por su tío materno, el Dr. E.B Shuldham, y se introdujeron en el arte desde una edad temprana a través de los amplios intereses de sus tutores en este campo, que incluía una colección en madera de fauna y flora japonesa. Los hermanos también se beneficiaron del tiempo que pasaron con otro tío, el artista Henry E. Detmold, que se cree que también alentó los intereses artísticos de ambos. En tal ambiente, las habilidades artísticas de los gemelos estaban muy desarrolladas, hasta el punto de que sus primeros trabajos datan de los 13 años con una muestra en la Royal Academy y en el Royal Institute of Watercolour Painters.

La fama de los hermanos se extendió rápidamente después de su debut debido a las ediciones limitadas, producidas en pequeñas cantidades a través de entregas privadas muy bien consideradas. The Jungle Book (El libro de la selva) en 1908 iba a ser el último trabajo conjunto de los hermanos debido a la muerte de Charles en ese mismo año. El extraordinario éxito de sus ilustraciones para acompañar el cuento clásico de Kipling, sin embargo, estableció firmemente la reputación de Edward y al año siguiente, realiza las ilustraciones para Fables of Aesop (las fábulas de Esopo).

Durante más de una década después de la muerte de su hermano, Edward se centra en ilustraciones de la naturaleza que margina hasta cierto punto su popularidad, pero su arte se siguió publicando en diversos libros, entre ellos: Birds and Beasts (1911), The Life of the Bee (1911), Hours of Gladness (1912), The Book of Baby Pets (1913), The Book of Baby Birds (1915), Birds in Town and Village (1919) and Fabre's Book of Insects (1921), Our Little Neighbours (1921) y Rainbow Houses (1923)

En 1924, sin embargo, Edward Detmold retorna al reconocimiento pleno de la crítica como ilustrador de libros, debido a su trabajo impresionante en las ilustraciones que realizo para en The Arabian Nights (las mil y una noches) editado en 1924. Satisfecho con este logro Detmold se retiró a Montgomeryshire donde vivió el resto de su vida.

He localizado algunas de las obras que ilustró mencionadas más arriba, comenzaremos por ver algunas de las laminas de The fables of Aesop (Las fabulas de Esopo), en una primera edición de 1909 ENLACE . Para ampliar pulse sobre las imágenes.

001-El grajo vanidoso-The fables of Aesop 1909-Edward Detmold

002-El aguila y la flecha-The fables of Aesop 1909-Edward Detmold

003-El buey y los ejes-The fables of Aesop 1909-Edward Detmold

004-La cabra y sus barbas-The fables of Aesop 1909-Edward Detmold

005-El mono y su madre-The fables of Aesop 1909-Edward Detmold

006-Los pajaros las bestias y el murcielago-The fables of Aesop 1909-Edward Detmold

007-El mono y el delfin-The fables of Aesop 1909-Edward Detmold

El siguiente que veremos es Birds and beasts (Aves y bestias), en una edición de 1911 cuyo autor fue Camille Lemonnier y está ilustrado por Detmold ENLACE

008-El jilguero cautivo-Birds and beasts 1911- Edward Detmold

009-Las extrañas aventuras del conejo blanco-Birds and beasts 1911- Edward Detmold

010-El señor Friquet-Birds and beasts 1911- Edward Detmold

011-Un perro perdido-Birds and beasts 1911- Edward Detmold

012-Desventuras de un buho-Birds and beasts 1911- Edward Detmold

Un clásico de Maurice Maeterlinck, The life of the bee (La vida de las abejas), que he localizado en dos ediciones distintas en Internet Archives, de 1901 ENLACE con imágenes demasiado claras y otra de 1911 digitalizada por Google con laminas quizás un poco más nítidas ENLACE , simultaneare entre ambas para presentarles algunas de sus laminas.

013-The life of the bee 1901-Ilustrada por Edward Detmold

014-Un viejo apicultor-The life of the bee 1901-Ilustrada por Edward Detmold

015-La reina-The life of the bee 1901-Ilustrada por Edward Detmold

016-Fundando la ciudad-The life of the bee 1901-Ilustrada por Edward Detmold

017-El duelo de las  reinas-The life of the bee 1901-Ilustrada por Edward Detmold

018-La abeja esfinge-The life of the bee 1901-Ilustrada por Edward Detmold

019-Los panales-The life of the bee 1901-Ilustrada por Edward Detmold

A continuación veremos algunas de las laminas de The jungle book (El libro de la selva), en una edición de 1913 escrito por Rydyard Kipling con ilustraciones de Detmold ENLACE .

020-Mowgli y el lobo solitario- The jungle book 1913-Ilustrado por Edward Detmold

021-Mowgli y Bagheera- The jungle book 1913-Ilustrado por Edward Detmold

022-El concejo de la roca- The jungle book 1913-Ilustrado por Edward Detmold

023-Baloo en la selva- The jungle book 1913-Ilustrado por Edward Detmold

024-Shere Khan en la jungla- The jungle book 1913-Ilustrado por Edward Detmold

025-Kaa la serpiente piton- The jungle book 1913-Ilustrado por Edward Detmold

026-Los elefantes- The jungle book 1913-Ilustrado por Edward Detmold

Fabre's book of insects, retold from Alexander Teixeira de Mattos' translation of Fabre's "Souvenirs entomologiques (Libro de Fabre de los insectos, traducido por Alexander Teixeira de Mattos de recuerdos entomológicos de Fabre) en una edición de 1921 ilustrada por Detmold.ENLACE

027-El escarabajo sabrado- Fabre's book of insects ..1921-Ilustrado por Edward Detmold

028-Pelopaeus spirifex- Fabre's book of insects ..1921-Ilustrado por Edward Detmold

029- Fabre's book of insects ..1921-Ilustrado por Edward Detmold

030-La Copris hispana- Fabre's book of insects ..1921-Ilustrado por Edward Detmold

031-La avispa comun- Fabre's book of insects ..1921-Ilustrado por Edward Detmold

032-El grillo de campo- Fabre's book of insects ..1921-Ilustrado por Edward Detmold

033-El sisyphus- Fabre's book of insects ..1921-Ilustrado por Edward Detmold

Birds in town & village (Aves de pueblos y ciudades), edición de 1920, escrito por William Henry Hudson e ilustrado por Detmold. ENLACE

034-Jilguero y herrerillo azul- Birds in town & village 1920-Ilustrado por Edward Detmold

035-Ruiseñor- Birds in town & village 1920-Ilustrado por Edward Detmold

036-Arrendajo- Birds in town & village 1920-Ilustrado por Edward Detmold

037-Reyezuelo- Birds in town & village 1920-Ilustrado por Edward Detmold

En la Hatchi Trust Digital library, encuentran The book of baby birds (El libro de los pájaros bebe), edicion de 1912, escrito por Florence Emily Hardy, e ilustrado igualmente por Detmold.ENLACE

038-La curruca del sauce-The book of baby birds 1912- Ilustrado por Edward Detmold- Hatchi Trust Digital library

039-El ostrero-The book of baby birds 1912- Ilustrado por Edward Detmold- Hatchi Trust Digital library

040-El pagalo-The book of baby birds 1912- Ilustrado por Edward Detmold- Hatchi Trust Digital library

041- El arrendajo-The book of baby birds 1912- Ilustrado por Edward Detmold- Hatchi Trust Digital library

042-El urogallo-The book of baby birds 1912- Ilustrado por Edward Detmold- Hatchi Trust Digital library

043- El ave del tropico-The book of baby birds 1912- Ilustrado por Edward Detmold- Hatchi Trust Digital library

Y por ultimo News of spring and other nature studies (Noticias de la primavera y otros estudios de la naturaleza), en una edición de 1917, escrito por Maurice Maeterlinck e ilustrado con preciosas laminas de Detmold ENLACE .

044-Venus atrapamoscas-News of spring and other nature studies 1917- Ilustrado por Edward J. Detmold

045-Espinas-News of spring and other nature studies 1917- Ilustrado por Edward J. Detmold

046-Catasetum y Cypripedium-News of spring and other nature studies 1917- Ilustrado por Edward J. Detmold

047-Coryanthes Maculata-News of spring and other nature studies 1917- Ilustrado por Edward J. Detmold

048-Jazmines-News of spring and other nature studies 1917- Ilustrado por Edward J. Detmold

049-Primavera-News of spring and other nature studies 1917- Ilustrado por Edward J. Detmold

050-Amapolas-News of spring and other nature studies 1917- Ilustrado por Edward J. Detmold

En general he recortado el sobrante de las laminas originales, corregido contraste y enmarcado en blanco.

Otras fuentes donde pueden ver laminas del artista:

En este blog, imágenes y referencias a ilustraciones de libros del artista ENLACE

Una página rusa con muchas imágenes a buena resolución ENLACE

Otro lugar ruso ENLACE

Bueno, ha resultado un post bastante largo, sobre todo en cuanto a imágenes, pero espero les haya gustado.

Saludos.

Bibliotecarios


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1 plaza de bibliotecario Quer | RecBib - Recursos Bibliotecarios
según Julian_Marquina
Start: 16/12/2011 - 00:00 End: 04/01/2012 - 23:59 Convocante: Ayuntamiento de QuerFecha de publicación: 16/12/2011Grupo: C1 (Bachiller - FP2)Tipo: Concurso - Oposición.
RecBib - Recursos Bibliotecarios

 
Las redes sociales como altavoz para minorías: bibliotecarios contra ...
En esta ocasión, los bibliotecarios están en pie de guerra con Pepsi: ... También formo parte del grupo de técnicos bibliotecarios que mantiene y administra las ...
victorpuig.es/.../las-redes-sociales-como-altavoz-para-minorias...

lunes, 19 de diciembre de 2011

Ketamina y adicciones


Características farmacológicas de las drogas recreativas (MDMA y otras anfetaminas, Ketamina, GHB, LSD y otros alucinógenos)
PEDRO LORENZO FERNÁNDEZ, IGNACIO LIZASOAIN HERNÁNDEZ
ADICCIONES (2003), VOL. 15, SUPL. 2
Resumen
En este capítulo hacemos una revisión de las características farmacológicas de las principales drogas recreativas englobadas en 2 grupos: drogas de diseño y alucinógenos. Las drogas de diseño (término acuñado por G Henderson) comprenden: el grupo de los derivados de las
feniletilaminas (derivados de anfetaminas) como el MDMA (éxtasis), el grupo de los opiáceos sean derivados del fentanilo o de la meperidina, el grupo de las arilhexilaminas como la fenciclidina (PCP), el grupo de los derivados de la metacualona y otras drogas de diseño con el gamma-hidroxi-butirato -GHB-, el extasis vegetal y otros. Por otra parte se revisan los principales alucinógenos, centrándonos en el LSD. El MDMA (3,4,-etilenodioximetanfetamina) es la droga de diseño más importante por su elevado consumo, posee acciones estimulantes y alucinógenas y puede producir neurotoxicidad. El GHB, la ketamina y una benzodiacepina como el flunitrazepam forman un grupo nuevo de drogas llamadas "drogas de violación por cita" ya que al ser depresores del sistema nervioso central y por sus propiedades incoloras, inodoras e insípidas producen efectos en la víctima de incapacidad para prevenir una agresión sexual. La LSD (dietilamida del ácido lisérgico) es la principal droga alucinógena y es una de las drogas con mayor potencia farmacológica.
Palabras claves: drogas de diseño, drogas de violación por cita, GHB, ketamina, LSD, MDMA.
http://www.adicciones.es/files/(03)%20lorenzo.pdf  

Revisión del uso recreacional de la ketamina
HIDALGO DOWNING, E.
Psicólogo. Master en Drogodependencias. Miembro del equipo técnico de Energy Control Asociación Bienestar y Desarrollo
ADICCIONES, 2002 * VOL.14 NÚM. 2 * PÁGS. 177/189
RESUMEN
El clorhidrato de ketamina (ketamina), fue aprobado en 1970 para su uso médico y veterinario. Sus propiedades la convierten en un fármaco seguro y eficaz, pero también produce efectos indeseables como ensoñaciones, ilusiones y alucinaciones. Para algunos, estas desventajas médicas fueron un aliciente para su uso extrahospitalario, demostrándose pronto su enorme
potencial psiquedélico e instaurándose ya en los años 70 un uso psiconáutico entre reducidos círculos de consumidores experimentados en la utilización de varias drogas. Desde finales de los 80 y coincidiendo con la expansión de la cultura techno, las raves y las drogas de síntesis, la ketamina se introdujo en las fiestas de jóvenes que realizan un uso recreativo, consumiéndola en dosis medias o bajas, generalmente vía esnifada, y mezclándola muchas veces con otras sustancias como el éxtasis o la cocaína. Los principales riesgos asociados al consumo son su elevado potencial de adicción psicológica, la alta tolerancia que produce y la posibilidad de dar lugar a heridas y accidentes al ser consumida en un entorno inadecuado. Hoy en día, aún siendo una sustancia de uso minoritario, sigue expandiéndose lenta y pausadamente, por lo que sería
aconsejable iniciar cuanto antes un abordaje preventivo e interventivo específico.
Palabras clave: Clorhidrato de ketamina, ketamina, uso
http://www.zheta.com/user3/adicciones/files/hidalgo.pdf
 
 
Patrones de uso de ketamina inyectada entre jóvenes que usan drogas
Patterns of ketamine use among young injection drug users.
Lankenau SE, Sanders B.
University of Southern California, Keck School of Medicine, Department of Pediatrics, 6430 Sunset Boulevard, Suite 1500, Los Angeles, CA 90028, USA. slankenau@chla.usc.edu
J Psychoactive Drugs. 2007 Mar;39(1):21-9.
Abstract
Ketamine is a dissociative anesthetic that has emerged as an increasingly popular choice among young drug users. Recent research indicates the presence of hidden populations of young people who inject ketamine in New York and other U.S. cities. Applying an ethno-epidemiological approach, the authors recruited 40 young injection drug users (IDUs) (< 25 years old) in New York City to explore health risks associated with ketamine use. This analysis looks at the varying patterns and frequencies of ketamine injection by examining personal, social, and cultural aspects of these young people's lives. We learned that drug-using histories, experiential dimensions, sociocultural characteristics, and associations with other young people help account for the different patterns of injecting ketamine within the sample. In particular, these findings indicate that young people who were more frequent ketamine injectors had the following characteristics: initiated injection drug use with ketamine; enjoyed the effects of ketamine, were stably housed; lived in the vicinity of New York City; and associated with others who also injected ketamine.
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC1925052/pdf/nihms21462.pdf
 
Adicciones y abuso de fármacos en anestesiología
Addiction and substance abuse in anesthesiology.
Bryson EO, Silverstein JH.
Department of Anesthesiology, Mount Sinai Hospital, New York, NY 10029, USA. ethan.bryson@mountsinai.org
Anesthesiology. 2008 Nov;109(5):905-17.
Abstract
Despite substantial advances in our understanding of addiction and the technology and therapeutic approaches used to fight this disease, addiction still remains a major issue in the anesthesia workplace, and outcomes have not appreciably changed. Although alcoholism and other forms of impairment, such as addiction to other substances and mental illness, impact anesthesiologists at rates similar to those in other professions, as recently as 2005, the drug of choice for anesthesiologists entering treatment was still an opioid. There exists a considerable association between chemical dependence and other psychopathology, and successful treatment for addiction is less likely when comorbid psychopathology is not treated. Individuals under evaluation or treatment for substance abuse should have an evaluation with subsequent management of comorbid psychiatric conditions. Participation in self-help groups is still considered a vital component in the therapy of the impaired physician, along with regular monitoring if the anesthesiologist wishes to attempt reentry into clinical practice.
 
Atentamente
Dr. Juan Carlos Flores-Carrillo
Anestesiología y Medicina del Dolor

Ponencias o artículos: ¿una tensión en la comunicación científica de nuestro tiempo?


Ponencias o artículos: ¿una tensión en la comunicación científica de nuestro tiempo?


Quienes estamos abocados a la actividad de investigación sabemos que los congresos, jornadas u otras reuniones académicas y científicas son importantes espacios para presentar y debatir avances de investigación, y relacionarnos con colegas que están trabajando en temas y problemas de investigación similares a los nuestros.
Los congresos fueron durante mucho tiempo y hasta mediados del siglo XX el principal medio de comunicación de las novedades de la ciencia. Eran los espacios donde se daban a conocer los principales avances de conocimiento y tenían lugar auténticas primicias en materia científica. Sin embargo, esta situación empezó a cambiar a partir de las décadas de 1960 y 1970 porque las revistas profesionales y científicas empezaron a reclamar por la poca originalidad de los artículos que les llegaban con intenciones de ser publicados en ellas. El caso de Ingelfinger, editor de la revista The New England Journal of Medicine, constituye un ejemplo emblemático del comienzo de la disputa por las primicias científicas entre congresos y revistas.
Es así que muchas revistas comenzaron a incluir en sus cláusulas la condición de originalidad y exclusividad de los artículos de investigación, y se hicieron definitivamente con el monopolio de las novedades científicas, hasta el punto que en los congresos de algunas disciplinas suelen presentarse ahora resultados de investigación que ya han sido previamente publicados en alguna revista. Pero entonces, el objetivo de la presentación de ponencias en congresos ya no sería el mismo.
En biblioteconomía y documentación, así como en otras disciplinas sociales y humanas, las ponencias presentadas a congresos y jornadas constituyen, junto con los artículos publicados en revistas, los principales canales de comunicación de los resultados de investigación. En muchos casos los trabajos presentados en congresos no son luego publicados en otros medios.
Transformar las ponencias en artículos o en capítulos de libros no es tarea sencilla, y tal vez por falta de tiempo u otras razones, mucho de lo que se escribe para estos encuentros se difunde exclusivamente por ese medio. En algunos casos, llegan a espacios públicos reducidos, sin la posibilidad de que otros colegas que trabajan en los mismos temas tengan oportunidad de acceder a las informaciones. En otros, los trabajos son ampliamente difundidos a través de repositorios de acceso abierto o del sitio web del encuentro, haciendo de ellos una difusión masiva.
Ahora bien, el problema es que esos trabajos no han sido “publicados” en el sentido tradicional del término; y no es lo mismo la difusión de ponencias a través de la Web que la publicación de artículos en revistas especializadas, en las que existe un proceso de evaluación de la calidad de los trabajos que finalmente serán comunicados y formarán parte del sistema público de debate de la ciencia.
No quiere decir esto que las ponencias presentadas en congresos no tengan seriedad y rigor académico (aunque eso no es una regla general y depende de cada congreso); como tampoco que los autores de esas ponencias no deban recibir el merecido reconocimiento por su participación en dichos encuentros. Estos espacios cumplen definitivamente una valiosa función de actualización, formación e intercambio de información para los profesionales y científicos de todas las disciplinas. Pero debe quedar claramente establecida la diferencia entre difundir un trabajo presentado en un congreso y publicarlo en una revista.
En algunas ocasiones, las ponencias presentadas a congresos suelen compilarse y publicarse en un documento bajo el título genérico de Actas o Memorias, pudiendo o no tener un proceso de revisión y arbitraje que garantice la calidad de los trabajos allí reunidos. Hasta hace poco tiempo era habitual que estas Actas se publicaran en soporte impreso quedando el alcance geográfico de su distribución bastante restringido. En la actualidad, es cada vez más frecuente que los resultados aparezcan en formato digital, distribuidos en la web, haciendo que la difusión tenga un alcance mundial. Esto hace que las presentaciones realizadas públicamente en foros restringidos queden a disposición de todos los interesados en cualquier lugar del mundo. Es decir, la difusión pasa desde el pequeño público al gran público.
No hay duda que la amplia difusión de las ponencias a través de la Web tiene unos propósitos bien intencionados, e incluso puede ser beneficioso para aquellos investigadores que eligen los congresos como canal exclusivo de comunicación de los resultados de sus investigaciones. Sin embargo, puede representarle un problema a aquellos que además de participar en congresos deseen publicar sus trabajos en forma de artículos en revistas especializadas. El dilema aquí deviene en quién se queda con la primicia: ¿el congreso o la revista?
Suponiendo que los congresos, jornadas, etc., sigan manteniendo la función principal de comunicar avances y resultados preliminares de investigación, los investigadores que quieran participar de estos eventos -y a la vez publicar artículos en una revista- deben pensar cuidadosamente qué tipo de resultados comunicar y cuánta información proporcionarán, para que ello luego no les represente un impedimento para la posterior publicación del artículo.
En definitiva, esto pondría al investigador en el dilema de decidir qué comunicar y qué no en sus presentaciones en congresos. Imaginemos el caso de un investigador que tiene un artículo de investigación original terminado listo para enviar a publicar a una revista, pero quiere además presentar el resultado de su trabajo mediante una ponencia en un congreso especializado, ¿acaso habría de reservar cierta información que ya ha obtenido para no tener conflictos de originalidad con la revista? ¿Sería eso ético?
Por otro lado, es habitual que algunos congresos o jornadas informen que los trabajos presentados serán publicados luego del evento en una revista determinada. Esto supone entonces que las ponencias deben aportar información sustantiva y ser trabajos de investigación original, puesto que de lo contrario no podrían pasar el filtro de la revisión de expertos a los que serán sometidos para su publicación en la revista. El problema en este caso es que el investigador se ve condicionado a tener que publicar su trabajo en la revista elegida por el congreso y no en otra que tal vez sea de mayor preferencia.
Estas cuestiones parecen estar dando lugar a nuevas tensiones en la comunicación científica de nuestro tiempo, y nos invitan a reflexionar acerca del rol que desempeñan las ponencias en congresos y los artículos de revistas en la difusión de los conocimientos científicos.
Cómo citar este artículo:
MiguelSandra. “Ponencias o artículos: ¿una tensión en la comunicación científica de nuestro tiempo?”. Anuario ThinkEPI, 2012, v. 6, pp. ¿¿-??.