viernes, 11 de noviembre de 2011

El cerebro humano no entiende de soportes


El cerebro humano no entiende de soportes
Existe la noción de que la lectura en papel es más fácil que la realizada con un lector de libros electrónicos. Un estudio realizado por la Universidad Johannes Gutenberg de Maguncia(Alemania) destierra esta teoría y especifica que, pese al escepticismo que aún sigue despertando la lectura digital, no hay un motivo real para ello.
FUENTE | Público11/11/2011
El estudio analizó las diferencias en la lectura a través de un ereader (Kindle), una tableta (iPad) y un libro en papel. Cada participante leyó varios textos con distintos niveles de complejidad en los diferentes formatos. Los procesos neuronales de los participantes durante la lectura se evaluaron midiendo los movimientos oculares y la actividad cerebral, analizando el comportamiento ante la lectura, la comprensión de textos y la retentiva de datos.

El estudio mostró que, a pesar de los prejuicios expuestos por los participantes, en realidad no había ninguna diferencia en términos de rendimiento entre la lectura en papel y con un lector digital. "Hemos demostrado que la preferencia subjetiva por el libro impreso no es un indicador de lo rápido que se procesa la información", explica el profesor Schlesewsky, jefe de investigación de lingüística de la Universidad. 

De hecho, según las pruebas, las tabletas proporcionan una ventaja sobre los ereaders y los libros impresos de la que los usuarios no son conscientes: la información se procesa con mayor facilidad cuando se emplea una tableta. Además, aunque no hubo diferencias entre los medios empleados en cuanto a tasas de lectura entre los participantes más jóvenes, los mayores mostraron que leían más rápido cuando utilizaban una tableta.

Autor:   B. S.

La sedación ya es un derecho para pacientes terminales


La sedación ya es un derecho para pacientes terminales

Los médicos recomiendan el uso cotidiano de esta técnica

ANTONIO GONZÁLEZ MADRID 11/11/2011 08:00

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La sedación evita el sufrimiento innecesario. Laura León

La sedación evita el sufrimiento innecesario. Laura León

A partir de ahora, un facultativo que se niegue a aplicar la sedación paliativa a un enfermo terminal que cumpla los requisitos para ello, por ejemplo, debido a sus "creencias" religiosas, estará actuando fuera de la buena práctica médica. La Organización Médica Colegial (OMC) y la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (SECPAL) han aprobado una guía clínica para que los médicos españoles apliquen la sedación (rebaja del nivel de conciencia mediante fármacos para evitar el sufrimiento) como "una práctica de uso cotidiano" en aquellos pacientes moribundos que lo precisen y cumplan con los requisitos. Esto es, que tengan síntomas que no responden al tratamiento y que hayan dado su consentimiento.
"Hay muchos pacientes que se mueren y lo están haciendo solos, otros con mucha ansiedad y otros con dolor, y buena parte de ellos sin el apoyo emocional necesario", explicó ayer el presidente de la OMC, Juan José Rodríguez Sendín, que defiende que no debe haber "ningún paciente que se muera sin que le apliquen la sedación que precise" y que, asimismo, "nadie tiene derecho a imponer sus creencias" al paciente en agonía.
Los facultativos han aprobado una guía como "alternativa" a la ley que no salió
La guía, que es "de obligado cumplimiento" para los facultativos y ha sido aprobada por unanimidad por los 52 colegios de médicos que conforman la OMC, es una "alternativa profesional" a la ausencia de legislación en la materia, después de que la ley de cuidados paliativos anunciada por el Gobierno socialista no se haya aprobado finalmente en esta legislatura. Sin embargo, los médicos creen que los profesionales y los pacientes no pueden esperar más. "Es una necesidad urgente", precisó el presidente de la Comisión de Deontología de la OMC, Marcos Gómez Sancho, que dejó claro que, ante la sedación, no sólo "no cabe la objeción de conciencia", sino que su aplicación es un "deber deontológico" para evitarle al paciente sufrimientos innecesarios. Eso sí, hay que tener en cuenta que las condiciones de la aplicación de esta técnica "las tienen que dictar las condiciones del paciente, no la familia".
"No es aplicable que un paciente terminal tenga sufrimiento y no se le aplique la sedación, pero tampoco se debe aplicar cuando no está indi-cada o a dosis incorrectas", agrega por su parte Javier Rocafort, presidente de SECPAL, que en cualquier caso destaca que se trata de un problema que afecta a una parte muy importante de la población. Según sus datos, cada año mueren en España unos 250.000 pacientes en estado terminal, lo que supone, contando con los familiares, que es un trance que afecta anualmente de 750.000 a un millón de personas.

Dolor insoportable

La OMC afirma que no se puede objetar ante una práctica como la sedación
Al mismo tiempo, un 20% de los pacientes en estado terminal presentan uno o más sintomas refractarios (que no responden al tratamiento). A estos pacientes, que por ejemplo presentan asfixia, dolor insoportable, hemorragia masiva o pánico que no se reducen con tratamiento alguno es a quienes hay que aplicarles la sedación. "Lo único que podemos hacer para que tengan un final digno es reducirles la conciencia", destaca Gómez Sáncho.
En este contexto, los médicos tienen claro que, ante la sedación, no cabe la objeción de conciencia, ya que bien aplicada es una buena práctica médica. Al mismo tiempo, creen que, gracias a la guía el médico que la aplique, tendrá desde ahora una mayor seguridad jurídica. "Ningún juez se va a atrever a llevar la contraria a algo que ha aprobado la mayoría de la profesión médica y que hay que elevar a la categoría de normal", indicó Rodríguez Sendín.
Por último, los facultativos apuestan porque sea el médico habitual del paciente quien aplique la sedación.

Gobernanza de la información


Gobernanza de la información

¿Sólo una nueva etiqueta?
Un nuevo término está irrumpiendo con fuerza en el mercado desde mediados de la década pasada, y desde 2010 se extiende imparable como una mancha de aceite: la gobernanza de la información IG (en inglés information governance). El término gobernanza tiene varias acepciones en el diccionario de la RAE que por sí mismas son significativas: acción y efecto de gobernar o gobernarse; mandar con autoridad o regir algo; guiar y dirigir; regirse según una norma, regla o idea.
¿Nos aporta algo nuevo?, ¿se trata de una nueva disciplina, o es simplemente una etiqueta más para presentar como novedoso algo ya existente?
A primera vista podría parecer que esta categoría pueda introducir más confusión a la lista de conceptos que ya manejamos: gestión de la información, del conocimiento, gestión de contenidos empresariales o records management. Sin embargo, en mi opinión, estamos ante un concepto que se va a consolidar y adoptar rápidamente por varios factores:
- Responde a una necesidad real, y cada vez más acuciante, de empresas y organizaciones que ven como la multitud de datos, documentos, registros, canales, medios y procesos en los que se contiene y fluye la información, se multiplican de forma imparable y crecen sin control. Se hace cada día más evidente que hay que poner reglas, orden, organización y gobierno.
- Se trata de palabras cuyo sentido es claro, directo y fácil de comprender frente a otras acepciones que requieren traducción y explicación al oyente.
- El concepto implica una ruptura decisiva con la corriente que ha prevalecido durante años y que ha subrayado el continente –las herramientas tecnológicas- frente a los contenidos. Su importancia radica en que incide de forma decisiva en la consideración de la información en sí misma como un recurso que es necesario gobernar.
- Presenta una relación semántica con conceptos tan presentes en nuestra actualidad como el “buen gobierno” la “gobernanza global” la “gobernanza económica”, la “gobernanza corporativa” “gobernanza, gestión de riesgos y cumplimiento, GRC”, que han calado con éxito en la empresa y en muchos ámbitos de nuestra sociedad. Por asociación, ello facilita situar la información donde siempre hemos defendido que debía estar: en el contexto estratégico de las organizaciones, y en los ámbitos directivos de control y decisión.
Pero, ¿qué es gobernanza de la información?
La respuesta es que gobernanza de la información es muchas cosas distintas para muchas personas u organizaciones diferentes, especialmente porque el propio término “información” implica diferentes significados. Las aproximaciones sobre el significado, contenido y ámbito de aplicación de este nuevo concepto son variadas.
En el mercado de las soluciones tecnológicas, ávido de nuevos mensajes, la categoría ha sido rápidamente adoptada. Las grandes compañías del sector de la gestión de contenidos rápidamente la han incorporado su oferta: así vemos como OpenText, IBM, EMC oMicrosof SharepointAlfresco, etc., ofrecen soluciones para la “information governance”. En muchos casos se trata de una nueva denominación para las ya conocidas plataformas de gestión de contenidos que ofrecían una gama mayor o menor de funcionalidades para la gestión de la información no estructurada: ImagingDocument Management (DM),Records Management (RM), CollaborationWeb Content Management (WCM), Digital Asset Management (DAM), COLD/ERM.
En otros casos, la oferta complementa las soluciones para la gestión de los contenidos no estructurados con otros elementos que facilitan la gestión dinámica de la información: el análisis y la calidad de la información (datos y contenidos), la visibilidad y la recuperación a través de múltiples repositorios y entornos, el e-discovery o la gestión del ciclo de vida de la información. Desde el mundo de los ERP y de los datos, empresas como SAP también se posicionan en este nuevo concepto, pero sus soluciones están lógicamente más centradas en la información estructurada, en la calidad de los datos y de las actividades dereporting.
Opino que de lo que se está hablando en este sector es de herramientas tecnológicas, y éstas son útiles imprescindibles, pero no proporcionan por sí mismas una gobernanza de la información. Sin embargo, las empresas tecnológicas tienen mucha fuerza en la construcción del lenguaje y la rápida adopción de esta nueva categoría es un importante indicativo de su éxito.
Un enfoque conceptual de IG basado en el “recordkeeping” es el planteado por la asociación internacional ARMA. El concepto “record”, que en inglés está más cercano a lo que comúnmente se entiende por información registrada, se encuentra en castellano con la barrera limitativa de la acepción común de la palabra documento. Los GARP (Generally Accepted Recordkeeping Principles) se presentan como elementos clave para asegurar la calidad de los procesos de gobernanza de la información, asegurar el cumplimiento y minimizar los riesgos. Estos principios son:
1. Principio de accountability, según el cual la organización debe asignar un responsable con perfil ejecutivo que supervisará el programa de gobernanza de la información, delegando las responsabilidades a los individuos adecuados, adoptando políticas y procedimientos que guíen al personal y aseguren la auditabilidad del programa.
2. Principio de transparencia: los procesos y actividades del programa de gobernanza de la información deben estar documentados en una manera inteligible y estar disponibles para todo el personal y las partes interesadas.
3. Principio de integridad: debe establecerse un programa de gobernanza de la información según el cual la información y los documentos generados o gestionados por la organización tengan una garantía razonable de autenticidad y fiabilidad.
4. Principio de protección: el programa de recordkeeping se construirá para asegurar un nivel razonable de protección de las informaciones y documentos que son privados, confidenciales, o esenciales para la continuidad del negocio.
5. Principio de cumplimiento: el programa de recordkeeping se debe construir para cumplir con la legislación vigente u otras normas regulatorias, así como con las políticas internas de la organización.
6. Principio de disponibilidad: una organización deberá mantener sus records de manera que se asegure una rápida, efectiva y precisa recuperación de la información que se necesita.
7. Principio de retención: una organización deberá mantener sus informaciones y documentos por el tiempo necesario teniendo en cuenta los requerimientos operacionales, fiscales, legales e históricos.
8. Principio de disposición: una organización debe proporcionar una disposición (conservación o eliminación) segura y controlada de las informaciones que no requieren ser mantenidas según la legislación aplicable o las políticas de la organización.
Otros autores se distancian del enfoque de “records management” y señalan las diferencias en tres aspectos: la gobernanza de la información es dinámica, proactiva y enfocada al negocio mientras que el “records management” es estático, reactivo y enfocado en la retención. Ello no implica que esta última actividad no sea necesaria, sino que la IG significa una evolución de la gestión de las informaciones y los documentos por su valor en sí mismos, hacia un enfoque en el que la información se gobierna como un verdadero activo de la organización.
Gartner Research Group propone una definición que está siendo ampliamente aceptada y que complementa lo que se había venido denominando IT Governance, o el conjunto de procesos orientados a asegurar el uso eficiente y efectivo de las tecnologías de la información para conseguir los objetivos de la organización:
“La gobernanza de la información es la especificación de los derechos de decisión y de una estructura de responsabilidades y control, con objeto de fomentar la cultura deseada para la valoración, captura, almacenamiento, uso, archivo y eliminación de la información. Ello incluye procesos, roles, estándares y medidas que aseguren el uso efectivo y eficiente de la información que permitan a una organización conseguir sus objetivos de negocio”.
Esta definición sitúa la IG en un plano político, incidiendo desde un planteamiento no coercitivo en la importancia de la toma de decisiones, asunción de responsabilidades y el control sobre las mismas. Todo ello como un paraguas necesario para dar cohesión y gobierno al flujo de información en el marco de los procesos de negocio, a las actividades de gestión de datos y documentos, al records management, a la aplicación de normativas y estándares, a la a la forma de uso, recuperación, explotación, análisis y reporte, y a la gestión del ciclo de vida.
El modelo de madurez de la gobernanza de la información
Un modelo de madurez MM (Maturity Model) es una estructura que describe el nivel de sofisticación que pueden alcanzar las actividades en un área específica de interés. Se han desarrollado diversos MM en el ámbito de las tecnologías de la información, siendo especialmente relevantes las investigaciones en este campo del grupo Gartner.
La visión de la IG como una disciplina emergente es destacada por los expertos deGartner, que en el mes de julio de 2011 han publicado un modelo de madurez denominado “Hype Cicle for Legal and Regulatory Information Governance”. Una adaptación de este modelo es la realizada por Jean Francois Perrein, promotor de L’Observatoire Govinfo2012, que ya presenta sus primeros resultados provisionales. Igualmente ARMA Internacional ha desarrollado el “Maturity Model for Information Governance”, que pivota sobre los 8 principios del modelo GARP.
Los modelos de madurez nos indican hasta dónde se puede evolucionar en materia de gobernanza de la información y los niveles por los que las organizaciones pasan o pueden pasar antes de llegar al objetivo de un verdadero programa de IG verdaderamente transformador, en el que:
- Se ha determinado la responsabilidad al más alto nivel sobre la IG.
- Hay establecidas reglas y políticas de gobierno de la información.
- Se integran en la IG personas, procesos y tecnologías.
- La información está disponible para quien la necesita cuando la necesita.
- Se asegura la adecuada protección de la información y de los datos.
- Se gestiona el ciclo de vida de la información.
- El programa de IG es regularmente auditado
Dichos modelos deben ayudar a los máximos responsables de las organizaciones a determinar la distancia existente entre sus actuales prácticas respecto a la información y el nivel de madurez óptimo a alcanzar, estableciendo las necesidades adicionales de análisis y las prioridades para asegurar la consecución del objetivo último de gobierno de la información.
Referencias bibliográficas
ARMA International Maturity Model for Information Governance., 2010.
http://www.arma.org/garp/metrics.cfm
C3 AssociatesFrom Records Management to Information Governance. April 26th, 2010.
http://www.c3associates.com/2010/04/from-records-management-to-information-governance
Caldwell, FrenchHype Cycle for Legal and Regulatory Information Governance, 2011. Gartner Research, julio, 2011.
Logan, Debra. “What is Information Governance? And Why is it So Hard?”. Gartner, January 11, 2010.
http://blogs.gartner.com/debra_logan/2010/01/11/what-is-information-governance-and-why-is-it-so-hard
Perrein, Jean Pascal. “Organisation et définition de la gouvernance de l’information”.Points de vue sur l’information, 17 Octubre, 2011.
http://www.3org.com/news
What is Information Governance?. Lincolnshire County Council.
http://www.lincolnshire.gov.uk/local-democracy/information-governance
Cómo citar este artículo:
García-MoralesElisa. “Gobernanza de la información”. Anuario ThinkEPI, 2012, v. 6, pp. ¿¿-??.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Bibliotecarios preparados para ser Community Managers


Bibliotecarios preparados para ser Community Managers

Hace unos meses me inscribí en un grupo de Linkedin “Gestores de Información y Documentación”, siempre es interesante estar al día de lo que se cuece entre los profesionales de la Información, pero he de decir que me entristeció ver que en muchos de los mensajes que publicaban mis colegas bibliotecarios y documentalistas se contaba su situación de paro y se transmitía cierto pesimismo en la búsqueda de empleo con nuestra titulación.
Aunque lo que más me llamó la atención fueron algunas quejas que leí no por no tener trabajo, si no porque no nos reclaman (o nos descartan) en procesos de selección para el puesto de Community Manager. Como la que muestro en esta captura:Pantallazo Linkedin | Somos Community Managers




Y es que en estos últimos meses se han mezclado dos factores: el paro y los Community Managers.
El paro en nuestra profesión es una realidad que no es de ahora, desde que empecé la carrera en 2003 nunca me auguraron un futuro sencillo, sí me formaron para saber buscarme la vida con las aptitudes de gestión de información que tan polivalentes pueden llegar a ser, pero que no implican salir de la carrera preparados para todo.
La profesión de Community Manager es una de las más demandadas últimamente con el boom de las redes sociales y su necesidad de gestión por un profesional, y no son pocos los que optan a estos empleos, como leí este verano en el artículo del diario El País titulado Sí hay burbuja: se llama 'community manager': "Unos cobran 18.000 euros al año, otros más de 45.000. Unos diseñan complejas estrategias de comunicación online, otros escriben mensajitos en Twitter. Algunos cuentan con MBA y 10 años de experiencia, otros con un curso por horas. No hay dos iguales y sin embargo todos se llaman community manager".
Con esto quiero decir que saber usar bases de datos más o menos complicadas, saber indexar, catalogar  y describir documentos como nadie… no nos señala como los más adecuados para el perfil de CM. Para gestionar comunidades 2.0 hay que valer, y claro que hay documentalistas de la talla de Javier Leiva (o nuestros Biblogtecarios Julián Marquina y David Huélamo) que son referentes en el mundo social, pero se debe a algo más que a la Biblioteconomía, porque discrepando con el citado comentario de Linkedin “no estamos preparados específicamente para gestionar redes sociales”.
Desde mi punto de vista, al igual que para pedir un trabajo de catalogador hay que conocer las reglas de catalogación, para pedir trabajo de CM hay que saber cómo gestionar estas redes sociales, y no sólo basta con hacer un cursillo o con tener interés… hay que currárselo!
Creo que para optar a un puesto de CM se debería empezar por tener una reputación online personal que nos avale. Ser capaces de mostrar redes sociales que ya gestionamos nosotros, tener una base.

¿Cómo empezar a gestionar redes sociales?

Las Comunidades 2.0 triunfan, entre otras cosas, si aquel que las gestiona domina el sector, así que si eres aficionado a un tema determinado (la fotografía, la cocina, los museos, lo-que-sea) podrías comenzar con abrir un blog, una página de Facebook y un perfil en Twitter.
Una vez dado este paso, comenzar a crear contenidos y a crear comunidad, poner a prueba tu liderazgo, tu capacidad de crear interacción y de conseguir suscriptores a tus canales, cómo afrontar una crisis (quejas, comentarios negativos…) pedir asesoramiento a expertos del Social Media, etc. No sólo decir que eres diplomado en Biblioteconomía o Licenciado en Documentación, porque el que nos entrevista no se imagina a un #bibliotecarioasesino haciendo comunidad, pero si les demostramos que disponemos de dichas habilidades, que además tenemos una disciplina documentalista para medir resultados, analizar el trabajo realizado y otras cualidades del Profesional de la Información… ahí sí estamos preparados como el que más.
Lo que vengo a decir es que ya que muchos colegas están en situación de desempleo, tienen aptitudes de gestión de información y deberían de aprovechar que las redes sociales están ahí para experimentar! Hazte CM de ti mismo y ponte a prueba antes de solicitar empleo.
Si no sabes por dónde empezar te recomiendo esta Guía del Community Manager que publicaron los de Bloguismo donde escribe una de las personas que a mí más me han orientado en temas 2.0 Juan Andrés Milleiro. Espero que os sirva para adentraros en este mundo del CM!
Si queréis ver el debate entero al que hago referencia, lo tenéis aquí!