Internet es cada vez más social, y las empresas se están lanzando a la recepción de las inversiones que llegan en busca de esa conectividad. La efectividad de los modelos de negocio de internet y de la publicidad online aún está en duda, por eso es complicado valorar estas aventuras. Es el problema que quiere resolver la economía del Social Media, una ciencia social encargada de analizar la producción, la distribución y el consumo de contenidos. Echemos un vistazo al modelo.
La primera premisa está en tratar a las redes sociales como si fueran países en una economía mundo, con sus factores de producción asociados. Cada post equivale a un bien o servicio, compartir es el equivalente de intercambio o distribución, y los clics y páginas vistas se corresponden con el consumo. Incluso podría crearse una función de crecimiento agregado con el empleo, la tecnología y el capital como factores.
Historia de la economía del Social Media
En su libro “Cognitive Surplus”, Clay Shriky habla de una revolución del tiempo librepor la que la gente cambió sus hábitos y pasó de ver televisión sin conciencia a participar activamente en la Web. Cuando esto ocurrió la productividad se disparó. En lugar de quedarse quietos y consumir, la gente comenzó a bloguear y a crear su propio contenido (equivalente a bienes y servicios), como por ejemplo Wikipedia. En poco tiempo se unieron a la Web social formando la mano de obra de la economía del Social Media. No es tan diferente de la presión laboral que provocaron las migraciones del campo a la ciudad durante los procesos de industrialización, que dieron lugar a la mano de obra fabril conocida por los marxistas como ejército industrial de reserva.
A medida que fue creciendo esta mano de obra, los inversores comenzaron a poner su dinero en startups que trabajasen para aprovechar esta demanda. Con ese capital, la comunidad de desarrolladores fue capa de aprender (aumentando el capital humano) y de crear nuevas tecnologías que sirvieron para crear y para compartir aún más rápido. Estos pioneros fueron incapaces de seguir siendo rentables, malgastando la llama de laburbuja .com de los 2000, que fue la chispa que prendió la recesión posterior.
Aunque las compañías no sobrevivieron sí lo hicieron los innovadores que las comandaban y así surgieron proyectos como MySpace, Twitter o Facebook, que han llegado hasta estos días.
Equilibrio entre oferta y demanda
Aunque hay recursos de sobra de entre todos los factores de esta economía, los post (la producción) son los que están a un nivel récord. Tan solo en Facebook se producen 5 millones de unidades a la semana. Y aquí está el problema, la Web social se centra en la producción de contenido y se olvida del consumo.
Basta con echar un ojo a las interfaces de cualquier red social, con la barra de estado preeminente, casi siempre en la parte superior central de la página.
Haciéndolo así se rompe el equilibrio de este mercado, ya que la oferta supera ampliamente a la demanda. Y para quienes no estén familiarizados con esta materia, los modelos clásicos advierten que un exceso de oferta provoca caídas en el precio del producto. Y así se podría explicar, por ejemplo, por qué dos tercios de los tweets que se escriben al día son ignorados, o porqué está siendo tan difícil encontrar modelos de negocio rentables en las empresas de social media.
Cómo puede tener éxito una startup social
Las startups sociales tienen que centrarse en incrementar el consumo (la demanda) de contenido y no en seguir fomentando la producción. Tienen dos formas de conseguirlo:
- Encontrar formas para que las barreras a compartir sean más pequeñas, para que mejore la distribución y el impacto de cada unidad de contenido. A medida que aumente su alcance lo hará el consumo. Siguiendo esta estrategia el modelo de negocio se parecerá al de las publicaciones impresas, que cobran más basándose en el tamaño de la circulación; que en términos online podría ser el CPM.
- Encontrar formas de reducir el coste de descubrir, permitiendo a los usuarios buscar activamente el contenido en cada plataforma, como si de un motor de búsqueda se tratase. Esta estrategia permitiría a la compañía implementar un modelo de negocio basado en el pago por búsquedas.
Aunque el social media es, como su nombre indica, un entorno social y por tanto es muy complicado aplicarle un modelo económico, podemos intentar asociar algunas teorías de la economía real para poder sacar partido a esta revolución de los pasivos.
Artículo original: Mike Vosters, cofundador de droppn
Imagen: Hellori
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