Los descubrimientos, presentados en un artículo de la revista The Lancet, son fruto de 28 años de investigación en este campo realizada por un equipo de científicos de Corea del Sur, Suiza, Reino Unido y Estados Unidos. Los datos obtenidos, que abarcan el periodo de 1980 hasta 2008, muestran que la incidencia de la diabetes ha aumentado o bien ha permanecido constante.
La Organización Mundial de la Salud define la diabetes como una enfermedad crónica que aparece cuando el páncreas no produce insulina suficiente o cuando el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce. Por ello la cantidad de glucosa en la sangre es más elevada de lo normal. Con el tiempo esto aumenta el riesgo de padecer cardiopatías e ictus y puede dañar los riñones, los nervios y la retina. El estudio desvela que cada año mueren tres millones de personas debido a la diabetes y a la consecuente concentración elevada de glucosa en sangre.
Durante el periodo de 28 años que duró el estudio la cantidad de adultos con diabetes aumentó de 153 millones a 347 millones. Aunque el 70 % de este aumento se debió al crecimiento y envejecimiento poblacional, el 30 % restante se debe a nuevos casos de diabetes. Además, la proporción de adultos con diabetes aumentó del 8,3 % de los hombres y el 7,5 % de las mujeres en 1980 al 9,8 % y el 9,2 % respectivamente en 2008.
El equipo científico obtuvo mediciones de azúcar en sangre de 2,7 millones de participantes de más de 24 años de todo el mundo y empleó métodos estadísticos avanzados para analizar los datos.
El profesor Majid Ezzati, de la Escuela de Salud Pública del Imperial College de Londres (Reino Unido), comentó lo siguiente sobre el informe: «La diabetes es una de las mayores causas de morbilidad y mortalidad en todo el mundo. Nuestro estudio ha mostrado que la diabetes es cada vez más común en todo el planeta, datos que contrastan con la presión arterial y el colesterol, que se han reducido en muchas regiones. La diabetes es más complicada de prevenir y tratar que estas otras dos afecciones.»
Para comprobar si alguien padece o no diabetes es necesario medir su nivel de glucosa en sangre tras ayunar durante doce o catorce horas. Este periodo se establece debido a que la concentración de azúcar en sangre aumenta tras una comida. Una concentración de glucosa plasmática en ayunas (GPA) por debajo de 5,6 milimoles por litro (mmol/l) se considera normal, por encima de los 7 mmol/l se diagnostica como diabetes y entre 5,6 y 7 se considera prediabetes.
El Dr. Goodarz Danaei de la Escuela de Salud Pública de Harvard comentó lo siguiente sobre la importancia de las pruebas: «A no ser que se desarrollen programas mejores para detectar a aquellos con un nivel de azúcar en sangre elevado y se les ayude a mejorar su dieta y actividad física y controlar su peso, la diabetes continuará imponiendo una carga enorme en los sistemas sanitarios de todo el planeta.»
El estudio también puso de manifiesto la distribución geográfica de la diabetes. De los 347 millones de personas con diabetes, 138 viven en China e India y otros 36 millones en Estados Unidos y Rusia. La concentración de diabéticos más alta del planeta se encuentra en las naciones de las islas del Pacífico. Por ejemplo, en las Islas Marshall una de cada tres mujeres y uno de cada cuatro hombres son diabéticos. La glucosa y la diabetes también son especialmente elevadas en el sur de Asia, Latinoamérica, el Caribe, Asia central, norte de África y Oriente Próximo. |
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