EL EMPEÑO POR CONTAR LA HISTORIA DE LA "DOBLE HÉLICE" Y SUS IMPLICACIONES EXISTENCIALES | ||||||
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El 28 de febrero de 1953, en el pub The Eagles de Cambridge, Inglaterra, los clientes, en su mayoría investigadores del cercano y prestigioso laboratorio Cavendish, asistieron a una revelación trascendental para el futuro de la biología: dos jóvenes científicos con una exagerada falta de modestia entraron en dicho local y uno de ellos, Francis Harry Compton Crick, manifestó "a grito pelado" "Hemos encontrado el secreto de la vida"... Aunque el descubrimiento de la estructura de la doble hélice del ADN nunca hubiera sido posible sin los conocimientos previos aportados por grandes genios como Griffith, Avery, MacLeod, McCarty, Hershey, Chase, Todd o el doblemente laureado Linus Pauling, ciertamente, la publicación, el 25 de abril de 1953, del Nature más famoso de la historia, firmado por James Dewey Watson y Crick, supuso la entrada directa de la bioquímica y biología molecular moderna y el pistoletazo de salida en la lucha por desentrañar todos los misterios de la expresión génica. En este sentido, el libro "Genes, Chicas y Laboratorios. Después de la doble hélice" escrito por Jim (tal y como le gustaba llamarse a J.D. Watson) y que acaba de publicar TusQuets (Metatemas) da testimonio, a través de los ojos de un joven investigador, de la convulsión científica vivida en aquella década. Además, junto al devenir científico entre congresos, reuniones de trabajo y visitas a diferentes laboratorios de Inglaterra y EE.UU., principalmente, el libro pretende describir la difícil compaginación del trabajo de laboratorio con la vida sentimental. "Genes, Chicas y Laboratorios" está estructurado en pequeños capítulos que describen, desde abril de 1953 hasta septiembre de 1956, prácticamente mes a mes, la lucha del joven Watson por conseguir, a toda costa, su éxito científico; dicha lucha se convierte en angustia cuando entramos en el terreno sentimental. Precede, a esta especie de diario, unas palabras de su buen amigo Peter Pauling, hijo de Linus, quien ya advierte, como "líder no designado de las Víctimas mencionadas", que el libro podría ser "poco digno de confianza de lo que realmente ocurrió en aquella época". Asimismo, en el Prefacio que sigue a estas declaraciones, el propio Jim advierte que su conducta inexperta y egocéntrica de los años 50-60 podría provocar el enfado del lector actual. Lo que no comenta es su bajo criterio a la hora de emitir juicios sobre las mujeres que aparecen en el libro, así como de la escasa valoración que le merecía la malograda Rosalind Franklin, química física que trabajaba en el King's College de Londres y que obtuvo las imágenes del ADN claves para el establecimiento del famoso modelo de la doble hélice. Con solo 37 años, Rosalind murió de cáncer en 1958, cuatro años antes del Nobel ofrecido por la doble hélice. Tachada de intransigente, algunas de las frases que se le dedica en el texto son: "Rothschild me envió un mensaje acerca de que Rosalind se comportaba como un avispón"; incluso, cuando Watson pretende elogiarla, lo hace con desatino: Rosalind Franklin, para mi alivio, ahora resultó ser lo contrario de desagradable. Por otra parte, prácticamente toda descripción que hace Jim de una mujer se basa en su color de pelo. En 15 ocasiones serán rubias (o "rubitas"), como su amada Christa, hija mayor del famoso ornitólogo y profesor del Museo de Zoología Comparada de Harvard, Ernst Mayr; toda la trama amorosa de Jim en el libro gira en torno a su amor por esta estudiante, su angustia por la sospecha de falta de correspondencia y su desesperación cuando se confirman sus temores. El libro se desarrolla en capítulos prácticamente a tiempo real, mes a mes, de forma lenta y tediosa en ocasiones, debido a la profusión de nombres propios complicados de seguir para el lector no experto en la historia de la física, química o biología. Desde sus investigaciones en Cambridge, en el Cavendish, su paso por el Instituto de Tecnología de California (Caltech), Harvard y, finalmente Cold Spring Harbor, Watson mezcla constantemente los nombres de amigos científicos, con datos de seminarios y visitas a diferentes laboratorios y centros de investigación poco ágiles de situar en el relato. Entremezclados con los datos de interés históricos, como he indicado, Jim describe algunos de sus intentos de escarceos amorosos con varias chicas (como indica el título del libro) con frases tales como: "Al principio, Urs (Ursula Szent-Györgyi) entabló una conversación formal, propia de una chica e insípida" o "Sólo el alcohol de mi sangre me impidió lamentar al instante haber rechazado una joya inmediata por otra que quizá nunca fuera mía", en relación a un conato de infidelidad a su amada Christa. El egocentrismo de Jim le lleva a la coquetería de salir en Vogue, al verlo como la mejor oportunidad para que "chicas americanas tuvieran más interés en conocerme". De hecho, ego no es algo que escasee en el protagonista; en una ocasión que solicita ver a Dalí, en una estancia que nuestro universal pintor realizó en EE.UU., que aprovecha para mostrar su cuadro homenaje de la doble hélice titulado "Galacidalacidesoxiribunucleicacid", Jim le escribe la siguiente nota: "La segunda persona más brillante del mundo quiere ver a la más brillante"¿cortesía o pedantería? Asimismo, se respira soberbia en la siguiente descripción de los virólogos de la época: "Eran muchos los virólogos que no pensaban todavía en términos de información genética y seguían aferrados a chapuceros procedimientos inmunológicos y bioquímicos". Sin embargo, y como compensación justa, tanto él como Crick tuvieron que soportar comentarios de científicos tan notables como Erwin Chargaff, tachado de celoso por Jim, al argumentar que "la investigación real se hace en la poyata y no jugando con modelos de meta", en clara alusión a los modelos de ADN y, posteriormente, de ARN y proteínas que Watson y Crick elaboraron. Después de 31 capítulos cortos, súbitamente y como epílogo, la trama se acelera notablemente para abarcar 12 años muy intensos desde el punto de vista histórico y científico que, quizás, habrían merecido un mejor desglose en intervalos más equitativos, aunque se hubiera sacrificado algo de... intimismo. Tras dicho epílogo, se muestra la excesiva correspondencia entre George Gamow y Jim Watson; recuerdos del físico teórico ruso, enamorado del proceso de secuencias que va desde el ADN a la proteína y que fundó, junto a Jim, el denominado Club de la Corbata del ARN. Geo Gamow murió en 1968 a consecuencia de sus excesos con el alcohol -Jim lo recuerda como un científico pegado siempre a un vaso de güisqui-. Otro personaje clave para el descubrimiento de la doble hélice, con clara enemistad hacia Jim, es Maurice Wilkins, quien acusa a Watson y Crick de utilizar los datos del King's College de manera impropia. Aparte de su compañero Crick, junto al que desea continuar investigando en todo momento en la identificación de la estructura del ARN y su mecanismo para conducir la traducción de proteínas, otros personajes omnipresentes en el relato son Linus Pauling, frustrado competidor por la estructura de la doble hélice, su hijo Peter, mujeriego e irresponsable, y su hija Linda, "rubia" estudiante que mantuvo una relación de amistad-coqueteo con Jim. Aunque como mera contextualización del relato principal, algunas noticias interesantes que se tratan en "Genes, Chicas y Laboratorios", son: la escalada de la guerra fría entre la U.R.S.S. y EE.UU., el asesinato de Kennedy, la coronación de Isabel II, la subida al Everest de Edmund Hillary en 1953 -Jim es un apasionado del alpinismo, deporte que practica tanto en California como en los Alpes suizos- o, algo que me llena de satisfacción, la enorme contribución de nuestro Nobel Severo Ochoa al desarrollo de la biología molecular con su descubrimiento y caracterización del enzima polinucleótido fosforilasa. "Genes, Chicas y Laboratorios" muestra, en definitiva, dos vertientes: la histórica y la literaria. Esta última sucumbe claramente al mérito de la primera. Como indiqué anteriormente, la gran profusión de nombres propios hace difícil y arduo seguir con detalle el texto. Para intentar paliar este problema, el libro incluye una lista de personajes de obligada consulta continua. Asimismo, el libro peca de "escasez visual" al ser muy parco en fotos. Finalmente, además de la lista de personajes, habría facilitado mucho la lectura contar con fotos y mapas de los laboratorios donde transcurre la mayoría de la acción. Claro está que, en ese caso, el libro se habría convertido en algo así como el Silmarillion de la biología molecular... José Antonio López-Guerrero Centro de Biología Molecular "Severo Ochoa" |
lunes, 11 de octubre de 2010
Eugenio Martín Izquierdo de Rivera y Lazaún (Navarra 1745 - Chantilly 1813)
Eugenio Martín Izquierdo de Rivera y Lazaún (Navarra 1745 - Chantilly 1813) Autor | Mª Ángeles Calatayud Arinero, Ex - archivera del Museo Nacional de Ciencias Naturales. CSIC
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Mientras tanto el Real Gabinete de Historia Natural sigue su andadura bajo la dirección de Franco Dávila enriqueciéndolo con nuevas colecciones y, el 13 de enero de 1777, el Marqués de Grimaldi dirige a don Pedro un oficio con el nombramiento de don Eugenio Izquierdo como vicedirector y profesor de Química y Ciencias Naturales de dicho Real Gabinete. Antes de su vuelta a España viajó por varios países europeos: Inglaterra, Holanda, Alemania, etc., observando la industria metalúrgica, de manufacturas, etc., y años después se crea en París una sociedad destinada a la fundición de cobre para beneficiar a la Marina Real francesa, uno de sus socios principales fue Eugenio Izquierdo. Esta experiencia le valdría años más tarde paraque la Marina española le nombrara director de la 'Cobrería de Jubia' en Galicia. En 1786 el 6 de enero muere don Pedro Franco Dávila y en su lugar se nombra a don Eugenio Izquierdo director del Gabinete Real, pero debido a las Comisiones que se le encomiendan desempeñó esporádicamente dicho cargo cuya dirección recayó en don José Clavijo y Fajardo. | |||||||||
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Más información: | |
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Cartas 'perdidas' que aclararon el descubrimiento de la estructura del ADN
http://www.madrimasd.org/cienciaysociedad/mediateca/default.asp?videoID=1762
domingo, 10 de octubre de 2010
Descifrado el genoma del hongo de la penicilina, 80 años después de Fleming
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En España....Las mujeres no dirigen ninguna de las 172 áreas de conocimiento
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Un virus contra el cáncer
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Cuestión de género y números
Cuestión de género y números
Publicado por Instituto de Ciencias Matemáticas el 15 Septiembre, 2008
Cuantas veces hemos oido la frase de “las chicas no son buenas en matemáticas”. Y cuantas veces los estereotipos y su gran peso han marcado un camino que no era el que, en un primer momento, queríamos…
Este esteretipo que afirma que las mujeres no tienen buena capacidad para las matemáticas está muy extendido y es difundido incluso por personas de gran renombre, como el que fue Presidente de la Universidad de Harvard, Lawrence Summers. Pese a que afirmaciones como esta siempre nos chocan por considerarlas políticamente incorrectas y con poco fundamento, parece que pesiste la duda de si una persona de su posición y conocimientos estará o no en lo cierto.
Desde esta ventana pública queremos hacernos eco de los direfentes estudios publicados recientemente que van contrubuyendo a refutar de modo científico estas afirmaciones.
Todavía queda un largo camino por delante ya que estos estereotipos se encuentran firmemente arraigados dentro de nuestra sociedad.
“Nuestra nación se enfrenta a una competencia creciente en innovación tecnológica… mientras que los resultados escolares en matemáticas y ciencias de nuestros estudiantes están por debajo de muchos países. Para cambiar este escenario, es imperativo que llamemos la atención y la perspectiva de chicos y chicas por igual. Hasta que las mujeres se sientan tan a gusto con las matemáticas, la ciencia y la ingeniería como los hombres, nuestra nación será bastante menos que la suma de sus partes…”
Esta frase refleja fielmente los problemas a los que nos enfrentamos en nuestra sociedad, las bajas puntuaciones en matemáticas, de las que hablaremos en otro momento, y la poca representación de las mujeres en las ramas de ingeniería y matemáticas. Sin embargo, fue dicha por los presidentes de las tres universidades más prestigiosas de Estados Unidos dentro de un documento conjunto en el que mostraban su preocupación por una situación, común en las sociedades occidentales, que representa una pérdida de recursos humanos y un obstáculo serio para el desarrollo de las ciencias y para la sociedad europea en su conjunto, tal y como recoge el informe PREMA “Por una educación matemática sensible a las diferencias de género”.
Es indudable que algunas áreas de conocimiento se encuentra altamente segregadas por el sexo pero ¿cuáles son los motivos que inducen a que esto sea así?.
Tradicionalmente se ha hablado de una diferente aptitud matemática en los hombres y las mujeres explicadas de distinto modo por la diferencia cerebral entre los hombres y las mujeres y por una diferente atención hacia objetos y personas, respectivamente, en edades muy tempranas (se habla de la orientación espacial y de la empatía). A finales de 2005, Elizabeth Spelke de la Universidad de Harvart revisó 11 estudios sobre la materia. La mayoría de ellos sugerían que las habilidades de hombres y mujeres para las matemáticas y las ciencias tienen su base genética localizada en los sistemas cognitivos que emergen en la infancia temprana pero, en líneas generales, estas diferencias no dan una distinta aptitud para las matemáticas. De hecho se encontró que los niños y niñas de 6 meses de edad ejecutan tareas de suma y resta exactamente igual.
Bien, estas teorías que se encuentran bien contrastadas respecto a lo que inicialmente afirman, se han visto desmentidas respecto a su conexión con la aptitud matemática. Una mejor orientación espacial de los hombres no implica un menor talento matemático. Esto ha sido comprobado en un macroestudio dirigido por la psicóloga Janet Hyde, de la Universidad de Wisconsin (EE UU), acaba de presentarse en Science, y viene a unirse a otros trabajos recientes que también cuestionan la supuesta superioridad masculina en esa disciplina y que demuestran con métodos contrastados y con un campo de muestra de 7 millones de estudiantes de 10 estados de EEUU que las diferencias entre géneros son estadísticamente irrelevantes.
Bien, estas teorías que se encuentran bien contrastadas respecto a lo que inicialmente afirman, se han visto desmentidas respecto a su conexión con la aptitud matemática. Una mejor orientación espacial de los hombres no implica un menor talento matemático. Esto ha sido comprobado en un macroestudio dirigido por la psicóloga Janet Hyde, de la Universidad de Wisconsin (EE UU), acaba de presentarse en Science, y viene a unirse a otros trabajos recientes que también cuestionan la supuesta superioridad masculina en esa disciplina y que demuestran con métodos contrastados y con un campo de muestra de 7 millones de estudiantes de 10 estados de EEUU que las diferencias entre géneros son estadísticamente irrelevantes.
Otra de las razones es el peso del estereotipo y otros factores psicosociales.
Cuando las chicas ya son mayoría en casi cualquier tipo de carrera univesitaria, llama la atención el hecho de que en las ingenierías y demás carreras técnicas las chicas no pasan del 27%. Este desequilibrio empieza a gestarse en la elección de modalidad (artes, humanidades y ciencias sociales, ciencias de la naturaleza y de la salud, o tecnología) que las chicas eligen en el bachillerato. Para explicar porqué unas pocas mujeres escogen cursos de matematicas y trabajan en profesiones relacionadas con ellas “debemos atender a otros factores, como unos sistemas de creencias internalizados sobre matemáticas, factores externos como la discriminación sexual en educación y en el trabajo y el currículo de matemáticas previo al acceso a la universidad”.
Un caso espectacular del peso del estereotirpo ha sido demostrado hace dos años por el psicólogo Steven Heine, de la Universidad de British Columbia en Vancouver. Heine sometió a 120 mujeres de unos 20 años a dos ejercicios de matemáticas separados por una prueba de comprensión de lectura que era distinta según el grupo de mujeres: un ensayo sostenía que las diferencias de habilidad matemática entre hombres y mujeres son de origen genético, y otro afirmaba que se deben a la experiencia.Todas las mujeres sacaron una puntuación similar en el primer ejercicio, pero las mujeres que leyeron el ensayo sobre el origen genético hicieron el segundo ejercicio claramente peor. La torpeza femenina para las matemáticas tiene, por tanto, una parte de verdad autocumplida.
Un reciente estudio dirigido por la psicóloga social Mercedes López Sáez, de la Universidad Nacional de Educación a Distancia, y financiado por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, analiza precisamente la influencia de esos factores psicosociales en el desequilibrio de las matriculaciones y señala que las creencias estereotipadas sobre las diferentes modalidades de bachillerato y las actitudes implícitas hacia los hombres y las mujeres que estudian medicina o ingeniería influye de manera clara en la propia actitud de profesores y alumnos.
Un reciente estudio dirigido por la psicóloga social Mercedes López Sáez, de la Universidad Nacional de Educación a Distancia, y financiado por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, analiza precisamente la influencia de esos factores psicosociales en el desequilibrio de las matriculaciones y señala que las creencias estereotipadas sobre las diferentes modalidades de bachillerato y las actitudes implícitas hacia los hombres y las mujeres que estudian medicina o ingeniería influye de manera clara en la propia actitud de profesores y alumnos.
Entre los profesores “Se tiende a desvalorizar las modalidades de bachillerato que integran el área de letras (humanidades y ciencias sociales), tanto en lo que respecta a las capacidades intelectuales que requieren como a las posibilidades profesionales que abren”, y entre los alumnos “Los adolescentes creen que la chica más femenina es la de ciencias naturales y de la salud, seguida de la de humanidades y ciencias sociales, siendo la chica del bachillerato tecnológico la considerada menos femenina”.
En la fase de documentación llevada a cabo para escribir este artículo he encontrado varias frases que me han llamado poderosamente la atención:
- La falsa idea de que las mujeres son inferiores en aptitud matemática está tan extendida en las sociedades occidentales que “el mero hecho de recordarle su sexo a una mujer puede reducir significativamente su puntuación en una prueba”. Incluso el hecho tan inocuo de pedir que escriban su sexo, el que se hiciese antes del examen perjudicó los resultados de las chicas.
- Los prejuicios aumentan el diferencial de los resultados entre géneros. Cuando los estudiantes son conscientes del estereotipo, no sólo bajan las puntuaciones de las chicas, sino que suben las de los chicos.
- No es que las chicas sean peores en ciencias es que, en los países sin igualdad de sexos (España entre ellos), rinden por debajo de sus posibilidades en el colegio.
La mayoria de estudios mencionados señalan en sus conclusiones a los profesores comopieza clave que conseguirá hacer las matemáticas atractivas por igual para chicos y chicas, pero ser conscientes cada uno del peso del estereoipo y de las cuestiones más arriba mencionadas contribuirá de modo decisivo a luchar contra esta desigualdad que merma recursos humanos a nuestra sociedad.
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