miércoles, 15 de diciembre de 2010

De vacaciones con aliens y células madre

De vacaciones con aliens y células madre
Llegan las Navidades y con ellas dos noticias científicas cuanto menos sorprendentes. De un lado, alguien nos avisa de 'aliens' bacterianos en la tierra; del otro, que se están ensayando fármacos contra células precursoras en cáncer. Para variar, el tratamiento periodístico no tiene desperdicio
AUTOR | Xavier Pujol Gebellí


La noticia de las bacterias alienígenas la difundió la NASA. Contaba un hecho sorprendente pero no por ello inesperado: hay bacterias capaces de sobrevivir en condiciones extremas, tanto como las que probablemente pueda haber en algún planeta, bien sea de nuestro sistema solar o de cualquier otro. Un elemento "extraño" en su ciclo vital, que sería lo mismo que decir que infrecuente para la mayor parte de las bacterias terrestres conocidas, fue la justificación empleada para darle ese tono a una noticia que, si bien siendo interesante, ocupó muchísimos más centímetros cuadrados en los periódicos que los que se merecía.

Aunque parezca extraño, noticias de este tipo, sin ser extraordinariamente frecuentes, surgen de vez en cuando. No en vano, esa es justamente una de las ocupaciones de la Exobiología, una rama de la ciencia que se sumerge literalmente en los rincones de nuestro planeta en busca de indicios de vida primitiva que pudiera ser equivalente en otros planetas por las condiciones de vida en que se desarrolla. Temperaturas extremas, de salinidad, de falta de oxígeno o de cualquier otro elemento considerado fundamental para la vida, llama la atención de microbiólogos y otros expertos que tratan de establecer comparaciones. Pero de ahí a calificar de 'alien' a uno de estos microorganismos sería tanto como llamar extraterrestre a un señor muy y muy feo.

Si la noticia alcanzó semejante notoriedad en nuestro país, y también a nivel internacional, fue por dos motivos. Uno, la fuente emisora, la NASA. El otro, una simple asociación de ideas: agencia espacial y extraterrestre. Un fenómeno tan simple, junto con un titular amarillo y un tratamiento informativo pobre en la mayoría de medios, provocó que una noticia de verdad se convirtiera en sensacionalista. Es esta una tendencia muy acusada en quienes entienden que una forma de divulgar la ciencia es darle dimensión de espectáculo. Francamente, tal vez no haga falta.

¿Y qué ocurre con las células madre precursoras de cáncer? Pues de nuevo, una de cal y otra de arena. Los trabajos de Joan Seoane en el VHIO de Barcelona son realmente meritorios y tienen un valor extraordinario por lo que suponen de avance en una línea de estudio de la que hace apenas cinco años casi nadie sabía contar cosas coherentes. Efectivamente, hoy puede decirse que existe una clara asociación entre células madre y cáncer. Y que parece lógico que si somos capaces de identificarlas y actuar sobre ellas, muy probablemente habremos frenado la formación de un tumor en origen y, con ciertas probabilidades, que se den recidivas en el caso de que pudiera extirparse y eliminar cualquier rastro aparente de células malignas. La aportación de Seoane es brillante por cuanto ha dado algunos de estos pasos en glioblastoma, un tumor cerebral especialmente virulento que el investigador catalán conoce sobradamente, puesto que fue uno de sus objetos de estudio cuando residía en Nueva York.

Pero no es ni el único caso ni tampoco la solución definitiva al cáncer, como han pretendido señalar algunos medios. Hay trabajos de características similares publicados desde hace algún tiempo en células intestinales y las actuaciones sobre las células precursoras de un tumor es una de las aproximaciones a una eventual terapia para la cual, como sabiamente ha sabido explicar el propio Seoane, faltan por lo menos cinco años para que pueda considerarse válida.

Dicho de otro modo: de nuevo se ha buscado un titular sonoro que no se corresponde con una noticia que, siendo importante, cuenta otra cosa. Vaya, algo así como lo que cuentan algunos políticos y lo que cuenta luego Wikileaks.

En fin, que no se crean todo lo que dicen los titulares. Y de las informaciones que luego desarrollan, tengan la sana virtud de ser críticos. Puede ser una forma interesante de sobrevivir a las Navidades y llegar al Año Nuevo con ganas de acabar con la crisis. Eso es lo que lo voy a pedir yo a los Reyes Magos que, por más que me cuenten, me los creo más que a Papá Noel.

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